La
guerra había comenzado, generando la alianza que une a las grandes naciones
ninjas para enfrentar a un enemigo común. Un hecho insólito que no había
sucedido anteriormente y de alguna forma significativa, el mundo shinobi cambiaría
a partir de ese día independientemente del resultado que se obtendría.
La
base establecida como centro de operaciones y de donde se comunican con todos
los frentes de batalla, había quedado con los mejores estrategas bélicos de
cada una de las cinco aldeas shinobis, también por sus líderes como por los
ninjas y kunoichis que podían utilizar jutsus de comunicación telepática que se
amplificaría con la ayuda de un máquina especial para la utilización del jutsu que
trasmiten las órdenes decididas al resto de shinobis que combatían
valientemente en la batalla.
Sin
embargo, el Kazekage había decidido estar prestando su poder en el campo de
batalla y no en la base donde, en un comienzo, se había acordado debían
permanecer los cinco Kages hasta que las circunstancias de la batalla
necesitaran de su aportación en la guerra.
La
aparición de un antiguo Tsuchikage provocó que Oonoki, quien había sido conocido
Mu, abandonara la base para hacer frente al ninja y si las cosas no estuvieran
bastante mal, parecían empeorar cuando no pudieron detener a Naruto y Killer
Bee, quienes se habían percatado de la situación bélica que sucedía. Ambos
jinchurikis abandonaron la isla oculta que pertenecía a Kumogakure, poniéndose
al descubierto ya que el plan de enviar a la isla a los dos últimos jinchurikis
que quedaban con vida para salvaguardarlos del enmascarado pero el deseo de los
poseedores de un binju en ayudar a sus amigos, en especial cuando todo lo que
pasaba se debía a ellos no cambiaron de idea de participar en la guerra. Aunque
el Raikage y Hokage intentaron persuadir a los dos jinchurikis de que
regresaran a la isla estos fueron abatidos por Naruto y Killer Bee quienes
siguieron su camino hacia el combate.
― Se
suponía que nadie podría entrar o salir de esa isla a no ser que fuera un
shinobi de élite de Kumogakure. ― Exigió Tsunade molesta después de conocer el
reporte de la intromisión de Kisame, quien había sido derrotado, y el que
Killer Bee ayudara a Naruto a salir de la isla para participar ambos
jinchurikis en la batalla, aunque en un comienza ella no estuviese de acuerdo
con esconder a los junchurikis ya que Naruto había demostrado ser
suficientemente capaz de participar en la guerra que se estaba desarrollando
para que los últimos dos binjus no fueran arrebatados.
― No
estás en condiciones de recriminarme nada, Hokage. Usted no parecía muy
convencida de la decisión de resguardar y proteger a los jinchurikis que quedaban. ― Recordó
Raikage golpeando la mesa.
―
Bueno… es cierto pero ahora es diferente. No sabemos que pueda pasar porque no
conocíamos que conociera el Kuchiyose: Edo Tensei. ― Dijo con tono preocupado
la rubia, lo que menos quería era que le pasara algo al rubio a quien apreciaba
mucho, al grado de sentirlo como a un hijo.
― Lo
único que puede pasar es que capturen a los dos últimos jinchurikis y eso
significaría el final de la guerra. ― Comentó Raikage con seriedad. ― Pero Bee
es poderoso, así que confío que ese hombre que dice ser Madara Uchiha no podrá
con él, ya intentó Akatsuki atraparlo y no pudo con él al enviar a un grupo
donde estaba el renegado de Konoha, Sasuke Uchiha.
Tsunade
gruñó por las palabras que escondían una acusación hacia Konohagakure y sus
shinobis pero el sentimiento de confianza hacia Naruto, estaba en su corazón,
sabía que el rubio era más fuerte de lo que aparentaba y no se dejaría capturar
pero el pequeño rasguño de temor a que Uzumaki fuera capturado la destrozaba,
ya que no deseaba perderlo a manos de Akatsuki o del enmascarado que los
amenazaba.
―
Todos los jinchurikis son poderosos gracias al binju que contienen sellado en
su interior pero eso no ha sido un problema para que Akatsuki los haya vencido
y apoderado de la bestia con colas que poseían. ― Recordó Mei mientras
entrelazaba sus dedos para apoyar su mentón sobre el dorso de sus manos unidas.
― Y en esta ocasión el enmascarado nos ha declarado la guerra y no solo ha
capturado a la mayoría de los binjus sino que posee a esos seres blancos sino
también a usado un jutsu prohibido de Konoha para traer a los shinobis del pasado.
―Nos
estamos ocupando del problema de los Zetsu muy bien, no son contrincantes
poderosos aunque nos superen en número
esas cosas de aspecto humano y hay ninjas con conocimientos de jutsus de
sellado en todos los frentes. ― Masticó molesto A.
― Los
Kages del pasado no son huesos duros de roer. ― Suspiró Mizukage al recordar a
Yagura, el yondaime Mizukage y que también había sido traído de la muerte.
― No
es momento de perder la esperanza, contamos con el conocimiento del poder que
poseían los shinobis del pasado para enfrentarlos de la mejor forma posible. ―
Alegó Tsunade intentando disminuir la preocupación del uso del Kuchiyose Edo
Tenshei.
― Como
siempre, Tsunade buscando lo positivo de las cosas sin medir la magnitud de
gravedad que contiene. ― La ironía de A fue demasiado palpable para todos los
presentes.
― Y
como siempre el pesimista eres tú. ― Contestó Tsunade molesta mientras
fulminaba con la mirada al Raikage.
― Es
cierto lo que dice Tsunade, tenemos el conocimiento de los jutsus y estilo de
combate de los shinobis del pasado. ― Habló Mei tras escuchar como discutían
nuevamente el Raikage con la Hokage porque parecía no ponerse de acuerdo con
nada. ― Podemos contraatacar y vencerlos porque si no tuviéramos esa pequeña
ventaja para saber cómo mejor enfrentarlos o estaríamos en graves problemas. ―
Agregó Mei mirando a sus compañeros. ― Además, tenemos a los dos últimos
jinchurikis de nuestra parte y son los más poderosos. Tenemos que confiar en el
poder que poseemos para vencer.
― No
hable tan a la ligera, Mizukage. ― Arrastró las palabras el Raikage mientras
entrecerraba los ojos. ― Muchos shinobis murieron con jutsus ocultos o que
nadie sobrevivió para contar que jutsu usaron para arrebatarles la vida y
estamos en una situación difícil porque no dejan de aparecer peligrosos ninjas
del pasado.
―
Estoy de acuerdo con usted, Raikage, pero amedrentarnos solo logrará que
perdamos esta batalla. ― Apretó los puños Tsunade porque ella misma sabía que
habían shinobis demasiado poderosos que no estaba segura de poder afrontar si
lograban traerlos, por fortuna, su tío y abuelo como Sarutobi sensei estaban
sellados en el Shinigami, así como yondaime Hokage, por lo que no podrían ser
llamados por la técnica impura que creó en algún momento el segundo Hokage.
― Si
no confiamos en nuestra propia fuerza, ¿por qué no nos rendimos desde un
comienzo en vez de prepararnos para enfrentar al hombre que se hace llamar
Madara Uchiha? ― Contestó Mei ante tanto padecimiento. ― ¡DESPERTAR! ― Gritó la
mujer de cabello castaño para tener la atención de los otros dos Kages. ― Yo
confío en mis shinobis y hasta yo misma entraré al campo de batalla si la situación empeora.
― No
serías la única Mizukage, yo igual iré al campo de batalla para ayudar a mis
shinobis. ― Expuso Tsunade.
― ¡No
somos tan débiles para rendirnos, Mizukage! ― Exclamó A con molestia mirando
mal a la mujer por insinuar que se rindieran sin intentar defenderse. ― E
igual, si la situación lo amerita, saldré de este lugar para ayudar y es lo que
preferiría pero estamos aquí, solo esperando a que aparezca el que inició todo
esto.
―
Entonces, dejen de comportarse de forma tan vergonzosa y no pierdan las
esperanzas. ― Declaró la mujer de vestido azul.
― No
se puede discutir que hemos perdido los estribos pero estamos enfrentando una situación que no
se había presentado antes. ― Masculló Tsunade mientras se escuchaba algunos
gruñidos del Raikage que apoyaba sus palabras.
―
Disculpen, se está registrando una nueva fuente de chakra en la zona del desierto
donde está el Kazekage y el Tsuchikage. ― Interrumpió Inoichi Yamanaka desde su
puesto de comunicación.
― Es
otra resurrección impura. ― Afirmó la evidencia Shikaku como estratega elegido
y en representación de Konohagakure. ― No había hecho el jutsu en mitad de la
batalla.
― No…
no puede ser. ― Tartamudeó estupefacto Yamanaka ante la información que estaba
llegando desde el campo de batalla.
― ¿Qué
ocurre? ― Preguntó ansioso A.
― Es…
es Madara Uchiha, el verdadero Madara Uchiha acaba de aparecer en el campo de
batalla con la técnica de resurrección impura. ― Anunció Inoichi sintiendo su
propio cuerpo mostrar un leve temblor por la información que obtenía de los
shinobis que eran sensores.
―
Sabía que ese enmascarado no podía ser Madara Uchiha porque mi abuelo fue quien
acabó con su vida. ― Murmuró Tsunade. ― La aparición del verdadero Madara
Uchiha cambia todo, es momento de intervenir. ― Declaró la Senju levantándose
de su asiento para caminar hacia la salida y dirigirse al lugar donde estaba.
― No
irás sola, Hokage. ― Afirmó A siguiendo a la rubia.
― A
llegado el momento de que mostrar porque soy la Mizukage. ― Habló Mei siguiendo
a los otros dos Kages para salir del edificio y enfrentarse al verdadero Madara
Uchiha, uno de los shinobis más temidos de su tiempo pero que también se decía
que solo había un ninja capaz de hacerle frente y estar a la par a Madara
Uchiha y no era otro que el conocido como el Dios shinobi, Hashirama Senju.