lunes, 19 de agosto de 2019

Mito - Hashirama - Madara


Hashirama había logrado convencer a Madara para que conociera a Mito y la pelirroja había aceptado de inmediato cuando la invitó a que lo acompañara a tomar té con dangos junto a un gran amigo. Por ello, Hashirama estaba feliz, esperaba que ambos se conocieran y confiaba en que acabaran convirtiéndose en amigos después de conversar un poco. Además, el Hokage esperaba aliviar el malestar del Uchiha por la aceptación de matrimonio impuesta por el clan Uzumaki una vez que conociera a Mito.

Mito, por otra parte, estaba sonrojada, aún no podía creer que el propio líder Senju fuese quien la invitara a una cita fuera del ámbito laboral y político tan pronto ya que sus pocos encuentros habían sido en la oficina que ocupaba por el cargo de Hokage y para hablar de posibles cláusulas que disolviera la propuesta de nupcias que había establecido Ashina.

Mito no había podido profundizar en convivencia y conocimientos personales sobre Hashirama pero ahora, era diferente porque estaba caminando a un lado de Hashirama en un encuentro fuera de los asuntos políticos y que decir, solo pensar que estaba tan cerca del líder Senju la volvía tímida, él es un hombre alto, guapo, fuerte, amable, cariñoso, atento y un excelente líder por el que cualquier mujer se enamoraría locamente. Incluso, Mito podía señalar a Hashirama como el prospecto de hombre que una chica buscaba o tenía en sus sueños románticos y con el que esperaría esposarse algún día.

― Espero no te moleste tanto lo humilde de este lugar pero es bastante agradable esta casa de té, Mito - chan. ― Interrumpió Hashirama los pensamientos de Mito para indicarle que habían llegado. ― Estoy seguro que ya nos espera dentro, es una gran persona y muy importante para mí. ― Agregó con una sonrisa a la mujer para dejar que la pelirroja  pasara primero al interior del pequeño establecimiento de forma caballeresca.

― Será un placer conocer a tus amistades. Espero agradarle y poder entablar una amistad con tus conocidos, especialmente con esta persona que es tan estimada para ti. ― Contestó Mito sonrojándose  mientras sus ojos no podían abandonar la figura del Senju.

― No creo que haya problemas en haceros amigos, eres una gentil chica y aunque él pueda parecer intimidante, es el hombre más amable que conozco. ― Habló el Hokage con alegría para empezar a buscar la figura reconocible de Madara, a quien encontró en una de las mesas del fondo de la sala y quien tenía el ceño fruncido. ― ¡Vamos!, él está ahí y no es buena idea hacerlo esperar. ― Señaló con una sonrisa enorme mientras la mujer asentía para seguirlo hasta la mesa donde los esperaba el Uchiha.

Madara que estaba sentado desde hacía unos 20 minutos en espera de Hashirama y la tal Mito Uzumaki, el Senju lo convenció para que se reuniera y conocer a la mujer que realmente no quería conocer.

Madara aún estaba sorprendido de la habilidad de Hashirama para haberlo convencido a asistir a esa reunión desagradable, no sabía cómo había terminado cediendo y aceptado a la propuesta de Hashirama porque lo que menos quería es ver a la mujer que estaba intercediendo entre ellos, por él podía no existir o morir en medio de un asalto de ninjas errantes para que dejara en paz a su pareja con los tratados de su clan como excusa para lograr estar cerca de Hashirama.

El líder Uchiha frunció más el ceño, si es que le era posible, cuando se percató de la llegada de Hashirama junto a la mujer del clan Uzumaki.

― Te tardaste, Hashirama. ― Madara no dudó en reprochar al Hokage en cuento se acercó a la mesa ignorando a la pelirroja.

― Lo siento, Madara, pero deja que te presente. Ella es Mito Uzumaki. ― Hashirama se disculpó rápidamente para poder hacer la presentación mientras se apartaba para que ambos se vieran el rostro y ayudar a sentar a la pelirroja.

― Mucho gusto, Madara - sama. Es un honor el conocer al segundo fundador de la aldea de la Hoja. ― Dijo la mujer con una pequeña sonrisa e hizo una inclinación de respeto antes de tomar asiento sin dejar de sonreír al Senju en agradecimiento por su amabilidad.

El líder del clan Uchiha, rechinó los dientes por llamarlo segundo fundador cuando no existía un puesto concreto ya que Konoha existía porque la fundaron a la vez, Hashirama y él, solo por llegar a un acuerdo de paz pero al parecer su estatus estaba descendiendo a un segundo en la creación de Konohagakure  no Sato pero no dijo nada al respecto y mordió su labio inferior mientras observaba la interacción de Hashirama con la mujer, sintiendo como ardía en celos.

Madara no podía evitar sentir celos ya que conocía lo atento y cálido que era Hashirama con cualquier persona, siendo que ese comportamiento del Hokage creara malas interpretaciones en las personas, especialmente, las mujeres podían creerse que había algún interés personal de Hashirama hacia ellas.

― Sí… un gusto, Uzumaki. ― Respondió al saludo rodando los ojos y cruzando los brazos Madara después del leve carraspeo de Hashirama para que no fuera tan evidente su malestar con la mujer. ― Así que… la prometida de Hashirama. ― Susurró mirando con reproche a su pareja y luego a la pelirroja que había enrojecido por sus palabras.

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Mito no pudo evitar sentir que la cara le hirviera por las directas palabras de Madara, no sabía que responder ya que a pesar de saber su posición debido a la aceptación del Hokage al acuerdo, le abochornaba haber escuchado su posición por otra persona pero a pesar de que no encontraba palabras para responder a Madara, solo asintió con la cabeza mientras el pensamiento de que debía acostumbrarse y agradeciendo a su padre ya que por primera vez, la elección de Ashina no había sido tan mala.

― Ya te conté que será político, Madara, y de poco tiempo debido a que es un matrimonio arreglado por otra persona sin tener en cuenta las opiniones de Mito o mía. Además, si Mito conoce a alguna persona de la que se enamore antes del matrimonio, se anulará ya que Ashina - dono aceptó esa condición después de insistirle, en donde antes debe pensar en el bienestar de su única hija aunque lo hizo a regañadientes ya que si no lo hacía, le aseguré que no habría ningún tipo de acuerdo entre Konoha y el clan Uzumaki. Aunque si eso no ocurre y tengo que contraer nupcias con Mito, la duración sería de 1 mes antes de poder acceder al divorcio. ― Explicó Hashirama mientras levantaba la mano en espera de que le sirvieran dangos y té.

Madara sonrió descaradamente al ver como el rostro de la mujer se crispaba por el entristecimiento que le causó las últimas palabras de Hashirama, haciendo entender al Uchiha de que ya la Uzumaki estaba soñando con la boda que tendría con el Hokage.

― Quizás deberías dejar que Tobirama la conozca, él parece más apto para un matrimonio de este tipo y al menos, ese idiota dejaría de molestar tanto al tener una esposa a la cual atender. ― Propuso el líder Uchiha como había insinuado en otras ocasiones causando que Hashirama dejara escapar un suspiro agotado por el tema.

― Yo creo que Tobirama - san se preocupa mucho por el bienestar de Hashirama - san. ― Intervino la pelirroja por la sugerencia de que pudiera desposarse con un hombre tan serio y severo como parecía ser Tobirama Senju y obteniendo una mueca de enojo en Madara porque ahora, el Uchiha no necesitaba ninguna afirmación para saber que sus infundados presunciones acerca de la joven mujer estaba en lo correcto, Mito tenía un enamoramiento hacia Hashirama y no estaba ahí solo por el acuerdo hecho por el clan Uzumaki hacia Konoha.

― A veces… parece ser mi hermano mayor aunque es más joven que yo pero tienes razón, Mito - chan, Tobirama es protector con las personas que le importa aunque no lo admita abiertamente. ― Habló el Senju ignorando la situación por la que estaba pasando Madara y Mito mientras que le servían té y dangos apresuradamente.

― ¡Ja! Dudo que él quiera a alguien. ― Rezongó Madara con burla. ― Insisto que él es mejor candidato para Uzumaki, harían una buena pareja. ― Agregó sonriendo a la pelirroja que había fruncido el ceño por la insistencia. ― No creo que Ashina se oponga tanto si se le dijera, es un Senju y las posibilidades de que en el futuro sea el sucesor al puesto de Hokage, son altas. ― Se encogió de hombros como restando importancia a la posibilidad de que Tobirama se convirtiese en el segundo Hokage.

― Madara no seas así, Tobirama tiene su carácter y forma de demostrar su aprecio. Además de muchas buenas ideas que han ayudado a que Konoha prospere en su crecimiento. ― Intervino Hashirama soltando una risita.

― ¿Si…? ¿Claro? Cada vez que nos vemos siento su gran amor al quererme clavar una espada solo por haberse cruzado en su camino conmigo. ― Dijo Madara sarcásticamente rodando los ojos por el desagrado mutuo que tenía con Tobirama Senju.

― ¿De verdad, Madara - sama? No sabía que Tobirama - san y usted estuvieran enemistado ya que fundó Konoha con Hashirama. ― Preguntó Mito sorprendida por la revelación del hecho de que el hermano del Hokage y el líder Uchiha no fueran amigos.

― ¡Ay, niña! ¡Si supieras…! Si fuera por Tobirama, ya me habría matado o yo hubiera acabado con él. Solo no lo hemos hecho por Hashirama pero déjame decirte que ganas no me faltan. ― Confesó Madara con una sonrisa siniestra al ver el rostro asustado de la Uzumaki que pareció tragar saliva.

Mito se había quedado sin palabras, era aterradora la confesión directa del Uchiha, pues no ocultó sus intenciones de asesinar a Tobirama y Mito no comprendía cómo es que Hashirama no le daba miedo de que se hiciera realidad o por qué el Hokage no habría castigado al instante al líder del clan Uchiha por atreverse a admitir claramente sus desagradables pensamientos.

― ¡Madara! Por favor, no estés bromeando de esa manera, alguien podría pensar que lo dices en serio. Tan solo mira a Mito - chan, parece que la asustaste por decir algo así. ― Regañó el Hokage, más por ver el rostro más pálido de lo normal de la pelirroja que por el hecho de saber que las palabras de Madara no era una broma aunque él quería no admitir el que su hermano y pareja se llevaran como perro y gato. ― No le hagas caso, él solo está bromeando y a veces no sabe contenerse. ― Murmuró con una pequeña sonrisa para que Mito se repusiera.

La pelirroja bajó la mirada sonrojada y asintió al Hokage por la forma cariñosa con la que se dirigió el Senju a ella.

Madara, por el contrario, se enfadó, sabiendo que no tenía caso ocultar la verdad y tarde o temprano Mito iba a conocer su relación con Tobirama, así como su desagrado hacía ella. Además, el Uchiha no podía evitar sentir sus celos por el comportamiento amable que estaba teniendo con la pelirroja y estaba más que seguro de que la mujer estaba mal interpretando en su ensoñación de enamoramiento.

― Yo no bromeo… ­― Afirmó en voz baja Madara. ― Aunque… cambiando de tema, por lo menos ya le explicaste a tu futura esposa que tienes pareja, ¿cierto? ― Inquirió cortando el agradable ambiente que el Senju logró crear y queriendo destruir las ilusiones de Mito hacia Hashirama. ― No creo que a tu pareja le guste mucho esta situación en la que te vas a casar con otra persona y además, no hayas advertido a Uzumaki de que ya estabas en una relación. ― Madara no dejó de mirar a la mujer disfrutando ver su rostro sorprendido y asustado ante sus palabras.

― ¿Pareja? ― Repitió en una pregunta Mito, dirigiendo nuevamente su mirada al Senju. ― ¿Tienes pareja? ― Interrogó directamente sintiendo un pequeño nudo en su garganta porque no podía imaginar que el hombre amable que le gustaba pudiera tener a alguien en su corazón aunque en el trato y por lo que conocía del clan Senju, Hashirama como líder podía tener más de una esposa.

― ¡Oh! ¿No lo sabías? ― Madara fingió su sorpresa al ver a la pelirroja que parecía querer llorar para volver su atención a Hashirama. ― Pensé que ya se lo habrías dicho, Hashirama. ― Reprochó con fingido asombro.

― ¡MADARA! ― Exclamó Hashirama sabiendo que el Uchiha lo estaba haciendo intencionadamente y estaba burlándose de la Uzumaki pero Mito no necesitaba ser humillada de esa manera cuando ella estaba siendo obligada por su clan a casarse con él y él solo buscaba la manera de salvarla de un cruel castigo.

― N-no… Hashirama - san no habla mucho de su vida personal o sus intereses, solo nos hemos reunido para intentar que chichiue no fuera tan estricto con lo referente al enlace que tendría con Hokage - sama. ― Contestó Mito tímidamente y con el rostro tan rojo como su cabello por saber de algo tan importante hasta ahora e intentando contener sus emociones para no llorar en ese lugar y frente a los dos hombres, siendo que ama a uno de ellos.

― Hashirama, no es propio de ti el ser impulsivo para aceptar de la nada un matrimonio cuando ya estás con alguien, ¿cómo es que la mujer con la que has aceptado casarte no sabe nada? ― Inquirió Madara con malicia, presionando a Hashirama a revelar la verdad porque estaba cansándose de estar jugando a los amigos y que la pelirroja pareciera albergar esperanza en un matrimonio arreglado como si se tratase de un cuento de hadas y todo eso, irritaba aún más a Madara.

― ¿Por qué estás comportándote así, Madara? ― Preguntó Hashirama con irritación por estar apresurando todo, entendía que Madara odiara la situación y le había contado sobre que hablaría a Mito de lo que tenían después de que se conocieran pero parecía que Madara no estaba dispuesto a esperar un poco más.

Hashirama pensó que Madara comprendería lo difícil que es para Mito aceptar las circunstancias ya que tendría que estar un mes casados para cumplir con el acuerdo de Ashina y poder continuar con su vida sin perder a su compañero pero solo iba a empeorar toda la situación.

― ¿Comportándome, cómo? Solo estoy hablando de la verdad y creo que Mito tiene derecho a saber o ¿crees que a ella no está interesada en saber sobre que hace más de dos años que compartes tu cama con alguien? Incluso, querrá saber quién es esa persona. Ella solo ha llegado hasta Konoha con una propuesta de matrimonio hacia el líder de Konohagakure no Sato y así reestablecer el clan Uzumaki pero no conoce nada del hombre con el que se ha comprometido. En cualquier caso, nadie se siente bien sabiendo que no es correspondido por la otra persona, ni siguiera siendo un ninja nos podemos deshacer de esas emociones. ― Argumentó descaradamente Madara antes de llevarse uno de los dulces dangos a la boca y comerlo con indiferencia, como si lo dicho fuera algo de lo más trivial.

― No creo que… ― Intentó decir Hashirama pero fue detenido por Mito, quien elevó la mano como pidiendo permiso para hablar sin mirar a la cara al Hokage.

― Madara - sama tiene razón. Si tiene una relación con alguien debería haberme contado la primera vez que nos vimos porque ella debe estar molesta con la propuesta de matrimonio del clan Uzumaki para el Hokage.  También, quisiera conocerla aunque sé que debe estar dolida y la propuesta de mi clan es codiciosa pero yo… yo tampoco soy tan cándida, también he considerado todo para saber qué es lo que deseo, Hashirama - san. ― Mito miraba el té en su taza y el pequeño brote que flotaba en el caliente líquido solo le indicaba que la fortuna estaba con ella. ― Yo también soy alguien egoísta y desde el momento que nos conocimos comprendí que eras la persona adecuada para mí, Hashirama - san. Yo lo amo y  quiero que  conozca que haré lo que sea para que nuestro matrimonio sea para siempre a pesar de que haya alguien antes de mí en su vida pero quiero conocer a su amante para decirle que no importa cuánto tiempo haya estado con usted o de si ahora su emociones está dirigido a ella porque  yo voy a hacer todo lo posible para ser quien obtenga su amor porque me convertiré en su esposa. ― Declaró Mito con fiereza, levantando su rostro por haber tomado el repentino valor para declarar sus sentimientos al hombre que ama.

Madara no pudo contener una carcajada que brotó como fuente de manantial desde su garganta al escuchar las palabras de la pelirroja porque  había sacado las garras que tanto había mantenido ocultas y declararle la guerra en la cara sin saberlo mientras que Hashirama estaba sorprendido por lo que acaba de decir Mito.

― ¡Oh! Así que la pequeña Uzumaki tiene agallas. ― Comentó Madara con diversión mirando con desafío a la pelirroja.

Mito miró al Uchiha en silencio ya que no sabía que responder ante el comentario del Uchiha quien la observaba con intensidad, sintiendo que en la mirada negra del dueño del sharingan tenía un brillo desafiante y déspota que la hacía estremecer interiormente aunque bien había percibido el aura hostil que emanaba Madara pero no sabía el porqué de ello.

― ¿Por qué las mujeres son tan tontas como para buscar el amor en hombres que ya están enamorados de otra persona? ― Se preguntó para sí mismo Madara sin apartar la vista de la pelirroja. ― Ilusionarse tan rápido por actos bondadoso y palabras vacías solo porque un hombre solo es amable con ellas. ― Se burló mientras hacía referencia al comportamiento innato de Hashirama con todo el mundo.

Hashirama estaba estupefacto por la sorpresiva confesión de la pelirroja, nunca pensó que Mito se enamorara de él y le profesara dichos sentimientos, logrando sentirse mal con el hecho de que Madara tuviera que soportar algo así.

― Madara, por favor... ― Dijo en voz baja Hashirama mirando con preocupación al Uchiha, sabiendo que este podría ser cruel con su afilada lengua debido a lo doloroso que fue escuchar como alguien se confesaba a la persona que ama frente de él.

― Mito, ¿te cuento un secreto? ― Madara ignoró a su pareja para inclinarse un poco hacia la pelirroja y despertar su curiosidad.

La Uzumaki solo frunció el ceño con desconfianza a lo que tuviera que decirle el Uchiha porque no había dicho nada agradable en todo el rato que llevaba conociéndolo pero no podía ocultar la intriga que causó la pregunta de Madara, así que Mito asintió para inclinarse de igual manera hacia el hombre y escuchar lo que tenía que decir.

― Yo soy la pareja de Hashirama. Soy el amante que tanto ha de intrigarte. ― Reveló Madara sonriendo victorioso por el rostro incrédulo de la pelirroja. ― Y por mucho que lo ames no voy a cedértelo tan fácilmente. ― Declaró para retroceder y mirar a su amante quien permanecía sentado con la espalda recta mirando a ambos que parecían cotillear pero escuchando todo lo dicho por Madara. ― Por eso siempre te digo que nunca muestres ni un poco de empatía, siempre piensan que estás interesado en ellas solo por ser amable. ― Regañó a Hashirama quien se deprimió. ― Desde el principio te dije que se lo contaras y mejor la hubieras dejado morir antes de que hiciera esa ridícula declaración. ¡Ja! Obtener el amor de Hashirama, ¡no me hagas reír, niña! ― Escupió enojado y cruelmente para reírse por ver al Hokage deprimido y el rostro estupefacto de Mito por la noticia que le acababa de revelar.

― ¡MIENTES! ― Exclamó en un grito Mito al recobrarse de la afirmación de Madara. ― Usted está mintiendo. Hashirama - san, dígame que no es verdad lo que acaba de decir, eso no tiene sentido. Usted y él… ― Se apresuró a buscar la respuesta de la persona que quería que desmintiera todo aquello porque no era posible algo así sucediese.

― Yo no tengo ningún motivo ni un por qué para mentirte, Uzumaki. No es mi culpa que el tonto de aquí, esté deprimido como para responder de inmediato y se comporte consideradamente contigo pero igual, lo hace con todo el mundo porque es un despreocupado. ― Escupió Madara fulminando con la mirada a su pareja.

― ¿Por qué se tiene que complicar todo de esta manera? ― Preguntó a nadie en particular, Hashirama mientras salía de su estado anímico de depresión. ― Él dice la verdad. ― Confirmó en voz baja pero lo suficientemente audible para las dos personas que lo acompañaban sentado a la mesa. ― Solo quería os conocierais, esperaba que pudierais llegar a un grato encuentro y al salir de aquí, te contaría todo para que no fuera así de abrupto. ― Reveló el Senju sumergiéndose nuevamente en el estado deprimido.

― Ahí tienes tu respuesta. ― Indicó Madara mientas se inclinaba hacia la mesa para apoyar su brazo derecho sobre el mueble en una postura de triunfo y soberbia.

― ¡YO…NO LO PUEDO PERMITIR! ― Gritó Mito poniéndose en pie, repentinamente. ― Aún sea cierto, Hashirama - san no necesita que lo traten así, él es un gran hombre para que lo desprecie. Él no merece de esto… Entiendo que soy una intrusa pero ya lo he dicho, me gusta Hashirama - san y lucharé para que me elija a mí aunque todo se haya dado de esta forma tan inesperada. ― Indicó para alejarse del lugar. ― Madara - sama, le agrade o no… Yo soy la que se casará con Hashirama - san y no importa si ya ha contraído nupcias con usted, yo me convertiré en la esposa primordial. ― Aseguró como si fuera una amenaza para el Uchiha antes de abandonar el local avergonzada, furiosa, triste, indignada, decidida y creyendo más en sus sentimiento que le dictaban que había encontrado el amor de su vida pero estaba siendo retenido por alguien que no lo quería.

― Como si tuviera alguna posibilidad. ― Suspiró con pereza el Uchiha divertido por la reacción de la mujer Uzumaki.

― No es divertido, Madara. Quizás has agravado la situación más de lo que podamos pensar. ― Irrumpió Hashirama con preocupación aún bajo su estado deprimido.

― Esa niña no me da ningún miedo. No puede hacer nada más que gritar que te ama y llorar porque no le correspondes pero yo soy la persona que tú amas y de la que deberías estar preocupado por hacerme pasar por este teatro. Además, todo esto ha pasado por tu culpa, si no te hubieras comportado como el idiota que busca resolver los problemas de todo el mundo, no estaríamos con este problema y yo no estaría molesto por tener que alejar a todas las niñas enamoradizas que creen que tú eres su príncipe azul. ― Acusó Madara para levantarse. ― No quiero seguir viendo tu cara y ni me sigas, iré a entrenar. ― Anunció con enfado antes de marcharse del lugar y dejar solo al Senju.

Hashirama suspiró, sabía que esa era la forma de Madara de decir que necesitaba un tiempo a solas y el Senju después de pagar el té y dangos a medio consumir, regresó a la torre Hokage para realizar el trabajo que había pospuesto. Quizás el centrarse en el trabajo de oficina ayudaría a que Hashirama se relajase y encontrara una manera de salir de ese lío que se había creado tan solo por intentar ayudar a Mito arriesgando su propia relación amorosa.



-Fin-




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