Hashirama
había logrado convencer a Madara para que conociera a Mito y la pelirroja había
aceptado de inmediato cuando la invitó a que lo acompañara a tomar té con
dangos junto a un gran amigo. Por ello, Hashirama estaba feliz, esperaba que
ambos se conocieran y confiaba en que acabaran convirtiéndose en amigos después
de conversar un poco. Además, el Hokage esperaba aliviar el malestar del Uchiha
por la aceptación de matrimonio impuesta por el clan Uzumaki una vez que conociera
a Mito.
Mito,
por otra parte, estaba sonrojada, aún no podía creer que el propio líder Senju
fuese quien la invitara a una cita fuera del ámbito laboral y político tan
pronto ya que sus pocos encuentros habían sido en la oficina que ocupaba por el
cargo de Hokage y para hablar de posibles cláusulas que disolviera la propuesta
de nupcias que había establecido Ashina.
Mito
no había podido profundizar en convivencia y conocimientos personales sobre
Hashirama pero ahora, era diferente porque estaba caminando a un lado de
Hashirama en un encuentro fuera de los asuntos políticos y que decir, solo
pensar que estaba tan cerca del líder Senju la volvía tímida, él es un hombre
alto, guapo, fuerte, amable, cariñoso, atento y un excelente líder por el que
cualquier mujer se enamoraría locamente. Incluso, Mito podía señalar a
Hashirama como el prospecto de hombre que una chica buscaba o tenía en sus
sueños románticos y con el que esperaría esposarse algún día.
―
Espero no te moleste tanto lo humilde de este lugar pero es bastante agradable
esta casa de té, Mito - chan. ― Interrumpió Hashirama los pensamientos de Mito
para indicarle que habían llegado. ― Estoy seguro que ya nos espera dentro, es
una gran persona y muy importante para mí. ― Agregó con una sonrisa a la mujer
para dejar que la pelirroja pasara
primero al interior del pequeño establecimiento de forma caballeresca.
― Será
un placer conocer a tus amistades. Espero agradarle y poder entablar una amistad
con tus conocidos, especialmente con esta persona que es tan estimada para ti.
― Contestó Mito sonrojándose mientras
sus ojos no podían abandonar la figura del Senju.
― No
creo que haya problemas en haceros amigos, eres una gentil chica y aunque él
pueda parecer intimidante, es el hombre más amable que conozco. ― Habló el
Hokage con alegría para empezar a buscar la figura reconocible de Madara, a
quien encontró en una de las mesas del fondo de la sala y quien tenía el ceño
fruncido. ― ¡Vamos!, él está ahí y no es buena idea hacerlo esperar. ― Señaló
con una sonrisa enorme mientras la mujer asentía para seguirlo hasta la mesa
donde los esperaba el Uchiha.
Madara
que estaba sentado desde hacía unos 20 minutos en espera de Hashirama y la tal
Mito Uzumaki, el Senju lo convenció para que se reuniera y conocer a la mujer
que realmente no quería conocer.
Madara
aún estaba sorprendido de la habilidad de Hashirama para haberlo convencido a
asistir a esa reunión desagradable, no sabía cómo había terminado cediendo y
aceptado a la propuesta de Hashirama porque lo que menos quería es ver a la
mujer que estaba intercediendo entre ellos, por él podía no existir o morir en
medio de un asalto de ninjas errantes para que dejara en paz a su pareja con
los tratados de su clan como excusa para lograr estar cerca de Hashirama.
El
líder Uchiha frunció más el ceño, si es que le era posible, cuando se percató
de la llegada de Hashirama junto a la mujer del clan Uzumaki.
― Te
tardaste, Hashirama. ― Madara no dudó en reprochar al Hokage en cuento se
acercó a la mesa ignorando a la pelirroja.
― Lo
siento, Madara, pero deja que te presente. Ella es Mito Uzumaki. ― Hashirama se
disculpó rápidamente para poder hacer la presentación mientras se apartaba para
que ambos se vieran el rostro y ayudar a sentar a la pelirroja.
―
Mucho gusto, Madara - sama. Es un honor el conocer al segundo fundador de la
aldea de la Hoja. ― Dijo la mujer con una pequeña sonrisa e hizo una
inclinación de respeto antes de tomar asiento sin dejar de sonreír al Senju en
agradecimiento por su amabilidad.
El
líder del clan Uchiha, rechinó los dientes por llamarlo segundo fundador cuando
no existía un puesto concreto ya que Konoha existía porque la fundaron a la vez,
Hashirama y él, solo por llegar a un acuerdo de paz pero al parecer su estatus
estaba descendiendo a un segundo en la creación de Konohagakure no Sato pero no dijo nada al respecto y
mordió su labio inferior mientras observaba la interacción de Hashirama con la
mujer, sintiendo como ardía en celos.
Madara
no podía evitar sentir celos ya que conocía lo atento y cálido que era
Hashirama con cualquier persona, siendo que ese comportamiento del Hokage
creara malas interpretaciones en las personas, especialmente, las mujeres
podían creerse que había algún interés personal de Hashirama hacia ellas.
― Sí…
un gusto, Uzumaki. ― Respondió al saludo rodando los ojos y cruzando los brazos
Madara después del leve carraspeo de Hashirama para que no fuera tan evidente
su malestar con la mujer. ― Así que… la prometida de Hashirama. ― Susurró
mirando con reproche a su pareja y luego a la pelirroja que había enrojecido
por sus palabras.
Mito
no pudo evitar sentir que la cara le hirviera por las directas palabras de
Madara, no sabía que responder ya que a pesar de saber su posición debido a la
aceptación del Hokage al acuerdo, le abochornaba haber escuchado su posición
por otra persona pero a pesar de que no encontraba palabras para responder a
Madara, solo asintió con la cabeza mientras el pensamiento de que debía
acostumbrarse y agradeciendo a su padre ya que por primera vez, la elección de
Ashina no había sido tan mala.
― Ya
te conté que será político, Madara, y de poco tiempo debido a que es un
matrimonio arreglado por otra persona sin tener en cuenta las opiniones de Mito
o mía. Además, si Mito conoce a alguna persona de la que se enamore antes del
matrimonio, se anulará ya que Ashina - dono aceptó esa condición después de
insistirle, en donde antes debe pensar en el bienestar de su única hija aunque
lo hizo a regañadientes ya que si no lo hacía, le aseguré que no habría ningún
tipo de acuerdo entre Konoha y el clan Uzumaki. Aunque si eso no ocurre y tengo
que contraer nupcias con Mito, la duración sería de 1 mes antes de poder
acceder al divorcio. ― Explicó Hashirama mientras levantaba la mano en espera
de que le sirvieran dangos y té.
Madara
sonrió descaradamente al ver como el rostro de la mujer se crispaba por el
entristecimiento que le causó las últimas palabras de Hashirama, haciendo
entender al Uchiha de que ya la Uzumaki estaba soñando con la boda que tendría
con el Hokage.
―
Quizás deberías dejar que Tobirama la conozca, él parece más apto para un
matrimonio de este tipo y al menos, ese idiota dejaría de molestar tanto al
tener una esposa a la cual atender. ― Propuso el líder Uchiha como había
insinuado en otras ocasiones causando que Hashirama dejara escapar un suspiro
agotado por el tema.
― Yo
creo que Tobirama - san se preocupa mucho por el bienestar de Hashirama - san.
― Intervino la pelirroja por la sugerencia de que pudiera desposarse con un
hombre tan serio y severo como parecía ser Tobirama Senju y obteniendo una
mueca de enojo en Madara porque ahora, el Uchiha no necesitaba ninguna
afirmación para saber que sus infundados presunciones acerca de la joven mujer
estaba en lo correcto, Mito tenía un enamoramiento hacia Hashirama y no estaba
ahí solo por el acuerdo hecho por el clan Uzumaki hacia Konoha.
― A
veces… parece ser mi hermano mayor aunque es más joven que yo pero tienes
razón, Mito - chan, Tobirama es protector con las personas que le importa
aunque no lo admita abiertamente. ― Habló el Senju ignorando la situación por
la que estaba pasando Madara y Mito mientras que le servían té y dangos
apresuradamente.
― ¡Ja!
Dudo que él quiera a alguien. ― Rezongó Madara con burla. ― Insisto que él es
mejor candidato para Uzumaki, harían una buena pareja. ― Agregó sonriendo a la
pelirroja que había fruncido el ceño por la insistencia. ― No creo que Ashina
se oponga tanto si se le dijera, es un Senju y las posibilidades de que en el
futuro sea el sucesor al puesto de Hokage, son altas. ― Se encogió de hombros
como restando importancia a la posibilidad de que Tobirama se convirtiese en el
segundo Hokage.
―
Madara no seas así, Tobirama tiene su carácter y forma de demostrar su aprecio.
Además de muchas buenas ideas que han ayudado a que Konoha prospere en su
crecimiento. ― Intervino Hashirama soltando una risita.
― ¿Si…?
¿Claro? Cada vez que nos vemos siento su gran amor al quererme clavar una
espada solo por haberse cruzado en su camino conmigo. ― Dijo Madara
sarcásticamente rodando los ojos por el desagrado mutuo que tenía con Tobirama
Senju.
― ¿De
verdad, Madara - sama? No sabía que Tobirama - san y usted estuvieran
enemistado ya que fundó Konoha con Hashirama. ― Preguntó Mito sorprendida por
la revelación del hecho de que el hermano del Hokage y el líder Uchiha no
fueran amigos.
― ¡Ay,
niña! ¡Si supieras…! Si fuera por Tobirama, ya me habría matado o yo hubiera
acabado con él. Solo no lo hemos hecho por Hashirama pero déjame decirte que
ganas no me faltan. ― Confesó Madara con una sonrisa siniestra al ver el rostro
asustado de la Uzumaki que pareció tragar saliva.
Mito
se había quedado sin palabras, era aterradora la confesión directa del Uchiha,
pues no ocultó sus intenciones de asesinar a Tobirama y Mito no comprendía cómo
es que Hashirama no le daba miedo de que se hiciera realidad o por qué el
Hokage no habría castigado al instante al líder del clan Uchiha por atreverse a
admitir claramente sus desagradables pensamientos.
―
¡Madara! Por favor, no estés bromeando de esa manera, alguien podría pensar que
lo dices en serio. Tan solo mira a Mito - chan, parece que la asustaste por
decir algo así. ― Regañó el Hokage, más por ver el rostro más pálido de lo
normal de la pelirroja que por el hecho de saber que las palabras de Madara no
era una broma aunque él quería no admitir el que su hermano y pareja se
llevaran como perro y gato. ― No le hagas caso, él solo está bromeando y a
veces no sabe contenerse. ― Murmuró con una pequeña sonrisa para que Mito se
repusiera.
La
pelirroja bajó la mirada sonrojada y asintió al Hokage por la forma cariñosa
con la que se dirigió el Senju a ella.
Madara,
por el contrario, se enfadó, sabiendo que no tenía caso ocultar la verdad y
tarde o temprano Mito iba a conocer su relación con Tobirama, así como su
desagrado hacía ella. Además, el Uchiha no podía evitar sentir sus celos por el
comportamiento amable que estaba teniendo con la pelirroja y estaba más que
seguro de que la mujer estaba mal interpretando en su ensoñación de
enamoramiento.
― Yo
no bromeo… ― Afirmó en voz baja Madara. ― Aunque… cambiando de tema, por lo
menos ya le explicaste a tu futura esposa que tienes pareja, ¿cierto? ―
Inquirió cortando el agradable ambiente que el Senju logró crear y queriendo
destruir las ilusiones de Mito hacia Hashirama. ― No creo que a tu pareja le
guste mucho esta situación en la que te vas a casar con otra persona y además,
no hayas advertido a Uzumaki de que ya estabas en una relación. ― Madara no
dejó de mirar a la mujer disfrutando ver su rostro sorprendido y asustado ante
sus palabras.
―
¿Pareja? ― Repitió en una pregunta Mito, dirigiendo nuevamente su mirada al Senju.
― ¿Tienes pareja? ― Interrogó directamente sintiendo un pequeño nudo en su
garganta porque no podía imaginar que el hombre amable que le gustaba pudiera
tener a alguien en su corazón aunque en el trato y por lo que conocía del clan
Senju, Hashirama como líder podía tener más de una esposa.
― ¡Oh!
¿No lo sabías? ― Madara fingió su sorpresa al ver a la pelirroja que parecía
querer llorar para volver su atención a Hashirama. ― Pensé que ya se lo habrías
dicho, Hashirama. ― Reprochó con fingido asombro.
―
¡MADARA! ― Exclamó Hashirama sabiendo que el Uchiha lo estaba haciendo
intencionadamente y estaba burlándose de la Uzumaki pero Mito no necesitaba ser
humillada de esa manera cuando ella estaba siendo obligada por su clan a
casarse con él y él solo buscaba la manera de salvarla de un cruel castigo.
―
N-no… Hashirama - san no habla mucho de su vida personal o sus intereses, solo
nos hemos reunido para intentar que chichiue no fuera tan estricto con lo
referente al enlace que tendría con Hokage - sama. ― Contestó Mito tímidamente
y con el rostro tan rojo como su cabello por saber de algo tan importante hasta
ahora e intentando contener sus emociones para no llorar en ese lugar y frente
a los dos hombres, siendo que ama a uno de ellos.
―
Hashirama, no es propio de ti el ser impulsivo para aceptar de la nada un
matrimonio cuando ya estás con alguien, ¿cómo es que la mujer con la que has
aceptado casarte no sabe nada? ― Inquirió Madara con malicia, presionando a
Hashirama a revelar la verdad porque estaba cansándose de estar jugando a los
amigos y que la pelirroja pareciera albergar esperanza en un matrimonio
arreglado como si se tratase de un cuento de hadas y todo eso, irritaba aún más
a Madara.
― ¿Por
qué estás comportándote así, Madara? ― Preguntó Hashirama con irritación por
estar apresurando todo, entendía que Madara odiara la situación y le había
contado sobre que hablaría a Mito de lo que tenían después de que se conocieran
pero parecía que Madara no estaba dispuesto a esperar un poco más.
Hashirama
pensó que Madara comprendería lo difícil que es para Mito aceptar las
circunstancias ya que tendría que estar un mes casados para cumplir con el
acuerdo de Ashina y poder continuar con su vida sin perder a su compañero pero
solo iba a empeorar toda la situación.
― ¿Comportándome,
cómo? Solo estoy hablando de la verdad y creo que Mito tiene derecho a saber o
¿crees que a ella no está interesada en saber sobre que hace más de dos años
que compartes tu cama con alguien? Incluso, querrá saber quién es esa persona.
Ella solo ha llegado hasta Konoha con una propuesta de matrimonio hacia el
líder de Konohagakure no Sato y así reestablecer el clan Uzumaki pero no conoce
nada del hombre con el que se ha comprometido. En cualquier caso, nadie se
siente bien sabiendo que no es correspondido por la otra persona, ni siguiera
siendo un ninja nos podemos deshacer de esas emociones. ― Argumentó
descaradamente Madara antes de llevarse uno de los dulces dangos a la boca y
comerlo con indiferencia, como si lo dicho fuera algo de lo más trivial.
― No
creo que… ― Intentó decir Hashirama pero fue detenido por Mito, quien elevó la
mano como pidiendo permiso para hablar sin mirar a la cara al Hokage.
―
Madara - sama tiene razón. Si tiene una relación con alguien debería haberme
contado la primera vez que nos vimos porque ella debe estar molesta con la
propuesta de matrimonio del clan Uzumaki para el Hokage. También, quisiera conocerla aunque sé que
debe estar dolida y la propuesta de mi clan es codiciosa pero yo… yo tampoco
soy tan cándida, también he considerado todo para saber qué es lo que deseo,
Hashirama - san. ― Mito miraba el té en su taza y el pequeño brote que flotaba
en el caliente líquido solo le indicaba que la fortuna estaba con ella. ― Yo
también soy alguien egoísta y desde el momento que nos conocimos comprendí que
eras la persona adecuada para mí, Hashirama - san. Yo lo amo y quiero que
conozca que haré lo que sea para que nuestro matrimonio sea para siempre
a pesar de que haya alguien antes de mí en su vida pero quiero conocer a su
amante para decirle que no importa cuánto tiempo haya estado con usted o de si
ahora su emociones está dirigido a ella porque
yo voy a hacer todo lo posible para ser quien obtenga su amor porque me
convertiré en su esposa. ― Declaró Mito con fiereza, levantando su rostro por
haber tomado el repentino valor para declarar sus sentimientos al hombre que
ama.
Madara
no pudo contener una carcajada que brotó como fuente de manantial desde su
garganta al escuchar las palabras de la pelirroja porque había sacado las garras que tanto había
mantenido ocultas y declararle la guerra en la cara sin saberlo mientras que
Hashirama estaba sorprendido por lo que acaba de decir Mito.
― ¡Oh!
Así que la pequeña Uzumaki tiene agallas. ― Comentó Madara con diversión
mirando con desafío a la pelirroja.
Mito
miró al Uchiha en silencio ya que no sabía que responder ante el comentario del
Uchiha quien la observaba con intensidad, sintiendo que en la mirada negra del
dueño del sharingan tenía un brillo desafiante y déspota que la hacía
estremecer interiormente aunque bien había percibido el aura hostil que emanaba
Madara pero no sabía el porqué de ello.
― ¿Por
qué las mujeres son tan tontas como para buscar el amor en hombres que ya están
enamorados de otra persona? ― Se preguntó para sí mismo Madara sin apartar la
vista de la pelirroja. ― Ilusionarse tan rápido por actos bondadoso y palabras
vacías solo porque un hombre solo es amable con ellas. ― Se burló mientras
hacía referencia al comportamiento innato de Hashirama con todo el mundo.
Hashirama
estaba estupefacto por la sorpresiva confesión de la pelirroja, nunca pensó que
Mito se enamorara de él y le profesara dichos sentimientos, logrando sentirse
mal con el hecho de que Madara tuviera que soportar algo así.
―
Madara, por favor... ― Dijo en voz baja Hashirama mirando con preocupación al
Uchiha, sabiendo que este podría ser cruel con su afilada lengua debido a lo
doloroso que fue escuchar como alguien se confesaba a la persona que ama frente
de él.
―
Mito, ¿te cuento un secreto? ― Madara ignoró a su pareja para inclinarse un
poco hacia la pelirroja y despertar su curiosidad.
La
Uzumaki solo frunció el ceño con desconfianza a lo que tuviera que decirle el
Uchiha porque no había dicho nada agradable en todo el rato que llevaba
conociéndolo pero no podía ocultar la intriga que causó la pregunta de Madara,
así que Mito asintió para inclinarse de igual manera hacia el hombre y escuchar
lo que tenía que decir.
― Yo
soy la pareja de Hashirama. Soy el amante que tanto ha de intrigarte. ― Reveló
Madara sonriendo victorioso por el rostro incrédulo de la pelirroja. ― Y por
mucho que lo ames no voy a cedértelo tan fácilmente. ― Declaró para retroceder
y mirar a su amante quien permanecía sentado con la espalda recta mirando a
ambos que parecían cotillear pero escuchando todo lo dicho por Madara. ― Por
eso siempre te digo que nunca muestres ni un poco de empatía, siempre piensan
que estás interesado en ellas solo por ser amable. ― Regañó a Hashirama quien
se deprimió. ― Desde el principio te dije que se lo contaras y mejor la
hubieras dejado morir antes de que hiciera esa ridícula declaración. ¡Ja!
Obtener el amor de Hashirama, ¡no me hagas reír, niña! ― Escupió enojado y
cruelmente para reírse por ver al Hokage deprimido y el rostro estupefacto de
Mito por la noticia que le acababa de revelar.
―
¡MIENTES! ― Exclamó en un grito Mito al recobrarse de la afirmación de Madara.
― Usted está mintiendo. Hashirama - san, dígame que no es verdad lo que acaba
de decir, eso no tiene sentido. Usted y él… ― Se apresuró a buscar la respuesta
de la persona que quería que desmintiera todo aquello porque no era posible
algo así sucediese.
― Yo
no tengo ningún motivo ni un por qué para mentirte, Uzumaki. No es mi culpa que
el tonto de aquí, esté deprimido como para responder de inmediato y se comporte
consideradamente contigo pero igual, lo hace con todo el mundo porque es un
despreocupado. ― Escupió Madara fulminando con la mirada a su pareja.
― ¿Por
qué se tiene que complicar todo de esta manera? ― Preguntó a nadie en
particular, Hashirama mientras salía de su estado anímico de depresión. ― Él
dice la verdad. ― Confirmó en voz baja pero lo suficientemente audible para las
dos personas que lo acompañaban sentado a la mesa. ― Solo quería os
conocierais, esperaba que pudierais llegar a un grato encuentro y al salir de
aquí, te contaría todo para que no fuera así de abrupto. ― Reveló el Senju
sumergiéndose nuevamente en el estado deprimido.
― Ahí
tienes tu respuesta. ― Indicó Madara mientas se inclinaba hacia la mesa para
apoyar su brazo derecho sobre el mueble en una postura de triunfo y soberbia.
―
¡YO…NO LO PUEDO PERMITIR! ― Gritó Mito poniéndose en pie, repentinamente. ― Aún
sea cierto, Hashirama - san no necesita que lo traten así, él es un gran hombre
para que lo desprecie. Él no merece de esto… Entiendo que soy una intrusa pero
ya lo he dicho, me gusta Hashirama - san y lucharé para que me elija a mí
aunque todo se haya dado de esta forma tan inesperada. ― Indicó para alejarse
del lugar. ― Madara - sama, le agrade o no… Yo soy la que se casará con
Hashirama - san y no importa si ya ha contraído nupcias con usted, yo me
convertiré en la esposa primordial. ― Aseguró como si fuera una amenaza para el
Uchiha antes de abandonar el local avergonzada, furiosa, triste, indignada,
decidida y creyendo más en sus sentimiento que le dictaban que había encontrado
el amor de su vida pero estaba siendo retenido por alguien que no lo quería.
― Como
si tuviera alguna posibilidad. ― Suspiró con pereza el Uchiha divertido por la
reacción de la mujer Uzumaki.
― No
es divertido, Madara. Quizás has agravado la situación más de lo que podamos
pensar. ― Irrumpió Hashirama con preocupación aún bajo su estado deprimido.
― Esa
niña no me da ningún miedo. No puede hacer nada más que gritar que te ama y
llorar porque no le correspondes pero yo soy la persona que tú amas y de la que
deberías estar preocupado por hacerme pasar por este teatro. Además, todo esto
ha pasado por tu culpa, si no te hubieras comportado como el idiota que busca
resolver los problemas de todo el mundo, no estaríamos con este problema y yo
no estaría molesto por tener que alejar a todas las niñas enamoradizas que
creen que tú eres su príncipe azul. ― Acusó Madara para levantarse. ― No quiero
seguir viendo tu cara y ni me sigas, iré a entrenar. ― Anunció con enfado antes
de marcharse del lugar y dejar solo al Senju.
Hashirama
suspiró, sabía que esa era la forma de Madara de decir que necesitaba un tiempo
a solas y el Senju después de pagar el té y dangos a medio consumir, regresó a
la torre Hokage para realizar el trabajo que había pospuesto. Quizás el
centrarse en el trabajo de oficina ayudaría a que Hashirama se relajase y
encontrara una manera de salir de ese lío que se había creado tan solo por
intentar ayudar a Mito arriesgando su propia relación amorosa.
-Fin-
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