lunes, 23 de septiembre de 2019

Hashirama - Tobirama



Tobirama estaba feliz, finalmente su hermano se había deshecho de Madara Uchiha, el hombre que representaba un problema para el bienestar y crecimiento de Konohagakure, especialmente ahora que la aparición de otras villas similares y que fueron creadas tomando a Konoha de ejemplo, estaban en una situación inestable que solo anunciaba una guerra muy diferente a las realizadas en el pasado, cuando eran clanes independientes.

Sin embargo, Tobirama sabía que algo había pasado con su hermano y no se trataba de que su cuñada se hubiese convertido en un jinchuriki o que debido al apresurado sellado utilizado en la pelirroja, el jutsu tuviera consecuencias en Mito como el que su vientre fuera dañado y ya no pudiese concebir. Tobirama era consciente que para su hermano mayor era una nimiedad que no resultaba un verdadero problema. Además, la pareja ya contaba con hijos propios y no tenían que preocuparse por la concepción de un bebé.

El hombre albino no dejaba de preguntarse qué había ocurrido en esa batalla de hace unos días atrás para que hubiera logrado cambiar tanto la personalidad de Hashirama pero hasta que lo descubriera, él seguía observando agudamente a su hermano. Tobirama estaba preocupado por su familiar y no estaba seguro de si ese nuevo estado en Hashirama era un problema para enfrentarse a lo que estaba por venir.

― Se hará una reunión con los Kages de cada aldea y quiero que me acompañes, Tobirama. ― Habló Hashirama mirando a su hermano después de leer uno de las tantas hojas que había sobre el escritorio que ocupaba.

― Alguien debe quedarse como dirigente en tu ausencia, aniya. ― La respuesta parca de Tobirama hizo que Hashirama negara con la cabeza.

―Ya he pensado en ello, dejaré a Mito y Touka en nuestra ausencia. Necesito que vengas conmigo como un shinobi de confianza, es la primera vez que se realiza una junta de líderes de aldeas ninjas. Es un evento importante, espero sea una oportunidad para acordar la paz y no vuelva a comenzar una guerra que solo puede traer sufrimiento. ― Habló el Hokage con esperanza de que la reunión de Kages ayudara a solucionar la tensión que parecía haber entre las recién creadas villas shinobis.

― Iré contigo, aniya, pero tengo dudas de que sea tan fácil llegar a un acuerdo de paz. ― Respondió Tobirama sin dejar de escrutar a su hermano.

Hashirama asintió para regresar su atención a los documentos sobre su mesa sin dejar de sentir la mira penetrante de Tobirama, era consciente de que su hermano deseaba preguntarle sobre su encuentro con Madara desde la noche que llegó anunciando la muerte del Uchiha aunque no llevaba el cadáver de su ex amante porque él mismo se ocupó de encontrar un lugar oculto para que descansara pero aún Tobirama no abordaba el tema e hizo que escapara un pequeño suspiro de sus labios.

― Di lo que quieras preguntarme, Tobirama. ― Animó al otro hombre mientras inspiraba derrotado con sus ojos atento en su hermano.

Resultado de imagen de Hashirama and Tobirama― ¿Qué sucedió? ― Preguntó sin rodeos el hombre albino. ― Después de tu enfrentamiento con el Uchiha regresaste diferente, Hashirama… ― Comentó mirando a su hermano directamente a los ojos. ― ¿Qué tanto te dijo o hizo el Uchiha para estar en ese estado miserable? ― Agregó esperando una respuesta concreta del mayor porque Madara tenía ese poder sobre su hermano, dejarlo en aquel estado tan lamentable. Luego de tantos años, su hermano nunca pudo dejar de amar al Uchiha y no era un secreto para nadie.

Hashirama suspiró, no creyó que se apreciara tanto el vacío que sentía de haber perdido a Madara como para entender que nada de lo que tenía iba a curar esa herida que el ex líder Uchiha dejó en él.

― Ya sabes cuán importante es Madara para mí, lo que él significaba. ― Comenzó a explicar Hashirama intentando encontrar las palabras para expresarse.

― No me des un rodeo, aniya. He soportado todo este tiempo tu encaprichamiento por ese Uchiha como para que ahora no seas concreto. ― Cortó Tobirama molesto. ― Ve directo al punto. ― Exigió cruzando sus brazos sobre su torso.

― El perdió un hijo. ― Musitó bajando la mirada con tristeza mientras parecía que su enorme cuerpo se encogía en su asiento detrás del escritorio.

― ¿Y…? Muchos padres, especialmente los shinobis, pierden a sus hijos. Pudo intentar volver a embarazar a la mujer o buscar otra para que tuviera a sus hijos. ― Indicó con frialdad sin entender por qué ese hecho afectaba tanto a Hashirama.

―No lo entiendes… fue mi causa que su hijo no esté vivo, así como es mi culpa que Mito no pudiese tener a su bebé. ― Habló el Hokage comenzando a derramar lágrimas.

― ¿Por qué sería tu culpa que perdiera a su hijo? No entiendo porque te afecta tanto. ― Indicó comenzando a procesar lo que hasta ahora le había dicho su hermano, quedando callado por un momento, pues cuando Mito había estado embarazada y perdió al bebé de manera natural, Hashirama no se vio tan mal. ― No me digas que él… ¿él te dijo que estaba esperando? ― Pregunta con escepticismo mirando a su hermano.

Hashirama asintió con la cabeza mientras comenzaba a llorar con fuerza, le dolía conocer lo ocurrido porque Madara había perdido a su hijo por su causa ya que no insistió ni detuvo su marcha de Konoha.

Tobirama soltó un gruñido de sorpresa por la afirmación de su hermano mientras su cabeza comenzaba a doler.

― ¿Y cómo sabes que no mentía, Hashirama? ― Pregunta sin creerse del todo que el Uchiha estuviese esperando un hijo de su hermano, sabía que Madara era un hombre extraño pero la posibilidad lo aturdía y sin hacer mención a la naturaleza que limitaba a las personas para poder procrear.

― Él no mentía, Tobirama. No me hubiera dicho si no fuera que ese infante llevara mi sangre también. Madara me lo contó con tanto dolor en su voz que no tuve dudas sobre lo real que eran sus palabras. ­― Habló de manera entrecortada recordando la voz de Madara cuando dijo aquello y como había llevado una de las manos al vientre como si allí albergara un ser que crecía aunque ya no había nada ahí. ― Se oía tan roto, igual a cuando me confesó que Izuna había muerto… ― Comentó mirando a su hermano. ― ¡Si no fuera un cobarde! ¡NUESTRO HIJO ESTARÍA VIVO!¡MADARA ESTARÍA VIVO! ― Exclamó lleno de dolor mientras golpeaba las manos sobre su escritorio.

Tobirama deshizo sus brazos para llevar una de sus manos a la cabeza para masajearla intentando hacer desaparecer el creciente dolor que sentía mientras su otra mano se dirigió a la cadera. Tobirama no entendía nada en absoluto, mucho menos sabía dar ánimos o dar apoyo pero en toda esa historia había algo que no se ajustaba a la realidad y es ¿por qué Hashirama creía algo así cuando no era probable? Madara era hombre y por tanto, no podía embarazarse como una mujer.

― Estamos hablando de Madara, él era hombre y no una mujer. Por un momento, estamos hablando de él como si fuera una mujer y por tanto, no pudo estar gestando un hijo a no ser que el fuera el padre del niño que debió estar gestando alguna mujer que tuviese la estúpida idea de tener sexo con un hombre como ese Uchiha. ― Recordó Tobirama, aún se preguntaba cómo era que su hermano lo había hecho olvidar lo obvio y lograr que pensara algo tan bizarro hacia un hombre que lo único femenino que podía tener era usar un henge. ― ¿O es qué era una mujer e incluso, tú ocultaste su género? ― Ironizó mientras rodaba los ojos. ­― Aniya, Madara solo inventó eso para que reaccionaras como lo haces. Probablemente, utilizó algún genjutsu para que sintieras como reales sus palabras pero todo fue una mentira con el objetivo de que sufrieras porque no pudo obtener su objetivo. Un hombre no puede quedar en cinta por mucho que lo intente. ― Frunció el ceño mientras su hermano mayor seguía sin dirigirle la mirada y derramando lágrimas desconsoladas.

― No, Tobirama. Si Madara hubiera usado algún jutsu rápidamente me habría percatado y neutralizado el ataque pero él era un hombre con esa maravillosa cualidad que pocas veces ocurren en el mundo porque no solo las mujeres pueden gestar, algunos hombres también tienen la posibilidad y Madara podía lograrlo debido a que nació con ese extraordinario don. ― Afirmó apretando sus puños sin poder detener sus lágrimas. ― Él me lo contó hace mucho tiempo, antes de que nosotros… ― Se mordió el labio con fuerza por los sentimientos que lo abordaban aunque Tobirama a duras penas logró escuchar las palabras de su hermano por lo bajo que habló.

― Pero eso… no puede ser real. ― Insistió Tobirama sin saber cómo reaccionar a la confesión.

― Lo es, es la verdad. Cuando Madara me lo dijo pensé que bromeaba y se enfadó mucho conmigo porque se sintió ofendido por mi incredulidad pero me incomodaba que él estuviera molesto conmigo, así que comencé a investigar. Podría decir que fue por él que me interesé en el ninjutsu médico porque era la única manera en la que comprobé cuan cierta eran las palabras de Madara. No es un suceso común en las personas y ha ocurrido en más ocasiones pero son pocos los hombres y mujeres que nacen con ambos géneros. ― Hashirama se levantó de la silla para girarse y ver las calles de Konoha desde la ventana más cercana. ― Sé que no mentía esa vez, que habló con sinceridad y si me reveló algo tan importante mientras moría en mis brazos, solo era para decirme que su hijo también era mi hijo. ― Se llevó las manos al rostro sintiéndose quebrado por no haber estado con Madara para que nada de eso pasara.

Tobirama no entendía nada, estaba sorprendido por lo que su hermano le reveló y él ni era consciente de que existieran personas así, mucho menos de que Madara pudiera engendrar, logrando que se sintiera como un completo ignorante pero ver tan destrozado a su hermano lo entristecía.

El hombre albino chasqueó la lengua y se acercó a su hermano, apoyó la mano en el hombro del mayor, no sabía que debía decir, siempre había sido malo para dar apoyo o ánimos, solo podía quedarse ahí, junto a su hermano mayor para tratar de consolarlo de alguna manera con su presencia.

Hashirama sintió otra vez las lágrimas deslizándose por sus mejillas cuando el contacto de Tobirama en su hombro lo hizo girarse para verlo, sabía que estaba tratando de brindar apoyo pero él perdió todo ese día; a la persona que ama y saber que pudo haber tenido un hijo, una familia junto a Madara, lo hacía sentir devastado.

― Sigo sin creerme del todo el que él haya tenido un hijo pero si tú lo dices… yo creo en ti, aniya. ― Susurró Tobirama.

― No te preocupes, sé que es difícil de creer. Ya te dije que yo mismo no pude creerlo en un principio pero pude comprobar ese don que poseía en nuestra corta convivencia. Ojala nada hubiera ocurrido como pasó, yo debí cuidarlo y no dejar que abandonara mi compañía. ― Se lamentó, limpiando su rostro.

― Nada ha sido tu culpa, aniya. Él decidió marcharse y nadie sabía que podía suceder, ahora debes recordar que sigues teniendo hijos, esposa y esta villa que te necesita. No puedes dejar todo lo que has conseguido y anhelaste desde que eras un niño. ―  Dijo el hombre albino.

― Tienes razón, Tobirama. ― Contestó mirando nuevamente Konoha pero sabía que todo eso no haría desaparecer su dolor y tampoco borraría el recuerdo de Madara de su corazón.



-Fin-




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