martes, 25 de febrero de 2020

Danzou - Kagami

¡Atención!, contenido +18.





Hiruzen había llamado a Kagami para que dejara su función de secretario y cubriera una misión secreta en el interior de Konoha, ya que el actual Hokage presentía que algo estaba mal en la villa, después de que varios pequeños incidentes que rodeaban a los archivos confidenciales guardados en la torre Hokage hubieran surgido y algunos altercados con espías. A pesar de que la vivencia en Konoha parecía ser normal, Hiruzen había presentido que todo esos sucesos estaban relacionado y el responsable de los sucesos debía estar caminando libremente por La Hoja.

Kagami había sido muy discreto en sus investigaciones hasta entender lo que estaba ocurriendo concretamente y si no fuera porque lo pudo comprobar por sí mismo después de investigar cautelosamente los incidentes pasados, no lo habría creído en la posibilidad de que algo así ocurriese si se lo contaran.

Resultado de imagen de Danzo KagamiDanzou Shimura era quien estaba detrás de todos los problemas que recientemente ocurrían en Konohagakure no Sato porque cuidadosamente estaba planeando un golpe de estado para deshacerse del actual Hokage y ocupar el puesto de líder ninja de Konoha.

Kagami había conocido a Danzou desde sus días de Academia ninja, incluso no podía encontrar un por qué a todo ese planteamiento de Shimura por estar creando un motín contra su propio Hokage y amigo, Hiruzen Sarutobi.

Kagami sintió su cabeza ser golpeada por el recuerdo de Tobirama Senju y sus dudas sobre quien legar el puesto de Hokage. El segundo Hokage había hecho confidente a Kagami de sus pensamientos como expectativas futuras de quien dejar su apoyo como el próximo Hokage y que tanto, Danzou como Hiruzen eran actos para ocupar el puesto pero no podía confiar completamente en Shimura como el tercer Hokage de La Hoja. Siendo ese el motivo de que Senju Tobirama dejara en indicado que sería Hiruzen quien era más recomendable para ser el futuro Hokage después de que él no estuviera en el cargo de líder ninja.

El Uchiha sacudió su cabeza de derecha a izquierda para despejar su mente de conjeturas del pasado y continuar con su misión. Siguió a su objetivo sigilosamente por los pasillos del cuartel general de Raíz pero al pasar la puerta por la que ingresó Danzou, pudo escuchar como la puerta se cerraba a su espalda estrepitosamente después de pasar la entrada y un chasquido hacía eco, indicando de qué había sido asegurada la puerta.

― Sabía que un gato callejero me estaba siguiendo pero no pensé que fueras tú, Kagami. ― Habló Danzou con sorna cuando el Uchiha se giró. ― No intentes usar el Sharingan, aquí no funcionará el orgulloso kekegenkai de los Uchiha. ― Indicó para señalar el suelo y el techo donde varios sellos se dibujaban. ― De hecho, usar chakra en este lugar para cualquiera que no sea yo, sería un suicidio. ― Advirtió con petulancia antes de golpear el estómago del Uchiha.

― Mald…ito… ― Logró pronunciar Kagami mientras se inclinaba sujetando su vientre por el fuerte  golpe.

Kagami no soportó su peso cuando no pudo esquivar otro puñetazo del líder de Raíz y cayó de rodillas jadeando de dolor.

― ¿Y bien? ¿Ahora me dirás qué te trae por aquí Uchiha? ― Preguntó Danzou con una enorme sonrisa, al mismo tiempo que tomaba bruscamente del cabello al otro shinobi mientras usaba un poco de fuerza para que levantase el rostro y poder observar aquellos ojos que deseaban mostrar el Sharingan. ― ¿Hablarás o tendré que jugar un poco más contigo para que maúlles, gatito? ― Se burló.

― Eres… un maldito, Danzou… ― Escupió con ira, sosteniendo su mirada llena de coraje a su ex compañero de equipo cuando una nueva mueca de dolor se dibujó en sus labios al sentir como el otro hombre le tiraba con más fuerza de su cabello.

― Es muy divertido ver como contienes el dolor pero no te hará bien y lo sabes, Kagami. ― Aconsejó Shimura divertido para propinarle una bofetada. ― Sé un buen chico y dime, ¿por qué me has seguido hasta aquí? ― Interrogó.

Kagami intentó activar su Sharingan una vez más pero su cuerpo volvió a sentirse entumecido a merced de Danzou, quien esperaba una respuesta mientas disfrutaba ocasionándole dolor. Sabía que Shimura estaba esperando una respuesta pero él era incapaz de pronunciar algún insulto, solo pudo mirarlo con dureza antes de recibir otro fuerte golpe en su vientre, escuchando como algún hueso de su interior crujió por el impacto ocasionando que el dolor se multiplicara pero consiguió tragarse el aullido lastimero porque era consciente de que ese crujido debió ser alguna de sus costillas siendo quebrada por el fuerte impacto que acababa de recibir.

― Sigues siendo un buen perro, si hubiera más shinobis como tú, Konoha sería una gran potencia en este mundo pero hoy día los ninjas no conocen la dureza que vivimos y son vulnerables, así como fáciles de persuadir. Seguramente, fue esta lealtad una de las cualidades que Tobirama sama vio en ti para que te eligiera como su puta personal aunque seas un Uchiha. ― Comentó mientas liberaba a Kagami con brusquedad quien logró apoyar las manos en el suelo para tener un poco de estabilidad sin poder evitar el escupir sangre.

― Eres una… vergüenza, no ensucies… el nombre de sensei… con tu boca, traidor. ― Logró decir mientras se llevó su mano derecha al costado izquierdo, intentando calmar el punzante dolor en su interior.

― No soy yo quien avergüenza el nombre del segundo Hokage. ― Se burló entre risas Danzou antes de propinarle una fuerte patada al Uchiha. ― Puedo estar así durante horas, ¡RESPONDE A MIS PREGUNTAS, ESCORIA! ¿Quién te envía? ― Ordenó mientras pisaba la espalda del contrario, quien se retorció de dolor sobre el suelo, esperando una respuesta.

Kagami ahogó un jadeo lleno de dolor y soltó una pequeña risita por lo irónico de las palabras del contrario.

― Me acusas de haber sido la ramera del segundo pero… pero tú… ¿tú no te has visto? ― Acusó con fingida soberbia, agotado de escuchar las acusaciones y la presión de que revelara su misión pero no podía continuar así y necesitaba distraer a Shimura. Por ello, no se le ocurrió nada mejor que hacerle saber que conocía el secreto que tan recelosamente Hiruzen y Danzou guardaban.

― ¿Qué quieres decir? ― Preguntó sin interés, pateando con fuerza la espalda de Kagami.

El Uchiha aprovechó aquel atisbo de duda de su agresor para invertir las posiciones y atrapar a Shimura, era un ninja y también sabía aprovechar o crear oportunidades. Además, de que era completamente consciente de que no iba a poder hacer uso de su Sharinga o chakra con facilidad debido a los sellos pero eso no iba a brindar a su enemigo la oportunidad de ser una presa fácil y debía de demostrarlo. Kagami se había preparado para no ser un shinobi inofensivo aunque no pudiera hacer uso de su chakra.

― Tú puedes pensar que nadie conoce ese secretito pero… muchos sabemos cómo bajas tus pantalones frente a Hiruzen. ― Susurró con una sonrisa maliciosa canalizando el dolor de sus costado. ― Responderé a tu pregunta a pesar de que no es mi estilo… revelar mis misiones pero eres uno… de los principales sospechosos que atentan contra… Konohagakure no Sato. Eres alguien peligroso y sabes mucho secretos que no debieron ser de tu conocimiento… Alguien que puede ser el principal líder de estar intentando dar un golpe… de estado por tener tanta información en tus manos… ― Reveló, esperando que de esa manera Danzou revelara sus intenciones.

Sin embargo, el forcejeo entre los dos hombres no tardó en volverse rudo pero Kagami estaba herido y necesitaba equilibrar sus movimientos constantemente pero Danzou, aprovechó este hecho para retener nuevamente al Uchiha.

― ¡MALDITO! ― Aulló Shimura mientras lograba retener nuevamente al Uchiha con brusquedad mientras le propinaba un certero puñetazo. ― Ahora no pareces tan valiente, ¿cierto? ― Se burló mientras pateaba al Uchiha para luego, retenerlo con fuerza. ― Verás, sucio gato callejero, quizás lograste engañar a Tobirama sama con facilidad para ser su perro. Incluso, si Konoha permanece ciega a ello pero es lo que te ha dado un lugar para seguir aquí. ― Apretó el agarre obteniendo un gruñido del otro shinobi. ― Si tanto deseas saber, yo quiero proteger esta aldea y para ello, se necesita cambiar todo el sistema que actualmente Konoha tiene porque no es el adecuado. Hiruzen está haciendo que La Hoja vaya directamente a la decadencia. ― Reveló sus intenciones despreocupadamente.

― ¿De qué demonios… habla? Tú eres quien está intentado destruir… todo lo que los fundadores de Konohagakure… crearon. ―  Recordó Kagami cuando sintió un escalofrío mientras una fría mano de su opresor se introducía bajo sus ropas, tocando su piel con descaro.

― Haré una nueva y perfecta Konohagakure no Sato como era el deseo de Tobirama sama pero para ello, hay que comenzar deshaciéndose de los estorbos que causan problemas. ― Murmuró al oído del Uchiha. ― El segundo Hokage te entrenó bien, ¿cierto? Tu cara siempre ha sido tan linda como la de las chicas, ¿qué te parece si jugamos nosotros solos? Tú y yo, sin interrupciones en este momento. ― Ronroneó maliciosamente, ocasionando que el otro ninja se removiera por lo qué podrían estar significando esas palabras.

― ¡ESTÁS… LOCO! ― Susurró Kagami con odio y repugnancia a las palabras del otro hombre.

Kagami se estremeció al sentir el aliento cálido de su opresor junto a la sensación de asco que le producía sentir como las manos contrarias no dejaban de acariciar su piel en busca de zonas sensibles del otro hombre.

― Sé que te gusta esto, gatito callejero. ― Susurró con excitación Danzou.

― ¡EN TUS SUEÑOS, SHIMURA…! ― Exclamó el Uchiha retorciéndose en el toque que le repugnaba para liberarse pero el dolor en su costado no ayudaba a que pudiese moverse con libertad.

Danzo no se molestó por las palabras del moreno, se limitaba a observar y deleitarse con diversión como podía someterlo a él con facilidad, a pesar de que el Uchiha intentaba liberarse de su contacto pero Danzou había soñado incontables ocasiones con tener de esa manera al Uchiha.

― No negaré que he soñado muchas veces con esto, Kagami kun. Tú de esta menara, no sabes cuánto me gusta tener esta vista. ― Murmuró cerca de la oreja contraria para capturar con sus labios el lóbulo de la oreja y succionarla. Mientras llevó una de sus manos a uno de los pezones de Kagami, logrando que se estremeciera el Uchiha por el brusco contacto. ― ¿Así que era esta la forma en que Tobirama sama logró que obedecieras? Mira cómo reacciona tu cuerpo por unas pequeñas caricias. ― Se mofó cuando el Uchiha dejó de forcejear para estremecerse por otra violenta caricia que llegaron a presionar la zona donde punzaba el dolor de la lesión. ― No puedo dejar de imaginar cómo se verá tu cara llena de placer pero debía ser excitante si Tobirama sama, te eligió a ti tan celosamente. ― Divagó con diversión.

― Mal… dito… ― Jadeó Kagami antes de gritar cuando sintió que Danzou clavó algo en su pierna derecha.

― No quería llegar a esto pero quiero ver el final y no me apetece que saber si estás dispuesto o no a cumplir este precario capricho. ― Indicó mientras inyectaba el líquido en Kagami para besarlo violentamente y esperaba a que el sedante hiciera su efecto sobre el otro hombre al retirar la inyección que lo dejaría a su merced.

Todo sucedió demasiado lento y el dolor solo había sido la cuerda que había permitido tener consciente al Uchiha porque lágrimas escaparon de los ojos de Kagami, sufriendo la crueldad de Danzou en su cuerpo mientras el sufrimiento no se detenía y cada segundo sentía como Shimura estaba desgarrando cada musculo de su anatomía y mancillando su piel.

― Sin duda, eres muy entretenido a pesar de que no soy el primero pero eso solo hace que haya disfrutado mucho más contigo de lo que puede ofrecer un inexperimentado. ― Habló satisfecho Danzou mientras acomodaba sus ropas.

Kagami miró al otro hombre con ira y dolor mientras volvía a recuperar un poco de movilidad, fue la suficiente para poder mover su brazo y tomar uno de sus kunais con fuerza en su mano derecha que habían sido esparcido por el suelo, cuando Danzou arrancó sus ropas.

Danzou caminaba hacia la puerta para salir de la sala, cuando sintió el punzante dolor en la espalda que lo hizo caer estrepitosamente.

― No podré perdonarte esto. ― Afirmó Kagami mirando el cuerpo de Danzou con mirada indiferente. ― No te mataré pero vivirás con el peso de tus pecados desde hoy porque cada día que te levantes y te dirijas algún lugar, aún sea a mear, vas a recordar todo el mal que has hecho. ― Concluyó sintiendo sucio por lo que había pasado entre ellos e intentando recuperar con mayor rapidez su movilidad.

― ¿¡QUÉ HAS HECHO!? ― Preguntó Shimura sintiendo como una de sus piernas se entumecía y parecía estar perdiendo la movilidad de una parte de su cuerpo mientras su ropa eran empapadas por la sangre que brotaba de la herida de su espalda a causa del kunai con que lo habían herido.

Kagami no respondió mientras lograba levantarse torpemente para vestirse como pudo con su destrozada ropa y caminar con lentitud hasta uno de los pasajes para salir de ahí, después de recuperar parte de su movilidad e ignorando los gritos de Danzou.

Horas más tarde, Danzou fue encontrado en una sala de enfermería del pequeño hospital de Konoha donde estaba recuperándose de la herida y Shimura fue arrestado al ser acusado de su intento de crear una rebelión y conspiración contra el tercer Hokage. Kagami se recluyó en su hogar, sin deseos de recuperar su puesto en la torre Hokage aunque Hiruzen le pidió en varias ocasiones que regresara, Kagami se negó, queriendo vivir una vida tranquila e intentando olvidar su última misión en el ambiente tranquilo de su familia.



Fin.


lunes, 17 de febrero de 2020

Yahiko - Nagato


Nagato estaba caminando por el acantilado donde el sonido del constante golpeo de las olas del océano era como una orquesta musical producida por el agua marina. A cada paso, Nagato se preguntaba cuanto tiempo tomaría para que se diera la paz en el país de La Lluvia pero repentinamente sus pensamientos fueron interrumpidos cuando frente a él un ramo de flores emergió de la nada, haciendo que detuviera su paseo.

El pelirrojo miró a un lado para comprender que el ramo de flores era seguido del brazo extendido de Yahiko, quien sostenía el ramo de flores con pétalos violetas y rosas mientras le dedicaba una sonrisa enorme sonrisa.

― ¿A qué se debe estas flores? ― Preguntó el Uzumaki mientras aceptaba el hermoso obsequio.

― Es mi forma de decir… ¡Gracias! ― Murmuró Yahiko con un intenso sonrojo. ― Akatsuki está creciendo y todo se debe a que sigues a mi lado, tanto tú como Konan me habéis ayudado con esta idea y el propósito de liberar el país de Hanzou de la Salamandra. No creo haber podido llegar hasta aquí, sin ustedes a mi lado. ― Afirmó toscamente haciendo sonreír a su compañero.

― Era nuestro sueño, el sueño de tres niños que solo querían sobrevivir a la guerra. Yo soy quien más agradecido estoy, especialmente de haberos conocido aquel día. ― Recordó Nagato mientras acariciaba con su dedo índice uno de los pétalos de una de las muchas flores del ramo que le fue entregado.

― Te quiero. ― Susurró Yahiko en voz baja mientras miraba hipnotizado a su amigo.

Nagato parpadeó antes de dirigir su mirada al otro hombre que parecía sorprendido de sí mismo por haber pronunciado esas inusuales palabras y sin saber con seguridad que era lo que realmente deseaba pronunciar Yahiko.

Un pequeño sonrojo se dibujó en las mejillas del pelirrojo al percibir la mirada intensa de su compañero sobre su persona. Además, su pulso se había disparado a gran velocidad por las palabras que susurró Yahiko.

- ¿Habrá dicho “te quiero” por “amistad”, “hermandad” o quizás sea… un “te quiero” de ¡“AMANTES”!? - Se preguntó el pelirrojo aunque descartó rápidamente la posibilidad de que hubiera un amor más allá de la hermandad porque al chico de cabello naranja sentía una gran atracción por su amiga de la infancia y compañera de equipo. Nagato no iba a permitirse ilusionarse por un sentimiento que no podría ser, a pesar de que Nagato llevaba enamorado de Yahiko desde hace bastante tiempo, aunque comprendía que era un sentimiento unilateral.

― Yo igual te quiero, Yahiko. ― Respondió mirando al contrario. ― Eres un gran amigo. ― Agregó con una pequeña sonrisa de agradecimiento. ― Gracias por las flores. ― Indicó para oler el dulce aroma que desprendían el simple obsequio. ― Vamos, Konan nos debe estar esperando para almorzar. ― Indicó para comenzar a caminar de regreso a una vieja casa que habían tomado como guarida para su clandestino grupo rebelde que buscaba liberar un país de las batallas.

Yahiko sintió una agradable calidez, hasta sus ojos brillaron de felicidad al escuchar las palabras del pelirrojo porque no creyó el poder ser correspondido pero toda ilusión se rompió en el mismo segundo, cuando Nagato continuó hablando llamándolo “amigo”.

- ¿Nagato no entiende que me acabo de confesar? ¿tan mal lo hice? O quizás… ¿no hablé con claridad? – Fueron los pensamientos que llenaron la cabeza del hombre de cabello naranja.

― Espera un momento, Nagato. ― Pidió mientras tomaba la mano de su amigo para detener su caminar. ― Creo… que no me he expresado bien. ― Dijo con seriedad apretando un poco su agarre en la mano del pelirrojo.

― ¿No? ― Preguntó el hombre de extraño ojos ondeantes con confunsión por el comportamiento de su compañero.

― Admito que me gusta Konan, más que una hermana, de hecho estoy enamorado de ella pero tú… yo también te amo a ti. Sé que es extraño pero cuando estoy a tu lado o al lado de Konan me hacéis sentir raro. No puedes imaginar  lo difícil que fue comprender que se trataba de amor, de que quiero estar contigo pero también con ella a la vez. Te amo y no como un amigo, tampoco como un amante, es un amor diferente y es tan desbordante este sentimiento que no sabía si era real o si había algo mal en mí pero no es así. Me ha costado mucho percatarme de que os amo con un sentimiento que va más allá de la comprensión humana. ― Murmuró sonrojándose más a cada palabra ya que no estaba seguro de lo que podría ocurrir y él mismo no comprendía como podía emerger tantas emociones diferentes en su interior de forma inexplicable porque solo deseaba el ser correspondido y podía asegurar después de tanto tiempo que no era el aprecio de amigos o algún sentimiento de hermandad porque iba más allá las sensaciones que burbujeaban en su interior cuando estaba al lado de Nagato o Konan pero se volvía como una explosión cuando los estaban a su lado. ― Sé que también ves a Konan como yo, en un principio me hizo feliz pero a la vez triste y un poco molesto porque yo también anheló tu amor para mí. ― Yahiko tomó la mano que tenía sostenida del Uzumaki con ambas manos. ― Por favor, Nagato. Dame una oportunidad de estar a tu lado como tu pareja porque yo… yo te amo mucho. ― Confesó con la voz entrecortada por los nervios y el temor de poder ser rechazado.

Nagato estaba sorprendido mientras su rostro se volvía tan rojo como su cabello y al mismo tiempo su cabeza colapsó, quedando el joven sin ningún tipo de pensamiento porque toda la repentina confesión lo había conmocionado.

Yahiko tragó saliva, sentía que los segundos estaban transcurriendo demasiado rápido y se convertían en horas o quizás iba demasiado lento todo como si el tiempo se congelase entre ellos pero el ambiente empezaba a incomodarlo mientras que solo se escuchaba el sonido del océano que furiosamente hacía colisionar las olas en la pared del acantilado con fuerza desmesurada.

― Y-yo… no sé qué decir. ― Logró articular las palabras el pelirrojo iniciando el proceso de asimilación de la confesión de su compañero mientras recordaba a Konan y como la mujer está siendo incluida. ― Tú… ― Empezó a hablar pero se interrumpió cuando su mano fue liberada y Yahiko se giraba dando la espalda con un aura decepcionada.

― Está bien, puedo entenderlo. Es complicado comprender mis sentimientos, quizás me estabas viendo como un rival por el amor que ambos sentimos hacia Konan pero no lo eres para mí. Intentaré resolver estos sentimientos si te molestan, así como haré todo lo posible para que no te incomoden. ― Aclaró el chico más alto sintiéndose avergonzado por su propia confesión ya que había estado malinterpretando al pelirrojo, creyendo ser correspondido por su Nagato.

― ¡YAHIKO! ― Llamó Nagato sujetando la capa del hombre de cabello naranja para que no se marchara. ― Deja que me explique. ― Pidió.

― NO NECESITO OIR QUE SOLO AMAS A KONAN PERO YO SERÉ SIEMPRE UN AMIGO PARA TI. ― Gritó Yahiko con frustración y dolor mientras cerraba sus párpados con fuerza.

Nagato se quedó sorprendido pero no por las palabras sino porque era la primera vez que Yahiko le gritó. El pelirrojo liberó el agarre del contrario y el joven de pelo naranja aprovechó para alejarse de su compañero.

― TE DIJE QUE ME DEJARÁS EXPLICARTE. ― Gritó el Uzumaki de igual manera al recuperarse de la sorpresa y tomar de nueva cuenta la capa de su amigo. ― Tan solo déjame explicarme Yahiko, no asumas algo que no es… ― Suplicó en voz baja mirando al chico más alto.

Yahiko se asombró al escuchar al pelirrojo porque no pensó que Nagato llegara a elevar tanto la voz y ni siquiera recordaba que lo hubiese hecho así. Las pocas veces que Nagato había perdido la paciencia acostumbraba cruzar los brazos y chasquear la lengua, no era de las personas que terminaran elevando la voz.

― Entonces… explícate, Nagato. ― Exigió sin voltearse a mirar al otro shinobi porque no quería romper en un llanto desconsolado por ser rechazado.

Resultado de imagen de yahinaga― Yo… solo estaba conmocionado por tu confesión, Yahiko. No esperaba que tuviese ese tipo de sentimientos hacia mí, es decir, sé que amas a Konan pero solo podía ver amistad o hermandad, no creí que esos sentimientos fueran más allá. ― Comenzó a hablar el chico de extraños ojos. ― Nunca imaginé que tuviera una oportunidad así contigo, que podría ser correspondido por ti. ― Hizo una pausa sintiendo el calor acumularse en su rostro. ― Desde hace mucho tiempo, había rechazado a ti porque me había mentalizado que tú y Konan terminarían juntos en una linda relación amorosa donde no hay cabida para mí. Ella no te es indiferente y yo… no quise crear ilusiones que se harían más dolorosa cuando solo podría ser un amigo para ambos. ― Explicó abrazando el ramo de flores.

― No es así, ya lo sabes. Te amo de la misma forma que amo a Konan, mi felicidad está junto a ustedes. No puedo elegir pero haré todo lo necesario para aceptar si no soy correspondido. Mi corazón se divide en ambos para crear el amor que siento hacia ti, hacia Konan. ― Afirmó girándose para ver el rostro de Nagato.

― Ahora, sé de tus sentimientos pero no había podido saberlo si no me lo hubieses dicho. ― Nagato giró el rostro para observar algún lugar lejano del paisaje. ― Yo también amo a Konan y te amo a ti. ― Reveló con un suspiro el pelirrojo, no podía guardar los sentimientos que profesaba hacia sus compañeros por más tiempo.

― Lo sé. ― Respondió el líder de Akatsuki con tono triste y reteniendo sus deseos de acercarse al otro joven para abrazarlo.

― Te amo a ti pero no como un hermano o como un amigo, sé que entendiste pero deja que lo reafirme en tus oídos pero… es tan difícil entender, ambos podamos tener los mismos hermosos sentimientos. ― Habló el pelirrojo usando palabras similares a las que usó su compañero para expresar sus sentimientos.

― Tú… ¿Me amas? ― Preguntó pareciendo que aún estaba negando las palabras que el otro hombre había pronunciado varias veces y sintiendo que había escuchado mal en todo ese tiempo.

― Sí pero no dije nada hasta ahora porque pensé que no podrías corresponder a mis sentimientos. ― Repitió Nagato avergonzado mientras apretaba más en su pecho el ramo de flores.

Yahiko sonrió y se acercó al pelirrojo para abrazarlo y besar su mejilla sutilmente, logrando que Nagato volviera a tener el rostro tan rojo como su cabello pero aprovechó que el Uzumaki giró el rostro hacia él para tomar su mentón y volver a besar al otro chico pero esta vez, en los labios.

― Haré lo posible para que seamos felices. ― Susurró Yahiko mientras Nagato asentía con la cabeza.

― Yo, también lo haré. Conseguiremos nuestro sueño. ― Respondió el chico de ojos extraños.


Fin.

Naruto - Sasuke

    Había necesitado de este enfrentamiento para poder sentirse satisfecho, al igual que mostrar sus emociones y sentimientos en cada golp...