Iruka
había llevado a todos los alumnos de su clase al patio de la academia para proceder
a la lección de ese día que sería hacer una práctica de taijutsu, combatiendo uno
contra uno. Por ello, Iruka Umino había explicado el día anterior las bases del
taijutsu para que sus alumnos comprendieran la diferencia de las técnicas de
combate shinobi y hoy, llevarían a la práctica las enseñanzas.
Naruto
miraba junto a todos sus compañeros el cómo poco a poco Iruka iba llamando a
los demás estudiantes y estos pasaban frente a él para combatir y sabía pronto
llegaría su turno. Por alguna razón, Naruto deseaba que fuera Sasuke su
contrincante aunque al mismo tiempo no quería enfrentarlo, deseando fuera otro
de sus compañeros pero sabía que si el Uchiha era su contrincante y lo vencía
obtendría la atención de sus compañeros, incluso Iruka lo felicitara por su
esfuerzo de entrenar tanto en su tiempo libre.
Sasuke
miraba con aburrimiento el como sus compañeros combatían y podía apreciar los
errores en sus movimientos o posturas de ataques y defensa con facilidad. Tan
solo quería pasar ya frente el sensei para terminar de una vez. Además,
mostraría a sus compañeros cómo era una buena postura y movimientos de ataques
y defensa.
Las
chicas que habían sido llamada para combatir utilizando taijutsu en ese momento
no parecían querer enfrentarse en combate mutuo y los pensamientos de todos los
presentes se hicieron realidad cuando se rindieron sin siquiera intentar
golpear a la contraria o tomar alguna postura de ataque o defensa.
― Es
importante este tipo de prácticas, al menos muestren algo de interés. ― Sugirió
Iruka dejando que las chicas regresaran junto a sus compañeros. ― Bien… los
próximos en combatir son Naruto Uzumaki y Sasuke Uchiha. ― Anunció Iruka
después de observar la lista con los nombres de los alumnos en su pergamino.
Los
dos chicos se adelantaron hasta donde estaba el sensei y se colocaron cada uno
en su lugar, quedando uno frente al otro.
Iruka
observó a los dos jóvenes percatándose del rostro de enfado que mostraba Naruto
mientras que Sasuke parecía indiferente a lo que ocurre a su alrededor, quizás
por disgusto de tener un adversario tan poco aplicado como lo era el rubio.
― Os
recuerdo que esto es solo una práctica, no se puede usar shuriken, kunais o
cualquier tipo de arma ninja. Tampoco está permitido usar jutsus, solo se
combate utilizando taijutsu. ― Explicó Umino por octava vez a sus dos alumnos
que parecían no haber estado prestando atención a las instrucciones básicas. ―
¿Has entendido, Naruto?
―
Iruka sensei, siempre me está regañando, no soy tan tonto, dattebayo. ―
Refunfuñó Naruto molesto por ser el único que Umino advirtiera sobre si estaba
escuchando lo que decía.
―
Usurantonkachi. ― Musitó Sasuke sin mirar a su compañero rubio porque al igual
que Iruka, creía Naruto no prestaba atención a las reglas de cómo se realizaría
el duelo.
―
¿¡QUÉ HAS DICHO, TEME!? ― Gritó Naruto furioso por el insulto que le dedicó el
Uchiha.
― ¡YA
BASTA, NARUTO! ― Elevó la voz Umino por percatarse de que Naruto no lo estaba
oyendo. ― Presta atención a mis explicaciones y céntrate en la práctica, esto
no es una pelea, es una práctica que valora vuestras aptitudes como ninjas. ―
Indicó Iruka molesto intentando hacer comprender de la importancia que tenía la
práctica.
Naruto
hizo un pequeño puchero al seguir siendo regañado por su sensei y prefirió
callarse para escuchar lo que tenía que decir.
Iruka
volvió a repetir las reglas y el objetivo de aquella clase ya que sabía que sus
alumnos olvidaban lo que les explicaba con demasiada facilidad y tenía que
estar repitiendo constantemente.
―
Bien, pónganse en posición, Naruto… Sasuke. ― Llamó a los dos jóvenes para
observar como obedecían. ― ¡Comenzad! ― Exclamó dando la señal de inicio del
combate.
Tanto
Sasuke como Naruto escucharon la señal de su sensei para enfrentarse pero
Naruto a duras penas tuvo oportunidad de moverse ya que Sasuke lo había derribado
y estaba sobre él, amenazando su rostro con el puño.
―
¡Bien! ¡Sasuke es el vencedor! ― Declaró Iruka mientras hacía un apunte en el
pergamino. ― Levantan Naruto y…
―
¡TEME! ― Gritó Naruto tomando la mano de su rival para intentar derribarlo pero
el Uchiha volvió a mostrar su buen taijutsu siendo que el Uzumaki quedó nuevamente
en el suelo como el perdedor del asalto.
―
¡ERES GENIAL, SASUKE KUN! ― Gritaron las chicas mientras miraban con admiración
al Uchiha.
― ¡NO
PELEEN ABSURDAMENTE! ¡AMBOS PONGANSE FRENTE AL OTRO Y DAOS LA MANO EN SEÑAL DE
PAZ! ― Gritó Umino molesto por como sus alumnos ignoraban el hecho de ser una
práctica de aprendizaje para crear una pelea.
Naruto
se levantó y miró a Sasuke frunciendo el ceño pero el Uchiha le devolvió una
sonrisa de soberbia, a pesar de su leve ceño fruncido.
―
¡DAOS LA MANO! ― Gritó nuevamente Iruka ante la resistencia de sus alumnos de
haber terminado el combate. ― ¿¡NO ME ESCUCHAÍS!? ¡DAOS LA MANO! ― Repitió la
orden para ver como ambos chicos se daban la mano, finalmente, de mala gana.
Naruto
torció su labio en una mueca de disgusto cuando volvió a escuchar gritar a
Iruka, sabía que si no hacía lo que pedía lo castigaría, además de estarlo
regañando durante una hora después de clase. Por ello, aunque estuviese
molesto, estiró su mano en espera a que Sasuke estrechara su mano.
Sasuke
giró los ojos y estaba de brazos cruzados pero él no merecía los gritos de su
sensei de academia, así que agotado de la situación estiró el brazo para
estrechar la mano de Naruto mientras chaqueaba la lengua con irritación de la
situación.
― ¡Lo
ven! No era tan difícil el tomarse la mano para sellar el fin del encuentro. ―
Comentó Iruka con una pequeña sonrisa.
― La
próxima vez, ganaré. Dattebayo. ― Afirmó en voz baja Naruto mientras soltaba la
mano contraria para regresar a su lugar entre sus compañeros.
― Como
si pudiese hacerlo, dobe. ― Respondió Sasuke con voz indiferente antes de
regresar a la multitud mientras el sensei abría su pergamino para llamar a los
siguientes alumnos que se enfrentarían en taijutsu.
Iruka
llevó su mano derecha al rostro mientras suspiraba preguntándose el cómo debía
hacer comprender a sus alumnos que eran compañeros y no debían de llevar al
extremo la rivalidad o competencia que pudiesen tener y no eran enemigos antes
de tomar el pergamino para llamar a otros dos alumnos para que se enfrentasen.
Fin.
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