domingo, 10 de enero de 2021

Deidara - Tobi

 

 

Sasori había perecido después de lograr cumplir su objetivo de guardar el binjuu que estaba encerrado en un jinchuriki en Tsunagakure en el Gedou Mazou y Deidara esto también cerca de la muerte a los shinobis de Konohagakure pero la fortuna estaba de su lado y sobrevivió.

 

Sin embargo, el ser encontrado por el miembro más detestable de Akatasuki, no había sido tan desagradable como el que ahora ese mismo sujeto tuviera que ser su compañero de equipo.

 

Dedidara no sabía cuál era el verdadero poder o apariencia del enmascarado que se hacía llamar Tobi pero, tampoco, tenía demasiado interés, tan solo quería vengarse de Itachi Uchiha por ridiculizarlo con su arte explosivo aunque no tenía nada más que hacer de momento que soportar a Tobi con su jovialidad y ridícula energía que solo le ponía de mal humor.

 

― ¡SEMPAI, MIRE, MIRE! ES UNA MARIPOSA DE LA COL. ― Gritó Tobi señalando el insecto que acababa de descubrir detenido en la corteza de un tronco de los tantos árboles cerca al sendero por el que caminaban.

 

― ¡QUIERES DEJAR DE SORPRENDERTE POR TODOS LOS INSECTOS QUE VES! ― Exigió Deidara molestado a cada segundo. ― Antes fue un escarabajo rinoceronte, un gusano moteado y ahora una mariposa, hm. ― Citó el rubio frunciendo el ceño.

 

― ¡ES QUE, SEMPAI, SON INSECTOS INCREÍBLES! ― Exclamó Tobi con emoción.

 

― ¡SOLO SON INSECTOS!, no tienen nada de increíble, hm. ― Dijo rodando los ojos el rubio. ― No te quedes mirando como idiota ese tronco sigue caminando, Tobi. Hm. ― Ordenó sintiendo unas inmensas ganas de deshacerse de su compañero Akatsuki.

 

― ¡MIRE SEMPAI! ENCONTRÉ ARDILLAS ― Aulló con emoción el enmascarado al encontrarse con una familia de ardillas que correteaban por las ramas de los árboles.

 

― ¡TOBI, DEJA DE LLAMARME Y DETENERTE POR CADA COSA QUE VES, HM! ― Gritó Deidara con desespero, pues desde que emprendieron camino ya había sido detenido por todo tipo de animal, objeto, persona o planta que había encontrado en su camino. Deidara no quería recordar cuantas veces Tobi se había detenido por una lagartija, un pájaro o una hilera de hormigas.

 

― Pero sempai… ― Intentó hablar Tobi.

 

― Ni repliques, hm… Solo estas retrasándonos porque de repente descubres algo ya sea una flor o una abeja. Hm. ― Acusó el rubio a su infantil compañero.

 

― Sempai pero es que las flores que están detrás de usted son muy bellas y le quedaría muy bien a sempai si Tobi las convierte en una corona para sempai porque Tobi es un buen chico. ― Ignoró a Deidara mientras advertía de las platas que crecían cerca del sendero.

 

― ¡NI SE TE OCURRA, HM…! ― Advirtió con enfado el rubio Akatsuki.

 

― Tobi es un buen chico y hará una corona de flores linda para sempai porque Tobi es un buen chico. ― Comentó Tobi saltando hasta el montón de flores donde comenzó a recolectar las flores para hacer la corona ignorando a Deidara.

 

― ¡TOBI VEN AQUÍ, HM! ― Exigió Deidara siendo nuevamente ignorado por el hombre de la máscara naranja. ― ¡Maldición! ― Escupió chasqueando la lengua y pateó una piedra mientras el pensamiento de asesinar a su compañero se volvía una dulce opción aunque tendría que buscar una respuesta coherente para contar a su líder del por qué se deshizo de ese bueno para nada de Tobi.

 

Tobi simplemente se limitaba jugar, ignorando al rubio mientras hacía la corona de flores.

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― ¡LISTO! ¡YA ESTÁ! ― Exclamó con felicidad cuando ya terminó de hacer la corona de flores para buscar de inmediato al rubio y cuando lo encontró cerca de él, utilizó sus habilidades shinobis para saber por dónde se encontraba Deidara, una vez, localizó la dirección que su compañero de organización se había dirigido, corrió hacia él para visualizar a Deidara sentado bajo un árbol concentrando en algún pensamiento que poco le importaba.

 

El enmascarado Akatsuki se aproximó a su compañero por la espalda y lo más sigiloso posible para dejar caer sobre la cabeza de cabello dorado la corona de flores.

 

Deidara se había alejado porque necesitaba un calmarse y pensar en cómo deshacerse de Tobi ya que su compañero parecía un niño demasiado revoltoso, por lo que en vez de parecer equipo shinobi, prácticamente era como si le hubiese tocado estar haciendo de niñero. Además, Deidara no se caracterizaba por ser una persona paciente pero cuando repentinamente sintió como algo suave de olor floral caía suavemente sobre su cabeza, llevó su mano, en un acto reflejo, para tomar la corona de flores, al mismo tiempo que una vena aparecía en su frente y su rostro se volvía rojo de furia.

 

― TO-BI, HM…― Pronunció amenazantemente mientras giraba su cabeza para ver al enmascarado que parecía encantado y hasta sonrojado por lo que había hecho sin dejar de moverse de forma extraña.

 

― ¿Le gusta, sempai? Yo creo que le queda muy bien, se ve muy lindo. Tobi lo hizo con cariño para sempai porque Tobi es un buen chico. ― Argumentó mientras ponía sus manos hecha puños bajo su barbilla y las removía como si imitara a un gato en un acto que pretendía verse adorable para Deidara.

 

― Te voy a matar, hm… ― Afirmó en voz baja Deidara levantándose con aura sombría mientras metía sus manos en los bolcillos para tomar un poco de arcilla explosiva que comenzó a moldear.

 

― Tobi está contento que a Deidara sempai le gusta el regalo de Tobi porque ahora sempai se ve mucho mejor. ― Ignoraba el enmascarado mientras saltaba alegremente alrededor del otro hombre.

 

Deidara comenzó amasar la arcilla dentro de las bocas de sus manos, iba a matar a ese bastardo de Tobi.

 

― Realmente, sempai luce bien si tiene flores, le haré otra corona porque Tobi es un buen chico, sempai. ― Tobi seguía parloteando sin percatarse de lo que estaba haciendo el rubio.

 

Deidara terminó de amasar su arcilla explosiva y no lo pensó dos veces cuando terminó para dejar libre dos aves que fueron directas al enmascarado que corría de un lado a otro gritando tonterías.

 

― Katsu. ― Escupió el rubio cuando las pequeñas aves de arcilla alcanzaron su objetivo y una sonrisa apareció cuando explosionaron. ― Al fin, hm… ― Susurró con las manos hacia arriba.

 

― ¡Al fin! ― Exclamó igualmente Tobi intentando imitar la voz del rubio. ― ¿Al fin qué, sempai? ― Preguntó Tobi llevando su mano derecha a la barbilla en signo de estar pensando a que se refería su  compañero shinobi.

 

Deidara al escuchar al enmascarado, lo miró y se volvió pálido mientras su boca se abría tanto como pudo por la sorpresa porque ese idiota debería estar muerto.

 

― Es malo, sempai. ¿Cómo pudo atacar a Tobi con su arcilla si Tobi es un buen chico? Tobi casi muere si no logra esquivar la arcilla. ― Indicó con tristeza Tobi mirando a Deidara.

 

― Ese era el chiste, hm… ― Respondió el rubio con seriedad para empezar a caminar e ignorando a Tobi que seguía diciendo tonterías.

 


Fin.

 


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