martes, 27 de julio de 2021

Naruto - Kushina


 

Naruto aún no podía creer que frente a él estuviera su madre real, aquella mujer que no conocía ni su nombre, aunque hubiera escuchado toda la historia de cómo Kyubi fue encerrado en su interior en un acto desesperado que supondría convertirlo en un héroe por contener al zorro de nueve colas en su interior pero las cosas no habían transcurrido como desearon sus padres y tenía tantas preguntas y reproches que hacer pero que en ese momento habían desparecido de su mente, sin tener en cuenta que no tenía más tiempo para conocer más a la mujer de largo cabello rojo frente suyo.

 

― Yo… yo te necesité tanto en todo este tiempo. ― Confesó en un hilo de voz el rubio mientras mira a Kushina sintiendo como sus ojos se humedecen porque aquellas palabras salieron de su boca inconscientemente.

 

― Naruto… ― Suspiró con tristeza la pelirroja el nombre del chico porque cuando decidió junto a su esposo entregar sus vidas para salvar Konoha encerrando a la bestia con colas en el interior de su hijo recién nacido, sabían de que Naruto los necesitaría y no estarían ahí para ayudarlo, apoyarlo y ver como crecía.

 

― Realmente me hicieron mucha falta. ― Dijo el rubio con tristeza siendo más consciente de sus palabras y recordando todos aquellos momentos en que no tenía una madre o un padre que lo reprendiera, lo abrazara, lo consolara… ― No os odio por haber tomado la decisión de encerrar al Kyubi dentro de mí, entiendo bien lo que hicieron pero igualmente, estoy feliz ahora mismo por haberte podido conocer.

 

― Lo siento tanto, Naruto. ― Se disculpó Kushina sintiendo sus ojos picar por las palabras de su hijo, así como el hecho de que Naruto estaba llorando y ya no era aquel bebé que recordaba y dejó junto a su marido con una gran responsabilidad. ― Nunca quisimos dejarte solo.

 

― Está bien mamá no tienes que disculparte. ― Afirmó el rubio tomando la mano de la pelirroja y sonriendo levemente. ― Sé que lo hicieron para proteger la aldea y a mí. No había otra forma de hacerlo.

 

― Me gustaría que tu padre estuviese aquí para escucharte porque nos fuimos depositando tantas esperanzas en ti y el temor de que nos odiaras por dejarte con tan grande responsabilidad. ― Kushina limpió las lágrimas que derramaba silenciosamente.

 

― También, me hubiera gustado conocer a chichiue. ― Sonrió Naruto con un poco de tristeza por no ver a su padre ahí. ― Lo admiraba sin saber quién era, deseando ser un día como él. ― Confesó avergonzado.

 

― Te has convertido en todo un hombre, Naruto. No puedo evitar sentir tristeza por no estar a tu lado y disculparme por no verte crecer, hijo. ― Habló la pelirroja mientras se acercaba al adolescente frente a ella. ― Eres un gran chico.

 

― Muchas gracias, mamá, pero no tienes que disculparte por algo así porque no tengo nada que perdonarte. ― Dijo el rubio con una sonrisa mirando a su madre quien sonrió antes de abrazar a su hijo mientras lágrimas salían de sus ojos.

 

― Gracias Naruto. ― Agradeció la mujer entrecortadamente estrechando más el abrazo con su hijo que ya era todo un hombre y no aquel indefenso bebé que había cargado una sola vez antes de morir.

 

Naruto sonrió dejándose abrazar por su madre porque él había anhelado el sentir el abrazo de su madre hasta que finalmente, ahora lo había cumplido y hacía que se sintiera feliz.

 

― Ya debo marcharme junto a tu padre, hijo, pero no olvides que te queremos. ― Se despidió la pelirroja conteniendo más lágrimas que deseaban abandonar sus ojos. ― Estás creciendo fuerte y la mujer que esté a tu lado y se convierta en tu esposa será muy afortunada. ― Sonrió Kushina deshaciendo el abrazo.

 

― Madre… ― Gimió Naruto al percatarse de que no volverí a ver nuevamente a la mujer que le otorgó la vida.

 

― Eres un gran chico y te convertirás en un buen shinobi. Recuerda comer sano y asearte diariamente. ― Aconsejó Kushina mientras sonreía empezando a desvanecerse.

 

Naruto asintió mientras más lágrimas brotan de sus ojos y la pelirroja desaparecía con una sonrisa amable y afectuosa.


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domingo, 11 de julio de 2021

Kages

 

Los Kages de las cinco grandes naciones estaban reunidos, después de lo ocurrido con la sorpresiva aparición de Sasuke Uchiha y la declaración de guerra inminente del enmascarado que se hizo llamar Madara Uchiha, solo era cuestión de horas o quizás minutos para decidir y tomar las medidas adecuadas.

 

― Naruto ya está de camino con Killer Bee, como has predispuesto para la seguridad de los últimos jinchurikis, Raikage. Ellos ahora son nuestra máxima prioridad como únicos jinchurikis que quedan después de que Akatsuki se haya apoderado de todos los binjus. ― Habló Tsunade de mala gana porque no estaba muy convencida de enviar al territorio del Rayo a Naruto para garantizar que estuviera a buen resguardo.

 

― Ellos estarán seguros ahí, su ubicación es secreta y está resguardada por jutsus. Es casi imposible dar con el lugar a no ser que algún shinobi bajo mi mando tenga ordenes de mostrarle donde está. ― Contestó el Raikage.

 

― Ya hemos solucionado el tema de los jinchurikis, deberíamos centrarnos en la amenaza que presenta ese sujeto que dice ser Madara Uchiha y en especial si Sasuke Uchiha está cooperando con él. ― Habló la Mitsukage.

 

― Es imposible que sea Madara Uchiha pero no podemos descuidar sus palabras después de que ha conseguido a casi todos los binjus con la excepción de dos. Confiamos en su palabra Raikage. ― Expuso Oonoki para apreciar el asentimiento de A.

 

― Cierto que no puede ser Madara Uchiha, mi abuelo fue quien se encargó del verdadero Madara Uchiha, hasta el punto de custodiar personalmente su tumba pero como dice el Tsuchikage no podemos quedarnos de brazos cruzados. ― Apoyó la Hokage.

 

― Hay pocas opciones que podamos tomar en esta situación. ― Murmuró Gaara mientras apoya su mentón sobre sus manos.

 

― No sabemos en qué momento el supuesto Madara se le ocurra atacar. ― Habló la Mitsukage.

 

― Yo creo que lo mejor es comenzar a preparar a los shinobis de cada aldea para que entiendan que no nos enfrentaremos a un combate ordinario. ― Agregó Gaara.

 

― De eso no hay duda, Kazekage. Es mejor prevenir que lamentar el no estar preparados para esta guerra, desde el primer Hokage no se ha visto a alguien que haya tenido bajo su mando a los binjus. ― Comentó Oonoki.

 

― Además de prepararnos, creo que lo mejor es que entre todas las naciones trabajemos juntas para derrotar el poder que parece tener este Madara. ― Sugirió Tsunade con preocupación. ― Considero que es momento de dejar por esta vez nuestras diferencias y unirnos, crear una alianza para poder derrotar al enemigo que nos ha declarado la guerra.

 

― Konoha no es el más adecuado para hablar de diferencias y proponer treguas de unión cuando no respetan sus acuerdos de antaño. ― Acusó A mirando a la Senju mientras apretaba sus puños.

 

― No eres el más adecuado para acusar a otros, Raikage, y si no lo recuerdas, fueron ustedes quienes no cumplieron el acuerdo. ― Reprochó la rubia.

 

― ¡BASTA! No es momento de discutir por viejas rencillas sino de hacer algo con respecto al supuesto Madara Uchiha, sea quien sea en realidad porque si en verdad se trata del verdadero Madara Uchiha estaremos en problemas, puedo afirmarlo porque aunque lo vi una vez, pude darme cuenta del poder que desprendía y no será un hueso duro de derrotar aún tenga más de 100 años. ― Recordó Oonoki para detener la disputa de los Kages del Rayo y la Hoja.

 

― El Tsuchikage tiene razón, solo perdemos el valioso tiempo que tenemos cuando deberíamos estar planteando el problema al que nos enfrentamos. ― Añadió la Mitsukage.

 

― Sin duda, esta no será una batalla que se haya realizado antes en la historia, cuanta con el poder de casi todos los binjus y no podemos dejar que se apodere de los demás. ― El Kazekage miró a todos los presentes.

 

― El País del Hierro aportará su fuerza samurái a esta guerra shinobi. ― Interrumpió Mifune que había permanecido en silencio escuchando a los grandes líderes ninjas presentes. ― Puedo comprender la magnitud de la gravedad de este asunto y por lo tanto, aunque los samuráis no estamos implicados directamente, también es nuestro deber impedir que alguien con tal poder haya declarado la guerra que afectará a todos sin distinción.

 

― Sin embargo… necesitamos de la aprobación de los Daimyou, como de su apoyo económico para poder hacer frente a este Madara Uchiha. ― Dijo Mei con agotamiento por tener que hacer trámites con los Daimyou.

 

― Enviemos un pergamino a cada Daimyou  con nuestra petición. ― Incitó Oonoki. ― Mientras más nos apresuremos con esto, podremos prepararnos mejor para la batalla.

 

― También, hay que darle aviso a nuestras aldeas para que tomen las medidas oportunas. ― Interrumpió la Mitsukage.

 

― Ya que trabajaremos en conjunto, necesitamos que nuestros estrategas se conozcan y trabajen juntos para decidir la mejor forma de afrontar esta guerra. ― Planteó Gaara. ― Como, igual, necesitaremos un punto clave donde todos los shinobis de cada aldea se reúna.

 

― Esas son palabras demasiado grandes para que alguien tan joven como usted, Kazekage. ― Habló el Raikage. ― No tienes la experiencia de las verdaderas guerras y necesitamos de estrategas bélicos adecuados que cuenten con el conocimiento suficiente para afrontar una guerra de esta magnitud.

 

― Tampoco conoce la crueldad en su máximo poder, Raikage. ― Recordó Mei mientras se cruza de brazos. ― Si la experiencia es algo a tener en cuenta, Tsuchikage y Hokage sama son los más adecuados en asesorarnos sobre ello. ― Señaló la kunoichi de vestido azul.

 

― Si a Mifune san no le molesta, recomiendo el País del Hierro como la base de esta unión y poder enfrentar esta amenaza ya que es el más adecuado por no ser un territorio shinobi. ― Propuso Tsunade para dirigir sus ojos castaños al líder de los samuráis para aligerar la tensión que parecía haber en la sala.

 

― No hay problema con tener aquí la central de operaciones. ― Aceptó Mifune.

 

― Entonces, solo falta hacer y enviar el pergamino a los Daimyou mientras organizamos nuestro plan de defesa y ataque. ― Expuso Tsunade cuando el líder de los samuráis les dio su aprobación de que el País del Hierro fuera la cede shinobi para la batalla a iniciarse. ― Tal vez, el Kazekage sea joven, Raikage, pero nunca subestime a un buen shinobi por su edad, puede sorprenderse de lo que puede realizar. ― Alegó Tsunade sabiendo lo habilidoso que era Gaara y no por nada se le había dado el cargo de Kazekage a temprana edad.

 

― No defienda tanto a quien en un futuro podría ser su enemigo, Tsunade porque sé muy bien que actualmente tienen una gran amistad con la Arena pero nada dura tanto. ― Respondió A con el ceño fruncido mientras se cruza de brazos y terminar chasqueando la lengua con fastidio.

 

― Pasaré por alto esa insolencia. ― Gorgoteó la rubia con fastidio. ― Es más importante ocuparnos en planear una defensa que en pelearnos entre nosotros.

 

― Parece que no hay momentos para jugar, Raikage. ― Rió Mei mirando al líder del País del Rayo ante las palabras de la Hokage.

 

― Si no hay más temas que abarcar y estamos todos de acuerdo sobre lo hablado, considero que debemos comenzar en establecer el comunicado a los Daimyou mientras empezamos a reunir nuestra fuerza shinobi para detener la amenaza que presenta el enmascarado. ― Indicó Mifune para ver como todos los demás presentes asentían e iniciar con los preparativos de una guerra.


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Naruto - Sasuke

    Había necesitado de este enfrentamiento para poder sentirse satisfecho, al igual que mostrar sus emociones y sentimientos en cada golp...