Asura
miró a su hermano aún no comprendía lo que ocurría con Indra después de tantos
años pero jamás esperó tener que tener como rival a su propio hermano mayor
porque aquella tarde que le comunicó sus intenciones no podía creer que fueran
ciertas las palabras dichas, días antes de que su padre lo eligiera como
sucesor. No obstante, allí estaban ambos, en un campo abierto que se había
vuelto la escena de su guerra.
Asura
sentía que ese día era diferente a los demás, incluso el sabor de la sopa de
miso que desayunó tenía un sabor inusual pero ese día se presentaría, como
tantos otros una guerra que parecía no tener fin.
El
hijo menor de Hagoromo no recordaba ya cuantas veces había enfrentado a Indra
desde el día, -una semana después de su nombramiento como sucesor de su padre-,
que apareció con un ejército de hombres, Indra proclamaba la guerra y Asura no
dejó de lamentar desde ese día porque su hermano menor no estuviera a su lado
para que sus alegrías fueran completa ante la falta de la compañía de su amado
hermano mayor.
―
¡ASURA! ― Gritó Indra como señal del inicio del combate y sus hombres
comenzaron a moverse rápido para hacer frente al enemigo.
―
¡INDRA! ― Aulló simultáneamente Asura, poniéndose en marcha junto a sus hombres
para enfrentar el ejército de su hermano mayor.
La
batalla había dado comienzo con el grito de los hermanos enfrentados y los dos
bandos enemistados empezaron el cruel combate que durante años mantenían
mientras sus líderes buscaban enfrentarse mutuamente, sin querer tener más
rival que su hermano.
El sol
siguió su curso del día mientras en el campo de batalla solo quedaban los
enemigos que continuaban enfrentándose, los heridos que buscaban, tanto,
refugio como asistencia médica y los cadáveres esparcidos por el polvoriento
suelo.
Asura
miró a su hermano con cansancio, sabía que ese día era diferente a otros y
hasta la forma en que Indra se movía para atacarlo, defenderse o esquivarlo
eran distinto, casi como si el hombre frente a él no fuera su verdadero hermano
mayor. A pesar de llevar años luchando entre sí, algo ocurría ese día aunque no
podía saber concretamente que deparaba ese raro presentimiento.
―
¡AH…! ― Exclamaron los hermanos porque con las últimas fuerzas que tenían las
volcaron en un ataque al contrario consiguiendo su objetivo.
El
violento ataque terminó en un silencio que pareció interminable cuando ambos
hermanos solo volvieron a abrir sus bocas para escupir su propia sangre.
― In…
Indra…― Llamó Asura al otro hombre, sabiendo que su hermano había logrado
vencerlo ese día y que la sensación que había estado punzando en él desde que
despertó en la mañana era el presagio de su muerte pero hasta ahora, no se
había percatado ya que Indra había logrado golpearlo en un punto vital. Asura
era consciente que no iba a sobrevivir a su herida, que esa noche no llegaría
al campamento para poder ver el rostro de su amable esposa y sus traviesos
hijos para dedicarles unas últimas palabras.
― A…
sura…― Pronunció sin emoción el nombre
del contrario, Indra. Al igual que su hermano menor, estaba en las mismas
condiciones después de recibir completamente el ataque en su cuerpo y era
consciente que no sobreviviría a esa herida.
―
Final-mente… todos estos años de lucha… termina así.― Dijo Asura con la poca
fuerza que su cuerpo aún poseía y sintiendo como su propia vida se extinguía. ―
S-siempre me pregunté… ¿por qué hacías
esto, Indra? Yo… te he amado, hermano, desde que éramos niños… he querido ser
como tú, estaba tan orgulloso de ser tu hermano menor y… pensé que todos estos
años ha-habían borrado este sentimiento… pero no es así. Yo… sin importar lo
que ha pasado… te admiro y te quiero, nii-sama. ― Cerró los ojos mientras
intensificaba la fuerza en el agarre en la muñeca de Indra, impidiendo que
moviera el arma que atravesaba su pecho.
―
Mientes… T-tú me arrebataste todo, Asura. Yo… soy el sucesor por derecho de
oto-sama p-pero tú… no lo aceptaste y buscaste la forma de que oto-sama te
eligiera a ti como el siguiente… maestro, despojándome de todo lo que me
corresponde. No podré… p-perdonar tu traición. ¡Me quitataste to…do! N-no…
pretendas que crea más tus e-engaños. ― Argumentó como en todo ese tiempo había
expresado Indra, cerrando y apretando sus párpados mientras sostenía con más
fuerza la muñeca contraria para evitar perder el líquido vital que lo mantenía
con vida.
― No
es cierto, Indra-nii-sama. Yo no pedí ser el heredero de oto-sama, yo quería…
que fueras tú. Quería que oto-ama te eligiera a ti… co-como sucesor. Incluso,
ese día me nombró, le pedí… que declinara su decisión y tú fueras el heredero
de sus enseñanzas… porque d-desde niños, eras… el más habilidoso de los dos y
estabas más preparado para… ser el maestro del ninshu. ― Asura sonrió con
tristeza. ― Y-yo… no deseaba que e-esta guerra se… hiciera real. No quería…
pelear contigo, nii-sama. ― Logró pronunciar mientras la sangre volvía a
resurgir de su garganta para escupirla sin poder contenerla.
―
¡CALLA! Yo n-no caeré en… tu trampa de nuevo. Y-yo… te amaba, eras muy preciado
para mí… pero eso te hizo fuerte y yo me volví débil. E-ese… amor fue lo que
provocó que oto-sama… me quitara mi lugar destinado y te lo entregara a ti…
porque tomaste la oportunidad de mi amor, Asura. ― Dijo Indra con enojo. ― Si
fueran ciertas t-tus palabras… hubieras rechazado la decisión de oto-sama, te
hubieras negado a aceptar el linaje de nuestro padre. Me… hubieras entregado mi
lugar como sucesor de... oto-sama y esta guerra no hubiera comenzado aquel día…¡Mis
manos no te habrían lastimado y tú no me hubieras herido! P-pero… me
traicionaste y no has dudado en… lastimarme, Asura. ― Indicó, intentando
profundizar más la hoja de la espada en el cuerpo de su hermano.
― No
es cierto… Indra-nii-sama. Y-yo te hablo con la verdad… Yo quería que tu fueras
el sucesor de… oto-sama. No deseaba que… esto llegara a ocurrir. Y-yo deseaba…
seguir viviendo felices. Y-yo quería… que fueras feliz y tus hijos, fueran mis
hijos, a-así como mis hijos… fueran tus hijos p-porque tú eres mi hermano
mayor… y… te amo, a pesar de todos estos… años de guerra. ― Logró explicarse
Asura.
―
¡MIENTES, ASURA! ― Gritó Indra con furia. ― Tú
nunca me amaste de la manera que dices, si lo hubieras amado como dices…
no hubieras dejado que fuera débil. N-no me hubieses abandonado y… robado todo…
No te hu-huvieses casado con ella y tenido hijos que… vendrán a buscar cal-lmar
el dolor que va a dejar tu muerte. N-no… hubieras permitido que todo… esto
empezara y con-ntinuara hasta el día de hoy. ― Habló molesto y con melancolía
al recordar el pasado junto a su hermano y padre. ― No me habrías… traicionado
como lo hiciste. ― Agregó intentando mostrar su sharingan pero solo consiguió
debilitarse más.
―
In-Indra, créeme cuando… te digo que te amo. ― Susurró Asura sintiendo que poco
a poco su vida se apaga. ― Me casé con
ella porque pensé que era la única oportunidad que… m-me quedaba para que
regresaras a mi lado porque… te he extrañado pero después del ma-atrimonio
entendí que no iba a tener la oportunidad contigo… que no volverías como antaño
y… yo, fu-fui el tonto, el poco habilidoso… No me sentía digno de poder estar a
tu lado, Indra-nii-sama. Oto-sama… in-insistió en que aceptara su elección como
su sucesor… aunque le ro-roge y roge que te lo cediera… a ti pero no me
es-escuchó… y no sabía qué hacer. ― Murmuró el relato de lo vivido. ― Indra… no
me quedan muchas fuer-erzas, así que supongo que no me queda demasiado tiempo…
estoy muriendo, al igual que tú. ― Farfulló con una sonrisa mientras sentía sus
párpados cada vez más pesados. ― Si la re-eemcarnación existe, me… gustaría que
en la siguiente vida podamos… estar juntos… ― Afirmó Asura abriendo e
intentando no cerrar sus ojos.
Un
pequeño nudo se formó en la garganta de Indra al escuchar las palabras de su
hermano menor, sentía como poco a poco lo que quedaba de su chakra se iba
apagando, sabía que Asura se iría junto a él, nos les quedaba tiempo y en
cualquier momento todo acabaría para ambos.
―
¡Cállate! No digas más… ― Pidió en voz baja Indra a su hermano pequeño
sintiendo sus ojos picar por las lágrimas contenidas porque le dolía saber que
aún tenía amor hacia Asura a pesar de declararle la guerra y aun estando
herido, podía sentirse más dañado el hecho de tener a su hermano junto a él,
sabiendo que lo acompañará en la muerte.
―Perdona…
me, por no ser tan… fuer…te como tú, nii-sama. Yo… debí insistir más a…
oto-sama… ― Se disculpó Asura, apoyando su cabeza en el hombro de su hermano
mayor, sintiendo como la sequedad y el sabor metálico de su sangre volvía a
emerger a su lengua volviéndose más dificultoso hablar.
―
D-deja de mentir… Asura. Yo n-no puedo darte lo… que me pides… No descansaré
hasta lograr derrotarte… y de-demostrar que soy el vencedor… Soy mejor que tú
y… n-no te dejaré huir… en tus reencarnaciones… porque ahí estaré yo presente…
para poder demostrar… que soy el auténtico… sucesor de o-oto-sama, Asura. ―
Susurró Indra mientras cerraba los ojos por el agotamiento.
Los
cuerpos de ambos hermanos cayeron sobre las rodillas, unidos por las espadas
clavadas en el trozo contrario y el agarre del arma, pareciendo que ambos
hermanos estuvieran orando por sus pecados cometidos porque allí, yacieron los
hijos de Hagoromo sobre la tierra manchada con su propia sangre, con la cabeza
apoyada sobre el hombro contrario. Sin embargo, aquella rivalidad y amor que se
tenían no abandonó sus almas, las cuales no descansarían hasta que ambas
entidades encontrasen la paz, viajando durante años como la esencia de sus
reencarnaciones y ellos convertirse en trasmigrantes que se encontraría para
terminar combatiendo, intentando crear el vínculo que los dejara descansar.
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