martes, 6 de agosto de 2019

Hashirama - Mito



Los nuevos clanes que deseaban unirse o en su defecto, tenían líderes que consideraban que Konohagakure tenía la necesidad de incorporar, solo aportaban más y más dolores de cabeza para Hashirama que estaba trabajando en la creación de leyes shinobis y campesinos que formaban o estaban uniéndose a la creciente villa. También, estaba el hecho de que su hermano no dejaba de presionarlo con sus delirios de peligrosidad hacia el clan Uchiha, especialmente sobre Madara, lo cual ignoraba debido al agotamiento que sentía de recordarle constantemente que si no fuera por el hecho de que Madara cediera a la paz, jamás su sueño de crear Konoha existiría, así que le debía mucho a su gran amigo.

Sin embargo, ahora Hashirama se dirigía a la torre recién terminada para el dirigente de Konoha donde su hermano lo esperaba después de enviarle un mensaje para que se presentara con urgencia, dejando su poco tiempo libre en humo y se disculpara con Madara por no cumplir con su cita, con quien estaba pasando sus ociosas horas.

  Por fin llegas. ―  La voz severa de Tobirama golpeó los oídos del Hokage al entrar en la habitación.

― Vine tan pronto recibí el mensaje. ¿Qué  ha ocurrido para pedir mi presencia tan repentinamente? ― Exigió levemente molesto Hashirama ya que fue interrumpido de su descanso en el escaso tiempo libre del que podía disfrutar.

Tobirama en respuesta simplemente se apartó para dejar expuesto lo que su cuerpo ocultaba, mostrando a una bonita y joven mujer cuyos rasgos parecían pertenecer al clan Uzumaki.

Con torpeza Hashirama se inclinó en un apresurado saludo por la sorpresa de que allí estuviera otra persona, recibiendo a cambio una reverencia de la mujer que lo miraba con curiosidad y una amable sonrisa.

Resultado de imagen de hashimito― Te presento a Uzumaki Mito, hija de Ashina - sama, el líder del clan Uzumaki. Ella está aquí en respuesta de su clan para unirse a Konohagakure y con la petición de obtener una unión fiable no solo con Konohagakure sino también para que el clan Uzumaki con el clan Senju. ― Explicó Tobirama con demasiada alegría en su voz.

― Ve al grano, Tobirama. ― Pidió Hashirama desconfiando del buen humor de su hermano menor.

― Hashirama - sama, estoy aquí con la intensión de que me acepte como su prometida para que el clan al que pertenezco se una a la villa. Mi padre ha manifestado, que un matrimonio entre el líder de esta creciente y próspera aldea con su única hija, es el único requisito para  que los Uzumaki se integren como unos habitantes más de Konohagakure, así como de poder optar de los beneficios que ofrece la aldea para el clan al que pertenezco. ― Habló por primera vez Mito, sorprendiendo a Hashirama y sacando una sonrisa a Tobirama.

― Os dejo solos, aniya. Creo que esta es tu oportunidad de empezar a conocerse y que tengas una buena esposa a tu lado. ― Murmuró Tobirama a su hermano mayor antes de marcharse dejando solos a las dos personas que acababan de presentarse.

― Por favor, Tobirama… ― Regañó a su hermano para que fuera discreto cuando el hombre de pelo blanco los dejó solos, Hashirama dirigió una sonrisa de disculpa a la pelirroja mientras no podía dejar de pensar en el lío en el que repentinamente estaba envuelto.

― Entonces… ¿qué opina de la propuesta de chichiue, Hashriama - sama? ― Preguntó Mito mirando al Hokage después de soltar una pequeña risita por las palabras de Tobirama.

― Bueno… la verdad… es una buena oferta pero tú… ¿estás de acuerdo de contraer matrimonio conmigo? ― Quiso saber Hashirama que miraba a la mujer. ― Además, deja eso de Hashirama - sama, me hace sentir demasiado mayor. ― Pidió mientras soltaba una leve carcajada en un intento de destensar el ambiente.

Mito asintió con la cabeza y se tomó un tiempo observando al joven Hokage capaz de aliar clanes ninjas que habían estado enemistados durante años hasta formar una aldea en la que convivían en paz.

― No tengo derecho a tener opinión a las decisiones de chichiue, nací con la condición de ser la hija del jefe del clan Uzumaki. Mi vida de kunoichi es actuar para garantizar el cuidado del clan al que pertenezco y como única hija de Ashina, el desposarme con un hombre apropiado que garantice la protección del clan Uzumaki como prioridad shinobi. ― Dijo la mujer de cabellos rojos como si hubiera repetido aquellas palabras una infinidad de veces hasta aprenderlas.

― Con razón deberías tener una opinión a todo esto, ser kunoichi o hija del jefe de un clan o mujer que está siendo entregada a desposarse con un desconocido no debería de restringirte y tú ser capaz de tener tu propio pensamiento sobre ello. ― Intervino Hashirama frunciendo el ceño después de escuchar la sumisa y dócil respuesta mientras se encaminaba hasta la silla detrás del enorme escritorio del despacho. ― Preguntaré de nuevo, ¿qué piensas tú de un matrimonio como acuerdo político? ― Inquirió, esperando una respuesta sincera y no un argumento ensayado de lo que debía decir si se le preguntaba sobre lo que su clan había decidido.

― Yo… no estoy segura… Es decir, no es que seas alguien feo o… ― Se sonrojó la mujer. ― L-lo que me refiero es… no esperaba que el «Dios shinobi» del que todos hablan fuera un hombre joven y… aunque es una propuesta política tampoco me desagrada ya que esperaba ocurriera como hija de Ashina Uzumaki… Son comunes los matrimonios arreglados, especialmente entre las hijas y primogénitos de los líderes de clanes ninjas… Yo no sabía a quién chichiue ofrecería mi mano pero esperaba no fuera alguien demasiado maduro… Etto… me alegra no seas un hombre entrado en años, eso alivia mi corazón. ― Explicaba Mito nerviosa, comenzando a juguetear con las mangas de su kimono mientras sus ojos viajaban por todo el despacho para no aumentar su vergüenza al tener que ver el rostro de Hashirama. ― Creo que no es tan malo el tener que casarme contigo, solo… sería conocernos y creo que podríamos entendernos mejor… La villa parece ser muy agradable para vivir. ― Terminó de hablar Mito con la cara tan roja como su cabello.

Hashirama hizo una pequeña mueca al escuchar aquel mote que le habían puesto, era un simple humano, no un dios porque si fuese una deidad ya habría desaparecido las guerras y conflictos sin que dos de sus hermanos perecieran o tener que escuchar que una mujer había sido llevada hasta Konoha siendo obligada a casarse con él porque se creyera que iba a tener una mejor disposición el clan al que pertenece Mito.

El hombre miró atentamente a la pelirroja y una pequeña risa se le iba pintando en los labios, estaba un tanto divertido y conmovido por la reacción y sinceridad con la que estaba hablando la joven Uzumaki pero al mismo tiempo una preocupación se instalaba en su cabeza.

― Pues… Gracias por los halagos. ― Agradeció el Hokage con una sonrisa. ― Solo me queda decir que eres una mujer realmente hermosa y como el clan Uzumaki es conocido en el mundo shinobi, debes de ser muy habilidosa con el fuuinjutsu. ― Halagó y sonrió levemente al notar que la pelirroja volvía a sonrojarse. ― Antes deberíamos conoceremos mejor, tan solo antes de llegar a pensar en boda aunque podría ser que tuviésemos una vida interesante si nos casáramos inmediatamente como propones. ― Habló divertido por lo extraño y repentino que había surgido un acontecimiento tan importante como era un matrimonio que parecía chiste.

  Tendré que notificarle a mi padre que ha aceptado el compromiso. ― Mito sonrió levemente y asintió ante las palabras del Senju creyendo que aceptaba el acuerdo.

― Estás dando por hecho que he aceptado el ofrecimiento de nupcias, Mito - chan. No me has dejado terminar para darte una respuesta. ― Interrumpió Hashirama dejándose llevar por su cambio anímico de alegría a tristeza por sentir que no se comprendían sus bromas.

― ¡Lo siento! Yo no quise… ruego me disculpe. ― Se apresuró Mito a disculparse con vergüenza.

― No tienes que disculparte, quizás sea mi culpa que te hayas precipitado. ― Intervino el Hokage sintiéndose incómodo por ver a la pelirroja justificarse. ― Estaba diciendo que eres una bella mujer y probablemente, tendríamos una agradable vida si acepto el acuerdo de Ashina - dono, a pesar de ser un matrimonio político aunque nos conociéramos después de una boda concertada, está el hecho del amor y el ser cónyuges no nos asegura enamorarnos, por mucho que ahora nos sintiéramos atraídos mutuamente. ― Argumentó con solemnidad sin mirar a la mujer. ― La posibilidad de que surgieran amantes sería un hecho y quiero saber si estaría dentro del tratado ya que podría ser una cláusula de anulación o de no poderse llevar a cabo la boda e incluso… ¿qué pasaría si ya uno de nosotros ya tuviese algún amante? Eso podría ser desastroso para un matrimonio político en el que ni siquiera han brotado sentimientos de cariño. ― Inquirió.

― Chichiue… supuso la posibilidad de que ya el Hokage contara con concubinas o el que solo aceptará porque el clan Uzumaki es reconocido en el mundo shinobi por el fuuinjutsu. Chichiue, en el contrato, solo indica el matrimonio de mi persona con el shodaime Hokage, no importa el si hay amor o atracción hacia mí persona, el si surgen amantes o ya el Hokage tiene su harem. El acuerdo es el matrimonio y yo traiga al menos un hijo que termine de forjar el tratado que Konoha con el clan Uzumaki. El Hokage es libre de que su corazón encuentre otra esposa o amante a la que amar aunque yo quede relegada. ― Mito indicó volviendo a recitar sus palabras mientras que sus ojos se mostraba la decepción de la posibilidad de quedar como una mujer desafortunada donde no importaba sus deseos y pensamientos.

― ¿Tú no tendrías la posibilidad de enamorarte y encontrar un amante en este acuerdo? ― Preguntó Hashirama con irritación, ya que sería más que un tratado egoísta donde no se tomaba en cuenta más que como moneda de intercambio a Mito para garantizar la estabilidad de un clan.

La pelirroja negó con la cabeza llevando una mano hasta su boca para ocultar sus labios fruncidos ya que ella sería la única que no le estaba permitido tener un amante y el matrimonio sería anulado, así como ella sería duramente castigada por su padre y en esas leyes no importaba cuan injusto estaba siendo con ella.

― Yo sería castigada durante por chichiue, si se anulara el matrimonio a causa de tener un amante… La posibilidad de engendrar en mi vientre un hijo que no es llevase la sangre del Hokage sería una vergüenza para mi clan y mi traición hacia el clan Uzumaki junto a la honorabilidad que merece Hashirama - san. ― Comentó la pelirroja con honestidad. ― No es correcto que una mujer le sea infiel a su marido o posea de un amante a pesar de estar en un matrimonio acordado y sin amor en el que se haya aceptado la libertad de tener una segunda relación. ― Susurró con coraje ya que esas reglas eran injustas para las mujeres porque al hombre si se le permitía hasta el tener una segunda esposa mientras que la mujeres no podían hacer nada al respecto.

Hashirama se quedó callado observando a la pelirroja que se contenía de mostrar su disgustó por aquellas reglas arcaicas.

― Entiendo. ― Contestó el Senju y sonrió con desgana al pensar en la propuesta que se le ocurrió en su intento de liberar a la mujer de ese destino tan opresor. ― Te propongo esto, Mito - chan, para que informes a tu clan y también para intentar buscar una opción para ti porque nadie merece soportar una vida afligida. Si te enamoras de otra persona antes o después de llegar a casarnos, el matrimonio se disolverá, haya hijos o no concebidos, sin necesidad de romper la alianza creada entre los clanes. Sé que suena tonto e imposible porque a causa de esto puedo haber conflictos e intentaré encontrar una solución para que Ashina – dono desista de su idea de casarnos. ― Comentó sin despegar la mirada de la pelirroja. ― Pero si tu felicidad es con otro, ten por seguro que yo te protegeré de quien quiera lastimarte. ― Prometió con seriedad.

Mito abrió tanto como le fue posible los ojos y la boca, era la primera vez que alguien pensaba en su situación, en la posibilidad de que ella también tuviera derechos como lo tenían los hombres.

― Pero… ¿¡cómo!? Aun teniendo su consentimiento, yo debo regresar a mi clan en el país del Remolino y ahí el Hokage no tiene autoridad. Además, si usted no me da la confirmación de estar de acuerdo con esta propuesta seré reprendida por no lograr el objetivo para el bienestar del clan Uzumaki. ― Farfulló sus dudas la mujer Uzumaki.

― Por eso voy expresar mi decisión en un mensaje que llevarás a Ashina - dono, con este acuerdo y si tanto desea este matrimonio político, no podrá tomar consecuencia sobre ti en caso de que encuentres a alguien que ames. Si eso pasa, te quedarás en Konohagakure, serás una habitante más de esta aldea y el clan al que perteneces deberá estar de acuerdo porque le otorgaré los servicios que piden a cambio de ofrecer a su Hime. ― Hashirama se levantó para acercarse a la pelirroja. ― Así nadie podrá forzarte a nada que no desees ni serás castigada por no poder cumplir las decisiones de otras personas. Mito - chan… yo estaré apoyando lo que tu decidas y sí el casarme contigo sea la única manera de poder salvarte de tu propio clan, no dudaré en hacerlo. ― Habló con decisión por la injusticia que debía atravesar la pelirroja.

Mito no sabía que decir, era tan maravillosas aquellas palabras que solo podía pensar en que realmente aquel hombre era un dios, el dios de los shinobis, y la ayudaría a ser feliz.

Mito se llevó las manos al rostro mientras las lágrimas no dejaban de derramarse de sus ojos, creyendo ser la mujer más afortunada y sintiendo que ella realmente se había enamorado de Hashirama a primera vista o quizás se enamoró de ser el único hombre que pensaba en ella como alguien que tenía opción a decidir, solo rezaba ser correspondida por el Hokage porque ella ya sabía que Hashirama era el hombre con quien quería pasar el resto de su vida.



-Fin-




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