Madara
estaba feliz recordando a su pequeño hermano ese día, demasiados recuerdos
felices que calentaban su duro corazón porque el simple hecho de tener un
hermano pequeño al que cuidar lo hacía sentirse la persona más afortunada de
ese mundo e Izuna había sido un gran hermano.
Si
Madara tuviera que hablar de su hermano pequeño con alguien, el orgullo no
dejaría de fluir de él describiendo a Izuna con calidez, donde las palabras
amable y cariñoso no dejarían de repetirse constantemente en dicha
descripción porque así había sido su
pequeño hermano, una persona llena de virtudes que cualquiera podría sentirse
jactancioso.
― ¿Por
qué pareces tan feliz hoy? ― La voz de Hashirama interrumpió los hermosos
pensamientos de Madara para encontrarse con el animado rostro de su mejor amigo
que lo miraba con curiosidad.
― Nada
de tu interés. ― Musitó el líder Uchiha sonrojándose mientras el Senju se
acercaba más hacia él para ver más de cerca su cara sin importar que estuviera
invadiendo el espacio personal de la otra persona.
―
Tienes ese brillo en los ojos. ― Señaló Hashirama sorprendido mientras se aleja
un par de pasos del otro hombre. ― Entiendo que tengas secretos pero no pensé
que también los tendrías con… tu mejor amigo. ― Susurró envolviéndose en su
estado de ánimo depresivo.
― ¿De
qué hablas, idiota? ― Preguntó Madara llevando sus manos al rostro
completamente rojo por lo que dijo el otro shinobi, queriendo saber a qué se
refería con de “brillo en los ojos”.
― Te
ha pasado algo realmente bueno, de eso hablo pero está bien si no quieres
contarme. ― Afirmó mirando a su amigo aún deprimido.
―Ve a
que un médico te miren la vista y la cabeza, no me ha pasado nada excesivamente
bueno en las últimas semanas que merezca alardear. ― Aclaró Madara cruzándose
de brazos. ― De hecho, vengo de honrar a
mi ototo. ― Reveló mientras evitaba mirar a la cara del Senju.
― ¡Oh…! Izuna-kun. ― Pronunció el nombre Hashirama mientras recuerdos de verlo combatiendo en las guerras asaltaron su mente pero a duras penas conocía al hermano menor de Madara más allá de verlo pelear aunque mayormente, Izuna solía enfrentarse con Tobirama. ― Me hubiera gustado conocerlo fuera de la guerra que sostenía nuestros clanes.
― Me
hubiese gustado estuviese aquí, que viera todo esto. Él no merecía morir un día
como hoy. ― Memoró con tristeza Madara, apretando sus puños por la impotencia
que aún le perseguía al no poder salvar la vida de Izuna. ― Todo sucedió por
culpa de tu maldito hermano, Hashirama. ― Acusó irritado.
Hashirama
hizo una pequeña mueca de culpa al escuchar lo último que dijo su amigo, sabía
que por causa del ataque de su hermano, el hermano pequeño de Madara ahora
estaba muerto.
― Sé
que “un lo siento” no arreglará nada, Madara pero te recuerdo que yo igual perdí
hermanos a causa de tu clan y la guerra de clanes. ― Hashirama dijo mirando a
su amigo con arrepentimiento y tristeza. ― No te ando acusando ni a ti, ni a
ningún Uchiha a cada rato por lo sucedido. Yo sé que Tobirama fue el autor de
la herida que causó la muerte a tu hermano pero eran tiempos de guerra donde
los fuertes son los que sobrevivían y hasta después de que pasó eso, no
aceptaste el trato de paz. No trato de
justificar a Tobirama y tampoco trato de llamar a Izuna débil porque sé que era
un gran shinobi, tan fuerte como tú pero no puedes continuar así, Madara. ―
Comentó el Senju esperando la reacción de su amigo, ya que intuía no sería nada
agradable a cada que se hablaba de Izuna, Madara reaccionaba mal aunque
Hashirama sabía lo que es pasar y
asimilar el dolor de perder a un ser querido como un hermano menor.
―
Siempre dices lo mismo pero no lo es. Ninguno de mis hermanos fue el que
asesinó a alguno de los tuyos y yo perdí cuatro hermanos siendo que tres de mis
hermanos fueron asesinados por Senju. Además, ya podías haber vigilado al
idiota que tienes de hermano o lo hubieras
dejado castigado en la casa ese día. Él siempre buscaba pelear con Izuna
cada vez que nuestros clanes se enfrentaban. ― Argumentó Madara picando el
pecho del hombre más alto con su dedo índice. ― Tu hermano parecía estar
obsesionado con Izuna y no se quedó conforme hasta que me lo arrebató, apagando
su vida. ― Añadió con furia a causa del dolor.
―
Madara, eso es excesivo. Estábamos en guerra y Tobirama no es esa clase de
persona perniciosa, tiene sus fallas como cualquiera pero no es un acosador que
estuviera encaprichado con Izuna - kun. ― Respondió el primer Hokage frunciendo
el ceño con molestia, aquellas palabras atacando a su hermano le habían dolido,
especialmente que señalara a Tobirama como si pareciera un enfermo. ― Eres mi
amigo y te aprecio pero no puedo permitir que digas ese tipo de acusaciones tan
graves hacia Tobirama, él es una buena persona y un gran shinobi aunque su
fachada sea fría, mi hermano es alguien cortés y sensible. ― Aseguró tomando la
muñeca derecha de su compañero para retenerlo y escuchara sus palabras.
― No
tengo que disculparme por decir lo que considero. ― Afirmó Madara encarando a
Hashirama con el sharingan como amenaza por tocarlo de manera tan ruda. ― Sé
que es tu hermano pero deja de defenderlo. Tobirama no es ningún inocente
corderito al que proteger, es un lobo que no duda en mostrar sus colmillos cada
vez que tiene la oportunidad. ― Advirtió.
―
Madara… te estás sobrepasando. ― Hashirama bajó el tono de su voz en una clara
señal de que la discusión no iba a terminar bien si continuaban de esa forma.
Madara
gruñó, él no quería entrar en una pelea con Hashirama, la última vez habían
estado sin hablarse por una semana y lo había pasado realmente mal teniendo que
comunicarse con Tobirama quien estaba tan irritado por ser usado de mediador.
Además, Hashirama es la única persona importante que continuaba a su lado ya
que hasta su propio clan lo relegaba más a cada segundo y lo señalaban como un
incompetente para ser líder del clan.
― No
me disculparé de lo que pienso. Izuna era una gran persona, un excelente
shinobi y merecía estar aquí pero tampoco quiero estar contigo de malas formas,
Hashirama… yo, ya no sé qué hacer para demostrar que busco lo mejor para que la villa crezca y la convivencia de sus
habitantes sea tranquila y feliz. ― Cambió Madara de tema con frustración de la
posibilidad de que haya logrado enfadar al hombre más alto como había sucedido
meses atrás.
― Está
bien, no te disculpes. ― Aceptó Hashirama mirando a su amigo, no quería
discutir con Madara, aprecia al Uchiha y era consciente de cuanto sufría por la
ausencia de su hermano pequeño.
Por
ello que Hashirama se sintió mal al escuchar al hombre más bajo con aquel tono
de voz frustrada porque conocía cuanto Madara se esforzaba en mejorar y aportar
para que Konoha prospere pero muchas personas aún tenían reparo con el clan
Uchiha a causa del pasado de las guerras. Sin poder evitarlo, el Senju se
acercó lo suficiente a su compañero y lo rodeó con sus brazos para intentar
confortarlo con un simple pero cálido abrazo.
― Sé
cuánto te esfuerzas, Madara. ― Susurró Hashirama palmeando levemente la espalda
del Uchiha para animarlo. ― No debes
demostrarle nada a nadie, ellos se darán cuenta con el tiempo al ver tus
acciones. ― Añadió con una pequeña sonrisa.
Madara
estaba sorprendido por el repentino abrazo de su amigo pero no hizo nada para
separarse y solo correspondió al abrazo, sintiéndose bien, protegido por los
brazos de Hashirama e incluso, deseando permanecer así para siempre.
- Fin -
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