lunes, 2 de septiembre de 2019

Tobirama - Madara



El crepúsculo del día había calmado toda la vitalidad de los habitantes de Konoha y Tobirama, como acostumbraba desde la creación de la aldea, comprobaba que toda Konoha estuviera en orden pero cuando llegó al pórtico de acceso a la aldea, se sorprendió al reconocer la figura que se dirigía hacia las afuera de Konoha.

Tobirama, con todo el sigilo que sus habilidades shinobi le otorgaba, se dirigió hacia la persona que pretendía abandonar la aldea negligentemente.

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― Es muy tarde para salir a cumplir una misión. ― Habló logrando detener al hombre que se marchaba.

― ¿Por qué no me sorprende que seas tú quien aparezca antes de que salga de este lugar? ― Preguntó con irritación al individuo mientras se giraba para ver el rostro contrario, tan malhumorado como el suyo propio.

― No me hables de fortuna porque tampoco sé cuál sea esa suerte que tenga para encontrarte en todo momento como ahora. Ojalá y ni tuviese que hablar contigo pero no es común que estés por aquí a estas horas, Madara. ― Tobirama arrastró cada palabra mientras se cruzaba los brazos sobre el torso. ― ¿A dónde te diriges a estas horas usando tu equipo ninja? No hay misiones para ti en estos días. ― Indagó al contrario mientras elevaba una ceja observando analíticamente al jefe del clan Uchiha, quien portaba el gunbai y la guadaña que lo había visto cargar en el pasado, cuando sus clanes estaban enfrentados y se encontraban para iniciar la batalla.

― ¿No es obvio? Me voy de esta maldita aldea, me he hartado de todas vuestras mentiras, Senju. Ahora podrás ir a celebrar que me voy de aquí y no tienes tanto que preocuparte, ya no hay lazos que me unan a tu hermano, todo se acabó. ― A pesar del tono jocoso de Madara, el rostro del Uchiha no mostró la diversión que salió de su boca.

Tobirama entrecerró los ojos, analizando al otro ninja, buscando alguna señal de que mentía pero nunca había sabido concretar los presagios que las palabras simples podrían estar advirtiendo porque en ese campo era bueno Hashirama, no por nada había logrado ser nombrado líder del clan Senju y probablemente, había sido parte de que otros clanes estuvieran en de acuerdo para hacerlo el líder de Konoha.

― ¿¡Qué!? ¿Te comió la lengua algún ratón? ― Preguntó con un tono divertido Madara al comprobar el mutismo del Senju, quien había mostrado un poco de la sorpresa sobre la noticia. ― Ahora tendrás el camino libre para acercarte y si es que lo logras, conquistar el corazón de tu querido “aniya” pero dudo que Hashirama vaya a otorgarte ese placer. ― Se mofó aprovechando el estado del otro hombre.

― ¡Calla, Uchiha! ― Ordenó molesto por lo que acaba de insinuar despreocupadamente a pesar de que estaba un poco conmocionado por saber que, finalmente, Madara dejaría tranquilo a Hashirama. ― No sé por quién me tomas pero te aclaro que no tengo ese tipo de sentimientos hacia mi hermano. ― Apretó sus antebrazos ya que no había deshecho su postura.

― ¡Ajá…! ¿Y yo nací ayer?,  no me engañas, Tobirama - kun. Lo he sabido desde antes de formar esta aldea con Hashirama. ― Argumentó mientras se acercaba al hombre de cabello blanco. ― Sé cuánto deseas que Hashirama te toque como lo hacía conmigo y cada vez que estábamos juntos como tus ojos lo mostraba. Ardías de celos y envidia a cada que tu hermano se acerca a mí, ¿crees que no lo noté en todo momento? ― Se burló para luego estallar en una pequeña carcajada al ver como el ceño fruncido de Tobirama se profundizaba por el enfado. ― Hashirama será un idiota y no ve más en ti que a su pequeño ototo pero a mí no me engañas de la misma forma que no me engañaba tu forma de mirar a Izuna. No has podido ocultarlo de mí y no lo podrás hacer. ― Agregó disfrutando de como el otro shinobi se molestaba más.

― ¡CALLA! No quiero saber nada de tus mentiras y mucho menos que incluyas a mi hermano en tu desvariada imaginación. ¡Estás enfermo, Uchiha! Solo estás molesto porque está felizmente casado y ya no tiene tiempo para atender tus caprichos y quejas. ― Habló Tobirama con el rostro rojo debido a las acusaciones de Madara. ― Me ocuparé de que Hashirama - aniya no tenga que recordarte ni por un instante, él no necesita malgastar el tiempo con alguien como tú. ― Agregó entrecerrando los ojos.

― Cómo si me importase. Yo no quiero saber nada de ese mentiroso egoísta. ― Respondió mirando hacia la ladera en la que se estaba esculpiendo el rostro del Hokage. ― Yo no tengo nada que me haga querer permanecer en esta aldea aunque lamento el no haber tomado en serio a la ridícula mujer. ― Volvió a clavar sus ojos en el hombre de pelo blanco. ― Da igual si no quieres aceptar lo que tú mismo sientes pero si realmente amas a tu hermano, será mejor que lo cuides de cerca. Él es demasiado lento e ingenuo para darse cuenta que le están dañando. Ya hice todo lo posible pero él rechazo su propio bienestar. ― Aconsejó Madara apretando los puños porque aún se sentía herido por todo lo acontecido.

― Contigo fuera de Konoha, no hay manera de que haya peligro. ― Contestó Tobirama ante el extraño aviso del Uchiha preguntándose a qué se refería. ― Espero que tú seas consciente que desde que cruces la puerta, no se enviará a nadie tras de ti, me ocuparé de que aniya no intente perseguirte porque te conviertas en un traidor a la aldea. Yo mismo haré todo lo necesario para que tu retrato sea conocido como un renegado. ― Advirtió, dudando de si debía recordar a Madara sobre cómo se había establecido las normas ninjas.

― Seguro que estarás feliz por intentar darme caza pero aún no eres oponente para mí, Tobirama - kun, el único que sabe bailar conmigo es Hashirama. ― Se burló Madara para dar la espalda al Senju. ― Haz lo que te apetezca y mejor te haces un libro para apuntar a todos los shinobis que tienes en tu lista negra para ahorrarte el esfuerzo mental que haces. ― Se rio  muestras caminaba hacia la salida de Konoha para alejarse de la villa que había creado junto a Hashirama y actualmente, solo se trataba de un lugar creado para que los recuerdos lo torturaran.

Tobirama se había quedado viendo como el Uchiha se alejaba a cada paso que incluso, el ocaso terminó para que la oscuridad nocturna reinara, siendo que hacía horas que la silueta de Madara Uchiha había desaparecido de su visión mientras no se dejaba de preguntar de qué estaba advirtiéndole el Uchiha.

Tobirama sabía que Hashirama es un idiota pero su hermano tenía la capacidad de ser bastante sensible al peligro o los chakras hostiles, incluso él con su habilidad de sensor ninja, se sorprendía de esa habilidad de su hermano pero era consciente de que Madara no era alguien que hablara a la ligera. Además, Tobirama siempre estaría al lado de su hermano para apoyarlo, ayudarlo y reprenderlo cuando lo necesitara mientras continuaba haciendo un buen trabajo como líder del clan Senju y Konoha.



-Fin-





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