lunes, 30 de marzo de 2020

Zetsu - Obito



Zetsu seguía al chico que Madara había elegido para que siquiera con el plan y aunque no dudaba de la inteligencia del legendario y fallecido Uchiha. Admitía que el corazón débil de Obito no lo convencía porque podía afirmar que los sentimientos del chico no estaban volcados a la jinchuriki de Isobu sino en su compañero varón pero Obito era tan tonto como para no percatarse sobre quien tenía sentimientos para los humanos, siendo esa una razón que logaría hacer que Obito cambiara de opinión y no culminara el plan que tantos años Zetsu negro recreó para que un trasmigrante de Indra pudiese llevar a cabo.

― ¿Crees poder cumplir con el plan? ― Preguntó con parquedad Zetsu negro.

― El chico está motivado, quizás eso termine siendo su error en estos momentos para poder cumplir con la esperanza que Madara sama dejó sobre sus hombros. Puede que sea una gran responsabilidad para alguien con él. ― Agregó Zetsu blanco.

― Sé, exactamente, lo que debo hacer y no voy a retractarme de las palabras que le dije a ese viejo verde. ― Indicó Obito a regañadientes debido al ser  que Madara dejó para que lo ayudase pero al mismo tiempo, custodiase para que cumpliese su plan, sentía que tenía una niñera.

― ¡Oi, oi…! No hay necesidad de ser groseros. El plan es más importante que tu propia existencia. ― Intervino divertido Zetsu blanco logrando que Obito chasqueara la lengua en respuesta.

― ¡CÁLLATE! ― Exclamó el azabache ya harto de estar escuchando a aquel ser hablar. ― Ya sé lo que tengo que hacer  y también se la importancia de este tonto plan así que cállate de una vez.. ― Demandó de manera brusca aumentando el paso para dejar atrás a Zetsu.

Zetsu blanco solo rió  por lo dicho del menor, era divertido hacer que perdiera los estribos mientras que Zetsu negro solo se mantuvo en silencio mirando mal al joven Uchiha por su insolencia pero aun así, siguieron al enmascarado intentando que Zetsu blanco no interrumpiera el silencio, ellos solo tenían la misión de observar de lejos el cómo haría la tarea encomendado Obito Uchiha.

Zetsu se detuvo cuando la lluvia dejó de ser tan fuerte para caer levemente.

― Ya fracasaste intentando convencer al chico que conserva los ojos de Madara y no parece que puedas cumplir el plan que se te encomendó en estos momentos, tampoco parece que pienses en algo para obtener el poder de Madara. ― Zetsu negro habló mordaz.

― Todo irá bien. ― Gruñó molesto Obito porque sentía que la voluntad de Madara lo estaba regañando y presionando como si fuera el propio viejo que lo salvó de una inevitable muerte años atrás.

― Quizás no lo logres nunca. No eres alguien que tenga experiencia en negociaciones y que hasta hace poco creías en la fragilidad de los sentimientos y promesas vacías tan común entre humanos pero yo no entiendo de esas cosas. ― Se burló Zetsu blanco.

― Si fracasas, puede que el mundo sea un eterno campo de batalla dejando el poder de Madara escondido en el chico Uzumaki que eligió para guardar algo tan valioso. ― Agregó Zetsu negro con parquedad.

― Ya lo sé, no voy a permitir que ocurra. Eso debería ser suficiente para entender que lo voy hacer. ― Respondió el Uchiha apretando los puños con enfado por tanto reproche.

― No pareces muy inteligente para idear un plan que convenza a alguien o para lograr quitarle los ojos pero yo solo sé hablar y hablar como para ayudar a que el plan de Madara – sama se realice. ― Canturreó Zetsu blanco con su sonrisa insulsa.

― No voy a fallar, solo tienes que estar tranquilo y confiar aunque se un poco en mí. No soy de los rompen sus palabras. ― Afirmó pensando en alguna manera para que el chico de pelo rojo aceptara unirse a él. ― Tal vez solo hay que empujar al recipiente de los ojos de Madara para que acepte aliarse con nosotros, solo es buscar un motivo por el cuál, él decida querer unirse a nosotros. ― Comentó distraídamente Obito.

― ¿Y qué podría ser el motivo? ― Inquirió Zetsu blanco con falsa curiosidad.

True Face of Tobi | The Narutoversity
― Dices que los humanos son débiles por sus sentimientos, bueno… solo hay que encontrar como el chico Uzumaki odie y hacer que ese odio sea el canalizador para que el plan se realice. ― Contestó llevándose una mano a la cabeza.

― No tengo que sentir confianza por alguien que no ha creado un plan previo para conseguir un objetivo sencillo como el que se te dio. ― Aclaró Zetsu negro obteniendo un gruñido del Uchiha.

― Se está esforzando, quizás lo consiga. ― Intervino Zetsu blanco a su mitad taciturna.

―No importa, haré que Uzumaki Nagato confíe en mí y en el momento oportuno, obtendré los ojos del viejo Madara. ― Aseguró comenzando de nuevo a caminar por el escarpado camino.

― ¡Oh! Eso es lo que llaman los humanos tener agallas, ¿cierto? Creo que los humanos son muy divertidos. ― Sonreía Zetsu blanco. ― ¿No opinas lo mismo? ― Preguntó a su mitad oscura.

― No importa lo que pueda pensar, solo me limito a observar para que el plan continúe y se realice. No olvides cual es nuestro objetivo. ― Murmuró Zetsu negro.

― No olvido lo que debemos hacer. ― Contestó Zetsu blanco comenzando a caminar tras Obito quien se alejaba.

― ¿Qué haremos mientras piensa en como engañar a quien tiene los ojos de Madara – sama? ― Preguntó Zetsu blanco a Obito con su extraña sonrisa. ― Quizás Madara – sama puso demasiadas esperanzas en un niño que estuvo a punto de morir. ― Volvió a mofarse, logrando que Obito se detuviera nuevamente con un resoplido.

― No voy a fallar después de lo que pasó. Aprendí mi lección. ― Arrastró cada palabra con furia contenida Obito, recordando como presenció cómo Rin moría a causa de Kakashi y su corazón se rompía en miles de pequeños pedazos por la traición porque Kakashi no cumplió su promesa.

― Madara no eligió al azar. ― Habló Zetsu negro. ― Él te eligió porque eres quien puede cumplir el plan. ― Reafirmó sus palabras.

― No deja de ser un mocoso que parece perdido en medio del bosque. ― Intervino Zetsu blanco. ― Pero no dudo que obtengas los ojos de Madara – sama, si no puedes engañarlos solo te queda una opción. ― Insinuó.

―Aún es muy pronto. ― Interrumpió Zetsu negro. ― Los binjus siguen libres o encerrados en jinchurikis. ― Recordó a la otra mitad.

― ¡Lo siento, lo siento! No puedo esperar para ver cómo se cumple. ― Rezongó divertido Zetsu blanco.

― Haré todo para que se complete el plan de la luna. ― Habló Obito para continuar su camino por el territorio del País de la Lluvia mientras esperaba su oportunidad de volver a tener una pequeña charla con Nagato.


Fin.






lunes, 23 de marzo de 2020

Minato - Kakashi



Minato se encontraba caminando al punto de encuentro, había citado a Kakashi para felicitarlo por su entrada a la élite de Konoha, que no eran otros que los ANBU.

Al llegar vio que el menor aún no había llegado y tomó asiento para esperarlo, lo cual no sabía cuánto sería lo que esperaría ya que el menor había tomado el vicio de llegar tarde y decir una excusa pequeña, le recordaba tanto a Obito.

En otro lugar se encontraba un joven de cabello gris ayudando a una señora a cargar sus compras, sabía que ya se le había hecho tarde para llegar donde lo esperaba su maestro, este lo había citado pero no sabía el motivo; cuando llegó a la casa de la anciana, la ayudó con las bolsas, se despidió y corrió lo más rápido que podía para llegar con su sensei.

― Lamento la tardanza, sensei pero me encontré con una anciana que necesitó de mi ayuda. ― Se excusó Hatake mientras se sentía avergonzado por la tardanza.

― Está bien, Kakashi. ― Minato habló intentando menguar la pequeña tensión que tenía su ex discípulo. ― No te he llamado para regañarte. Ya no soy tu sensei, Kakashi, desde que lograste ser jounnin, te volviste en un igual y ahora, eres ANBU. ― La alegría en la voz del rubio estaba teñida con un ápice de melancolía del recuerdo de tenerlo bajo su protección no pasó desapercibida para ninguno de los dos.

― Yo… siempre lo veré como mi sensei, Minato sensei. ― Aseguró Kakashi rascándose la mejilla izquierda con un poco de timidez.

― Gracias, Kakashi. ― Escuchar a su pequeño discípulo lo conmovió y le regaló una pequeña sonrisa al chico mientras le agradecía, revolviéndole el cabello sin poder contener su felicidad.

― ¿Por qué quiso que nos encontráramos, sensei? ― Sus mejillas se sonrojaron al sentir la muestra de afecto del mayor, una pequeña sonrisa se pintó en sus labios mientras intentaba hacer su pregunta con seriedad para disipar la vergüenza que sentía por lo que acaba de ocurrir.

― Bueno, quería que vinieras para felicitarte apropiadamente por lograrlo, así que… ¡Muchas felicidades, Kakashi! ¡Serás un buen ninja! ― Minato sonreía mientras miraba a su antiguo alumno mientras exclamaba con emoción las felicitaciones logrando avergonzar aún más, si es que era posible al Hatake.

Kakashi no sabía cómo actuar, le resultaba muy extraña la situación porque solía recibir felicitaciones constantes por compañeros aunque sentía que cada vez que Minato lo felicitaba era como recibir las felicitaciones de un padre, lo que lo hacía sentirse lleno de una calidez reconfortante.

― Ojalá que Obito y Rin pudieran estar aquí, Así podrían ver lo mucho que has crecido y cómo has logrado llegar a ser un excelente shinobi. ― El comentario de Minato irrumpió los pensamientos de Hatake.

― Sensei… no creo que fuese así, exactamente. ― Murmuró Kakashi con un ápice de tristeza ante el recuerdo de sus compañeros de equipo perecidos. ― Obito... Quizás me detestase si estuviese aquí por incumplir sus promesas. ― Afirmó apretando sus puños.

― En realidad, te torturas demasiado por lo ocurrido aunque fue algo inevitable. Quizás no soy tan buen sensei como estimaba cuando uno de los chicos que tuve bajo mi responsabilidad no logra sobrellevar su pasado como un shinobi que sabe de las adversidades que afronta ser un ninja. ― Respondió el rubio llevándose una mano al mentón con cara pensativa. ― Kakashi, eres un shinobi, no abandonaste a tus compañeros, tampoco huiste de tus responsabilidades con ellos. Realizaste bien tus misiones y actuaste en concordancia a tu juicio  y se necesitaba de ti en cada momento de todas las misiones que has hecho. ― Indicó con esperanza de que el joven no se torturase por el pasado.

― No lo entiendo, sensei. ― La voz de Hatake salió entrecortada. ― Yo fui muy estúpido, no pude hacer una estrategia adecuada porque si lo hubiese hecho, Obito y Rin continuarían aquí. ― Apretó con fuerza los puños. ― Si no hubiese sido un idiota, le hubiera podido decir a Obito lo que sentía. ― Comentó en un hilo de voz que fue muy difícil de escuchar a Minato mientras el rostro de Kakashi se ensombrecía.

― Él hubiera no existe, Kakashi. ― Susurró mirando al chico. ― Aunque hubieses planeado una perfecta estrategia nada te aseguraría que saldría al pie de la letra, nadie sabe lo que pasará en el futuro. ― Comentó el rubio dando un leve apretón en el hombro contrario. ― Así que no te eches la culpa. ― Indicó preocupado por el rostro de dolor de Kakashi. ― Además… tal vez no hayas podido decirle lo que sentías a Obito pero quizás él podía sospecharlo o intuía lo que sentías y no era indiferente. ― Soltó una pequeña risa mientras intentaba animar al joven.

― ¿Qué quiere decir, sensei? ― Preguntó curioso Kakashi sin poder evitar observar al Namikaze con sorpresa por lo que estaba seguro había podido escuchar, consiguiendo que una repentina ansiedad surgiera en su interior queriendo saber.

― Ustedes dos, Obito y tú… Eran tan claros como el agua aunque Obito dijera que le gustaba Rin, podía apreciarse que esos sentimientos no eran así y estaba dirigido a su otro compañero de equipo. Ambos siempre se buscaban o encontraban con la mirada. Además, me contaste que Obito te protegió y no solo eso, sino que te dejó un regalo muy preciado, una parte de él muy valiosa para cualquier miembro del clan Uchiha. ― Comentó para señalarle su ojo con el Sharingan.

― Eso no dice nada, solo actuó como cualquier shinobi cabeza hueca actuaría. ― Respondió un poco molesto a pesar de que entendía de que Namikaze estaba intentando restablecer sus ánimos. ― No podré perdóname jamás el no poder hacer nada por Obito y no poder cumplir la promesa que le hice. ― Bajo el volumen de su voz para acabar mirando la palma de su mano derecha recordando cómo el mismo había sido quien no tuvo más opción que acabar con la vida de Rin.

Resultado de imagen de imagenes de minato x kakashi― Kakashi, no puedes reprenderte toda tu vida por sobrevivir o porque el mundo shinobi te haya hecho pasar por duros momentos, todos pasamos por nuestros propios infiernos pero eso no quiere decir que tengamos que quedarnos en esa oscuridad. ― Advirtió Minato preocupado por su ex kohai. ― Eres consciente de hacia dónde pueden llevarte tus pasos pero tienes que curar tus heridas para que continúes el camino y estoy seguro que puedes ver la luz al otro lado. ― El rubio sonrió.

― ¿Insinúa que olvide a mis compañeros? ― Kakashi apretó los puños sin querer entender las palabras de quien fue su sensei.

― No. No debes olvidar a Rin y Obito, ellos siguen contigo pero piensa en cómo estás desaprovechando su esfuerzo y las esperanzas que depositaron en ti. Se lo debes y eso es suficiente para que no sigas burbujeando en el pasado. En  lamentar los sucesos que no se pudieron pensar sucederían o seguir llorando lo que no podrás cambiar. Has llegado hasta aquí, afortunadamente, pero si continuas así, tendrás que dar muchas respuestas del por qué no continuaste tu brillante camino, Kakashi. ― Aclaró.

Kakashi mordió su labio inferior sabiendo que estaba ocupando un tiempo de luto por sus amigos más allá del que se consideraba saludable.

― Además, Obito siempre estará observando lo que haces. ― Sonrió Minato señalando nuevamente el ojo con Sharingan que tenía Kakashi.


Kakashi llevó su mano a la bandana que ocultaba el Sharingan de Obito mientras los segundos parecieron transcurrir como si fueran horas.

― Tengo que marcharme y Kushina se molestará si no estoy en casa para la cena. ― Comentó casual Minato mientras miraba a su ex kohai. ― ¡Enhorabuena, Kakashi! ― Felicitó con una amable sonrisa nuevamente.

Hatake asintió antes de observar como el rubio se alejaba.

― Lo siento mucho, Obito… Rin… No soy tan increíble como pensabais que era pero haré algo al respecto. ― Susurró para sí mismo, Kakashi. ― Gracias… sensei. ― Dijo antes de poner su máscara ANBU y abandonar el lugar en el que se había reunido con Minato.

Fin


lunes, 16 de marzo de 2020

Madara - Obito



― ¡AH! ¡MALDITO VIEJO PERVERTIDO! ― Gritó Obito al ser despertado por los desagradables gemidos de la persona que lo había rescatado de una muerte asegurada bajo enormes rocas, al decidir que era mejor sacrificar su vida ya que no había forma de que sus compañeros de equipo pudiera ayudarlo a salir y también morían en aquel lugar a su lado. ― ¡NO SÉ QUIEN SEA ESE ASHI O LO QUE HACÍAS CON ÉL PERO YO NO QUIERO TENER UN TRAUMA POR TUS COCHINADAS, VIEJO VERDE! ― Acusó exageradamente el adolescente mientras temblaba de repulsión.

Madara suspiró y se levantó del trono donde pasaba sus días y noches, sintiendo que tenía un leve problema entre sus piernas, maldiciéndose una vez más por no poder odiar a la persona que hace años atrás se había propuesto arrancar de los recuerdos que albergan sus entrañas pero aún continuaba dominando su memoria para aparecer en sus sueños.

― ¡NO ME IGNORES, VIEJO! ― Continuaba gritando Obito sin apartar su mirada de como el anciano se dirigía hasta aquella extrañas raíces donde sobresalía una escultura tallada con forma humana o al menos, era medio cuerpo superior masculino lo que se encontraba tallado ahí.

― ¡Estúpido mocoso!, no estés prestando atención a hechos absurdos y que no tienen una mínima de importancia. Piensa en mi propuesta y todo lo que te he contado. Quizás tus amigos ya se han olvidado de ti. ― Habló Madara con voz solemne pero sus ojos de tristeza  no se apartaban de la pequeña imagen de Hashirama que sobresalía de las raícen de las que nacía los Zetsu y donde hacía años atrás, había integrado parte de las células de su ex amante, al cual aún anhelaba.

Obito frunció el ceño con enojo al escuchar las palabras del anciano que parecía no querer escuchar lo que él le estaba diciendo continuamente.

― ¡MIS AMIGOS NO SE HAN OLVIDADO DE MÍ! ― Exclamó el adolescente sin dejar pasar el brillo de tristeza que mostraba los ojos negros del adulto cada vez que se acercaba a observar la imagen tallada.

Resultado de imagen de Madara y Obito
― Nunca digas que no pasará, niño. Así son los humanos de vulnerables, se olvidan de las personas y las promesas realizadas para sembrar sufrimiento en los corazones de sus iguales. ― Susurró con molestia Madara pero sus palabras solo lograron unos minutos de silencio entre ambos.

― Si acepto su propuesta, ¿qué gano yo al ayudarlo? ― Preguntó nuevamente Obito, aún no muy convencido con la propuesta que le había hecho el mayor.

― Podrás proteger a tus amigos aunque estos no lo merezcan. El mundo será un lugar pacífico porque las batallas acabarán porque es la única manera real de que el sufrimiento de las personas desaparezca y no seguir viviendo con el odio y la destrucción que genera la guerra. ― Explicó pacientemente Madara aunque ya le había repetido esas mismas palabras en otras ocasiones que había formulado esa pregunta. ― Yo mismo continuaría solo con el plan que creé pero ya no puedo seguir alargando mi vida. Tú eres quien he elegido para que lleve a cabo esta importante misión y continúes con mi voluntad. ― Hablaba mientras se acercaba al adolescente que lo observaba desconfiadamente.

― ¡NO SE ACERQUE, VIEJO GROSERO! ― Gritó Obito con cara de asco recordando cómo había sido despertado por el anciano. ― No me explicas nada concreto, solo hablas y hablas pero sigues sin decirme cómo pretendes hacerlo o qué hay que hacer en tu plan para logar el que no haya más guerras en el mundo. ― Farfulló desconfiado el gennin.

― Todo a su debido tiempo, cuando aceptes obtendrás esa información. ― Aseguró el anciano shinobi.

― No puedo aceptar nada cuando no me aseguras de que mis amigos estarán a salvo. Además, solo me dices cosas malas de ellos y estoy seguro de que aún no me han olvidado y Kakashi me prometió cuidar a Rin. Sé que estarán contentos de volver a verme cuando me marche de aquí aunque esté en este estado. ― Su voz se convirtió en un susurro tocando los vendajes en su rostro.

― Mocoso tonto… ― Murmuró con molestia el anciano Uchiha. ― Si aceptas no solo estarán a salvo tus amigos, sino que los podrás proteger de todo, especialmente tu compañera con la que tanto sueñas y dices que amas. ― Aclaró con una pequeña sonrisa al ver que había captado la atención del menor. ― Acepta y podrás irte de aquí para estar con tu amada y tu amigo especial, no tendrá que protegerla cuando tú estás con ellos pero tendrás que cumplir la pequeña misión que tengo para ti. ― Tentó Madara al adolescente para que aceptara sabiendo que no era la niña a quien Obito más llamaba en sus sueños ya que lo había escuchado en más de una ocasión.

Obito levantó la mirada al escuchar las últimas palabras de Madara con un leve sonrojo porque todo lo dicho por el anciano sonaba tan dulces como simple de cumplir.

― Aceptaré pero quiero que me expliques en este momento todo… ― Aseguró con decisión.

― Buena decisión, mocoso… ― Madara sonrió para proceder a explicarle al menor su plan de conseguir la auténtica paz.

Madara dio un paso con la intención de acercarse a Obito y explicarle su plan de forma más cómoda para ambos cuando el grito del adolescente volvió a irrumpir en el lugar haciendo que el Uchiha mayor frunciera otra vez el ceño.

― ¡NO, NO, NO…NO SE ACERQUE, VIEJO VERDE! ¡QUÉ ASCO! ― Gritó Obito intentando alejarse con temor y logrando que Madara se observara recordando de un pequeño problema con el que despertó y aún le decía que era humano y estaba en el mundo de los vivos. ― ¡ME NIEGO, NO QUIERO SABER NADA DE UN PERVERTIDO! ― Aseguró Obito.

Madara suspiró, quizás hoy no será el día en el que el mocoso ruidoso que eligió para que sea quien siga y cumpla con su plan de reconstruir el mundo cuando él esté ausente en espera de regresar. Al parecer, convencer a Obito requería un poco más de tiempo y así poder retirarse a descansar mientras su plan continuaba su rumbo con el adolescente.




Fin.





lunes, 9 de marzo de 2020

Kushina - Mikoto



Resultado de imagen de Kushina y MikotoKushina estaba muy feliz, finalmente Minato y ella se casaría y no podía evitar querer tener la boda de sus sueños. Incluso, podía afirmar que iba a ser el chisme de Konoha durante muchos meses y con la que otras chicas iban a soñar después de presenciar lo lindo que sería la ceremonia de matrimonio. Por eso, la pelirroja no podía dejar que ningún mínimo detalle fuera descuidado porque después del evento ella sería recordada como la maravillosa novia de Minato Namikaze.

― ¿¡Kushina!? ― Una voz femenina llamó con duda a la pelirroja.

― ¡EH! ¿Mikoto? ¡MIKOTO! ― Gritó Kushina al percatarse de quien la había llamado.  No pensé encontrarte por aquí, ¡qué sorpresa, dattebane!. ― Habló feliz haciendo sonreír a la otra mujer.

― Te ves muy bien, pensé que estaría nerviosa por la boda. ― Afirmó con calma la mujer de cabello negro mientras la Uzumaki se ruborizaba por sus palabras.

― En realidad… estoy muy feliz. Pensé que Minato jamás iba a pedirme matrimonio pero por fin lo hizo, dattebane. ― Hizo un mohín la pelirroja en modo de una leve molestia por la espera que la sometió su prometido. ― Solo no puedo esperar a que llegue el día y  finalmente, sea la esposa de Minato baka, dattebane. ― Se llevó las manos a las mejillas mientras se ruborizaba por sus propias palabras, haciendo reír a la morena.

― Kushina, haces que sienta lástima por Minato, le han de estar zumbando los oídos por lo feliz que estás. ― Sonrió después de hacer la pequeña broma por lo apasionada que es la pelirroja. ― Me alegro mucho por tu futura boda, serás una novia hermosa. ¡Felicidades, Kushina! ― Felicitó amablemente.

La Uzumaki se sonrojó más aún al escuchar la felicitación de su amiga y a pesar de que más personas la habían felicitado desde que ambos se habían comprometido a casarse, Kushina aún no se acostumbraba a escuchar las enhorabuenas y los buenos deseos para su futura unión.

― Muchas gracias, Mikoto. ¿Tú cómo has estado? ¿Cómo está el pequeño Itachi? ― Preguntó aún cohibida Kushina.

La mujer Uchiha sonrió más al escuchar el nombre de su primogénito quien no dejaba más que sorprenderla y hacerla sentir orgullo de su pequeño hijo.

― Estamos bien, no es fácil ser ama de casa porque es más duro de lo que podría suponer e Itachi está creciendo muy bien. Además, de ser un niño inteligente que no deja de ser el orgullo de Fugaku y mío. Desde que comenzó la Academia ninja, ocupa el primer lugar de su clase y tiene un prometedor futuro como shinobi. ― Comentó sonriendo entrañablemente Mikoto, sin poder evitar sonrojarse cuando habló de lo orgullosa que está de su hijo.

Kushina hizo un ruidito con la boca en aceptación de las palabras de Mikoto y la morena parecía muy feliz con su vida casera. Todo está sensaciones en Kushina hicieron que se preguntara si ella también lograría tener un estado así de alegría aunque la pelirroja no pudo evitar sacudir la cabeza completamente ruborizada cuando el fugaz pensamiento de querer saber cómo sería ella como mamá o la sencilla e inevitable realidad de ser mamá después de que Minato y ella se casasen.

― ¿Te encuentras bien? ― La voz preocupada de Mikoto interrumpió los pensamientos de la pelirroja.

― Sí, solo es un poco de agotamiento por los preparativos de la boda, dattebane. ― Se excusó la Uzumaki preguntándose de si estaría bien hacer algunas preguntas a Mikoto, ya que desde la muerte de Mito no había hablado con otra mujer de temas femeninos. ― Mikoto, yo… me… preguntaba, ¿qué sentiste cuando te casaste con Fugaku kun? ― Inquirió en voz baja y un poco incómoda por escuchar su propia incógnita en voz alta.

― Ya sabes que Fugaku y yo estábamos comprometidos desde antes de mi nacimiento, así que quizás no pueda ser sentimientos parecidos a los tuyos pero estaba muy contenta de por fin, poder casarme con la persona que había sido elegida para mí. ― Explicó Mikoto observando como la otra mujer asentía con nerviosismo.

― Yo estoy muy feliz, todo parece un sueño pero… ― La pelirroja apretó con fuerza los labios y sus ojos reflejaban sus dudas.

― No tienes de que preocuparte, Minato te ama. Lo sé  por la forma en la que te mira cada vez que estáis juntos o como habla de ti. ― Mikoto intentó calmar a Kushina.

La Uzumaki sonrió a la otra mujer y asintió a sus palabras, ya que el rubio siempre le demostraba el amor que le tenía.

― Lo sé, no solo con la mirada me demuestra su amor, sino que también me recuerda cada día lo feliz que está de estar junto a mí. ― Aseguró mostrando su mirada ensoñadora del amor que sentía hacia su amado al hablar de él. ― También, quería hacerte otra pregunta, Mikoto… ― Musitó la pelirroja con las mejillas arreboladas.

― ¿Cuál es esa pregunta, Kushina? ― Animó Mikoto mientras esperaba a que su amiga se decidiera a formular las palabras que la inquietaban.

― ¿Qué se siente ser mamá? ― Preguntó apenada pero con su rostro lleno de curiosidad por la respuesta que diría su compañera.

― Mmm… Cuando me enteré que sería madre solo podía sentir felicidad y dicha aunque… igual, tuve un poco de miedo porque todo fue muy repentino y desconocido. No hay un libro o pergamino que te diga exactamente como se debe ser una buena madre o te ayude a cuidar a un hijo. ― Mikoto llevó en un inicio un dedo a su barbilla mientras respondía para luego expresar sus sentimientos mientras retiraba su mano de la cara.

Kushina bajó la cabeza mientras apretaba la tela de su vestido con las manos porque aquellas palabras no solventaban su curiosidad.

― No fue… ¿doloroso? ― La pregunta hecha en un susurro de la Uzumaki hizo que la otra mujer agudizara sus oídos para poder comprender que estaba diciendo.

― El traer un bebé al mundo no es una tarea fácil pero cuando finalmente lo ves y sostienes a tú bebé, sientes que todo ha valido la pena. ― Mikoto sonrió recordando el nacimiento de su propio hijo.

― ¡No me refiero a eso, dattebane! ― Kushina interrumpió apresuradamente y mirando nerviosamente a su alrededor antes de preguntar y poder formular mejor su cuestionamiento de lo que realmente le inquietaba y esperaba que la otra mujer  pudiese hacer desaparecer sus dudas con la respuesta que le diera mientras el temor la hizo sentir un escalofrío por ser un tema desconocido y pocas veces llegó a escuchar de ello. ― En realidad, quiero saber si duele mucho cuando un hombre y una mujer… ¡DATTEBANE! ― Terminó gritando completamente avergonzada para luego acercarse al oído de la mujer Uchiha tímidamente. ― ¿Te dolió mucho… estar con Fugaku kun? ― Murmuró en un hilo de voz, demasiado incómoda con la pregunta pero no había tenido ese tipo de charla con nadie.

― No puedo decirte con certeza sobre eso porque es diferente para todas las mujeres. ― Sonrió Mikoto para apreciar el rostro sorprendido de la pelirroja, quien cambió el rostro a uno triste y apenado. ― No debes temer, puedo entenderlo, yo también me sentía nerviosa con lo que iba a ocurrir después de la boda y el estar a solas con mi esposo. ― Se llevó un dedo al mentón pensativamente. ― Deberías hablar con Minato kun aunque lo más probable, es que sea muy cuidadoso. ― Sugirió un poco incómoda por hablar con la otra mujer sobre un tema tan personal.

― Gracias. ― Kushina sonrió agradecida aunque no había disuelto los temores de lo que pasaría después de la boda y no estaba muy segura sobre como contarle a Minato de ese tema a pesar de que ambos eran muy comunicativos sobre sus preocupaciones y anhelos.

― No deberías preocuparte tanto, él te ha protegido desde la Academia ninja. ― Recordó Mikoto haciendo ruborizar a Kushina.

Mikoto sonrió al ver aquel lado tierno de la mujer apodada “Habanero sangriento” y de la que muchos enemigos temblaban al escuchar dicho apodo.

― Kushina, sé que estarás bien. Yo también tuve mis temores pero Minato te ama. Confía en el amor que os une. ― Agregó la Uchiha con una sonrisa mientras la pelirroja asentía tímidamente. ― Ha sido un placer hablar contigo, ¡Felicidades por tu pronto matrimonio! ― Se despidió Mikoto con una suave reverencia para seguir su camino.

― Gracias, Mikoto. ¡Qué tengas un buen día! ― Se despidió Kushina para seguir su camino con los ánimos renovados sin poder borrar del todo el tenue sonrojo que aún se mostraba en su cara aunque algunas nuevas preocupaciones revoloteaban en su cabeza.


Fin.



lunes, 2 de marzo de 2020

Minato - Gennins


Esa mañana era muy emocionante para Minato Namikaze porque finalmente conocería a los chicos que serían sus kohais, había sido bastante divertido escuchar sus nombres y después haber oído sus sueños futuros para pasar la pequeña prueba que los calificaría como los gennins dignos de ser coordinados por él, usando la misma prueba que su sensei, Jiraiya, había utilizado con él. Sin duda alguna, esos tres jóvenes lo habían sorprendido y ya podía confirmar que Obito Uchiha, Rin Nohara y Kakashi Hatake serían sus subordinados.

― Sensei, ¿Cuándo será nuestra primera misión? ― Preguntó Obito muy animado después de saber que habían logrado superar la prueba que les permitiría salir como shinobis al exterior de la villa.

― Baka. ― Escupió Kakashi con aburrimiento al ver lo emocionado e impaciente que estaba su compañero de equipo.

― ¿¡QUÉ HAS DICHO, BAKAKASHI!? ― Gritó enojado Obito mientras Rin reía tras su mano derecha sabiendo que ese tipo de discusiones con sus compañeros sería algo a lo que su sensei tendría que acostumbrarse.

― ¡CALMA, CALMA, CHICOS! Probablemente, mañana nos indiquen nuestra primera misión de equipo. ― Intentaba poner orden Minato mientras se interponía entre los dos alborotadores adolescentes que no dejaban de retarse con la mirada.

― ¡PERO TODO ES POR CAUSA DE BAKAKASHI, SENSEI! ― Gritaba Obito mientras señalaba a Kakashi quien solo se encogió de hombros mientras mostraba una postura presumida.

― Eres un estúpido, Obito. ― Escupió petulante, Kakashi a su compañero de equipo.

― ¡REPITE LO QUE DIJISTE, IDIOTA! ― Solicitó el Uchiha tratando de abalanzarse sobre su compañero pero siendo detenido por su sensei, quien lo sujetó por la ropa para que no iniciara una pelea innecesaria con el otro adolescente que parecía lograr provocarlo con facilidad. ― ¡SUELTEME, MINATO SENSEI, QUE BAKAKASHI SE MERECE APRENDER A RESPETARME! ― Exclamó.

― Inténtalo, si puedes pero dudo que logres tocarme. ― Se burló Kakashi mirando de manera indiferente al otro chico.

Rin solo observaba a sus compañeros y negaba con la cabeza divertida debido a que su rubio sensei buscaba la manera de contener a Obito para que no saltase sobre Kakashi mientras que el comportamiento de Hatake no ayudaba a calmar al Uchiha.

― Pero él empezó. ― Acusó Obito señalando al Hatake, quien giró su rostro con indiferencia mientras el rubio suspiraba.

― ¡YA ES SUFICIENTE! Ahora somos un equipo y no deberías pelear con Kakashi kun, Obito. ― Regañó Rin mirando a sus compañeros con molestia. ― Y no provoques, yo también estoy ansiosa por saber cuál será nuestra primera misión como esquipo shinobi. ― Esta vez, miró a Kakashi llevando sus manos a la cintura.

― Rin… ― Lloriqueó Obito por ser reprendido por la chica que le gusta y luego, mirar furiosos a Kakashi por lo ocurrido aunque el Hatake lo ignoró.

― Está bien. ― Intervino Minato un poco nervioso por ver a la adolescente interviniendo para calmar a los chicos que a duras penas parecían comprender que deberían trabajar en equipo y pelearse no ayudaba a compenetrarse como compañeros. ― Deberías olvidar vuestras diferencias, ahora somos un equipo y es importante poder trabajar sin problemas. ― Intentó explicar.

― Todo irá bien mientras él, no se interponga en mi camino. ― Señaló Kakashi a Obito.

― ¡REPITE ESO, BAKAKASHI! ― Gritó nuevamente molesto Obito por las palabras de su compañero.

― Sensei, no hay forma de detenerlos cuando comienzan. ― Afirmó Rin dándose por vencida mientras ponía sus manos tras su espalda, escuchando la discusión banal de sus amigos.

― Lo importante es que podamos trabajar como equipo y sus disputas no interfieran en las misiones aunque sería más fácil si todos nos llevásemos bien. ― Murmuró Minato un poco derrotado por no poder detener a sus dos alumnos varones.

― No se preocupe, sensei. Yo ayudaré a que Kakashi kun y Obito kun no esté discutiendo constantemente. ― Agregó la adolescente con una gran sonrisa condescendiente.

― Es agradable escuchar eso, Rin. ― Agradeció Minato mirando como Obito había agarrado la camisa de Kakashi mientras le gritaba extraños insultos.

― ¿Quién te ha dado permiso para tocarme? ― Preguntó molesto Hatake con el ceño fruncido mientras se liberaba de un manotazo. ― Un idiota como tú, solo nos dificultará las misiones y nos rezagará a los demás. ― Afirmó mientras limpiaba sus ropas como si estuviera polvorientas.

― ¡QUÉ HAS DICHO, BAKAKASHI! ― Gritó furiosamente Obito elevando su puño con la intención de golpear a su compañero de equipo.

― Ya está bien, mejor calmémonos y vayamos a comer ramen. ― Propuso Minato, intentando amenizar el ambiente tenso que tenían los dos chicos adolescentes y que no era nada bueno como expectativa para ser un equipo ninja.

― ¡MINATO SENSEI! ― Exclamó con felicidad Obito, olvidando la discusión con su rival y centrando toda su atención en el jounnin.

― Tan simple como siempre. ― Murmuró Kakashi con fastidio por el hecho de lo rápido que Obito cambiaba su atención.

― Es una buena idea, Minato sensei. ― Dijo Rin con una sonrisa también emocionada con el hecho de ir a comer ramen todos juntos.

― ¡VAMOS, VAMOS, SENSEI! ― Exigió el Uchiha señalando en dirección en la que estaba los establecimiento de venta de comida en la villa.

Minato sonrió para comenzar a caminar escuchando a Obito gritar sobre lo contento que estaba por su invitación a comer ramen y olvidaba la disputa sin sentido que estaba teniendo con Kakashi, quien seguía al resto de sus compañeros y sensei shinobis en silencio pero frustrado por el hecho de que Obito cambiara su presencia por un tazón de ramen.


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Fin.



Naruto - Sasuke

    Había necesitado de este enfrentamiento para poder sentirse satisfecho, al igual que mostrar sus emociones y sentimientos en cada golp...