lunes, 4 de mayo de 2020

Hiruzen - Naruto



Naruto había ido al parque a jugar con otros niños pero como solía ocurrir, los padres de sus amigos llegaban y se marcaban con tanta rapidez que no podía divertirse.

El niño rubio no entendía porque ocurría, en otras ocasiones había llegado temprano al parque para jugar con los demás niños pero entonces, no se quedaban en el parque y escuchaba a los padres sobre compras y dulces.

Naruto sentía las lágrimas picar en sus ojos y el dolor que presionaba su pecho preguntándose por qué el no tenía un papá o una mamá como el resto de niños porque quizás así, incluso los adultos le sonreirían y regalarían dulces como había visto ocurría con otros niños pero a él le gritaban y ordenaban que se alejaran de ellos.

El rubito no estaba prestando atención por donde iba cuando colisionó contra algo o alguien y se alejó rápidamente porque no quería recibir gritos por su torpeza al estar sumergido en sus preocupaciones.

― ¿Podría saber a dónde vas tan pensativo, Naruto? ― Preguntó el hombre con quien el niño había tropezado accidentalmente.

― Oji san… ― Murmuró Naruto al percatarse de que se trataba del Hokage.

― Iba de regreso a casa, oji san. ― Comentó mirando al mayor con tristeza. ― Sandaime… ¿ya terminó de trabajar? ― Preguntó con una pequeña sonrisa.

― Sí hoy terminé temprano el papeleo del día que fue poco. ― Respondió a la pregunta del niño. ― Pero dime… Naruto, ¿por qué ibas pensando en las nubes? ― Repitió la pregunta, curioso, ya que había notado que el rubio se encontraba desanimado.

― No es nada, oji san. ― Aseguró con desgana mientras negaba con la cabeza y encogiéndose de hombros para indicar que no era nada importante.

Hiruzen sabía que algo le pasaba al menor y le preocupaba lo que fuese porque lo menos que deseaba era que Naruto se fuera por el camino equivocado revelando lo que su cuerpo escondía en el interior.

― Bueno… si no es nada, acompáñame a caminar. ― Invitó al niño para comenzar a andar y el niño miró un momento la espalda del mayor que se alejaba a cada paso dado antes de decidir seguir al tercer Hokage.

― ¿Te apetece comer algo, Naruto? ― Preguntó Hiruzen después de retirar la pipa que fumaba de su boca.

― Sí. ― Contestó feliz por la invitación ya que era el viejo Hokage quien único era amable con él.

― Entonces… vamos, por aquí. ― Indicó Sandaime Hokage el camino a su derecha sintiéndose conforme de haber logrado animar al niño con tan solo pronunciar la palabra comida.

Naruto asintió enérgicamente para seguir al anciano, quien lo condujo por las calles de la aldea hasta salir a una de las áreas abiertas que tenía Konoha y muchos shinobis usaban para entrenar.

― ¿Qué hacemos aquí? ― Preguntó confundido Naruto al ver que estaban en medio de un campo.

― Venimos a conseguir nuestra cena. ― Concluyó divertido Sarutobi mientras señalaba frente a ellos el río. ― Los alimentos tienen mejor sabor si los consigues y preparas por ti mismo, Naruto. ― Rió antes de quitar su gorro de Hokage.

Hiruzen dejó el gorro sobre la maleza y su pipa encima de una roca antes de girarse desde donde Naruto lo miraba.

― Ven, Naruto. ― Llamó al menor para que lo siguiera de cerca hasta la orilla del río. ― No vayas a entrar te puede llevar la corriente. ― Advirtió el mayor antes de hacer unos sellos y poder caminar sobre el agua sin problemas.

El niño asintió en respuesta observando al anciano shinobi.

― ¡UOH! ¡OJI SAN! ¿¡CÓMO HACE ESO!? ― Exclamó sorprendido y admirando la posibilidad de caminar por encima del agua sin hundirse logrando que Hiruzen se riera por lo impresionable que era el rubito.

― Es posible que tú también logres hacerlo algún día cuando seas más grande, Naruto pero todo dependerá de ti y el esfuerzo que le pongas. ― Dijo con una sonrisa. ― Ahora, guarda silencio y observa. ― Solicitó.

Naruto asintió mordiéndose su labio inferior para poder obedecer sin dejar de observar como el anciano sacaba dos kunais y los ataba a un hilo para luego lanzarlos al agua. El niño quedó asombrado al ver como cuando el tercer Hokage tiraba del hilo para recoger el kunai que había arrojado y este tenía un pescado que se movía violentamente intentando liberarse.

― ¡ES ENORME! ― No puedo evitar decir mientras señalaba el niño al hombre que retiraba el pescado del kunai.

Hiruzen rió y lanzó el pescado hacia la orilla donde estaba Naruto quien gritó al intentar agarrar el pescado.

― Creo, esto son suficientes para tener una buena cena. ― Indicó Sarutobi al pescar el que sería el último de los peces  y regresar a la orilla. ― Tenemos que buscar madera y palos para poder cocinarlos, Naruto. ― Dijo viendo al niño que no dejaba de observar a los pescados.

― Sí, sí… ― Contestó el niño para salir corriendo en busca de leña.

El anciano se alejó un poco del río para buscar la madera que serviría para prender la fogata ya que sabía que Naruto traería palos. Por ello, Sarutobi logró encontrar un tronco adecuado que serviría para hacer la fogata pero antes haría un muro de piedras para evitar un accidente mientras estuviera ardiendo la madera.

 ― ¡OJI SAN!  Aquí está. ― Exclamó al llegar viendo lo que había preparado el Hokage mientras dejaba caer todos los palitos que había encontrado por los alrededores.

― Muy bien, Naruto. ― Elogió al menor y le dio una pequeña caricia en la cabeza del rubio quien sonrió con felicidad por el elogio recibido. ― Vamos a acomodarnos y prender el fuego. ¡KATON GOUKAKYUU NO JUTSU! ― Exclamó Sarutobi logrando hacer la fogata.

― ¡UOAH! ― Exclamó sorprendido el rubio y encantado con lo que había visto. ― ¡QUÉ GENIAL ES OJI SAN! ― Admiró al mayor sonrojado por lo que había acabado de hacer el mayor.

El mayor solo sonrió y le pidió que le acercara los pescados, los cuales se dedicó a retirar las víscera y usar los palitos que trajo Naruto para empalarlo y así poder asarlo.

― ¿Cómo haces eso? ― Preguntó Naruto escuchando el chisporroteo de las llamas.

― Soy el Hokage, Naruto y como tal tengo un montón de secretos. ― Habló intentando crear misterio y curiosidad al niño pero luego, no pudo contener la risa antes el intento del rubito de comprender sus palabras. ― ¿Te gustaría ser un shinobi, Naruto? ― Preguntó mirando al menor.

― ¿Shinobi? ― Repitió sin comprender, había escuchado esa palabra con anterioridad pero no entendía bien que era, salvo el que las personas que tenían una bandana eran a los que se llamaba shinobi.

― Siendo un shinobi podrás aprender todo eso que me has visto hacer aquí, ¿no te gustaría? ― Inquirió el Hokage tomando uno de los pescados y entregándoselo a Naruto.

― ¿Yo también podría aprender a caminar por el agua? ― Preguntó asombrado Naruto sosteniendo el pescado en sus manos.

― Por supuesto. ― Afirmó con una sonrisa Sandaime Hokage.

― Sí, quiero aprender hacer eso. ― Aceptó el niño con emoción brillando en sus azules ojos.

naruto-and-hiruzen | Daily Anime Art― Bien, bien. ― Sonrió Sarutobi. ― Pronto empezarás la academia ninja y deberás esforzarte mucho para poder convertirte en alguien tan fuerte como yo. Incluso, puede que seas el próximo Hokage de Konohagakure no Sato. ― Comentó divertido el mayor.

― ¿Podría? ― Preguntó dudoso el rubito y Hiruzen asintió con la cabeza. ― Entonces sí, si quiero ir a ese lugar y ser un shinobi para ser Hokage. ― Anunció alegremente el niño.

― Me alegra que te guste la idea, Naruto. ― Sonrió Hiruzen para luego mirar el firmamento estrellado. ― Hoy es una noche muy bonita, ¿no crees? ― Preguntó.

Naruto miró hacia las estrellas que salpicaban la bóveda celeste y asintió antes de volver su atención al pescado asado en sus manos y darle un bocado.

― ¡AH! ¡ESTÁ MUY BUENO OJI SAN! ― Gritó Naruto.





Fin







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