Habían retrasado esa reunión desde hacía bastante tiempo debido a su trabajo como
shinobi la habían estado posponiendo, se suponía hacía meses debieron haberla
hecho pero no hubo oportunidad, así que acordaron que esta ocasión sería la
definitiva.
Cuando
Anko Mitarashi llegó al restaurante acordado para comer barbacoa, no se
sorprendió de que sus amigos, quienes llegaron antes al restaurante, ya
hubieran pedido sake y carne.
―
¿Solo ustedes dos? ¿Cómo es que Genma y los demás no están aquí? ― Inquirió
Anko con molestia mientras tomaba asiento y se servía descaradamente sake. ―
Con lo gruñones que estaban y recriminándome de ser la que se retrasaría cuando
todos sabemos que no es así. ― Rezongó agotada la kunoichi antes de beber de un
solo trago el sake que se había servido.
―
Raidou está en una misión imprevista, quizás se retrase o no pueda venir. ―
Comentó amablemente Hayate Gekkou.
―
Deben estar por llegar Genma y Aoba. ― Restó importancia Ibiki Morino mientras
hace una señal para pedir más comida y bebida al camarero que había aparecido
para dejar la carne que habían pedido cuando ocuparon su mesa para asar en la
rejilla que había en medio de la mesa para que los clientes asaran su comida.
―
Mientras esperamos a que lleguen los demás, ¿cómo os ha ido? ― Preguntó Anko
comenzando a poner la carne sobre la rejilla para que se cocine.
― No
me quejo. ― Respondió Ibiki. ― No varía y hago lo de siempre, excepto alguna
misión externa.
― ¡Qué
aburrido eres, Ibiki! Deberías salir más a menudo y tal vez, conocer a alguien
que te alegre esa cara. ― Sugirió Anko con tono divertido. ― ¿Por qué no
aprendes un poco de Hayate? Él tiene una linda novia, me imagino es la envidia
de varios shinobis. ― Hablaba mientras el mencionado se sonrojaba por
convertirse repentinamente en el protagonista de la conversación de sus
compañeros.
― No deberías
hablar cuando tú misma debes de tomar el ejemplo en lugar de molestar a los
demás, Anko. ― Interrumpió Morino a la mujer con sus palabras idealistas de la
vida.
―
Respondiendo a tu pregunta, Anko, me ha ido bien aunque no he tenido misiones
muy complicadas pero Yugao no deja de tener misiones constantemente y debido a
ello, no nos hemos podido ver tanto como nos gustaría en este tiempo. ― Aporto
Gekko con un suspiro y un poco de vergüenza al hablar de su pareja.
Ibiki
sonrió ante el honesto pero real argumento de la emocionante vida que podía
aportar Hayate sobre su privacidad a la metiche de Mitarashi.
― Sois
tan aburridos, chicos. ― Se lamentó Anko mientras se llevaba una mano a la
frente de forma dramática. ― No todo puede ser trabajo y holgazanear en la
aldea.
― No
eres la persona más indicada para recriminar la pereza. ― Interrumpió Genma
Shiranui, quien acababa de llegar para escuchar lo que la kunoichi decía
mientras saludaba levantando la mano a todos los presentes.
― Qué
poco gentil eres. ― Se quejó Anko mientras cerraba levemente los ojos.
― Aoba
está reunido con Sandaime Hokage, al parecer se trataba de un asunto urgente
que requería su presencia. ― Informó con fastidio Shiranui mientras ignoraba el
comentario de Mitarashi para tomar asiento a su lado.
― ¡LO
SIENTO PERO YA ESTOY AQUÍ! ― Gritó Raidou Namiashi al aparecer debido a que se
había apresurado para poder llegar.
―
Cálmate un poco, Raidou. Yo también acabo de llegar. ― Sonrió Genma mientras
retiraba el palillo que llevaba en la boca para saludar a su amigo, quien
tomaba asiento a su lado, justo al mismo tiempo que el camarero reaparecía para
dejar más bebida, comida, palillos y vasos.
― ¿Qué
tal te fue la misión? ― Preguntó Hayate a Raidou, quien se sentó a su lado.
― No
fue algo de lo que se pueda alardear pero estuvo bien. Logré hacerla en el
menor tiempo posible aunque eso supuso el ir corriendo para cumplir con la
diligencia y no faltar a esta reunión después de haberla aplazado quince veces.
― Respondió Namiashi al mismo tiempo, tomaba una de las botellas de sake para
servirse y beberlo de una sola vez.
―
Llevamos semanas sin vernos y toda la atención se centra en la misión de
Raidou, Al menos, podrías saludar. ― Protestó Mitarashi, logrando que sus
palabras sacaran una sonrisa en Ibiki, Hayate y Genma.
―
¡HOLA, ANKO! No me había percatado que estabas aquí porque es raro no
oírte hablar o discutir por algo. ― Saludó alegremente Raidou ignorando el como
sus compañeros empezaban a reír excepto la mujer que se sonrojaba e hinchaba
sus mejillas con enfado.
― No
soy ninguna gruñona. ― Se quejó la kunoichi girando su cabeza hacia la pared
para no ver a sus compañeros que no dejaban de carcajearse por la situación tan
incómoda que se generó para Anko.
― ¿Y
dónde está Aoba? Es raro que no esté aquí o se retrase. ― Intervino nuevamente
Namiashi, sin percatarse del ambiente que se había creado.
―
Sandaime lo ha llamado, ¿no lo viste cuando fuiste a dar tu informe a la Torre
Hokage? ― Cuestionó Genma quien tomó uno de los trozos de carne ya cocinados
para comerlo.
― No,
no lo vi pero también salí corriendo pensando que me había retrasado mucho. Así
que no he prestado atención en el camino hasta aquí. ― Afirmó Raidou pensativo.
― Tal
vez… te hayas cruzado con él. ― Comentó Ibiki.
― Sí,
puede ser que eso pasara pero como dije, solo me centré en venir porque pensé
me había retrasado demasiado. ― Pensó en voz alta Raidou al mismo tiempo que se
encogía de hombros y toma con los palillos uno de los pedazos de carne que ya
estaban cocinados.
Anko
bufó molesta mientras se servía más sake.
―
¡Hola! Me disculpo por la demora, no creí que se alargaría tanto pero Sandaime
pidió me reuniera con él. ― Se disculpó Aoba al llegar mientras ocupaba el
asiento vacío al lado de Hayate.
― No
te preocupes, Genma nos contó de que fuiste solicitado por el Hokage. ― Indicó
Hayate recibiendo un asentimiento de Aoba quien se había centrado en tomar
varios pedazos de carne que se llevó a la vez a su boca.
―
Ahora que estamos todos podemos hacer un brindis. ¡BRINDEMOS! ― Gritó Anko con
emoción, olvidando su enfado, para levantar su vaso con sake. ― ¡FINALMENTE NOS
REUNIMOS! ¡SALUD! ― Vociferó la mujer casi sin dar tiempo a ser imitada a sus
compañeros para ser partícipes del brindis.
― Deberíamos
volver a brindar por el hecho de que Anko llegó temprano y no se entretuvo
comiendo dulces. ― Aportó Ibiki con diversión para molestar a la kunoichi.
―
¡OYE! ― Espetó ofendida Mitarashi.
―
Apoyo la sugerencia de Ibiki. ― Se animó Genma. ― Es increíble que no te hayas
olvidado y llegaras a tiempo, casi parece que compites con Kakashi san en
llegar con retraso a los lugares. ― Bromeó Shiranui, consiguiendo que sus
compañeros rieran excepto la mujer.
―
¡SOIS UNOS INSOLENTES! ― Gritó indignada la mujer de cabello color violeta para
hacer que se acrecentara la risa de sus compañeros.
―
Valdrá la pena volver a reunirnos de nuevo. ― Murmuró Hayate quien palmeaba la
espalda de Aoba, quien se había atragantado.
― ¡ESA
ERA MI CARNE, AOBA! ― Exclamó Raidou al descubrir que el shinobi recién
llegado, se había comido el pedazo de carne que pretendía comer él.
― No
había forma de que pudiese saber. ― Aseguró Aoba a Raidou con una sonrisa
mientras tomaba sake de su vaso.
―
¡MALDICIÓN, ANKO! Hiciste un brindis sin dejar que todos se hayan servido sake.
― Regañó Ibiki.
― Cómo
si fuera importante para brindar. ― Anko le quitó importancia a las palabras de
su compañero mientras movía su mano derecha de un lado a otro mientras bebía de
una su sake.
― Se
supone es parte importante el que todos los participantes del brindis se hayan
servido. ― Aportó Genma divertido por lo despreocupada que era su compañera.
― Eso
no importa, lo que cuenta es que estamos todos juntos para celebrar. ― Afirmó
Anko para luego reír estridentemente, logrando que los demás se contagiaran y
rieran.
― Sin
duda… Debemos volver a reunirnos todos porque momentos como este, serán
valiosos para nuestros recuerdos porque la vida de un ninja tiene un futuro
incierto. ― Murmuró Hayate de forma inaudible para seguir riendo, comiendo y
bebiendo junto a sus amigos shinobis.
Fin.
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