Itachi
no sabía qué hacer, había tenido que entrar en el Ne (RAIZ) por orden de
Sandaime Hokage para vigilar a su líder pero nunca habría sospechado lo que
ocurriría al aceptar ser parte de esa misión.
Itachi
había realizado ya muchas misiones cuestionables a espaldas de Konoha desde su
ingreso al Ne, bajo el mando de Danzou, pero en esta ocasión le designaron la
misión que más dificultad requería porque acabar con el clan Uchiha al
completo, abarcaba más allá de lo que podía soportar en su alma y corazón. Solo
estaba logrando que Itachi se replanteara la situación aunque era conocedor de
la gravedad que implicaba cumplir o desobedecer la misión para el mundo shinobi
y el cometer genocidio hacia su clan por orden de Danzou Shimura para obtener
los Sharingan junto a la precaria idea de ser el núcleo de los problemas de
Konoha, era repugnante e irracionales las intenciones del líder de Ne hacia un
clan.
Sin
embargo, Itachi no estaba conforme con ejecutar esa misión. Recordó a su
hermano pequeño, quien era inocente de todo lo que sucedía, no estás dispuesto
a perder a Sasuke como ya había pasado con Shisui por el capricho de un hombre
tan despreciable como Danzou.
Sintiéndose
arrinconado y apresado entre su deber, corazón y criterio, Itachi no le quedó
más hablar con Sandaime en busca de poner a salvo a su hermanito. Después de
explicar la situación en la que se encontraba, haciendo comprender al Hokage de
la situación tan difícil en la que se haya para que Danzou no sospechara de él y
rogar para que Sasuke se salvara, que lo cuidara de todo lo que supondría para
un niño pequeño el perder a toda su familia en el que su hermano mayor sería el
villano.
Después
de obtener la aceptación de Sandaime Hokage de que Sasuke estaría a salvo, pareció
estar de acuerdo en realizar la eliminación que Danzou quería para el clan
Uchiha antes de que los rumores de la rebelión del clan Uchiha que fluctuaban
contra la propia Konoha se hiciera un hecho real.
Itachi
entendía lo que significaba ser shinobi pero, especialmente, comprendía la
situación en la que se encontraba como una mera arma que ayudaría a combatir un
problema aunque no fuera visto como alguien loable sino un criminal e incluso,
su hermanito lo odiará por lo que haría pero sería un precio que pagaría para
garantizar la seguridad de que Sasuke y Konoha estarían a salvo. Por ello,
continuaría con el plan de Danzou de aniquilar el clan Uchiha, en su intento de
brindar un futuro a su hermano a pesar de no estar de acuerdo con la extracción
de Sharingan que tendrían los cadáveres de sus congéneres pero era consciente
de que para realizar una hazaña de ese calibre necesitaría ayuda para poder
lograr cumplir la misión.
A
Itachi no le quedó más posibilidades que buscar ayuda por el submundo shinobi
hasta que se encontró sorpresivamente con una persona que parecía estarlo
esperando esa noche, en el lugar y momento más imprevisto.
Itachi,
esa noche, había salido a entrenar a mitad de la noche. No podía dejar de pensar
en lo que haría o cómo haría para cumplir la misión cuando ya la policía Uchiha
lo visitó recientemente como el principal sospechoso de la muerte de Shisui
pero él no podía revelar la verdad de lo sucedido.
Los
pensamientos de Itachi fueron interrumpidos cuando una sombra frente a él lo
detuvo en su camino a la zona que solía entrenar mientras la silueta oscura se
acercó hasta donde estaba para detenerse a un metro frente a Itachi.
― He
escuchado acerca de un mocoso que merodea entre shinobis criminales mendigando
sus servicios. ― Afirmó el desconocido enmascarado.
―
¿Eres quien busca shinobis o no? ― Preguntó cruzando los brazos el desconocido
en espera de la respuesta.
―
¿Cómo sabes de ello? ― Preguntó Itachi con desconfianza y omitiendo la pregunta
realizada por el otro shinobi mientras llevaba su mano derecha a la bolsa en su
espalda que guardaba sus shurikens y kunais.
El
enmascarado soltó una pequeña risa sin apartar la mirada del menor que parecía
entrar más en tensión.
―
Digamos que me he dedicado a escuchar rumores y chismes entre ninjas renegados
y criminales que se dedican a asaltar caravanas mercantes. ― Comentó con un
tono divertido. ― Las descripciones coinciden contigo, por eso intuyo que debes
ser tú quien estaba buscando ayuda para efectuar algún oscuro plan pero no
pareces el tipo de hombre que ejecutaría alto así… Quizás, ¿te lo encargaron?
Itachi
miró al extraño, no sabía cuan cierta eran sus palabras pero no podía evitar
estar sorprendido por la deducción del shinobi, también lo hizo elevar más la
guardia, no podía estar seguro de alguien así.
El
desconocido no parecía inmutarse por la reacción del joven.
―
¿Quién eres…? ― Bajó la voz Itachi casi con temor de querer saber la respuesta.
― ¡ERES UN ESPÍA DE RAÍZ! ― Exclamó con enojo ante la opción más segura de
quien se trataba el enmascarado y pensando que había podido ser descubierto por
Danzou, eso le ocasionaría problemas. Debería acabar con el desconocido para
evitar su situación fuera aún más complicada pero sus pensamientos fueron
interrumpidos ante las carcajadas del desconocido shinobi.
― Sí
que cuentas divertidas bromas, mocoso. ― Dijo llevando su mano derecha a la
cintura. ― No pertenezco a ninguna aldea shinobi, no soy alguien que quiera
estar bajo el mando de los suburbios de Konoha pero soy alguien que quiere
brindarte su ayuda para que tú logres cumplir con lo que sea que estás
planeando hacer y al mismo tiempo, quiero hagas algo por mí a cambio. Tan solo
sería un acuerdo entre ambos, fácil, simple y que solo será tu decisión.
― Si
no eres de Ne, ¿cómo sabes acerca de mi o de la propia existencia de RAÍZ? ―
Inquirió Itachi aumentando su sospecha hacia el extraño individuo.
―
Conozco más de lo que tu entendimiento pueda comprender. ― Afirmó con soberbia.
― RAÍZ no es tan invisible como creen lo es, sus actos en el tiempo no son
difíciles de ocultar y que un Uchiha esté buscando ayuda para cumplir con su
plan o el encomendado de otro, también era predecible en el tiempo.
― Identifícate,
no puedo confiar en tus palabras y mucho menos, cuando aseguras conocer al clan
Uchiha o saber del Ne. ― Exigió Itachi mientras tragaba saliva al sentir su
garganta seca.
― Soy
quien su propio clan abandonó y olvidó. ― Del único agujero que tenía la
máscara apareció el brillo rojo de un Sharingan activado. ― Soy Madara Uchiha,
quien dedicó su vida para proteger su clan y una aldea hecha con mentiras para
traicionarme. ― Aseguró.
Itachi
retrocedió mientras activaba su Sharingan instintivamente por la silenciosa
amenaza que significaba los ojos que tanto distinguían al clan Uchiha.
― Ahora,
dejarás tu escepticismo y me responderás. ― Afirmó, creyendo que el chico de
coleta había saciado su curiosidad.
― Eso
no puede ser… Uchiha Madara murió hace años, ante de las guerras entre aldeas
shinobis. ― Frunció el ceño Itachi. ― Mientes, el Shodai Hokage acabó con la
vida de Madara Uchiha en la batalla que tuvieron los dos en el Valle del Fin,
por eso ahí descansan las dos enormes estatuas en memoria de la última batalla
entre los fundadores de Konohagakure no Sato. ― Murmuró la historia documentada
en informes oficiales de Konoha y el clan Uchiha.
―
Parece que todos, incluso tú crees esa mentira, muchacho. ― Se rió Madara por
el rostro estupefacto del chico debido a sus palabras.
Itachi
no podía creer completamente a ese hombre que se hacía llamar Madara Uchiha, no
podía creer que estuviera frente a él el legendario y aterrador shinobi porque
se suponía que los documentos habían sido contrastados, la información de que
el primer Hokage había acabado con la vida de Madara Uchiha en un
enfrentamiento por proteger la aldea, fue una batalla de vida o muerte. ¿Cómo
habría podido sobrevivir aún se tratase de un portento como lo fue Madara
Uchiha? No había forma de que lo escrito en los viejos pergaminos sobre Madara
Uchiha fueran falsos o mintieran.
― Si
continuas pensando tanto, se te fundirá el cerebro o terminarás muerto por no
prestar atención a tu entorno. ― Avisó divertido el enmascarado quien observaba
al joven que repentinamente se había quedado en silencio e inmóvil como si
fuese una estatua de piedra. ― La respuesta es muy sencilla si te preguntas el
por qué no estoy como dice los pergaminos de Konoha pero se trata de que logré
sobrevivir, ni el Shodai ni el Nidaime Hokage pudieron advertirme. Ambos
quedaron con la mentira de mi muerte mientras yo me recuperaba a esa batalla
porque yo también tengo algo que hacer en este mundo tan corrompido. ― Declaró
con júbilo.
― ¿Qué
quieres decir? ― Preguntó Itachi.
― No
es obvio, muchacho. Yo también tengo un plan que llevar a cabo pero eso te
hablaré más tarde porque primero necesito me digas si eres quien ha buscado
ayuda entre shinobis exiliados. ― Recordó Madara.
Itachi
no podía confiar completamente en las palabras del otro ninja, sabía que sea lo
que fuese que era poco la posibilidad de que Madara estuviera vivo pero si era
así y tenía un plan, este no debía de ser algo bueno. Quizás dicho plan era un
peligro hacia el mundo shinobi y no existía nadie tan poderoso para hacerle
frente como lo podía hacer el primer Hokage de Konoha.
Posiblemente
que era mejor aceptar, contarle la verdad a ese desconocido que se presentaba
como Madara Uchiha y si era posible, estar cerca de él para saber qué era lo
que planeaba hacer aunque debería poner en conocimiento al Sandaime Hokage para
continuar con su trabajo de espía doble para seguir el camino que había elegido
junto a Shisui, proteger Konoha.
― Soy
yo el shinobi que ha contactado con algunos ninjas renegados de sus aldeas. ―
Afirmó Itachi apretando sus puños y abandonando su posición de guardia quedando
parado, en postura relajada frente al desconocido para que comprendiera que
aceptaba su historia.
― Bien
hecho, muchacho. ― Aceptó Madara.
―
Necesito ayuda para completar la misión que RAÍZ me otorgado, debo acabar con
el clan Uchiha. ― Fue escueto porque Itachi no quería revelar todos los
detalles de la misión que Danzou le había confiado.
― Otra
vez mis estimaciones se han hecho reales, el clan que me despreció fue aislado
por el Nidaime Hokage y ahora, busca su exterminio. ― Comentó divertido. ― No
tengas dudas de que te ayudaré a terminar con el clan, ya poco me importa del
clan que me dejó de lado pero no haré este trabajo gratis. A cambio, deseo una
cosa de ti… deseo que te unas a mí. ― Propuso señalando al chico Uchiha.
― Está
bien. Después de terminar con el clan Uchiha no tengo lugar a donde ir. ― Aseguró
Itachi.
―
¡Oh…! ¿Estás seguro de no tener a donde ir o tener un lugar en el que
continuar? ― Giró su rostro hacia la dirección en la que estaba situado el
barrio Uchiha. ― Tienes un hermano al que cuidar.
―
¿¡QUÉ SABES DE MÍ!? ― Preguntó inquieto ante la mención de su hermano y de que
un hombre peligroso como el enmascarado supiera de él aunque estaba seguro de
que debía estar mintiendo sobre ser Madara Uchiha, no quedaba duda de que se
trataba de alguien lo suficientemente peligroso como para no querer que
conociera sobre Sasuke.
― Eres
un ingenuo si crees que no recopilé información de ti antes de decidir que
debíamos encontrarnos para sellar este acuerdo, ahora no puedes retroceder a tu
palabra, muchacho. ― Respondió con simpleza pero lleno de reproche como si
Madara estuviera ofendido por la duda de que no tomara información antes de
conocerse.
― Está
bien… yo necesito ayuda y no tengo demasiado tiempo antes de llevar a cabo la
misión. No importa nada, después de esto no quedará nada después de que todo
esto pase, así que no tengo opción. Además, ya acepté, como has dicho, me
aliaré a ti después de concluir con el final del clan Uchiha. ― Respondió
Itachi sintiendo que sus percepción de no confiar en el enmascarado se
agrandaba en su interior pero también, con ese trato podría estar vigilando al
desconocido de cerca para evitar que la aldea o su hermano estuvieran en
peligro, especialmente, si en realidad se trataba de Madara Uchiha.
―
Buena elección, muchacho. Tenemos mucho de qué hablar.
Fin
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