Akatsuki
había reunido la suficiente información de las grandes villas ocultas shinobis
para descubrir donde se encontraba cada binju y no fue sorpresa alguna saber
que muchos de los binjus estaban encerrados en jinchurikis perteneciente a uno
de los núcleos shinobis. Por ello, debían iniciar el siguiente paso del plan,
comenzar a recolectar a los binjus pero para eso debían de saber quiénes eran
con certeza los miembros más adecuados para capturarlos, enfrentándose al
propio jinchuriki o binju para poder obtener a las bestias con colas.
― ¿Por
qué está reunión tan repentina, hm? ― Preguntó Deidara un poco incómodo por ser
llamado tan repentinamente.
― Eso
mismo quiero saber yo, estaba terminando de entregar un sacrificio adecuado
para Jashin sama. ― Habló el fiel adepto de Jashin.
―
Están tan animados como siempre. ― Comentó divertido Kisame al ver las
protestas de sus compañeros de organización.
― Es
hora de decidir que binju es la prensa de cada uno. ― Interrumpió escuetamente
Pain.
― Deidara
y Sasori iran por el binju de una cola. ― Comenzó Pain a decidir quiénes serían los encargados de atrapar cada bestia
de cola.
― Yo
no pienso regresar a esa aldea insignificante. ― Escupió con hastía Sasori en
desacuerdo al jinchuriki que se le asignó.
― Eres
el mejor candidato, ya que se trata de tu aldea natal, Sasori. ― Indicó Pain. ―
Además, yo soy el que da las ordenes y he decidido esto debido a vuestras
habilidades, así que te guste o no, eres el más acto para capturar al binju que
custodia el País del Viento. ― Zanjó Pain.
Deidara
no pudo evitar soltar una risita por la discusión pero al instante sintió como
su piel se erizaba al sentir la mirada del marionetista sobre él.
― ¿Por
qué tenemos la estupidez de ir a por los binjus y jinchurikis? ¿Por qué no se
me explica de una maldita vez? ― Preguntó de mala gana Hidan, aún molesto por
ser interrumpido en medio de su ritual a Jashin.
―
Pueden darnos mucho dinero si vendemos los jinchurikis a otras aldeas ocultas.
― Interrumpió Kakuzu.
―
¡CALLA, IDIOTA AVARICIOSO! ― Gritó Hidan aún más enfadado por la adoración de
su compañero de equipo en el dinero en vez de a su gran dios Jashin.
― No
es necesario que conozcan ahora la razón por la que recolectamos binjus, su
trabajo es buscarlos, capturarlos y traerlos hasta aquí para que Akatsuki
cumpla uno de sus objetivos. ― Acotó Pain.
― Todo
suena muy sospechoso, hm… ― Comentó divertido el rubio de cabello largo.
―
Hemos aceptado las condiciones de Akatsuki, no tiene sentido el cuestionar las
decisiones u objetivos que posee la organización a la que te has aliado. ―
Habló Itachi haciendo que Deidara cambiara su rostro a uno de enojo.
― NO
TIENES DERECHO A CUESTIONAR MI OPINIÓN, HM. ― Gritó Deidara al Uchiha.
―
Itachi san, parece que Deidara kun aún está molesto contigo. ― Murmuró
divertido Kisame mirando a su compañero.
― No
es mi problema. ― Respondió Itachi sin ánimos y restando importancia a lo que
hablaba su compañero.
― No
eres nada divertido, Itachi san. ― Comentó Kisame sin borrar su sonrisa. ―
Entonces, Pain sama… ¿Qué jinchuriki nos tocará a nosotros? ― Preguntó Kisame
con curiosidad mirando a su líder y esperando la respuesta de este aunque se
hacía a la idea de a quien iban a darle.
― Irán
por el Kyuubi, pero esta vez quiero que lo traigan y no fallen como la otra
vez. ― Espetó Pain con algo de molestia.
Kisame
observó a Itachi en espera que mostrara alguna emoción o tuviese alguna
reacción ante las palabras del líder de la organización pero el Uchiha continuó
estoico y sin mostrar el que las palabras de Pain le provocase alguna emoción.
― Está
vez no fallaremos. ― Fue lo único que pronunció Itachi.
― Es
importante que los binjus sean capturados por orden y el primero debe ser
Shukaku sino lo hacemos así, Akatsuki no podrá lograr su objetivo. ― Recordó
Pain al resto de integrantes.
― Pero
las aldeas apreciarán lo que vamos a hacer, será inevitable el tener que
enfrentarnos en batalla con el jinchurikis. ― Recordó Sasori mirando al líder
de la organización.
― No
debéis tener problemas porque los miembros de Akatsuki pueden enfrentarse a una
aldea shinobi sin problema. No habéis recibido la invitación de uniros en
Akatsuki de forma casual. ― Argumentó Pain elevando su brazo para cerrar su
puño.
― Yo
no le veo el punto a recolectar binjus y jinchurikis sin no hay una
remuneración económica. ― Habló Kakuzu cruzándose de brazos.
―
¡MALDITO BLASFEMO! El dinero pudre tu alma y no ve que con esto puedo
entregarle a Jashin sama un buen tributo de sacrificios. ― Se quejó Hidan con
su compañero.
― No
me importa tu religión ni tu dios, lo único importante es el dinero. ― Contestó
Kakuzu.
―
Algunos jinchurikis son renegados o sus cabezas tienen precio, pueden hacer con
sus cuerpos lo que desees siempre y cuando le hayamos extraído previamente el
binju que guardan. ― Dictaminó Pain evitando que aquellos dos volvieran a una
de sus absurdas discusiones sobre la religión y el dinero.
― Aun
así, su valor puede estar reducido si está muerto. ― Farfulló Kakuzu mostrando
su interés al recordar que podrá vender algunos jinchurikis.
― ¿Y
qué pasa con los demás binjus, hm? Solo ha indicado quien captura los
jinchuriki de una y nueve colas, hm. Hay siete jinchurikis que también hay que
capturar si se tienen que ir recopilando por orden, hm. ― Habló Deidara apreciando
como aún no se establecía el resto de jinchurikis o bestias con colas.
― En
eso estábamos Deidara pero si siguen interrumpiendo como lo hacen no llegaremos
a nada… ― Advirtió Pain un tanto irritado porque no lo dejaban continuar. ― Así
que sí seguís, no me importará mataros y conseguir nuevos miembros, al fin y al
cabo todos son desechables.
Deidara
se quedó callado por lo que había dicho su líder, sabía que los ojos que poseía
eran aún más siniestros que el Sharingan de los Uchiha y prefirió guardar
silencio ya que podía asegurar que cumpliría con sus palabras. Además, Deidara
no moriría ahí, antes debía derrotar al estúpido de Itachi por lo que le había
hecho cuando fue a buscarlo para reclutarlo para Akatsuki.
―
Entonces, prosigamos. ― Continuó Pain. ― Kakuzu y Hidan irán por el de dos
colas.
― ¿Por
qué rayos nos toca capturar al dos colas? Es demasiado débil para que Jashin
pueda aceptar su sacrificio. Es un insulto. ― Se quejó Hidan.
― Está
bien, tiene una buena suma por entregar a su jinchuriki vivo o muerto. ― Aceptó
Kakuzu.
―
¡MALDITO AVÁRO! ― Señaló Hidan ofendido.
Pain
suspiró pero omitió a los dos miembros de Akatsuki que discutían para seguir
informando de quienes serían los encargados de atrapar los binjus que quedaban
por repartir antes de deshacer el jutsu de comunicación.
―
Pareces demasiado agotado pero has hecho bien. ― Habló el hombre de máscara
naranja sentado a unos metros de Pain pero este no respondió al enmascarado. ―
La siguiente fase ya está en marcha, queda menos para desarrollar el plan y
conseguir nuestro propósito.
― Hago
lo que sea necesario para seguir y poder cumplir el sueño de Yahiko. ― Murmuró
Pain antes de marcharse de la habitación seguido de Konan.
―
Pronto, muy pronto… ― Murmuró el enmascarado antes de también abandonar aquella
habitación de un edificio abandonado en el País de la Lluvia.
Fin.
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