Sasuke
se había desecho de Orochimaru cuando se sintió lo suficientemente preparado
para enfrentar a Itachi pero sabía que no podría encontrarlo por sí solo y la
poca información que tenía de su hermano mayor era inexacta, así como el saber
el nombre de Akatsuki, la organización a la que se había adentrado, pero sin
más conocimiento de que eran shinobis renegados y que estaban en el libro Bingo.
Por ello, había recopilado la información necesaria de shinobis que trabajaban
bajo las órdenes de Orochimaru para poder crear un equipo que lo ayudase a
encontrar el paradero actual de Itachi porque tenía conocimiento de que su
hermano mayor vagaba por el mundo shinobi y Sasuke sería quien vengaría la
matanza que hizo a su propio clan.
La
persona más cercana y que le sería muy útil a Sasuke para lograr el propósito
de encontrar a Itachi era Suigetsu Houzuki. Sasuke sabía que el chico de
dientes de sierra era bueno recaudando información, al pasar inadvertido con
sus técnicas ninjas de estilo de agua y de espionaje sutil lo convertía en un
punto clave para obtener información de Itachi.
El
chico de cabello azul claro, no mostró desagrado ni se opuso en forma equipo
con el joven Uchiha ya que deseaba obtener la espada que portaba Kisame, el
compañero de Itachi en Akatsuki, pero antes le pidió a Sasuke que le diera una
buena espada para poderle estar a su servicio y fue de esta manera de como
Sasuke llevó a Houzuki hasta donde estaba Kubikiribouchou, la espada legendaria
que perteneció a Zabusa Momochi.
Luego,
Sasuke fue en busca de Karin, la chica perteneciente al clan Uzumaki, era una
excelente sensor de chakra y con ella en su equipo, podría encontrar con
rapidez a su hermano mayor.
Karin
tampoco representó un gran problema para ser reclutada por Sasuke ya que la
pelirroja sentía atracción hacia el Uchiha y el simple hecho de estar cerca de
Sasuke, era una gran oportunidad de que el Uchiha se enamorase de ella y así
Karin podría presumir de tener un guapo y talentoso shinobi de novio.
El
problema apareció en el momento que reclutó a Juugo, era una pieza importante
para su equipo debido a la descomunal fuerza que poseía aunque su bipolaridad
era la que representaba un problema, así como su pensamiento que solo giraba en
torno a Orochimaru y, en especial, Kimimarou. Sin embargo, el problema de Juugo
radicaba en el descontrol sorpresivo que poseía debido a que se trataba del
jutsu del clan al que pertenecía el hombre de cabello naranja y la destrucción
es lo único que quedaba a su paso después de que este se activara inesperadamente.
Ese
día, Hebi, nombre que decidió Sasuke para llamar al equipo que formaban ellos
cuatro, hoy tenía que tratar con el brote furioso de Juugo y el único que podía
hacerle frente para detenerlo parecía ser Sasuke con su Sharingan mientras que
Suigetsu se había escabullido y Karin se había ocultado, preparada para
intervenir en batalla.
El
combate había iniciado escasos segundos atrás cuando repentinamente, Karin que
observaba la batalla, pareció ver una apertura para ayudar a Sasuke a vencer a
Juugo. La mujer en un impulso salió de su escondite para entrometerse en el
combate pero Suigetsu logró detenerla y esconderse con ella antes de ser
percibida por el descontrolado Juugo. Siendo que Houzuki había actuado rápido
en retener a Karin para que no hiciera la necedad como es el implicarse en
aquella batalla.
― No
seas idiota, no tienes nada que hacer contra Juugo. Sasuke puede arreglárselas
solo. ― Regañó nervioso Suigetsu mientras sostenía a Karin tapándole la boca
para que no gritara iracunda llamando la atención del chico de cabello naranja
que en ese momento no distinguía entre aliados y enemigos. ― Deja de moverte,
¿quieres? ― Agregó mientras echaba un vistazo a los dos chicos que combatían
fervientemente para comprobar que no habían advertido su posición. ― Quitaré mi
mano de tu boca pero no hagas una estupidez como querer ir hacia dónde está
Sasuke, ya te dijo que él se ocupaba solo y tampoco grites, solo nos pondrás en
peligro innecesariamente. ― Indicó antes de retirar su mano que cubría la boca
de la pelirroja.
Karin
esperó a que Suigetsu la soltara, no admitiría en voz alta pero el chico de
ojos violetas tenía razón, si no la hubiese detenido a tiempo ahora estaría
muerta y puesto en una mala situación a Sasuke en el combate donde intentaba
detener a Juugo para que volviera a su estado de calma.
― No
hables. ― Repitió en un susurró Houzuki una vez hubo quitado la mano de los
labios de la chica.
― Ya
cállate, ya te escuché. ― Contestó molesta la mujer mientras fulminaba a su
compañero con la mirada.
Suigetsu
ignoró el comportamiento de la chica para mirar nuevamente hacia donde estaba
Sasuke y Juugo peleando, parecía que estaban igualados en fuerza y habilidad.
― Al
parecer Sasuke va ganando terreno. ― Afirmó Suigetsu con cierta diversión.
Karin
iba mostrar su emoción pero se detuvo de manera veloz antes de meter la pata
por gritarle al chico de cabello azul claro de que era obvio que Sasuke haría
algo así.
― No
tienes que decirlo, es obvio que Sasuke será el vencedor, por algo Orochimaru
lo eligió como su alumno. ― Contestó con arrogancia la pelirroja mientras
giraba bruscamente su cabeza a un lado con indignación por las palabras del
chico de ojos violetas.
― Será
mejor buscar un lugar más seguro que este. Estamos demasiados expuestos. ―
Habló molesto Suigetsu mientras se cruzaba de brazo al oír y ver el
comportamiento de la chica.
― No
tienes que decirme lo que debo hacer, iba hacer justamente eso ahora, idiota. ―
Aseguró frunciendo el ceño Karin por cómo el chico le hablaba.
Un
fuerte ruido de una columna muy cerca de ellos siendo derrumbada captó la
atención de ambos jóvenes, Juugo estaba demasiado cerca y nada aseguraba a
Karin y Suigetsu que pudiesen estar a salvo en ese lugar por más tiempo.
―
¡Vamos! ― Susurró Suigetsu en voz muy baja para no captar la atención del chico
de cabello naranja que estaba dominado por una ira incontrolable.
― Ya
voy… ― Contestó de mala gana Karin para seguir igualmente a Houzuki.
―
Camina despacio y ten cuidado con los escombros que podrían hacer ruido o nos
expondrás a que Juugo nos detecte y cambie su objetivo de Sasuke a nosotros. ―
Recordó Suigetsu pisando con cuidado y evitando los escombros que podrían
crujir con fuerza al ser pisados.
―
¿Quién te crees que eres? Deja de estar dándome órdenes, idiota. ― Escupió en
voz baja Karin aumentando su molestia.
― Eres
odiosa, mejor ni te hubiera detenido o que Juugo acabe contigo. ― Dijo Suigetsu
por el hecho de que la pelirroja fuera tan desconsiderada cuando la estaba
ayudando a salir de ese lugar.
― Eres
un idiota. No entiendo por qué Sasuke decidió tenerte en cuenta para hacer el
equipo cuando solo eres una molestia. ― Refunfuñó la chica del clan Uzumaki.
―
Posiblemente porque soy mejor que tú. ― Afirmó con una sonrisa ladina que sabía
enfurecería a la mujer de lentes.
― Solo
en estar molestando. ― Gruñó Karin sintiendo como una vena se hinchaba en su
frente por lo irritante que es Houzuki.
Suigetsu
se detuvo para observar a los combatientes, no parecía que se hubieran alejado
demasiado y Sasuke había invocado a una serpiente que solo indicaba que la
batalla se había vuelto más intensa.
―
Debemos apresurarnos en salir de este lugar, no creo pueda resistir más tiempo
estable y tampoco nos hemos alejado lo suficiente de la batalla. ― Advirtió el
chico de ojos violetas con preocupación. ― Aunque espero que no se atore uno de
tus pies en algún lugar y te quedes aquí, ¿Quién sabe…? Podrías estar en
problemas y nadie para ayudarte en esta ocasión si no prestas atención a tu
entorno. ― Comentó con una sonrisa divertida Suigetsu imaginando lo que había
dicho.
― Espero
que seas tú a quien le pase o termine aplastado como la cucaracha que eres,
idiota. ― La vena en la frente de la pelirroja pareció crecer más y no se
contuvo con lo que dijo debido a lo irritante que era su compañero.
Escucharon
como algo se desprendía y caía a un lado, cerca de donde estaban ello y cuando
miraron de que se trataba, ambos no pudieron evitar el sudar frío, pues era una
enorme roca que hubiera cumplido con las insinuaciones que solo buscaban
irritar al contrario.
―
Mejor dejemos de decir esas cosas o quizás se haga verdad y moriremos
aplastados. ― Farfulló Suigetsu con una risa nerviosa mientras apuraba el paso
siendo imitada por la mujer.
Una
vez que los dos se alejaron y lograron salir, pudieron permitirse soltar un
suspiro mientras caían sobre sus rodillas al suelo.
― Es
una pena que no te hayas perdido ahí dentro, siendo tan idiota no pensé que
encontraras la salida. ― Comentó la chica de gafas mirando a su compañero.
― ¡YA
CÁLLATE! La batalla aún no ha llegado a su fin y si tenemos que esperar un rato
más, es bastante irritante estar esperando aquí hasta que Sasuke consiga que
Juugo vuelva a su estado tranquilo. ― Rugió Suigetsu mientras se dejaba caer
sobre el suelo y llevaba una de sus manos al rostro por lo cerca que había estado
de ser aplastado por una roca.
―
¡IDIOTA! ― Gritó Karin, antes de alejarse de su compañero para sentarse en una
roca cercana a esperar la llegada de Sasuke mientras imaginaba el cómo
recibirlo.
―
Mujeres… No las entiendo. ― Suspiró Suigetsu con aburrimiento mientras se
sentaba en el suelo observando a la pelirroja haciendo caras raras mientras se
removía o emitía pequeños grititos.
Fin.