Shikaku
Nara había sido llamado para hacer una pequeña misión junto a sus viejos
compañeros de equipo y amigos shinobis que no eran otros que Inoichi Yamanaka y
Chouza Akimichi.
No
había sido una misión complicada ya que ellos se ocupaban de problemas internos
pero si se trataba de una clave fundamental para que no se formara el caos
dentro de Konoha. Afortunadamente, todo había sido un éxito y los sospechosos
habían sido arrestados.
― Hace
mucho que no estábamos en una misión los tres como en los viejos tiempos.
Extraño cuando formábamos el equipo InoShikaChou. ― Comentó con una sonrisa el
hombre rubio.
―
Tienes razón, a duras penas coincidimos en las calles a pesar de pertenecer y vivir
en la misma villa oculta. ― Rió Shikaku llevando una de sus manos a su propia
cadera.
―
Deberíamos conmemorar este momento e ir a comer algo. Ya es la hora de la
comida. ― Indicó Chouza mientras palmeaba su tripa.
― No
es mala idea, Chouza. ― Apoyó la sugerencia Inoichi mirando al hombre sonriente
de que aceptaran su propuesta. ― ¿Qué se les antoja? ― Preguntó pensativo el
rubio.
― Yo
quiero carne. ― Se apresuró Chouza sintiendo que su boca se hacía agua al
imaginarse montañas de comida.
― Lo
que ustedes quieran comer, no me apetece discutir por un platillo. ― Respondió
con pereza Shikaku encogiéndose de hombros.
―
Hablas como sí a ti no te apeteciera el
ir a comer después de una misión como hacíamos en los viejos tiempos. ― Acusó
un poco desanimado el Yamanaka.
―
Tienes razón, añoro esos tiempos pero los años no han pasado en balde y los
tiempos han cambiado a cuando éramos simples gennins supervisados por un sensei
para facilitar nuestras tareas. ― Contestó con una sonrisa de añoranza el Nara.
― Será
mejor que dejemos de hablar y nos apresuremos. Me quedaré débil si no obtengo
comida pronto. ― Intervino el jefe del clan Akimichi mientras comía un dango
que había sacado de su bolsillo para comer sin que los otros dos shinobis se
percatasen de ello.
―
Bueno… parece que no todos hemos cambiado demasiado. ― Afirmó divertido Shikaku
observando a Chouza, quien poseía un buen apetito.
Inoichi
se rió por el comentario del Nara ya que no importaba cuantos años pasaran para
Chouza, este seguiría siendo un glotón.
― En
eso te apoyo… ― Murmuró sin borrar su sonrisa el rubio.
―
Realmente aún me pregunto, ¿dónde guarda tanta comida para siempre tener
recursos? ― Se cuestionó el Nara con diversión.
Los
tres hombres prendieron camino, ya que Chouza había empezado a caminar
presuroso hasta un restaurante que estaba lleno pero el cual estaba inundado
por deliciosos aromas de comida, así que con suerte obtuvieron mesa y pudieron
ordenar.
―
¡AH…! Tenemos que esperar tanto por un poco de comida. ― Suspiró con tristeza
Chouza.
―
¡Anímate! Hemos logrado una mesa y que nos atendieran nuestro pedido a pesar de
que el restaurante este completo. ― Habló con optimismo Inoichi mientras
palmeaba la espalda de Chouza.
―
Parece que esta esta escena será problemática si se alarga un poco más. ―
Farfulló el Nara mientras se servía un poco de sake y escuchaba el estómago de
su amigo rugir.
― No
se puede animar nadie si tiene la panza vacía. ― Se lamentó el hombre de
cabello rojo para escuchar como volvía a rugir su tripa con más fuerza. ― Se
los dije, a este paso moriré si no como algo pronto.
― No
exageres, Chouza. ― Escupió Inoichi mientras soltaba una pequeña carcajada ante
las palabras del Akimichi. ― Nadie se muere en tan poco tiempo de hambre, solo
ocurre cuando han pasado muchos días. ― Explicó sin borrar la sonrisa
divertida.
― Eres
un exagerado, Chouza, pero mira no podrás morir de hambre hoy, creo que ya
están acercándonos nuestra comida. ― Aseguró el Nara al ver como un mesero se
acercaba con la comida.
El
Akimichi levantó las manos de emoción esperando la comida apareciera frente a
él y no pudo evitar soltar un grito cuando el camarero se detuvo en su mesa
para dejar la orden.
Chouza
ni siquiera esperó a que el camarero terminara de servir la comida en la mesa
ni escuchó a sus amigos que agradecían por el veloz servicio, tan solo era
consiente de él mismo y de la bandeja de carne que fue puesta frente a sus ojos
que sin esperar, tomó la bandeja para comer la carne directamente de la bandeja
con un desesperado grito de “Itarakimasu”
antes de llevarse la carne a la boca.
―
Parece que nos preocupamos por nada. ― Se llevó una mano a la cabeza el Nara al
ver como el pelirrojo comía con gula.
― ¡NO
TE COMAS TODO Y DEJA PARA LOS DEMÁS! ― Exclamó enojado Inoichi mientras
intentaba arrebatar el plato de carne del que se había apropiado su compañero.
― Hemos pedido para los tres, no es solo para ti.
― El
primero que lo ve es quien decide y fue puesta frente a mí, así que es mía. ―
Sentenció Chouza sin dejar de comer rápido sin dejar que el rubio le arrebatara
la bandeja con carne.
―
Déjalo, sabes que ya no hay nada que hacer y bebe un poco de sake conmigo. ―
Sugirió Shikaku para servir un poco del
licor a Yamanaka.
―
¡AH…! Chouza no ha cambiado nada a pesar de los años que han pasado. ― Suspiró
el rubio mientras aceptaba el sake.
― Son
de esas cosas que nos rejuvenece. ― Bromeó el Nara sacando una sonrisa a su
compañero quien asintió mientras se sonrojaba al dar un pequeño sorbo al licor
mientras Chouza los ignoraba por estar concentrado en su comida. ― Quizás
pronto no tengamos tiempo para disfrutar de momentos como este, nos hacemos
viejos y debemos de disfrutar de estos pequeños placeres que nos regala la
vida. ¡Por nosotros! ― Levantó el platito con sake después de volver a servirse
y servir al Yamanaka.
―
Supongo que tienes razón. ― Admitió Inoichi elevando su pequeño platito con
sake para brindar con el Nara y seguir disfrutando de aquel almuerzo que le
recordaba que hubo otro tiempo en el que gozaban de juventud a pesar de las
dificultades.
Fin.