domingo, 30 de junio de 2019

Butsuma - Tajima


¡Atención!, contenido +18.

El viento movió la hierba seca de verano en el prado que pronto acontecería una batalla más entre ninjas que esperarían el momento propicio para que el líder de clan hiciera una silenciosa señal que diera inicio al combate.

Tajima Uchiha, líder del clan Uchiha desde el fallecimiento de su progenitor  y cuyo clan era reconocido por poseer el sharingan en el mundo shinobi, se presenta  al frente de sus miembros de clan, una vez más, en el campo de batalla que las interminables guerras libraban todos los clanes ninjas que existían o existieron en alguna ocasión pero que en esta ocasión iba a enfrentar a uno de los clanes enemigos, el clan Senju.

Tajima sonrió con sorna al ver frente a los miembros del clan contrincante el rostro impasible de Butsuma, quien había sido proclamado como jefe hacía dos semanas atrás y según la información que recolectó, Butsuma se había enterado hace un mes que su esposa engendraba al primogénito.

El líder Uchiha no sentía ninguna emoción elogiable hacia el clan contrario, tenían las manos tan manchadas de sangre como las estaban las de los Uchiha, aunque Tajima reconocía al líder Senju como un espléndido contrincante a quien enfrentar en combate.

― No creía encontrar escoria tan temprano pero aquí estás, Butsuma. ― Tajima sonrió de lado mientras pronunciaba con tono divertido sus palabras haciendo que el jefe del clan contrario gruñera molesto por las burlas recibidas. ― Tan aburrido como siempre. ― Susurró agrandando más la sonrisa mientras sus ojos mostraban el sharingan, indicando que estaba preparado para la inminente batalla.

― Di lo que te apetezca, Tajima, pero no dejaré que en esta ocasión salgas ileso. ― Afirmó Butsuma, desenvainando la espada mientras su cuerpo que estaba en una postura firme y orgullosa se convertía en una de ataque para enfrentar a su enemigo.

Butsuma no dudó en dirigirse hacia quien era su rival después de dar la muda indicación a su clan de atacar al enemigo y sabía que Tajima lo estaba esperando con la mismas intensiones de lograr la victoria de su clan porque ambos buscaban la derrota del clan contrario.

Los dos jefes de clan hicieron chocar las espadas y esquivaron los ataques contario sin dejar de mirar a su enemigo con desafío a los ojos.

Cada shinobi no dejaba de mostrar su mejor ataque y técnica ninja con la intensión de herir gravemente al contrario, cada ninja había logrado herir a su enemigo, algunos daños habían sido mortales pero otros habían causado daños graves que lograron debilitar al shinobi contrario.

Tajima y Butsuma no eran la excepción en el intenso combate, quienes volvían correr hacia el otro para ser sus espadas quienes colisionaran en el aire, ya que habían saltado pero no se percataron que el lugar donde caerían se trataba de una antigua trampa y sus pesos activaron los sellos para ser engullidos en una fosa.

Butsuma gimió de dolor cuando cayó y se sentó con dificultad en aquel pozo reducido que parecía estar preparado para la captura de un animal, lo que lo hizo pensar que se trataba de una trampa de caza y no hecha para la batalla ni la captura de algún enemigo.

Tajima había adoptado la misma posición que el otro jefe de clan y, solamente, lo observó, esperando un movimiento peligroso de su parte mientras analizaba el lugar en el que estaba atrapado.

― Creo que será una tregua hasta que salgamos de aquí aunque esto retrasará mi victoria si estamos recuperando energía. ― Tajima susurró mirando a su enemigo, esperando que este aceptara la propuesta.

Butsuma gruñó, desconfiado de las palabras del Uchiha porque nada bueno podía provenir de la boca del líder de dicho clan, ya que cualquier trato con ellos habría un engaño.

Los minutos estaban pasando muy lentamente y la incomodidad de ambos hombres atrapados, hacía la situación más tensa.

― Está comenzando a atardecer. ― Habló Tajima intentando menguar el desagradable ambiente mientras se levantaba en un intento de dejar de sentir la mirada fija que el Senju tenía sobre él y empezaba a crispar sus nervios cuando los dos shinobis eran consciente que continuar la batalla en ese estrecho agujero sería una estupidez ya que las paredes de tierra no parecían estables evitando que pudieran salir por ellos mismos usando su chakra.

Butsuma se limitó a chasquear la lengua, aquel hombre no dejaba de ser molesto y su presencia siempre lo había perturbado aunque no entendía el por qué Tajima lo hacía enfadar con su sola presencia o fuera la persona en quien primero atraía su atención, a pesar de que no estuviese haciendo o diciendo algo relevante. Butsuma solo conseguía molestarse con él mismo y solo podía culpar al jefe Uchiha de ese extraño comportamiento y emociones que tenía.

― Espero… no se crean que pueden retirarse sin buscar a quien es su líder. ― Farfulló Tajima dando la espalda al Senju mientras miraba a la cima buscando el salir del rango de los ojos que no dejaban de escrutarlo.

― No se trata de eso, Uchiha, ambos somos líder de clan al que pertenecemos, el arriesgarse el rescatar a uno de los dos, también significa mostrar un punto débil al enemigo para salir victorioso o derrotado, sin recordar que uno de los dos será apresado solo por el hecho de que somos enemigos. ― Habló Butsuma por primera vez desde que habían caído en ese viejo pozo. Aprovechando la situación para ponerse en pie y colocarse a la espalda de Tajima, quien se sobresaltó por la repentina cercanía que invadió el espacio personal.

― ¿¡CREE QUÉ NO LO SÉ!? Solo me fastidia estar en las mismas circunstancias que alguien como tú. ― Contestó Tajima ignorando la cercanía de su enemigo a su cuerpo ya que lo insinuado lo habían enojado. ― ¡AH…! ¿¡QUÉ CREES QUE HACES!? ― Gritó sorprendido cuando sintió como su enemigo lo golpeó contra la pared y retenía sus brazos sobre su cabeza reteniéndolo por sus muñecas con una sola de sus grandes manos callosas mientras el pesado cuerpo de  Butsuma le impedía patearlo para alejarlo de su anatomía.

― ¡CALLA! ― Ordenó Butsuma mientras tapaba la boca del Uchiha. ― Enemigos se están acercando demasiado y sus chakras no son similares a los que posee nuestros clanes. Ya estamos en una situación complicada como para terminar siendo prisioneros de un clan diferente. ― Explicó en voz baja y recibiendo el asentimiento de cabeza por parte del líder Uchiha.

Pasaron varios minutos en aquella posición hasta que finalmente Butsuma lo liberó al separarse del Uchiha cuando sintió que el chakra desconocido desapareció de su rango de alcance como sensor ninja.

Tajima observó cómo su enemigo se fue separando poco a poco de él, parecía como si no quisiera alejarse de su cuerpo.

― Quién diría que tuvieras las muñecas tan pequeñas como las mujeres o quizás peor porque con una sola mano se te puede inmovilizar. ― Dijo Butsuma sabiendo que sus palabras molestaría al hombre de pelo azabache para escapar de la mirada oscura mientras se separaba de manera lenta del Uchiha sin saber el motivo por el cual actuó de esa manera ya que ambos eran shinobis y en el mejor de los casos, si iban a ser capturado por otro clan, podría ser el Uchiha ya que sus ojos eran codiciados en el mundo ninja.

― ¡Qué te importa! ― Exclamó con enojo Tajima porque sabía que su complexión física era delgada pero no tanto como para ser comparado con la de una mujer.

― Si te vistieras de mujer, sin necesidad de usar un jutsu, pasarías desapercibido porque parecerías una. ― Respondió encogiéndose de hombros mientras sonreía levemente, divertido por lo que sus palabras ocasionaban en el otro hombre.

― ¡TÚ, MALDITO SENJU! ― Gritó Tajima con enfado para abalanzarse sobre el Senju para golpearlo sin contar que la arenisca del suelo de la fosa lo hiciera resbalar, cayendo sobre el otro ninja y hacerlo caer al suelo con él, quedando en una pose comprometedora.

Butsuma no era un hombre que se sonrojara fácilmente, ni siquiera su esposa logró provocar que se avergonzara cuando se mostró por primera vez desnuda frente a él en la habitación nupcial donde consumarían su matrimonio. No obstante, Tajima Uchiha había logrado, sin percatarse de que inconscientemente y de forma accidental lo había logrado sin que Butsuma se percatara de que tenía al otro hombre sostenido de la cintura como si por acto reflejo hubiera lo hubiese protegido en la caída.

― ¡SUÉLTAME! ― Exigió Tajima sin mirar al contrario porque sentía demasiado calor en su rostro como para hacer frente, intuyendo de que su cara estaría roja que competiría con el color de la misma sangre.

― ¿Por qué debería hacerlo? Al menos, ahora no intentas exponernos a un clan enemigo con tus gritos y ruidosos movimientos. ― Dijo el líder Senju apretando su agarre y acercando su nariz al cabello del líder Uchiha para aspirar el olor que el estrafalario peinado desprendía.

― ¡Maldito Senju! ¡DEJA….! ― Insultaba Tajima  mientras se revolvía intentando liberarse de su captor pero repentinamente, Butsuma se giró, sin importar que el otro hombre se golpear en la repentina maniobra que cambiaba de posiciones.

El peso del cuerpo de Butsuma ayudó a retener al Uchiha bajo él y llevando su mano derecha hasta el delgado rostro de Tajima, en un movimiento veloz, capturó los labios contrarios en un impulso.

Por primera vez, Butsuma se percató de que eran aquellas sensaciones que le causaban malestar hasta terminar enfado y culpaba a Tajima por ello, pues no era más que el monstruo de la lujuria rugiendo en su interior, despertando en el Senju todo aquel remolino de emociones y deseos hacia el jefe Uchiha.

Tajima se sorprendió por el inesperado acto del otro shinobi, por ello no se paralizó completamente, ya que pudo haber mostrado el sharingan para alejar al Senju pero no lo hizo. El Uchiha reaccionó en  morder el labio contrario que se movía sobre los suyos sin contenerse para hacer retroceder al Senju como una respuesta de que no era buena idea besarlo y tenerlo retenido.

Butsuma pareció no importarle el mordisco o la sangre que derramaba de la herida producida y se derramaba desde su hinchado labio inferior porque no cortó el contacto de su boca e incluso, aprovechó la oportunidad para introducir su lengua en la cavidad contraria mientras que la mano en el rostro de Tajima descendió al estilizado cuello para presionarlo un poco, evitando que el Uchiha le arrancase la lengua a mordiscos.

Comenzó a removerse el Uchiha, tratando de quitar al estúpido Senju  de encima de él, sentía como la lengua intrusa recorría su cavidad, golpeando la suya que intentaba sacar la otra lengua pero aquel acto solo estaba despertando un calor en su vientre que poco a poco empezó a recorrer su cuerpo iniciado por el beso en el que está participando.

Lentamente, Tajima iba perdiendo las fuerzas de querer separar al contrario y estaba olvidando el por qué quería separarse del otro hombre, ya que poco a poco correspondía el  beso, percatándose de que la sensación naciente de mariposas revoloteando en su estómago por el primitivo acto en el que lo había sucumbido el Senju.

Butsuma sintió como el hombre de pelo negro iba dejando de luchar, en su intento de que se separara de él, haciendo que el Senju sonriera con victoria cuando el otro hombre lo estaba empezando a corresponder en el beso y aventurándose, sabiendo que podría ser asesinado por el otro shinobi, Butsuma descendió su mano hasta la cintura contraria, la cual repartió  caricias mientras el Uchiha le permitió posicionarse mejor en medio de sus piernas para ambos estremecerse cuando sus erecciones se rozaron aunque ambos conservaran puestas sus ropas como barrera de sentir más contacto del otro hombre.

Un jadeo de Tajima fue ahogado en el beso cuando el Senju rozó sus caderas con la suya causando que sus entrepiernas se tocaran con fuerza ya que el otro ninja no fue cuidadoso cuando se posicionó entre sus piernas.

Butsuma buscó el borde del pantalón sin dejar de explorar sobre la tela los músculos que ocultaban del otro hombre, enorgulleciéndose de poder hacer jadear a Tajima, tan solo con frotar sus cuerpos vestidos.

― Pa…para… ― Murmuró Tajima en una especie de gemido lloroso provocado por la excitación, haciendo que su voz fuera más grave cuando sintió como el otro hombre tiraba por fin de su pantalón hacia abajo, dejándolo expuesto y deteniendo el ardiente beso con sabor a sangre. ― Esto no está bien… ― Intentó razonar con el Senju que parecía estar absorto con su cuerpo porque si avanzaban más con lo que estaban haciendo, sería complicado para ambos, ya que no podrían detenerse y ninguno de los dos pertenecía al mismo clan, tampoco eran comerciantes, rounnins o viajeros que se pudiera convertir en una concubina. Simplemente, si pasara o que parecía ser inevitable en esos momentos y siendo ambos líder de un clan, los cuales estaban enemistados por años, era poner sus cabezas bajo el estigma de la traición a su clan.

― Calla… ― Demandó Butsuma con molestia por lo complicado que se estaba volviendo el poder obtener sus deseos y satisfacer sus instintos. ― Nadie tiene que saber lo que está ocurriendo aquí. ― Afirmó el Senju en voz baja al lado de la oreja izquierda del Uchiha para luego, morderla y así, obtener un gemido con el que se deleitó.

Butsuma sintió como Tajima apoyó las manos sobre sus hombros mientras envolvía con su mano el pene del Uchiha y sonrió al escuchar el jadeo emitido por el otro hombre mientras una sonrisa brilló en sus rostro sin dejar de repartir besos y succiones en sobre la piel del delgado cuello, dejando pequeñas marcas rojas.

Tajima tembló de pasión cuando la enorme mano del Senju envolvió su pene, empezando a acariciar gentilmente el pedazo de carne caliente que clamaba por atención hasta que las constantes caricias llevaron al Uchiha alcanzar el orgasmo y en un acto reflejo, Tajima buscó refugiar su cabeza en el torso de Butsuma mientras sentía los espasmos del pos-orgasmo.

Apretó las ropas contrarias aunque su respiración estaba entre-cortada por el reciente eyaculación pero tomando a Tajima por sorpresa, las posiciones volvieron a cambiar y el Senju ahora estaba bajo él. El Uchiha tembló, aún sensible, sin poder contener un jadeo cuando el otro shinobi comenzaba a rozar su ano con los dedos embarrado del semen que había expulsado hacía segundos atrás.

Era extraño y divertido para Butsuma ver al Uchiha jadeante, con las mejillas sonrojadas por el reciente orgasmo que sin poder contenerse había vuelto a cambiar las posiciones de ambos para luego levantar solo su mitad superior, quedando sentado con un confundido Tajima en sus brazos.

Butsuma abrazó a Tajima con una mano y con la otra, la cual contenía parte de la semilla del Uchiha, la dirigió al trasero del dueño del sharingan para comenzar a rozar bruscamente sobre el oculto agujero antes de ingresar uno de sus dedos.

Tajima emitió un leve grito mientras apretaba la tela de la ropa contraria por la violenta intromisión a su cuerpo cuando ingresó otro dedo que no dejaban de removerse en su interior, haciéndolo sisear por lo poco cuidadoso que estaba siendo el líder Senju.

Butsuma metió su tercer dedo, haciendo que el Uchiha cerrara con fuerza los ojos ya que no había tenido demasiado tiempo para acostumbrarse y el Senju parecía urgido.

Sin embargo, Butsuma se percató del rostro adolorido del Uchiha y para calmar al otro ninja, el Senju empezó a acariciar el miembro que empezaba a despertar nuevamente.

Cuando Butsuma sintió que el Uchiha ya se había relajado, sacó sus dedos del orificio para retirar de su regazo al otro hombre y poder bajar sus ropas, dejando al descubierto su erección.

Tajima había retirado su mirada de Butsuma pero este pareció no importarle cuando lo guío para volver a estar tumbado mientras se situaba entre sus piernas demostrando la flexibilidad con la que contaba el jefe del clan Uchiha pero Butsuma no se tomó tiempo para admirar y sin avisar, penetró de una sola estocada al hombre de pelo azabache.

El Senju escuchó el desgarrador grito de dolor mientras él solo jadeó complacido por la estrechez que le ofrecía el contrario pero sabía que si hubiera invadido lentamente al otro shinobi hubiera sido más doloroso y Butsuma hizo algo que hubiera imaginado, se inclinó sobre Tajima para en forma de disculpa y permiso por lo que continuaría, besó las mejillas antes de descender al cuello para repartir pequeños besos antes de comenzar a moverse.

Tajima no dejaba de sentir el agudo dolor de la profanación a su cuerpo que no pudo retener el grito porque dolía como mil demonios y mataría al contrario cuando saliera de ahí porque el Senju  no había esperado que se acostumbrara, mucho menos le indicó que a penetrarlo para que se mentalizara de lo que ocurriría y aunque el que lo masturbara ayudó un poco al Uchiha, tardó un poco en que sus jadeos de dolor cambiaran a unos de placer.

Gemidos, jadeos y sonidos obscenos en medio del placer era emitidos por los dos shinobis, sin dejar que caricias y besos cesasen, repartiéndolas entre sí para reprimir más ruido del necesario y ser descubiertos pero a pesar de que la terea fuera difícil en medio de aquel acto, no era imposible.

Ambos hombres sentían como el sudor impregnaban sus cuerpos, como sus músculos se contraían con cada embestida y el deseo que aumentaba a cada gemido que era fruto de una dura penetración, hacía que se sintieran adictos al placer que le ofrecía el sexo.

Ninguno de los dos shinobis pudo aguantar más, entre gemidos y jadeos, recibieron sus orgasmos.

― Te mataré… a penas salgamos de aquí…. ― Susurró Tajima con voz jadeante, mirando a su enemigo e improvisado amante que le devolvía la mirada con una sonrisa de satisfacción.

Butsuma se retiró del interior de Tajima, sin tener demasiado cuidado, mientras acomodaba sus ropas para sentarse a un lado de donde el Uchiha se había quedado tumbado, comenzando a acariciar el cabello desordenado de Tajima de forma torpe y tímida, ya que el líder Senju no estaba acostumbrado a mostrar ese tipo de atenciones cariñosas.

Tajima bufó, no le desagradaba del todo el contacto o lo que acaba de pasar con el Senju pero estaba agotado y su trasero junto a sus caderas dolían. Además, el líder Uchiha podía sentir aún como el semen de Butsuma estaba saliendo de su interior y no tenía ofrma de limpiar el resultado acalorado momento.

― Ya ha anochecido. ― Indicó el Senju para romper el silencio que se había formado.

Tajima no respondió, pues había sucumbido al agotamiento y ya estaba profundamente dormido, sin preocuparse demasiado de estar medio desnudo.

Butsuma sonrió antes de levantarse y vestir a su rival, Tajima no parecía tan fiero de esa manera. El Senju acomodó al Uchiha, ya vestido completamente, en su regazo, disfrutando de las pocas horas que le quedaban hasta que lo sacaran de ese agujero porque Butsuma intuía que lo experimentado ahí no volvería a ocurrir a pesar de lo increíble que hubiese sido y le gustaría volviera a suceder.

Cuando el sol inició el día, miembros del clan Senju encontraron el paradero de su líder, sorprendiéndose de que el líder Uchiha estuviera allí y vivo pero por muy inusual que fuera la situación de dos líderes de clanes estuvieran atrapados en una vieja trampa de caza, los dos hombres fueron ayudados a salir de aquel estrecho lugar.

― Dejadlo ir. ― Ordenó Butsuma a la gente de su clan que estaba allí, ya que se percató de que algunos de sus compañeros de clan querían aprovechar la oportunidad para apresar a Tajima pero al escuchar la orden, dejaron que el Uchiha se marchara con una leve cojera en su andar hacia donde se encontraba el asentamiento del Clan Uchiha.

Los Senju se retiraron de la zona, murmurando entre sí por lo benévolo que había sido Butsuma con el líder Uchiha, ignorando lo sucedido entre ambos líderes shinobis.

Tajima Uchiha regresó a su Clan, siendo acogido y recibiendo miles de disculpas, sonrisas y vítores del regreso del jefe Uchiha que había desaparecido en mitad de la batalla contra los Senju.

Cuando Tajima por fin logró llegar y entrar a su casa, fue recibido por su esposa quien se abalanzó hacia él para notificarle sobre el embarazo, del primogénito tan deseado por la pareja y quien en el futuro  se convertirá en uno de los ninjas más fuertes que el mundo shinobi conocería.


lunes, 24 de junio de 2019

Indra - Asura II



Asura miró a su hermano aún no comprendía lo que ocurría con Indra después de tantos años pero jamás esperó tener que tener como rival a su propio hermano mayor porque aquella tarde que le comunicó sus intenciones no podía creer que fueran ciertas las palabras dichas, días antes de que su padre lo eligiera como sucesor. No obstante, allí estaban ambos, en un campo abierto que se había vuelto la escena de su guerra.

Asura sentía que ese día era diferente a los demás, incluso el sabor de la sopa de miso que desayunó tenía un sabor inusual pero ese día se presentaría, como tantos otros una guerra que parecía no tener fin.

El hijo menor de Hagoromo no recordaba ya cuantas veces había enfrentado a Indra desde el día, -una semana después de su nombramiento como sucesor de su padre-, que apareció con un ejército de hombres, Indra proclamaba la guerra y Asura no dejó de lamentar desde ese día porque su hermano menor no estuviera a su lado para que sus alegrías fueran completa ante la falta de la compañía de su amado hermano mayor.

― ¡ASURA! ― Gritó Indra como señal del inicio del combate y sus hombres comenzaron a moverse rápido para hacer frente al enemigo.

― ¡INDRA! ― Aulló simultáneamente Asura, poniéndose en marcha junto a sus hombres para enfrentar el ejército de su hermano mayor.

La batalla había dado comienzo con el grito de los hermanos enfrentados y los dos bandos enemistados empezaron el cruel combate que durante años mantenían mientras sus líderes buscaban enfrentarse mutuamente, sin querer tener más rival que su hermano.

El sol siguió su curso del día mientras en el campo de batalla solo quedaban los enemigos que continuaban enfrentándose, los heridos que buscaban, tanto, refugio como asistencia médica y los cadáveres esparcidos por el polvoriento suelo.

Asura miró a su hermano con cansancio, sabía que ese día era diferente a otros y hasta la forma en que Indra se movía para atacarlo, defenderse o esquivarlo eran distinto, casi como si el hombre frente a él no fuera su verdadero hermano mayor. A pesar de llevar años luchando entre sí, algo ocurría ese día aunque no podía saber concretamente que deparaba ese raro presentimiento.

― ¡AH…! ― Exclamaron los hermanos porque con las últimas fuerzas que tenían las volcaron en un ataque al contrario consiguiendo su objetivo.

El violento ataque terminó en un silencio que pareció interminable cuando ambos hermanos solo volvieron a abrir sus bocas para escupir su propia sangre.

― In… Indra…― Llamó Asura al otro hombre, sabiendo que su hermano había logrado vencerlo ese día y que la sensación que había estado punzando en él desde que despertó en la mañana era el presagio de su muerte pero hasta ahora, no se había percatado ya que Indra había logrado golpearlo en un punto vital. Asura era consciente que no iba a sobrevivir a su herida, que esa noche no llegaría al campamento para poder ver el rostro de su amable esposa y sus traviesos hijos para dedicarles unas últimas palabras.

― A… sura…―  Pronunció sin emoción el nombre del contrario, Indra. Al igual que su hermano menor, estaba en las mismas condiciones después de recibir completamente el ataque en su cuerpo y era consciente que no sobreviviría a esa herida.

― Final-mente… todos estos años de lucha… termina así.― Dijo Asura con la poca fuerza que su cuerpo aún poseía y sintiendo como su propia vida se extinguía. ― S-siempre me  pregunté… ¿por qué hacías esto, Indra? Yo… te he amado, hermano, desde que éramos niños… he querido ser como tú, estaba tan orgulloso de ser tu hermano menor y… pensé que todos estos años ha-habían borrado este sentimiento… pero no es así. Yo… sin importar lo que ha pasado… te admiro y te quiero, nii-sama. ― Cerró los ojos mientras intensificaba la fuerza en el agarre en la muñeca de Indra, impidiendo que moviera el arma que atravesaba su pecho.

― Mientes… T-tú me arrebataste todo, Asura. Yo… soy el sucesor por derecho de oto-sama p-pero tú… no lo aceptaste y buscaste la forma de que oto-sama te eligiera a ti como el siguiente… maestro, despojándome de todo lo que me corresponde. No podré… p-perdonar tu traición. ¡Me quitataste to…do! N-no… pretendas que crea más tus e-engaños. ― Argumentó como en todo ese tiempo había expresado Indra, cerrando y apretando sus párpados mientras sostenía con más fuerza la muñeca contraria para evitar perder el líquido vital que lo mantenía con vida.

― No es cierto, Indra-nii-sama. Yo no pedí ser el heredero de oto-sama, yo quería… que fueras tú. Quería que oto-ama te eligiera a ti… co-como sucesor. Incluso, ese día me nombró, le pedí… que declinara su decisión y tú fueras el heredero de sus enseñanzas… porque d-desde niños, eras… el más habilidoso de los dos y estabas más preparado para… ser el maestro del ninshu. ― Asura sonrió con tristeza. ― Y-yo… no deseaba que e-esta guerra se… hiciera real. No quería… pelear contigo, nii-sama. ― Logró pronunciar mientras la sangre volvía a resurgir de su garganta para escupirla sin poder contenerla.

― ¡CALLA! Yo n-no caeré en… tu trampa de nuevo. Y-yo… te amaba, eras muy preciado para mí… pero eso te hizo fuerte y yo me volví débil. E-ese… amor fue lo que provocó que oto-sama… me quitara mi lugar destinado y te lo entregara a ti… porque tomaste la oportunidad de mi amor, Asura. ― Dijo Indra con enojo. ― Si fueran ciertas t-tus palabras… hubieras rechazado la decisión de oto-sama, te hubieras negado a aceptar el linaje de nuestro padre. Me… hubieras entregado mi lugar como sucesor de... oto-sama y esta guerra no hubiera comenzado aquel día…¡Mis manos no te habrían lastimado y tú no me hubieras herido! P-pero… me traicionaste y no has dudado en… lastimarme, Asura. ― Indicó, intentando profundizar más la hoja de la espada en el cuerpo de su hermano.

― No es cierto… Indra-nii-sama. Y-yo te hablo con la verdad… Yo quería que tu fueras el sucesor de… oto-sama. No deseaba que… esto llegara a ocurrir. Y-yo deseaba… seguir viviendo felices. Y-yo quería… que fueras feliz y tus hijos, fueran mis hijos, a-así como mis hijos… fueran tus hijos p-porque tú eres mi hermano mayor… y… te amo, a pesar de todos estos… años de guerra. ― Logró explicarse Asura.

― ¡MIENTES, ASURA! ― Gritó Indra con furia. ― Tú  nunca me amaste de la manera que dices, si lo hubieras amado como dices… no hubieras dejado que fuera débil. N-no me hubieses abandonado y… robado todo… No te hu-huvieses casado con ella y tenido hijos que… vendrán a buscar cal-lmar el dolor que va a dejar tu muerte. N-no… hubieras permitido que todo… esto empezara y con-ntinuara hasta el día de hoy. ― Habló molesto y con melancolía al recordar el pasado junto a su hermano y padre. ― No me habrías… traicionado como lo hiciste.­ ― Agregó intentando mostrar su sharingan pero solo consiguió debilitarse más.

― In-Indra, créeme cuando… te digo que te amo. ― Susurró Asura sintiendo que poco a poco su vida se apaga. ―  Me casé con ella porque pensé que era la única oportunidad que… m-me quedaba para que regresaras a mi lado porque… te he extrañado pero después del ma-atrimonio entendí que no iba a tener la oportunidad contigo… que no volverías como antaño y… yo, fu-fui el tonto, el poco habilidoso… No me sentía digno de poder estar a tu lado, Indra-nii-sama. Oto-sama… in-insistió en que aceptara su elección como su sucesor… aunque le ro-roge y roge que te lo cediera… a ti pero no me es-escuchó… y no sabía qué hacer. ― Murmuró el relato de lo vivido. ― Indra… no me quedan muchas fuer-erzas, así que supongo que no me queda demasiado tiempo… estoy muriendo, al igual que tú. ― Farfulló con una sonrisa mientras sentía sus párpados cada vez más pesados. ― Si la re-eemcarnación existe, me… gustaría que en la siguiente vida podamos… estar juntos… ― Afirmó Asura abriendo e intentando no cerrar sus ojos.

Un pequeño nudo se formó en la garganta de Indra al escuchar las palabras de su hermano menor, sentía como poco a poco lo que quedaba de su chakra se iba apagando, sabía que Asura se iría junto a él, nos les quedaba tiempo y en cualquier momento todo acabaría para ambos.

― ¡Cállate! No digas más… ― Pidió en voz baja Indra a su hermano pequeño sintiendo sus ojos picar por las lágrimas contenidas porque le dolía saber que aún tenía amor hacia Asura a pesar de declararle la guerra y aun estando herido, podía sentirse más dañado el hecho de tener a su hermano junto a él, sabiendo que lo acompañará en la muerte.

―Perdona… me, por no ser tan… fuer…te como tú, nii-sama. Yo… debí insistir más a… oto-sama… ― Se disculpó Asura, apoyando su cabeza en el hombro de su hermano mayor, sintiendo como la sequedad y el sabor metálico de su sangre volvía a emerger a su lengua volviéndose más dificultoso hablar.

― D-deja de mentir… Asura. Yo n-no puedo darte lo… que me pides… No descansaré hasta lograr derrotarte… y de-demostrar que soy el vencedor… Soy mejor que tú y… n-no te dejaré huir… en tus reencarnaciones… porque ahí estaré yo presente… para poder demostrar… que soy el auténtico… sucesor de o-oto-sama, Asura. ― Susurró Indra mientras cerraba los ojos por el agotamiento.

Los cuerpos de ambos hermanos cayeron sobre las rodillas, unidos por las espadas clavadas en el trozo contrario y el agarre del arma, pareciendo que ambos hermanos estuvieran orando por sus pecados cometidos porque allí, yacieron los hijos de Hagoromo sobre la tierra manchada con su propia sangre, con la cabeza apoyada sobre el hombro contrario. Sin embargo, aquella rivalidad y amor que se tenían no abandonó sus almas, las cuales no descansarían hasta que ambas entidades encontrasen la paz, viajando durante años como la esencia de sus reencarnaciones y ellos convertirse en trasmigrantes que se encontraría para terminar combatiendo, intentando crear el vínculo que los dejara descansar.


lunes, 17 de junio de 2019

Zetsu Negro - Indra


Había permanecido oculto durante mucho tiempo, observando a sus hermanos mayores, Hagoromo y Hamura, después de que estos derrotaran a su madre, sellándola y dejándolo solo en el mundo humano ocasionando que su soledad y traición de sus hermanos hacia su madre, él tomara la elección de traerla de vuelto auto-proclamándose como la voluntad de Kaguya.

Hamura y Hagoromo continuaron sus vidas, alimentando el dolor de Zetsu y esperando una oportunidad para obtener su momento de intervenir para, de alguna manera, deshacer el sello de sus hermanos. Por ello, él no podía rendirse, observando silencioso desde la oscuridad el mínimo atisbo de que Kaguya esté nuevamente a su lado.

Sin embargo, no esperó la separación de sus hermanos mayores, no estaba muy seguro de qué pasó cuando Hamura decidió abandonar a Hagoromo en el mundo humano pero Zetsu sabía que mientras uno de sus hermanos mayores aún continuara ahí, tendría una oportunidad.

La espera de Zetsu fue recompensada cuando su hermano mayor tuvo dos descendientes que rivalizaban entre sí, esa era su oportunidad de hacer regresar a su madre.

Sigilosamente, Zetsu primero se dirigió al más pequeños de los hijos de Hagoromo porque Asura parecía ser un individuo ingenuo y vulnerable aunque no parecía contar con demasiadas habilidades, las cuales tomó muy en cuenta para intentar engañarlo, susurrando mentiras y buscando convencerlo pero todos sus esfuerzos fueron fallidos.

Zetsu no había previsto de cuan obstinado era Asura y la fuerte voluntad que poseía, la cual le impedía tomar en cuenta las palabras de Zetsu.

Molesto y con sus propósitos diezmados, Zetsu volvió a ocultarse, siendo más consciente de que no podía tomar a los jóvenes Ootsutsuki a la ligera y tendría que estar más atento a lo que ocurría a su alrededor si deseaba tener una oportunidad para que Kaguya regresara.

Los años pasaron, los hijos de Hagoromo crecieron e inesperadamente, Zetsu logró ver su oportunidad cuando su hermano deliberaba quien de sus dos hijos sería mejor heredero para trasmitir sus enseñanzas porque Zetsu no pudo estar en mejor lugar adecuado que cuando escuchó la pequeña discusión de los hermanos que rivalizaban para que su padre les otorgara el nombramiento de ser el maestro del ninshu.

Zetsu no se apresuró después de presenciar la discusión de los hijos de Hagoromo, sabía que tenía la posibilidad de lograr su objetivo y entonces, ocurrió, el día que Hagoromo hizo su elección.

Siguió cuidadosamente al hermano que no había sido elegido, esperando el momento adecuado para intervenir con cautela usando su chakra para controlar la atmósfera y convencer que el joven de que haga lo que él quiere.

Tú eres mejor… Eres el mayor y merecías ser el elegido de tu padre. ― Susurró Zetsu al frustrado Indra que se había marchado iracundo de la sala donde Hagoromo lo había convocado junto a Asura, a quien le había entregado el legado al hijo más joven.

― ¿Quién eres? ― Preguntó Indra buscando a su alrededor al dueño de la voz que le hablaba en ese lugar donde presuponía estar completamente asolas. ― ¡MUESTRATE! ― Exigió.

―Yo no soy nadie, solo una presencia insignificante. ― Comentó el hijo pequeño de Kaguya para restar importancia a su persona. ― Tu padre es un tonto… No ve la poderosa persona que eres. ― Comentó saliendo de su escondite para mirar a Indra más de cerca. ― Tú merecías ser el elegido, no tu hermano menor, demasiado torpe para poder recibir el rango dado por tu padre. ― Opinó sin reparo alguno sin dejar de observar las acciones del hijo de Hagoromo.

Indra seguía a la voz que continuaba hablando, estaba por volver a exigir el que se mostrase cuando, finalmente logró ver al ser cuyo cuerpo era tan negro como el carbón.

― ¿Quién eres? ― Repitió la pregunta mirando con desconfianza al extraño. ― ¿Qué es lo que quieres? ― Inquirió Indra.

― Puedes llamarme Zetsu y solo quería conocer, al gran y verdadero heredero de Hagoromo. ― Se presentó con tono divertido por la reacción del chico de cabello castaño. ― Además, quería que superas que te daré todo mi apoyo en retomar lo que por derecho te pertenece, yo no creo que tu hermano sea digno de trasmitir los verdaderos conocimientos del ninshu. ― Aseguró.

Indra retrocedió, aquel ser llamado Zetsu era demasiado extraño, misterioso y el chakra que emitía se sentía muy denso y oscuro como para calificar al ser negro como peligroso. Los sentidos de Indra no dejaban de gritar el que se alejase de Zetsu, que no se confiara y por tanto, estuviera alerta.

― ¿Qué tanto sabes tú de mi padre y hermano? ― Preguntó Indra tan molesto como inseguro de la respuesta que le fuera a ofrecer ya que el desconocido hablaba con demasiada libertad y descaro de sus amados familiares.

― Sé lo suficiente para poder percatarme del enorme error cometido y que el verdadero sucesor no fuera el elegido por Hagoromo. ― Afirmó Zetsu buscando las sombras que volvieran a ocultar su cuerpo para solo dejar visible sus amarillos ojos.

― No respondes a mis preguntas. ― El hijo mayor de Hagoromo frunció el ceño con molestia, el ser negro era inquietante pero sus palabras parecían honestas.

― Yo no soy nada. ― Repitió Zetsu mostrando una vacía sonrisa.

― NO te creo, hablas mucho para ser nadie. ― Aseguró Indra. ― Conoces demasiado bien a mi familia y pareces confiar mucho en ti para presentarte ante mí sin armas, solo para cuestionar la elección que oto-sama. ― El joven hombre mostró el sharingan en sus ojos, en un intento de intimidación, queriendo mostrar que no temía nada y encontrar la posibilidad de no estar en una trampa.

― No hay engaño en mis palabras, solo he venido a mostrar mi apoyo al verdadero heredero de Hagoromo. No deberías conformarte, tú eres el elegido desde el nacimiento y tu padre debería conocer el que se ha equivocado. Tu hermano solo traerá la vergüenza de su debilidad. ― Insistió Zetsu.

― ¡NO TE PERMITO QUE HABLES ASÍ DE ASURA! ― Gritó con enojo Indra por escuchar como nuevamente insultaba a su pequeño hermano. Por ello, Indra tomó su katana y desenfundándola en un rápido movimiento se abalanzó hacia el ser oscuro pero su ataque fue esquivado con demasiada facilidad por Zetsu quien reía.

― Te enfada la verdad pero sabes que mis palabras son ciertas. Tú eres el legítimo heredero de tu padre, quien traerá la gloria de las enseñanzas de Hagoromo. Tu hermano nunca ha estado preparado ya no puedes hacer nada porque solo te estás resignando. ― Continuó hablando Zetsu con voz divertida mientras se acercaba al rostro de Indra y en un movimiento veloz, arrebataba de las manos la espada del joven, la cual cayó al suelo. ― Yo lo sé, puedo ver el futuro. Puedo ver el error que tu padre desconoce que ha cometido y puedo ver que tú eres el único capaz de remendar la equivocación. ― Susurró con una gran sonrisa mientras volvía a alejarse hacia las sombras donde se ocultaba.

― ¿A qué ter refieres? ― Preguntó temeroso Indra, sintiendo como su cuerpo se estremecía por lo que podría estar sugiriendo el desconocido individuo.

― ¿No es evidente? Debes mostrar a tu padre su error y la única forma de que se percate será enfrentando a tu hermano para que el mundo conozca al verdadero sucesor, el autentico heredero que traerá la gloria y la abundancia a este mundo. ― Explicó Zetsu.

― ¿Pretendes que combata con Asura? ¿¡Qué le declare la guerra a mi hermano!? ¡Eso no es posible!¡ES MI OTOTO! ― Indra se estremeció aún más ante las palabras de Zetsu y la posibilidad de entrar en una verdadera batalla contra Asura. ― Yo no puedo. ― Susurró mientras el ser negro rompía en una estridente risa.

Zetsu continuó riendo largo rato, observando como poco a poco el hijo mayor de Hagoromo iba perdiendo la compostura, cayendo en su influjo y mentiras.

― Eres débil…― Musitó con malicia después de dejar de reír, Zetsu. ― Por eso tu padre no te escogió a pesar de ser el heredero real, porque el amor que sientes hacia tu hermano menor te hace demasiado débil. Hagoromo no te escogió por ver tu debilidad. ― Insistió queriendo ver como Indra se sumergía en la oscuridad de los sentimientos humanos y así poder ayudarlo a revivir a su madre.

― ¡NO SOY DÉBIL! ― Exclamó Indra con furia haciendo que sus ojos se movieran como una espiral, queriendo encontrar y atrapar al ser negro para hacerle pagar por insultarlo en su cara.

― Entonces, demuestra que no eres débil. ― Zetsu lo retó desde su escondite en las sombras. ― Enfrenta a tu hermano, demuestra a Hagoromo que tú eres fuerte y eres digno de ser el sucesor como tu nacimiento había predicho. ― Volvió a salir de la oscuridad para dejarse ver ante Indra. ― Yo puedo ayudarte, puedo darte poder y conocimiento… ― Sonrió mientras tentaba al hijo mayor de su hermano.

― ¿Por qué debería de creer en un ser maligno como tú…? ― Cuestionó el joven mientras miraba con desconfianza y antojo por lo que se le ofrecía.

― Porque soy lo que anhelas, soy la voluntad de lo que se te ha arrebatado, lo único que te queda y en el único en el que puedes confiar. ― Afirmó divertido Zetsu.

― Te equivocas, estás mintiendo. Solo quieres engañarme porque yo no poseo una voluntad tan oscura. ― Dijo más para sí mismo que para el contrario. ― Enfrentar a mi ototo… ¡IMPOSIBLE! ― Exclamó volviendo a despertar la risa de Zetsu.

― Lamentable… ese amor te hace lamentable. Esa duda fue lo que te vio tu padre para no otorgarte lo que por derecho te pertenece. Necesitas enfrentar a Asura para remendar el error ocasionado y mostrar tu valía. ― Explicó Zetsu sabiendo que Indra estaba cayendo lentamente en sus mentiras y así podría lograr traer de vuelta a su amada madre. ― Solo te niegas a la verdad. ― Objetó para ver como el primogénito de Hagoromo caía sobre sus rodillas al suelo mientras llevaba sus manos a la cabeza mientras negaba, intentado resistirse a su influjo.

― Yo… yo… Asura… me arrebató mi lugar. Oto-sama… debo demostrar que soy el elegido… que te equivocaste… ¿Por qué… mi voluntad? ― Indra se hablaba a sí mismo mientras sentía el chakra de Zetsu rodearlo, provocando que las palabras del extraño ser negro se sintieran más reales y sinceras.

― Tu padre se equivocó, tu hermano no dudó en quitarte lo que te pertenece. Tienes que enfrentarlo y demostrar que tú eres el sucesor legítimo de Hagoromo. No hay otra opción de que se te devuelva lo que se te ha negado. ― Insistió Zetsu.

― Pero… oto-sama dijo que era porque me faltaba amor, que Asura poseía un amor que yo no era capaz de ver. ― Recordó Indra lo sucedido hacía apenas unas horas atrás con su padre y hermano pequeño mientras con su miraba buscaba los inquietantes ojos amarillos de Zetsu.

― No es verdad, fue tus dudas. El amor que posees es indigno porque te hace dudar, te hace débil. ― Respondió Zetsu emitiendo más de su chakra hacia el joven Ootsutsuki.

Un silencio se formó y lágrimas cayeron desconsoladas al suelo desde los ojos de Indra mientras su rostro contrariado por sus emociones y el influjo de Zetsu solo lo convencía más  de que debía enfrentar a Asura si quería mostrar que era apto para ser el sucesor de su padre, de recuperar el legado que Hagoromo decidió entregar a Asura para que entendiera que había elegido al hijo equivocado como heredero.

― Yo… voy a recuperarlo. Demostraré a todos que yo soy el autentico sucesor del ninshu de oto-sama. ― Habló Indra poniéndose en pie, al mismo tiempo que recogía para guardar su olvidada katana, y marcharse del lugar con el único pensamiento de que tenía que recuperar lo que Asura le ha quitado.


- Fin-

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Naruto - Sasuke

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