lunes, 21 de octubre de 2019

Tobirama - chunnin




Tobirama aún estaba molesto con Hashirama, había tenido que convencer a su hermano de que se movilizara cuando la guerra había llegado antes de lo esperado a sus vidas y el necio no quería ir a la batalla que amenazaban con destruir la villa que tanto ama. Además, de que en ese tiempo, Hashirama lo había hecho convertirse en sensei de varios shinobis, muchos de los gennins que supervisó habían perecido por los asaltos de los ninjas que invadieron el País del Fuego pero también, otros de los shinobis que supervisó, lograron sobrevivir y posiblemente, pronto se volverían jounins, quizás después de la guerra lograrían obtener el ascenso como tantos otros. Por ellos, actualmente, su nuevo equipo ninja estaba compuesto por Danzou Shimura, Hiruzen Sarutobi y Kagami Uchiha.

Tobirama había calificado a su actual equipo como los ninjas que poseen un gran potencial para enorgullecer a Konoha, así como ser consciente y fieles de las predicaciones de las enseñanzas del Fuego que regían Konoha, lo cual había inculcado Hashirama inconscientemente al crear la villa.

Tobirama, había llamado esa mañana a los chunnin que formaría su actual equipo para ir a la guerra contra dos de las potencias shinobis que serían dignos adversarios de Konohagakure no Sato y quería que antes de que tuvieran que vivir los horrores de la batalla, los jóvenes tuviesen un grato recuerdo que atesorar entre ellos sobre quienes eran sus compañeros y sensei. Aunque la idea había sido de Hashirama y la consideró ridícula en un comienzo, ahora creía que era una forma de mostrar su presencia en el tiempo como shinobi. Por ello, Tobirama los había llamado para tomarse la fotografía, de retratar una prueba simbólica de su camarería como ninjas que forman partes de Konoha.

― ¿Dónde está Sarutobi? ― Preguntó Tobirama con molestia, el chico no acostumbraba retrasarse aunque era bastante alegre y enérgico.

Danzou y Kagami se encogieron de hombros en señal de que no sabían del retraso de su compañero.

― ¡SENSEI! ― Un grito atrajo la atención de todos para encontrarse con el chico que faltaba, se aproximaba corriendo al encuentro de sus compañeros y sensei.

― ¡Sarutobi, llegas tarde! ― Exclamó Danzou a modo de reproche hacia su compañero rezagado.

― ¡PERDÓN! ― Gritó el recién llegado haciendo una reverencia muy marcada. ― Me quedé dormido. ― Susurró para después reír con nerviosismo mientras llevaba una mano a su nuca sin querer mirar a ninguno de sus compañeros.

Kagami no pudo evitar reírse por lo que le había pasado a su compañero mientras su mente le decía que Hiruzen debió dormirse muy tarde debido a la emoción de la foto o la próxima misión y lo que representaba, el ser parte del nuevo equipo de tácticas liderado por Tobirama Senju.

― Como sea… ya estás aquí, Sarutobi. ― Interrumpió el mayor de los hombres al recién llegado. ― Como ya estamos todos, es mejor que tomemos esa foto de una vez. ― Ordenó mientras esperaba que sus pupilos se acercaran para tomarse la fotografía como recordatorio de quien formaba el nuevo equipo.

Tobirama suspiró, a pesar de que era la primera vez que se formaba ese equipo ninja liderado por él, no podía evitar pensar en cómo habían crecido aquellos chicos. Incluso, había obtenido el título de chunnin y pronto todos ascenderían a jounnin pero seguían atesorando el comportarse como niños, un comportamiento que en el pasado había sido arrancado de los jóvenes ninjas a causa de la guerra de clanes para dejar su vida en el campo de batalla.

― Sensei. ― Llamó Kagami con un sonrojo, esperando que Tobirama se acercara a ellos para la fotografía mientras Danzou y Hiruzen no dejaban de matarse con la mirada.

― Es vergonzoso que seas parte del equipo cuando no puedes ser puntual. No deberías de llamarte shinobi a ti mismo. ― Gruñó Danzou mirando a Hiruzen con molestia.

― ¡Cállate, idiota! A cualquiera puede ocurrirle. ― Aseguró Sarutobi con el ceño fruncido.

― Ya cálmense, los dos. ― Ordenó Tobirama, sintiendo que comenzaría a tener dolor de cabeza a causa de sus subordinados. ― Esto es importante para cada uno de vosotros. ― Indicó las palabras que le repitió Hashirama cuando preguntó sobre él por qué de la fotografía de equipos que estaba convirtiendo en una especia de tradición para los ninjas de Konoha.

― ¡SENSEI! ― Exclamó Kagami sonrojado observando como Tobirama se detenía a un lado suyo mientras reprendía a sus compañeros.

― No es culpa mía. ― Rezongaron a la vez Danzou y Hiruzen mientras se cruzaban de brazo y miraban a algún lugar sin querer ver a sus compañeros de equipo o su sensei.

El fotógrafo ya estaba instalado, esperando a que los jóvenes ninjas tomaran posición para poder hacer su trabajo, retratando al equipo shinobi.

Resultado de imagen de tobirama kagami danzo hiruzenShimura se acercó a sus compañeros a regañadientes y quedó en medio, entre Hiruzen y Kagami mientras que Tobirama se alejó un poco, colocándose detrás de su estudiantes, al ver cómo estaban ya en espera de que se accionara la foto, intentó imitar el símbolo de paz con sus dedos mientras que los más jóvenes sonreían, el mayor mostró su rostro serio cuando el flash cegó por un segundo a todo el equipo.

Tobirama exhaló con fuerza, finalmente esa tortura con los adolescente había terminado, ya que no pensó que podría ser tan difícil el tomar una fotografía pero definitivamente, se había equivocado y los jóvenes habían logrado mostrar que aún eran unos niños escandalosos que tenía que monitorear para lograr obtener los resultados esperados.

― Tenéis libre hasta que se nos llamen para nuestra primera misión. ― Indicó Tobirama queriendo alejarse de los ruidosos chunnin y buscar algo que calmara el dolor de cabeza que le habían creado todo ese ruido. ― Cuando las fotografías estén listas, se os entregará. ― Añadió antes de marcharse, escuchando a sus espalda las quejas de Danzou y Hiruzen que volvían a retomar su insulsa discusión.


-Fin-






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