martes, 13 de octubre de 2020

Equipo de Sunagakure

 

 

Baki miraba a los hijos del Kazekage del País del Viento con discreción, eran unos chicos  que poseían un gran potencial y talento como shinobis para su villa y estaba seguro de que el examen de ascenso a chunnin al que se presentaban, no representaba un problema para su grupo pero sabía que tampoco podía confiarse demasiado. Si bien Temari y Kankurou eran sus kohais desde que se convirtieron en gennins, no podía expresar el mismo apreció hacia Gaara, quien albergaba en su interior un gran poder. Simplemente, podía resumirse en que Baki no confiaba plenamente en Gaara y el jounnin de la Arena era consciente de que los dos hermanos mayores tampoco confiaban en su pequeño hermano, Gaara.

 

Hermanos de la Arena | Naruto Wiki | Fandom Gaara era un chico inestable con sed de sangre pero se trataba del preciado jinchuriki de Sukaku que guardaba con recelo Sunagakure, podía parecer que el menor de los hijos del Kazekage se trataba de un joven tranquilo y taciturno para quien no lo conociera pero no era más que una apariencia, siendo que cualquier ninja de la Arena sabía que no podía predecir el comportamiento o controlar a Gaara con sus brotes psicóticos en lo que no distinguía aliados y enemigos.

 

― Estamos cerca de Konoha. ― Indicó Baki a los gennins.

 

― Pensé que el famoso País del Fuego sería más interesante pero solo hemos venido dando un paseo sin poder mostrar un poco de nuestra fuerza. ― Habló Kankurou llevando sus manos tras de su nuca con despreocupación.

 

― Se supone que Konohagakure fue la primera aldea shinobi y ha albergado grandes shinobis y clanes poderosos con kekegenkai como el Byakugan. ― Recordó Temari a su hermano con molestia por estar bajando la guardia en un país enemigo. ― Hasta hace poco, nuestra aldea estaba en guerra con Konoha.

 

― No parece que este lugar sea peligroso en absoluto, más bien es como una especie de país de recreo. ― Rezongó Kankurou.

 

― Aunque no parezca peligroso no quiere decir que debas relajarte para bajar la guardia, Kankurou. ― Intervino por primera vez Gaara a la charla. ― Cualquier descuido puede significar tu muerte. ― Agregó fríamente.

 

Kankurou se estremeció al escuchar la voz tétrica y seria con la que hablaba su hermanito e incluso, sintió que un sudor helado estaba exudando su piel porque sabía cuan inestable y peligroso era Gaara, por lo que podía afirmar que el chico de pelo rojo podría ser su propio verdugo en ese viaje si Temari y él se descuidaban o relajaban demasiado.

 

― Sí… No dudo que aún queden ninjas con rencor hacia Tsuna, después de todo el final de la guerra está aún reciente hasta para nosotros. ― Comentó Baki. ― Así que ninguno baje la guardia porque la paz no significa que no nos puedan atacar en cualquier momento a pesar de venir hasta aquí con la aprobación del Hokage.

 

Temari suspiró, podía asegurar que Gaara estaba en su límite de contención y deseaba dejar que Sukaku se mostrara, lo que sería un problema, no solo para un posible enemigo sino para ellos mismos. Por otro lado, era obvio que los tres temían más al descontrol de Gaara que a la posibilidad de combatir con un ninja de la Hoja.

 

― Cuando lleguemos, deberé presentarme ante el Hokage para avisar de nuestra presencia en Konoha. Vosotros podéis descansar en la habitación del hotel que está reservado para nuestra estadía. No es bueno que nos paseemos despreocupadamente por las calles de la aldea en la que somos forasteros, habrá muchos ninjas que no dudarán en atacar a un shinobi que porte una bandana con el símbolo diferente a la Hoja aunque sea porque en breve ser realizarán el examen de ascenso a chunnin. ― Explicó Baki.

 

― Eso es un poco molesto, prácticamente parecerá que estamos prisioneros cuando deberían tratarnos como invitados. ― Escupió Kankurou con desagrado.

 

― Por mí está bien, quiero darme un baño y concentrarme para cumplir nuestra misión. ― Opinó Temari.

 

Eres muy despreocupada para ser una kunoichi al pensar solo en largos baños. ― Se burló el marionetista de su hermana.

 

― A diferencia de ti, algunos nos preocupamos por la higiene y también, deberías de pensar en darte un baño, no hueles a flores, precisamente. ― Acusó la rubia a su hermano con el rostro pintado de violeta.

 

― ¿Y qué le puedo hacer? Hemos tardado tres días en llegar hasta aquí y no ha habido muchos lugares donde descansar o poder asearse un poco. ― Dijo mientras se encogía de hombros el ninja de las marionetas.

 

― Entonces, tú serás el primero en bañarse. ― Señaló Temari con una mueca de asco.

 

― Sí, sí… lo que digas, Temari. ― Le restó importancia Kankurou.

Los ninjas de Tsunagakure no tardaron en llegar a Konoha, donde fueron detenidos por los ninjas que cuidaban la puerta pero al identificarse y decir su propósito en Konoha, los dejaron pasar sin demasiados problemas.

 

― Aquí nos separamos de momento. El hotel no queda muy lejos de este lugar, así que vayan directamente ahí. ― Ordenó Baki señalando el camino que daba hacia el hotel. ― Gaara, procura mantener el control y no asesines a nadie, ya nuestra presencia es bastante delicada y tenemos que ceñirnos al plan. Espera al examen. ― Acotó el jounnin de la Arena antes de irse.

 

― Patético. ― Murmuró Gaara después de que Baki desapareció entre la multitud y observando la montaña de los rostros de Hokages.

 

― Para ser tan poderosa, Konoha no parece un lugar que albergue ninjas fuertes. ― Criticó Kankurou siguiendo a su hermana que se alejaba.

 

― Las apariencias no muestran la realidad y eso ya lo deberías de saber, Kankurou. ― Contestó su chica que tenía cuatro coletas. ― Se supone que el hotel está por esa dirección. ― Indicó Temari mirando el mapa que Baki le había proporcionado antes de entrar a la villa para que se orientaran.

 

― No parece que vaya a tratarse de un gran lugar. ― Intentó burlarse el marionetista al observar lo modesta que era la calle por la que caminaban.

 

― Eso no importa, lo único que interesa es que tenga unos baños limpios y tengan buena comida. ― Respondió Temari.

 

― ¡Qué aburrida! Cada vez te pareces más a una abuela. Podríamos hacer un poco de turismo para inspeccionar el lugar. ― Se quejó Kankurou.

 

― ¡IDIOTA! ― Intentó la kunoichi golpear a Kankurou por llamarla abuela.

 

― Sois muy ruidosos. ― Interrumpió Gaara la riña de sus hermanos mayores mientras llevaba una de sus manos al rostro.

 

Temari y Kankurou se congelaron instantáneamente con preocupación al percatarse de aquel gesto hecho por su hermanitos, ya que era una señal de que Sukaku podría hacer aparición y no pudieron evitar pensar lo peor e incluso temer por sus propias vidas.

 

― Lo sentimos, Gaara. ― Se apresuró a disculparse Kankurou. ― Lo mejor es  apresurarnos a llegar al hotel para descansar, hemos hecho un largo viaje. ― Añadió para mirar a su hermana que solo asintió en confirmación a sus palabras.

 

Ambos chicos mayores respiraron con alivio al ver que Gaara seguí caminando y conteniendo a Sukaku.

 

Los tres gennins no tardaron en llegar al hotel donde fueron recibidos por una anciana recepcionista que los atendió de manera amable y rápida para que ocuparan la habitación rentada.

 

― ¡Qué amplia! Nadie diría que tuviera habitaciones tan grandes con su aspecto exterior. ― Exclamó Temari al entrar. ― Lastima que tengamos que compartirla pero iré a tomar un baño. ― Informó alegremente para tomar sus enseres de aseo y retirarse hasta los baños.

 

Kankurou solo estiró uno de los futones donde se estiró para descansar y espera a que Temari regresara antes de ir con Gaara a tomar un baño, a pesar de que le gustaría holgazanear por la famosa villa y hacer un poco de turismo.

 

Mientras tanto, Gaara permaneció en silencio, poco le importaba a donde fue su hermana o si su hermano solo quería descansar, él  caminó hasta una esquina de la habitación, cerca de una de las dos ventanas que habían y observó por el cristal a las pocas personas que caminaban por ahí, en la tranquila villa de la Hoja que ignoraba lo que ocurriría en ese examen de ascenso a chunnin.

 

Fin.

 

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