Asuma
estaba nervioso, llevaba ya un tiempo así, no podía explicarse concretamente lo
que era pero su propio cuerpo e instintos le indicaba que debía proteger a
Kurenai desde hacía días, aunque esta se encontrara tomando una siesta. Él no
podía dejar de estar alerta en todo momento y si ya había adoptado una actitud
sobreprotectora con la mujer, no podía encontrar palabras para la inmensa
preocupación que lo invadía cuando Yuuji debía ir a una misión fuera de Konoha,
esto solo había empeorado y haber creado algunas pequeñas discusiones al hacer
tiempo o intentar que no realizara su trabajo ninja.
Ahora,
Asuma no podía dejar de arrepintiese de su situación porque había afectado a
Kurenai y esta, se había estresado demasiado, incluso era probable que su
idilio amoroso terminará ese día, tan solo podía estar nervioso mientras
esperaba en esa plaza a la kunoichi de ojos escarlatas.
―
Asuma…. ¿estás bien? ― Preguntó la kunoichi preocupaba mientras tocaba con su
mano derecha la mejilla de Sarutobi que ni siquiera se había percatado de su
llegada.
― ¿Eh?
Sí, sí… ¿Por qué preguntas? ― Cuestionó aturdido Asuma que no se había
percatado de la aparición de la kunoichi.
― Te
estaba llamando y no me has respondido hasta ahora. Parecías estar concentrado
profundamente en algo. ― Aclaró divertida Kurenai.
― Lo
siento, ¿me contabas algo importante? ― Inquirió sonrojado el ninja.
― Te
decía que debía hablar contigo de algo privado y si tenías algo de tiempo para
poder hablarlo con tranquilidad y en un lugar más privado, donde no haya tantas
personas. ― Reveló un poco nerviosa la mujer.
Asuma
observó un momento a la mujer ninja para luego, asentir con un poco de
inquietud.
― Creo
sería mejor ir a uno de nuestros departamentos, ¿dónde te apetecería más que
charlemos, en el tuyo o en el mío? ― Preguntó Sarutobi porque si necesitaban un
lugar privado no había mejor opción que el ir hasta uno de sus hogares.
― Mi
departamento está más cerca. ― Recordó Kurenai con una sonrisa.
―
Entonces, vamos ahí. ― Aceptó Asuma para comenzar a caminar hacia la casa de la
mujer de largo cabello negro mientras intentaba camuflar el temor que le
provocaba lo que fuera que le quisiera contar y esperaba no se tratase que
desease terminar su relación porque le causaría un gran dolor.
De
alguna manera, el oscuro pensamiento de que las posibilidades de lo que Kurenai
quisiera acabar con su relación amorosa se hacía más fuerte en su mente y lo
iba torturando a cada paso.
Asuma
no podía evitar creer que se merecería el que la kunoichi quisiera alejarse de
él porque no había dejado de atosigarla con su sobreprotección, un mal hábito
que había adquirido de la nada aunque era plenamente consciente de que Kurenai
podía cuidarse sola.
― ¿Te
vas a quedar ahí? ― Preguntó Kurenai mirando a Asuma en la puerta sin atreverse
a entrar cuando llegaron a la morada de Yuuji porque el ninja volvió a estar
sumergido en sus pensamientos.
― Lo
siento, lo siento. ― Se disculpó rápidamente al percatarse de que se había
vuelto a concentrar en sus temores sin estar al pendiente de su alrededor o de
su pareja.
―
¿Estás bien? ― Volvió a cuestionar porque empezaba Kurenai a preocuparse de que
su compañero se comportarse de esa forma extraña, era como si repentinamente
Asuma se hubiera absorto en sus pensamientos.
― Sí,
lo estoy. ¿Por qué preguntas? ― Aseguró intentando quitar importancia a sus
preocupaciones con otra pregunta.
―
Desde hace días que te has comportado diferente, Asuma. ¿Hay algo que te
preocupe? ― Comentó ya que había notado el comportamiento protector hacia ella
como si no pudiera valerse sola y había causado algunos malestares entre ellos
y no podía no dejar de sospechar que ocurría algo con Asuma que no le
comunicaba.
― Mmm…
Digamos que estoy un poco nervioso. ― Murmuró el shinobi mientras frotaba su
nuca de forma intranquila con su mano izquierda. ― Sé que en estos días no he
actuado de forma racional contigo y eso te ha causado pequeños problemas y
molestias. Tan solo… estaba pensando que ahora querías pedirme que terminemos.
― Confesó con una pequeña aura depresiva.
Kurenai
parpadeó asombrada, no esperó que Asuma estuviera tan preocupado en ese momento
y no pudo evitar soltar una carcajada para dar paso a la risa.
― ¿Qué
es tan divertido? ― Preguntó Sarutobi confundido por no entender cual era el
chiste en lo que había dicho.
― No
puedo creer que pensarás tan profundamente en la posibilidad de que pudiese
querer hablar contigo solo para acabar con toda nuestra relación. Asuma…esperé
mucho tiempo para que ambos pudiésemos estar juntos como estamos ahora, todo
ese tiempo solo podía soñar contigo queriendo estar a mi lado. ― Confesó para
acercarse y tomar las manos de su pareja antes de caminar hasta el kotatsu
después de cerrar la puerta del departamento. ― Haré un poco de té, creo que
ambos lo necesitamos y nos vendrá bien.
―
Kurenai, si no se trata de eso… ¿De qué quieres hablar conmigo en privado? ―
Cuestionó curioso y confundido al recordar el motivo del por qué se dirigieron
al hogar de la kunoichi, así de por qué lo llamó con urgencia a encontrarse en
aquella plaza.
―
Bueno… ― Kurenai suspiró mientras preparaba las tazas con té y esperaba a que
la tetera silbara indicado que el agua estaba lista. ― Estaba preocupada de tu
extraño comportamiento, pensé que todo se debía a que estabas trabajando
demasiado o ibas a hacer alguna misión
peligrosa. Incluso, que te marcharías de Konoha otra vez. ― Reveló con tristeza
recordando aquellos años en que Asuma se había ido de la villa. ― También,
llegue a tener un pensamiento similar y tú no te sentías bien a mi lado o en
realidad ya no me amases.
― ¡ESO
NO PASARÁ! ― Se apresuró a exclamar elevando la voz. ― Me has gustado durante
mucho tiempo, creo que desde la primera vez que te vi, después de que saber que
también estabas enamorada de mí y finalmente, logramos estar juntos, mis
sentimientos no han menguado ni un poco. Incluso, siento que te quiero mucho
más que antes. ― Aseguró sin apartar la vista de la mujer que era dueño de su
corazón.
― Me
alegra escucharte, Asuma. ― Kurenai sonrió después de que Asuma dijera aquellas
palabras, sentía las mejillas calientes por la confesión. ― Considero que todo
está aclarado y hemos caído en un mal entendido porque ninguno quiere romper
con el otro. ― Sonrió. ― Hay algo que quiero decirte y por cómo te has
comportado me hizo sospechar de que algo no estaba bien conmigo pero ya sé lo
que qué me pasa. Me lo han confirmado.
― ¿De
qué se trata? ― Preguntó preocupado después de que la sonrisa se borrase de sus
labios y no podía eludir las palabras dichas por Kurenai.
― Al
comienzo pensé que todo se debía a mi preocupación por el hecho de que
cambiaras tu comportamiento conmigo e incluso, el comenzar a tener nuestras discusiones
y mi cuerpo comenzó a sentirse mal como ya sabes, todo parecía ser estrés.
Debido a como terminaba todo entre nosotros en estos días prefería no contarte
nada e ir al médico. ― Indicó mientras servía el té para acercarse al kotatsu
con las dos tazas, ofreciendo una de las tazas al hombre, quien la aceptó de
buen grado. ― Pedí al médico que me hiciera un chequeo completo, después de
contarle que no me he encontrado bien en estos días.
―
Pero… todo está bien, ¿cierto? ― Cuestionó preocupado Sarutobi de que su forma
de actuar con ella hubiera generado algo.
― Todo
está bien. ― Respondió con una sonrisa la mujer antes de tomar un pequeño sorbo
de té.
― Es
un alivio escucharlo. Sé que debo de calmarme y no volverme tan paranoico como
me estaba comportando tan solo porque vayas a entrenar con tu equipo ninja o
tengas misiones porque es lo normal para cualquier shinobi. ― Habló Asuma con
más tranquilidad para imitar y beber un poco de té de la taza que tenía entre
sus manos.
― Eso espero
porque no estaría bien que nuestro bebé sintiera que sus padres están agitados
constantemente por banalidades cotidianas. ― Terminó Kurenai con una sonrisa
para ver cómo su pareja escupía el té que estaba bebiendo.
―
¿Be-bebé? ― Preguntó dudoso de haber escuchado bien mientras que sus ojos
viajaron desde el rostro de la kunoichi hasta el plano vientre de esta para
regresar a la cara de Kurenai.
― Sí,
en unos meses seremos padres. ― Afirmó Kurenai tomando una de las manos de
Sarutobi mientras sonreía.
― Es…
es tan sorprendente y… ¡OH, KURENAI! ― Intentaba hablar el hombre con los ojos
llorosos por la noticia, no tenía palabras que pudieran decir todo lo que
sentía y solo pudo levantarse para abrazar a su compañera mientras empezaba a
derramar lágrimas de felicidad.
― Lo
sé, es maravilloso. ― Murmuró Yuuji correspondiendo el amable abrazo mientras
escuchaba como el hombre al que ama sollozaba de felicidad como un pequeño niño
mientras asentía con su cabeza.
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