Jiraiya
había regresado a Konoha y fue en busca de la Hokage y amiga, Tsunade Senju,
pero para su sorpresa, la rubia no se encontraba en la Torre Hokage de donde
parecía no salir.
Sin
embargo, Jiraiya no tardó en encontrarla en el interior de un bar tomando sake.
― ¡YO…
TSUNADE CHAN! ― Saludó el hombre para encontrarse con dos miradas sobre su
persona. ― ¿Te importa qué te acompañe a beber? ―Preguntó con una sonrisa.
― Pero
Jiraiya sama… ― Empezaba a reprochar Shizune que intentaba que Tsunade
regresara a la Torre Hokage.
― Por
supuesto, siempre es bueno beber por algo o con viejos amigos. ― Aceptó la
rubia interrumpiendo a la morena.
― Yo
estaré con ella. ― Habló el hombre de largo cabello blanco a Shizune que
parecía protestar. ― No todo puede ser trabajo.
― Está
bien. ― Se rindió la kunoichi de pelo negro para marcharse del lugar.
― ¡EH!
¿Qué estabas insinuando? Sé cuidarme sola. ― Recordó a su amigo con molestia.
― Lo
siento, lo siento… no quería ofenderte pero quería pasar un rato junto y
conservando de los viejos tiempos. ― Sonrió el Sannin de los sapos mientras
hacía una indicación a uno de los camareros para que le trajera alcohol.
―Ya
eres todo un viejo, Jiraiya. ― Habló Tsunade al escuchar las palabras
nostálgicas de su amigo.
― Mira
quién habla… ― Susurró recordando que ambos tenían la misma edad.
―
Pasaré por alto que me llamaste vieja, idiota… ― Dijo la rubia antes de darle
un trago a su sake.
―
Viviré un día más, gracias a tu misericordia. ― Bromeó el hombre de cabello
blanco entre risas.
El mesero
llegó con lo pedido y Jiraiya no perdió en servirle una copa.
―
Antes todo parecía muy fácil, cuando los tres estábamos juntos combatiendo
hombro con hombro, bajo las órdenes de Hiruzen sensei. ― Aprecia Tsunade
removiendo el líquido que iba a ingerir. ― Me gustaría regresar a esos momentos
cuya única preocupación era cumplir la misión y regresar con vida.
― En realidad no difieren mucho a cómo están las cosas ahora, solo que hemos cambiado nuestra perspectiva porque es hacia donde nos ha llevado nuestras decisiones. ― Sonrió el hombre comprendiendo a que se refería la rubia. ― Ahora eres la Hokage y lo estás haciendo bien.
― No
soy la suficientemente buena, jamás estaré a la altura que mi abuelo o mi tío,
ellos eran líderes natos. ― Farfulló la rubia antes de tomar el alcohol de un
solo trago. ― Los ancianos no dejan de meterse y criticar todo lo que hago.
― Esos
viejos no deberían de seguir ahí, nunca han sido muy justos y han hablado más
por la reputación que por el beneficio de Konoha. No te frustres por ello, lo
estás haciendo bien como Hokage, aunque no seas como el primero o el segundo
Hokage estarían orgullosos de cómo lo estás haciendo. Dudo haya alguien más
apropiado que tú para estar en el puesto. ― Respondió Jiraiya con preocupación
de que su amiga pensará en dejar el cargo.
―
Sabemos que entre tú y yo, tú eres más apto para este puesto pero no lo
aceptaste. ― Afirmó Tsunade mientras observa a Jiraiya con el labio fruncido al
escuchar la risa del hombre que se encogió de hombros.
― Tú
lo ves así pero yo no. No estoy hecho para estar el día entero encerrado en una
oficina firmando papeles. ― Comentó tomando un trago de su sake. ― Prefiero
sentirme libre y seguir con mis libros.
― Sí,
lo he notado aunque también, el que pudo haber sido un buen Hokage era
Orochimaru, pero todos sabemos que su camino se torció demasiado. ― Divagó
llevando el licor a sus labios.
― Sí…
pudo haberlo sido pero ¿qué más da eso? ― Cuestionó en tono triste a nadie en
particular.
―
Siempre me he preguntado, ¿por qué nunca le confesaste lo que sentías por él?
Posiblemente jamás se hubiera llevado más allá su búsqueda de jutsus. ― Tsunade
se inclinó hacia delante para acercar su rostro al contrario.
―Tsunade…
no es tan fácil. ― Se sonrojó el hombre mientras se retiraba un poco mientras
sus ojos viajaron desde los ojos castaños de la mujer hasta el escote que
ocultaban los enormes senos de la rubia consiguiendo que un hilo de sangre
descendiera por su nariz.
― ¡EH!
Si no quieres que te golpee, mírame a la cara. ― Advirtió con desprecio la
Senju mientras regresaba a sentarse correctamente. ― Siempre he pensado que
parte de que Orochimaru se obsesionara más y terminará traicionando Konoha
tiene que ver contigo de alguna manera. ― Acusó mientras se cruzaba de brazos.
― ¿No
crees qué eso ha sido bastante cruel y ofensivo? ― Preguntó Jiraiya que se
había acabado de limpiar la sangre y puesto un pequeño tapón de papel
improvisado con una servilleta.
― Por
supuesto que no. ― Miró con molestia la rubia a su viejo amigo. ― Orochimaru
siempre ha estado enamorado de ti, cualquiera que tuviera ojos podía verlo sin
necesidad de que lo expresara con palabras. ― Pero eres un idiota y demasiado
pervertido cómo para no haberlo notado. ― Espetó Tsunade. ― Aunque tal vez
igual se hartó de tu comportamiento pervertido y por eso se fue.
― Eso
me ha ofendido, Tsunade chan. ― Jiraiya se llevó una mano a su pecho simulando
dolor por las duras palabras para luego, meditar un poco. ― Sé qué suelo ser
algo distraído para estos temas pero sí que lo había notado. Podía ver los
sentimientos en su mirada y fue el motivo que me empujó a dar un paso, solo que
sucedió que me decidí cuando él decidió irse. Lo busqué, lo seguí hasta
encontrarlo y detenerlo para pedirle que se quedara. Incluso, fui sincero con
él sobre mis sentimientos pero él no escuchó razones y sintiéndome rechazado,
quizás tampoco escuché demasiado por el dolor. ― Confesó para suspirar abatido.
― Esa vez… su mirada no reflejaba nada, como si fuera un cascarón vacío, no sé
qué habrá pasado, siempre me he preguntado qué pasó para que las cosas
terminarán así.
―
¿¡QUÉ!? ― Gritó Tsunade levantándose de la mesa abruptamente mientras su rostro
mostraba enfado y en un movimiento rápido tomar al hombre por el chaleco, sin
importar que este fuera más alto, y lo golpease lo suficientemente fuerte como
para que Jiraiya saliera despedido a la calle rompiendo la ventana del
establecimiento. ― ¿¡CÓMO CREES QUE IBA A ESTAR SI NO TE TOMASTE TIEMPO EN
ESCUCHARLO!? ― Gritó antes de acercarse a su viejo compañero de equipo shinobi.
― Fuiste muy egoísta con él en ese entonces porque no necesitaba una confesión
de último momento, ese día él solo quería una disculpa porque si se veía así es
porque hiciste algo que le dolió lo suficiente. ― Habló cuando estaba al lado
del hombre haciendo crujir sus nudillos. ― A veces me pregunto si solo hay humo
en tu cabeza dura. Deberías… deberías haber hablado antes con él, escucharlo y
disculparte por lo que fuera que le hayas ocasionado.
―
Tsunade chan… no es buena idea que me sigas golpeando y no sé de qué me hablas.
No hice nada para que se sintiera tan mal. ― Logró pronunciar el hombre de
cabello blanco.
―
Antes de que se marchara de Konoha… él me contó que te escuchó cuando estabas
presumiendo con esos idiotas que tenías como amigos y dijiste que no te
gustaba… Eso le rompió el corazón porque él pensaba que tenías algo, idiota. ―
Reveló la rubia poniendo su mano derecha en su cadera derecha.
―
¡CÁLMATE! No he venido a pelear por viejos mal entendidos o errores que se cometieron
en el pasado. ― Intentó apaciguar a la mujer que podría romperle todos los
huesos del cuerpo de un solo golpe pero afortunadamente, en esta ocasión había
resultado intacto. ― Las cosas no son como piensas, yo… no sabía que hubiera
escuchado eso hasta tiempo después… cuando me marché a buscarlo a pesar de
haber abandonado la villa y me disculpé por ello. Sé que no tenía derecho de
haberlo negado y de admitir que era feliz con él.
―
Realmente eres un idiota… ― Se lamentó la Hokage. ― ¿Qué creías que iba a
pasar? No es como si fuera a perdonarte por hacer algo así después de mucho
tiempo. ― Se cruzó de brazos mientras fruncía el ceño.
― Si
lo sé. ― Admitió con tristeza el Sannin de los sapos. ― Pero yo sé que no fue
eso únicamente lo que detonó la decisión de Orochimaru para querer marcharse y
atacara Konoha… ― Agregó Jiraiya. ― Cuando lo busqué y pedí disculpas mientras
le imploraba que regresara, él me dijo algo que no entendí y sigo sin
comprender.
― ¿Qué
te dijo para que no pudieras entenderlo? ― Inquirió la rubia más con curiosidad
que con enojo.
― Me
habló de algo que jamás podría sentir lo que él padeció, de que el daño causado
había sido demasiado profundo. ― Jiraiya no apartó la mirada de la mujer, sabía
que en el estado que estaba podría volver
a ser golpeado y no contar con tanta suerte. ― Por mucho que le pregunté nunca
me contó que fue pero no quiso explicarme.
―
Hombres… ― Bufó con hastío la rubia para comenzar ha alejarse. ― Vamos a otro
lugar a beber, este ya perdió su encanto.
― Tan
rápido el cambio de humor. ― No pudo evitar hacer la broma el hombre de cabello
blanco. ― Pensé que te interesaba lo que contaba.
― No
es cómo si yo pudiera interpretar el mensaje oculto en esas palabras pero está
claro de que ocurrió algo o mejor dicho, le ocasionaste algo que fue aún peor
que negaras que te gustaba. ― Rezongó Tsunade llevando una de sus manos a la
cintura. ― Además, estos tiempos no son momentos para detenernos en pensar lo
que haya podido ser eso. Pronto Akatsuki vendrá a Konoha en busca de Naruto.
―
Quizás debamos ir a otro lugar, hay algo que quiero contarte sobre esa
organización que busca a Naruto. ― Confesó el hombre con voz seria.
―
Hablas de… ― Tsunade no pudo terminar cuando vio como Jiraiya hizo una señal
antes de marcharse ambos de ese lugar para acabar llegando a un parque donde
Jiraiya reveló a la Hokage sobre su última información de Akatsuki y su líder
como la intención de visitar el País de la Lluvia mientras recordaron con pesar
a los padres de Naruto Uzumaki.