Ese
día habían sido citados por su sensei, este solo les dijo que se presentarán en
el campo de entrenamiento que solían utilizar, más no mencionó, el que harían.
La
primera en llegar fue Ino Yamanaka que esperaba que su sensei y compañeros aparecieran.
―
¡Hola, buenos días! ― Saludó Ino cuando vio llegar a Chouji y Shikamaru juntos.
―
¡Buenos días, Ino! ― Saludaron a la par Shikamaru y Chouji a la rubia que les
sonrió.
―
Asuma sensei aún no llega, ¡qué problemático! Pude haber dormido un poco más. ―
Bostezó Shikamaru Nara con aburrimiento.
― ¿Por
qué no puede estar en el equipo de Sasuke kun en vez del mismo equipo que están
estos dos, el comilón y el vago? ― Se quejó la chica ante la queja del Nara que
prefería pasar su vida recostado en algún lugar antes que moverse.
― Eso
no es muy amable, Ino. ― Acotó Chouji Akimichi mientras se llevaba una papa
frita a la boca.
― ¿Y
qué quieres que piense? Si al menos, no os mostrarais como si fuera un fastidio
u hora del almuerzo. ― Respondió la rubia cruzándose de brazos.
― Pe…
― Intentó hablar nuevamente Chouji.
―
Déjala, Chouji. Seguir la discusión no llegará a nada. ― Interrumpió Shikamaru
a su amigo.
― ¡QUÉ
PRETENDES DECIR! ― Gritó Ino molesta por la insinuación del chico Nara.
― Tan
temprano y ya derrocháis tanta energía. ― Dijo Asuma Sarutobi mientras retiraba
de su boca el cigarrillo que fuma para apagarlo. ― Entonces, será rápido el
realizar nuestra tarea.
― ¿De
qué se trata? ― Preguntó Akimichi sin dejar de devorar sus papas fritas.
Asuma
sonrió con diversión al imaginarse las quejas que soltarían los menores cuando
explicara la misión. Por ello, decidió que sería mejor no revelar de qué se
trata e ir hasta el lugar donde realizarían la misión para indicar lo que
debían hacer.
― Mm…
No hay que hacer mucho. ― Comentó el jounnin quitándole importancia al hecho
importante del lugar a donde se dirigirían. ― Mejor apresurémonos y cuando lleguemos
os explicaré que hay que hacer. ― Indicó antes de darse la vuelta y comenzar a
caminar.
Los
gennins se miraron entre sí con confusión para luego, seguir a Asuma.
Para
Chouji, Ino y Shikamaru era extraño el que su sensei nos le indicara las
instrucciones de la misión antes de ir al lugar, así que este hecho les parecía
una actitud sospechosa sobre la misión que debían realizar en esta ocasión.
―
Asuma sensei, ¿qué es lo que trama? ― Preguntó Shikamaru suspicazmente ya que
era incierta la reacción del jounnin e intuía que debía ser una misión que no
le gustaría por ser problemática.
― No
tramo nada pero será mejor que os muestre el lugar antes de poder explicar la
misión que se nos ha encargado.
Los
tres gennins se miraron confundidos sin entender el misterio que estaba creando
su sensei antes de seguirlo.
El
equipo 10 salió de la aldea hasta llegar al pie de una montaña donde se
encontraba una gruta demasiado grande y con aspecto de ser muy profunda.
― Este
es el lugar de nuestra misión. ― Indicó Asuma encendiendo un cigarrillo para
dar una calada larga.
― No
parece un lugar para llevar a cabo una misión o necesite de servicios ninjas. ―
Murmuró Ino con escepticismo.
― Al
parecer un espeleólogo se adentró a esta gruta como parte de sus estudios pero
no ha regresado al pueblo desde hace una semana y tampoco se comunicado con sus
compañeros. La misión se trata de adentrarnos y buscar a Arata Suzuki. ―
Explicó Asuma.
― ¡Qué
problemático! ― Escupió con fastidio Shikamaru pensando que lo más probable es
que el hombre se había perdido en la red subterránea de la cueva o pudiera
haberse herido o simplemente, había encontrado algo de su interés.
― ¿¡EH!?
¿Vamos a tener que entrar en esa cueva? ― Preguntó Ino señalando la gruta con
desagrado.
― No
parece una misión muy complicada. ― Comentó Chouji abriendo una nueva bolsa de
papas fritas.
―
Entremos. ― Ordenó Asuma para dirigirse al interior de la gruta siendo seguido
por los menores.
Ino se
acercó un poco a Shikamaru por el pavor que le producía la tétrica gruta y este,
solo chasqueó la lengua con fastidio mientras que Chouji iba detrás de ellos
dos comiendo sus papas fritas.
― ¡AH!
― Exclamó Asuma al recordar algo. ― Se me olvidó deciros que los habitantes del
pueblo cercano hablan de que esta gruta tiene fama de que todo aquel que entra
no sale jamás. Así que espero hayáis
disfrutado de vuestro último rayo de sol. ― Contó con una pequeña
sonrisa divertida en espera de la reacción de los menores.
―
¡ASUMA SENSEI! ― Gritó Ino ante la advertencia de último minuto dada por el
jounnin.
― Solo
es una broma, no quería asustaros. ― Se disculpó Asuma mientras sacaba una tiza
de la bosa de kunais. ― Usaremos esto para marcar el camino ya que el informe
indica que esta cueva es bastante profunda y contiene varias bifurcaciones.
― ¡Qué
problemático! Hubiera sido una misión más idónea para el equipo en el que está
Kiba. ― Opinó Shikamaru mientras veía como Sarutobi dibujaba una flecha en la
pared rocosa.
―
Ellos tienen una misión fuera de Konoha y por eso no pueden hacer esta misión.
Así que nos ha tocado, Shikamaru. ― Indicó Asuma con tranquilidad habitual
antes de continuar el camino.
―
¡Problemático! ― Chistó Nara.
El
equipo ninja se adentró más profundo en la gruta y tuvieron que utilizar
linternas a medida que avanzaban la luz solar desaparecía, por lo que
necesitaban ver en lo angosto y dificultoso lugar, sin dejar de marcar las
paredes rocosas para poder regresar sin problemas cuando encontraran al perdido
espeleólogo. Sin embargo, el equipo 10 llegó a una bifurcación.
― ¿Qué
hacemos ahora? ― Preguntó Chouji mientras terminaba su tercera bolsa de papas
fritas y buscaba otra en su mochila.
― ¡Qué
problemático! En todo el camino recorrido no hemos encontrado rastros de que
alguien se haya adentrado a este lugar salvo nosotros. ― Bufó Nara mientras se hurgaba
la nariz con el dedo meñique con aburrimiento.
― Me
quiero ir… ― Lloriqueó Yamanaka después de pasar por zonas de la cueva en la
que habían sido sorprendidos por murciélagos y a pesar de adentrarse aún más en
la cueva, no encontraban nada más allá que tierra, roca y agua.
―
Seguiremos por aquí. ― Indicó Asuma mientras inspeccionaba el suelo y los dos
conductos. ― Este parece ser más accesible y seguro para cualquier persona
común.
Mientras
caminaban tratando de encontrar algún indicio del espeleólogo, solo parecía ser
más probable que ahí no había entrado nadie.
― ¿Y
sí se lo comieron? ― Susurró Chouji sin dejar de comer sus papas fritas. ― De
seguro, alguna criatura que vive aquí lo devoró.
―
¡CHOUJI! ― Exclamó Ino con enojo y temor de que un ser desconocido pudiera
hacer lo que pensaba su compañero.
― ¡Qué
problemático! Nada puede vivir tan profundo y tampoco hemos visto huellas
pertenecientes a un animal. ― Chaqueó la lengua Shikamaru retirando las manos
con las que había tapado sus orejas por el grito de su compañera, quien a este
paso los dejaría sordo.
―
¿¡QUÉ!? Yo solo decía porque ya llevamos un buen camino recorrido y no hay
indicios de que hubiese estado aquí. ― Comentó Akimichi encogiéndose de hombros
mientras se llevaba una papita a la boca.
― Creo
que no es así, Chouji, porque ya hay algo que nos indica que el espeleólogo
está aquí. ― Interrumpió la discusión de sus kohais Asuma al ver una luz a lo
lejos.
Mientras
el equipo 10 se acercaba a la luz, pronto se percataron de que se trataba de un
fuego debido a lo vivaz que era y no tardaron en confirmar su suposición al ver
una fogata con un hombre de bigote sentado cerca de está observando sobre una
manta varios pedazos de rocas.
―
¡ARATA SAN! ― Llamó Shikamaru mientras se acercaban al ensimismado hombre que
estaba en esa parte de la cueva.
―
¿Quiénes son ustedes? ― Preguntó Suzuki quien cubrió la multitud de pequeñas
rocas con su cuerpo como si las protegiera de algún posible daño.
― Nos
han enviado a buscarlo, Arata san. Somos shinobis de Konoha. ― Explicó Asuma
mientras señalaba su bandana con el símbolo de la Hoja.
―
¡OH…! Debo haber excedido el tiempo aquí dentro con mis estudios. ― Se rió el
hombre mientras se rasca la nuca. ― Recojo todo esto antes de que me obliguéis
a salir dejando mis pertenencias.
― Es
un hombre muy extraño. ― Susurró Ino viendo como Arata solo parecía querer
llevarse un montón de pequeñas rocas.
― Eso
no es de nuestra incumbencia, solo quiero salir de este lugar tan problemático.
― Refunfuñó Shikamaru mientras escuchaba al espeleólogo murmurar mientras
guardaba las rocas.
―
¡VAMOS! ― Gritó Arata pasando frente a los ninjas con un enorme bulto repleto
de las rocas que guardó sobre su espalda y que parecía su escuálido cuerpo no
podría soportar el peso.
―
¿Está bien llevando todo eso? ― Preguntó Chouji preocupado de que el hombre
pudiera hacerse daño.
― ¡NI
SE TE OCURRA TOCAR MIS PRECIADOS ESPECIMENES, ESTO ES EL TRABAJO DE MI VIDA Y
NADIE MÁS QUE YO PUEDE TOCARLOS! ― Advirtió Arata alejándose de Akimichi con
enfado.
― Está
bien, nadie va a tocar nada. Solo salgamos ya de aquí. ― Intervino Asuma para
que todo el grupo saliera de la cueva y luego, acompañar al espeleólogo hasta
el pueblo donde Arata fue recibido por sus estudiantes, quienes estaban muy
preocupados por el hombre.
Fin.