Kakashi
se despidió de los gennins a su cargo antes de desaparecer en una nube de humo
para dirigirse hasta la Academia shinobi, donde trabaja Iruka Umino como
profesor de formar las bases para futuros ninjas y kunoichis.
Estaba
llegando al edificio y podía escuchar perfectamente los gritos y risas de los
jóvenes que aún disfrutaban de la infancia que no conocían los horrores de ser
shinobi.
Kakashi
se adentró en la academia con sigilo y sin ser visto mientras buscaba a Umino,
cuando lo encontró en un aula vacía. Parecía que Iruka estaba preparando su
próxima clase o alguna actividad.
Sin
hacer ruido, Hatake se acercó a Iruka, quien se sorprendió cuando fue abrazado
por la espalda, logrando que el profesor de academia se asustara y algunos
libros se cayeran al suelo.
― ¿¡SE
PUEDE SABER QUÉ HACES!? ― Iruka intentó moderar su voz ya que se había
sobresaltado.
― ¿No
es obvio? Vine a verte. Además, quería disculparme por lo que hice. ― Explicó
Kakashi mientras acariciaba con su nariz oculta por la máscara, la nuca del hombre
de coleta alta.
Iruka
se estremeció al sentir la caricia en su cuello pero frunció el entrecejo al
escuchar al Hatake.
― Sigo
molesto, Kakashi. ― Contestó soltando un suspiro mientras trataba de separarse
del abrazo del contrario. ― Además, con una simple disculpa no voy a
perdonarte. ― Agregó con tono severo.
― Por
favor, Iruka… ― Suplicó Kakashi afianzando el abrazo en la cintura del hombre de
cabello castaño.
― ¡TE
DIJE QUE NO! ― Gritó logrando separarse abruptamente del agarre que tenía en su
cintura del otro hombre para luego mirarlo con enojo. ― No todo se arregla con
un «lo siento» o porque vengas a buscarme al trabajo. De hecho, ni siquiera
deberías estar aquí, podrían vernos y mal interpretar todo. Estás jugando con
mi puesto de trabajo, ¿es qué no puedes respetar ni el lugar en el que me gano
la vida?
―
¡EY…! Tampoco es para llevarlo al extremo, no estamos haciendo nada malo como
para ser mal interpretado y lleguen a expulsarte de aquí y no entiendo por qué
debemos ocultarnos constantemente cuando ambos somos personas libres y no
debería de preocuparnos. ― Respondió un poco decepcionado por el rechazo del
otro hombre. ― Y ni siquiera sé porque estás tan molesto, tan solo llegué con
unos cuantos tragos de más.
― Te
lo dije desde el principio, te permito estar en mi casa hasta que encuentres
donde quedarte, no somos nada y por tanto, no tengo por qué soportar que
llegues ebrio tanto como te dé la gana junto a tu escandaloso amigo. ― Escupió
Iruka mientras recogía y ordenaba los libros que habían caído al suelo.
―
Acepto que cometí el error de dejar que Gai me acompañara por mi estado pero no
es para ponerse así.
― Sí
que es para ponerse así, Kakashi. ― Discrepó Iruka, quien miraba iracundo al
contrario porque se creía que podía hacer lo que quisiera en su hogar. ― ¡ERAN
LAS TRES DE LA MADRUGADA! ― Exclamó. ― Cualquier persona se molestaría si
interrumpen su sueño y más si es un par de borrachos impertinentes que llegan a
tu departamento haciendo ruido y despertando casi a todo el edificio, ¡ME QUISIERON
SACAR POR TUS REPETIDAS LLEGADAS! ― Argumentó mientras apretaba los libros
contra su pecho. ― Si fuese a ti quien le sucediera estoy seguro que no
difiriera mucho tu reacción a la mía, incluso me sacarías a golpes si lo
encontraras necesario.
― Ya
entendí, Iruka, pero no lo hice a propósito. Lo siento, de verdad. ― Se
disculpó nuevamente tratando de volver a abrazar a Umino. ― No volveré hacerlo…
― Prometió mientras que el hombre de coleta se escabullía de su intento de volver
a abrazarlo. ― ¿Te he dicho que te ves lindo molesto? ― Susurró coqueto
intentando menguar el enfado del otro hombre.
― Di
lo que quieras y halágame cuanto gustes si te divierte pero eso no hará que lo
olvide o te perdone. Me has envuelto en un problema con mis vecinos. ― Aseguró
con tono server.
― Está
bien, está bien… Me ganaré el que me perdones. ― Dijo derrotado Kakashi
mientras soltaba un suspiro al escuchar las palabras de Iruka, sabía que había
abusado de la hospitalidad de Umino. ― Aunque… quiero hablar contigo sobre algo
más importante.
― Este
es el momento, di que quieres hablar antes de que cambie mis palabras. ― Indicó
un poco curioso Iruka.
―
Quiero formalizar nuestra relación, Iruka. ― Confesó no muy seguro de sus
propias palabras.
Iruka
lo observó en silencio, le sorprendió con esas palabras pero no pudo evitar suspirar
después de varios minutos en que ninguno de los dos hablara o hiciera algún
movimiento.
― ¿De
qué estás hablando? ― Preguntó en voz baja Umino.
― Ya
llevamos un tiempo que estamos juntos y aunque hace poco que convivimos bajo el
mismo techo, creo que estaría bien pasar a ser algo oficial, así no tendrás
problemas con que nos vean juntos o pase por tu trabajo.
―
Kakashi… ― Llamó con voz seria, olvidando su enojo anterior debido al cambio de
tema. ― Tan solo estás viviendo en mi casa desde hace unas cuantas semanas
porque dejaste a la persona con la que estabas cuando descubrió tu infidelidad
conmigo y ni siquiera sabía que estabas con alguien. Además, sabes que lo
nuestro se limita a sexo, no hay sentimientos en medio. Es algo superficial
porque ni tú me amas ni yo te quiero, solo es atracción física y de eso nos
dimos cuenta hace tiempo… desde la primera vez que nos dejamos llevar por
nuestro instinto. Es obvio que nadie se repone con facilidad a un estado así y
dudo mucho que te hayas sido tú el primero en
establecer sus emociones. No estás recuperado de tu ruptura o sino… ¿por
qué sigues emborrachándote y llorando su ausencia? O ¿diciendo su nombre cuando
follamos? ¿Crees voy a estar con alguien así? ― Se llevó una mano al rostro
abrumado por tener que decir la verdad al otro hombre. ― Creo que estaría bien
el que ya encontraras un lugar donde vivir y te vayas de mi casa. Sea lo que
sea lo que pasó con nosotros, termina todo aquí y ahora.
― Te
estás precipitando, Iruka, ya ha… ― Intentó hablar Hatake.
― ¡YA ESTÁ BIEN, KAKASHI! ― Gritó Iruka interrumpiendo al otro hombre. ― Puedo entender que te sientas triste o que no quieras aceptar tú situación pero no voy a permitir que ambos terminemos heridos por una confesión sin sentimientos reales. Será mejor que no estés no sigas con esto, solo estás dañándote porque no voy a aceptarte. ― Miró con determinación al hombre de cabello plateado.
―
Iruka, te estás precipitando. ― Se acercó Kakashi para agarrar al profesor de
academia por los hombros. ― Está bien, he sido imprudente y estaba hablando
descuidadamente pero no me puedes echar, sabes que no tengo donde ir.
― Te puedo echar porque es mi casa. ― Recordó Umino mirando al contrario. ― Ya es momento que comiences a buscar casa, Kakashi. ― Sugirió Iruka tomando los brazos contrarios para soltarse del agarre. ― Esto no va a funcionar aunque quieras, como te dije solo sentíamos atracción por el otro y sería un error querer creer que hay sentimientos que no existen. Ya es momento que vayas tomando tus cosas y te marches. ― Dijo el hombre de cabello castaño para darse la vuelta. ― No digo que vaya a sacarte de inmediato pero tampoco que vaya a otorgarte meses. Solo tendrás una semana más, así que busca un lugar para vivir, Kakashi.
― De
acuerdo, Iruka. Comenzaré a buscar un departamento. ― Kakashi aceptó para luego
quedarse callado porque se sorprendió de las duras palabras frías de Iruka.
―
Espero esta vez lo hagas o en una semana lanzaré todas tus cosas a la calle. ―
Sentenció Iruka sin mirar al otro hombre antes de cerrar la puerta a su espalda
y marcharse de aquella aula.
― Está
bien. Entiendo. ― Respondió Hatake aunque sabía que no había nadie para
escuchar sus palabras. ― Lamento haberte causado tantos problemas. Quizás
cometí un error desde el principio. ― Murmuró apretando sus puños antes de
abandonar la Academia Shinobi.
Fin.