lunes, 28 de septiembre de 2020

Kakashi - Iruka

Kakairu Things - 2 | Parejas de anime manga, Parejas de naruto y Parejas de  anime

  

Kakashi se despidió de los gennins a su cargo antes de desaparecer en una nube de humo para dirigirse hasta la Academia shinobi, donde trabaja Iruka Umino como profesor de formar las bases para futuros ninjas y kunoichis.

 

Estaba llegando al edificio y podía escuchar perfectamente los gritos y risas de los jóvenes que aún disfrutaban de la infancia que no conocían los horrores de ser shinobi.

 

Kakashi se adentró en la academia con sigilo y sin ser visto mientras buscaba a Umino, cuando lo encontró en un aula vacía. Parecía que Iruka estaba preparando su próxima clase o alguna actividad.

 

Sin hacer ruido, Hatake se acercó a Iruka, quien se sorprendió cuando fue abrazado por la espalda, logrando que el profesor de academia se asustara y algunos libros se cayeran al suelo.

 

― ¿¡SE PUEDE SABER QUÉ HACES!? ― Iruka intentó moderar su voz ya que se había sobresaltado.

 

― ¿No es obvio? Vine a verte. Además, quería disculparme por lo que hice. ― Explicó Kakashi mientras acariciaba con su nariz oculta por la máscara, la nuca del hombre de coleta alta.

 

Iruka se estremeció al sentir la caricia en su cuello pero frunció el entrecejo al escuchar al Hatake.

 

― Sigo molesto, Kakashi. ― Contestó soltando un suspiro mientras trataba de separarse del abrazo del contrario. ― Además, con una simple disculpa no voy a perdonarte. ― Agregó con tono severo.

 

― Por favor, Iruka… ― Suplicó Kakashi afianzando el abrazo en la cintura del hombre de cabello castaño.

 

― ¡TE DIJE QUE NO! ― Gritó logrando separarse abruptamente del agarre que tenía en su cintura del otro hombre para luego mirarlo con enojo. ― No todo se arregla con un «lo siento» o porque vengas a buscarme al trabajo. De hecho, ni siquiera deberías estar aquí, podrían vernos y mal interpretar todo. Estás jugando con mi puesto de trabajo, ¿es qué no puedes respetar ni el lugar en el que me gano la vida?

 

― ¡EY…! Tampoco es para llevarlo al extremo, no estamos haciendo nada malo como para ser mal interpretado y lleguen a expulsarte de aquí y no entiendo por qué debemos ocultarnos constantemente cuando ambos somos personas libres y no debería de preocuparnos. ― Respondió un poco decepcionado por el rechazo del otro hombre. ― Y ni siquiera sé porque estás tan molesto, tan solo llegué con unos cuantos tragos de más.

 

― Te lo dije desde el principio, te permito estar en mi casa hasta que encuentres donde quedarte, no somos nada y por tanto, no tengo por qué soportar que llegues ebrio tanto como te dé la gana junto a tu escandaloso amigo. ― Escupió Iruka mientras recogía y ordenaba los libros que habían caído al suelo.

 

― Acepto que cometí el error de dejar que Gai me acompañara por mi estado pero no es para ponerse así.

 

― Sí que es para ponerse así, Kakashi. ― Discrepó Iruka, quien miraba iracundo al contrario porque se creía que podía hacer lo que quisiera en su hogar. ― ¡ERAN LAS TRES DE LA MADRUGADA! ― Exclamó. ― Cualquier persona se molestaría si interrumpen su sueño y más si es un par de borrachos impertinentes que llegan a tu departamento haciendo ruido y despertando casi a todo el edificio, ¡ME QUISIERON SACAR POR TUS REPETIDAS LLEGADAS! ― Argumentó mientras apretaba los libros contra su pecho. ― Si fuese a ti quien le sucediera estoy seguro que no difiriera mucho tu reacción a la mía, incluso me sacarías a golpes si lo encontraras necesario.

 

― Ya entendí, Iruka, pero no lo hice a propósito. Lo siento, de verdad. ― Se disculpó nuevamente tratando de volver a abrazar a Umino. ― No volveré hacerlo… ― Prometió mientras que el hombre de coleta se escabullía de su intento de volver a abrazarlo. ― ¿Te he dicho que te ves lindo molesto? ― Susurró coqueto intentando menguar el enfado del otro hombre.

 

― Di lo que quieras y halágame cuanto gustes si te divierte pero eso no hará que lo olvide o te perdone. Me has envuelto en un problema con mis vecinos. ― Aseguró con tono server.

 

― Está bien, está bien… Me ganaré el que me perdones. ― Dijo derrotado Kakashi mientras soltaba un suspiro al escuchar las palabras de Iruka, sabía que había abusado de la hospitalidad de Umino. ― Aunque… quiero hablar contigo sobre algo más importante.

 

― Este es el momento, di que quieres hablar antes de que cambie mis palabras. ― Indicó un poco curioso Iruka.

 

― Quiero formalizar nuestra relación, Iruka. ― Confesó no muy seguro de sus propias palabras.

 

Iruka lo observó en silencio, le sorprendió con esas palabras pero no pudo evitar suspirar después de varios minutos en que ninguno de los dos hablara o hiciera algún movimiento.

 

― ¿De qué estás hablando? ― Preguntó en voz baja Umino.

 

― Ya llevamos un tiempo que estamos juntos y aunque hace poco que convivimos bajo el mismo techo, creo que estaría bien pasar a ser algo oficial, así no tendrás problemas con que nos vean juntos o pase por tu trabajo.

 

― Kakashi… ― Llamó con voz seria, olvidando su enojo anterior debido al cambio de tema. ― Tan solo estás viviendo en mi casa desde hace unas cuantas semanas porque dejaste a la persona con la que estabas cuando descubrió tu infidelidad conmigo y ni siquiera sabía que estabas con alguien. Además, sabes que lo nuestro se limita a sexo, no hay sentimientos en medio. Es algo superficial porque ni tú me amas ni yo te quiero, solo es atracción física y de eso nos dimos cuenta hace tiempo… desde la primera vez que nos dejamos llevar por nuestro instinto. Es obvio que nadie se repone con facilidad a un estado así y dudo mucho que te hayas sido tú el primero en  establecer sus emociones. No estás recuperado de tu ruptura o sino… ¿por qué sigues emborrachándote y llorando su ausencia? O ¿diciendo su nombre cuando follamos? ¿Crees voy a estar con alguien así? ― Se llevó una mano al rostro abrumado por tener que decir la verdad al otro hombre. ― Creo que estaría bien el que ya encontraras un lugar donde vivir y te vayas de mi casa. Sea lo que sea lo que pasó con nosotros, termina todo aquí y ahora.

 

― Te estás precipitando, Iruka, ya ha… ― Intentó hablar Hatake.

 

― ¡YA ESTÁ BIEN, KAKASHI! ― Gritó Iruka interrumpiendo al otro hombre. ― Puedo entender que te sientas triste o que no quieras aceptar tú situación pero no voy a permitir que ambos terminemos heridos por una confesión sin sentimientos reales. Será mejor que no estés no sigas con esto, solo estás dañándote porque no voy a aceptarte. ― Miró con determinación al hombre de cabello plateado.

 

― Iruka, te estás precipitando. ― Se acercó Kakashi para agarrar al profesor de academia por los hombros. ― Está bien, he sido imprudente y estaba hablando descuidadamente pero no me puedes echar, sabes que no tengo donde ir.

 

― Te puedo echar porque es mi casa. ― Recordó Umino mirando al contrario. ― Ya es momento que comiences a buscar casa, Kakashi. ― Sugirió Iruka tomando los brazos contrarios para soltarse del agarre. ― Esto no va a funcionar aunque quieras, como te dije solo sentíamos atracción por el otro y sería un error querer creer que hay sentimientos que no existen. Ya es momento que vayas tomando tus cosas y te marches. ― Dijo el hombre de cabello castaño para darse la vuelta. ― No digo que vaya a sacarte de inmediato pero tampoco que vaya a otorgarte meses. Solo tendrás una semana más, así que busca un lugar para vivir, Kakashi.

 

― De acuerdo, Iruka. Comenzaré a buscar un departamento. ― Kakashi aceptó para luego quedarse callado porque se sorprendió de las duras palabras frías de Iruka.

 

― Espero esta vez lo hagas o en una semana lanzaré todas tus cosas a la calle. ― Sentenció Iruka sin mirar al otro hombre antes de cerrar la puerta a su espalda y marcharse de aquella aula.

 

― Está bien. Entiendo. ― Respondió Hatake aunque sabía que no había nadie para escuchar sus palabras. ― Lamento haberte causado tantos problemas. Quizás cometí un error desde el principio. ― Murmuró apretando sus puños antes de abandonar la Academia Shinobi.

 

Fin.

 

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lunes, 21 de septiembre de 2020

Tsunade - Shizune

 

 

Shizune se sentía feliz porque Tsunade había podido ganar dinero suficiente para pagar deudas por las que eran perseguidas debido al mal hábito de la mujer mayor de implicarse en apuestas.

 

― Shizune, cuando lleguemos al próximo pueblo, iremos a los baños termales. ― Ordenó la rubia kunoichi con felicidad.

 

― Sí, Tsunade sama. ― Respondió con una gran sonrisa ya que el buen humor de la rubia era contagioso y esperaba no desapareciera, solo pensaba en que una o dos de las deudas podrían ser pagadas y poder celebrarlo en un onsen con habitaciones esa noche era más que acertado ya que hacía mucho que no dormía en un cómodo futón o poder disfrutar de un agradable baño.

 

― Luego, podré asistir a las salas de juego para no desperdiciar la buena suerte que está de mi lado porque no es sabio desaprovecharla ya que podré ganar a más idiotas. ― Reveló alegremente Tsunade mientras su sonrisa se agrandaba.

 

― Tsunade sama, ¿no pretenderá usar el dinero que ganó para apostar en un lugar diferente? ― El terror se podía apreciar en el rostro de Shizune por la suposición que tenía sintiendo que toda la felicidad desaparecía como si una roca hubiese caído sobre su cabeza para despertar a la realidad.

 

― Por supuesto que usaré el dinero, solo será el inicio para incrementar las ganancias actuales. ― Argumentó la Sannin de las babosas destilando la felicidad de sus intenciones.

 

― Tsunade sama, mejor pague las deudas acumuladas con ese dinero. ― Sugirió nerviosa Shizune. ― No quiero ser pájaro de mal agüero pero muchas veces que le va bien y cree que está en una buena racha, las siguientes apuestas en las que participa termina perdiendo todo el dinero que tenemos. ― Agregó la mujer más joven mientras temblaba debido a la reacción que pudiera tener la Sannin y la rubia parecía mirarla con furia.

 

Tsunade no pudo evitar molestarse, se sentía ofendida de que Shizune pensara así aunque fuera cierto que en ocasiones pasadas había ocurrido pero no tenía que ser así esta vez, estaba segura de que la fortuna estaba de su lado.

 

― No lo digo de mala manera, Tsunade sama. Solo estoy sugiriendo que separe un poco del dinero que debe y lo que quede lo puede utilizar para seguir jugando en sus apuestas. ― Insistió en un vano intento de  convencer a la mujer de grandes senos.

 

― Ese tipo de actitud es lo que atrae la mala suerte, Shizune. No me acompañes más o perderé todo. Me arruinas mi buena suerte con la que voy a poder triplicar las ganancias para disfrutar de un onsen con habitaciones y deliciosa comida. ― Habló la rubia mientras apresuraba su andar para llegar al siguiente pueblo.

 

― Tsunade sama… piense bien lo que hará. Nos persiguen muchos cobradores y tendríamos algo de tranquilidad si paga lo que les debe. ― Intentaba convencer a su maestra mientras la seguía aumentando el paso de su caminar al igual que la Sannin de las babosas.

 

― ¡SHIZUNE, NO ME DIGAS LO QUE TENGO QUE HACER! ― Gritó Tsunade llevando sus manos a la cabeza para cubrir sus orejas en un intento de no escuchar a la otra mujer mientras escapaba corriendo.

 

― ¡TSUNADE SAMA! ― Gritó la mujer de cabello corto para correr detrás de  la Senju que parecía huir de ella solo por intentar de que entrase en razón.

 

― Voy sola, no quiero que me des mala suerte. No me sigas, Shizune. ― Ordenó la mujer de cabello rubio.

 

― Tsunade sama, está exagerando. ― Contestó apresuradamente Shizune sin dejar de seguir a la otra mujer.

 

― Por favor… Tsunade sama, piense bien lo que hará, esto solo podría empeorar o mejorar los problemas que ya tenemos con los cobradores. ― Suplicó agotada la kunoichi después de perseguir a la Sannin hasta una casa de apuesta en la que estaba entrando.

 

― Déjalo ya, Shizune. No pasará nada y quédate aquí afuera, no quiero que entres y me des mala suerte. ― Indicó la Senju mirando de reojo a la morena.

 

― Pero Tsunad… ― Shizune no pudo terminar la oración ya que la rubia la interrumpió.

 

― ¡CALLA Y QUEDATE AQUÍ A ESPERAR! ― Aulló con severidad mientras entraba para cerrar la puerta después.

 

Shizune se sobresaltó por la orden dada, sabía lo obstinada que llegaba a ser su maestra y solo pudo suspirar cuando la puerta fue cerrada frente a su cara.

 

― Tengo el presentimiento de que terminaré acompañándola a beber sake porque perdió todo nuestro dinero. ― Murmuró Shizune comenzando a caminar por el pueblo deseando que no se cumpliera su pensamiento cuando repentinamente escuchó gruñidos de un animal que se acercaba hasta donde esta ella.

 

Shizune no pudo retirarse a tiempo cuando fue derribada por un pequeño cerdo, el cual atrapó en sus manos como un acto reflejo, y cuyo animal estaba huyendo de unos perros que lo perseguían.

 

― ¿Un cerdo? ― Preguntó mirando el animal que se removía en sus manos en un intento de escapar para luego, dirigir su mirada a los perros que parecían hambrientos.

 

La mujer, rápidamente se levantó y no se demoró en espantar a los perros para que una vez que los canes  se habían marchado asustados, dejó al cerdo en el suelo.

 

― Ya estás a salvo, ten más cuidado la próxima vez. ― Aconsejó al animal con una sonrisa para marcharse porque ya era muy tarde y era probable que Tsunade terminase de estar apostando.

 

― ¡NO ERES NADIE PARA DECIRME QUE DEBO HACER! ― El enfurecido grito de Tsunade en un puesto, alertó a Shizune, esperaba llegar antes de que ocurriera algún problema. ― ¡SIRVEME OTRA BOTELLA DE SAKE! ― Exigió la rubia.

 

― Tsunade sama, la he estado buscando. ― Intervino Shizune acercándose a la rubia quien tenía intensión de golpear al hombre que parecía estar negándose a servirle sake.

 

― ¿Dónde has estado, Shizune? Pronto nos marcharemos de este mal oliente lugar.

 

― Estaba paseando por el pueblo, buscando algún lugar donde pasar la noche. ― Contestó mirando a su maestra. ― ¿Cómo le fue, Tsunade sama? ― Preguntó sabiendo la respuesta que le daría la rubia debido al mal humor y el que estuviera en ese establecimiento queriendo beber sake.

 

Tsunade ignoró la pregunta de la otra mujer con gesto de su mano y se percató de un cerdo que estaba al lado de Shizune.

 

― ¿Y ese cerdo, Shizune? ― Preguntó Tsunade con curiosidad. ― No me digas que lo compraste para criarlo y comerlo, eso es un desperdicio de dinero. ― Habló frunciendo el ceño mientras no dejaba de mirar al animal que temeroso se escondía detrás de las piernas de Shizune.

 

El pequeño cerdo comenzó a temblar debido a como lo miraba la rubia.

 

― Etto… Tsunade sama, yo no he comprado nada. Usted se llevó todo el dinero que teníamos. ― Le recordó con desanimo a su maestra. ― Supongo que me ha estado siguiendo sin que me percatara porque lo salvé de unos perros que lo perseguían.

 

― Entonces devolvamos este animal a su dueño y cobremos la recompensa que merecemos por el rescate y recuperárselo a quien quiera que sea el dueño de este cerdo.

 

― Tsunade sama, no sabemos quién pueda ser el dueño.

 

― Preguntaremos, si no es de nadie podemos usarlo para apostar. Quizás logremos recuperar las ganancias que perdimos. ― Tsunade decía animada pensando en que podría seguir apostando y recuperar el dinero perdido.

 

― Tsunade sama no podemos hacer eso, molestaremos a los lugareños y… ― Shizune no pudo seguir cuando la Sannin ya se había marchado con el cerdo para intentar cobrar una recompensa por encontrar a un animal extraviado.

 

La rubia preguntó a cada persona que veía y golpeó la puerta de cada casa para saber si el cerdo tenía dueño a pesar de la vergüenza que sentía Shizune por lo que hacía su maestra pero nadie parecía  reconocer al cerdo como uno de sus animales.

 

― ¡ESTÁ DECIDIDO, SHIZUNE! Usaremos a este animal para recuperar nuestras ganancias. ― Afirmó Tsunade logrando que el cerdo se removiera incómodo en sus manos mientras emitía fuertes gruñidos.

 

― Eso no está bien, Tsunade sama… ― Otra vez Shizune no pudo rebatir a la rubia y solo se limitó a seguir a Tsunade que corrió hasta la casa de apuestas donde no se molestó en pedir permiso para entrar escuchando los chistes de los hombres que estaban allí al ver que la mujer regresaba. Tsunade no se inmutó por las groserías de los hombres y puso al animal en medio de la mesa para indicar que apostaba usando al cerdo como pago y así le dieron fichas para participar en el juego.

 Tsunade and Shizune by Lyndsay-Washington on DeviantArt

Shizune solo pudo rechinar los dientes y pedir perdón al cerdo que parecía asustado por el bullicio del lugar pero para sorpresa de ambas mujeres, Tsunade logró recuperar la cantidad de dinero perdido antes de marcharse con una feliz Tsunade y Shizune que la seguía junto al pequeño animal que parecía estar llorando de alivio de que la rubia no lo hubiera perdido en el juego.

 

― Está decidido, ese cerdo es un amuleto de la fortuna. Debe de venir con nosotras.

 

Shizune miró al animal un poco confundida y sentía que el cerdo le devolvía la mirada de la misma manera.

 

― Está diciendo, ¿qué nos lo quedamos? ― Preguntó la mujer de cabello corto.

 

― Sí, tenemos que comprobar si vuelve a traernos suerte. Si todo fue causalidad lo podemos vender. ― Rió Tsunade logrando que Shizune casi se caiga por las palabras de la otra mujer.

 

 ― Bueno, habrá que ponerte un nombre. ― Suspiró la mujer más joven para sostener al pequeño cerdo entre sus manos. ― ¿Qué te parece Tontón? ― Preguntó recibiendo un gruñido del animal que parecía feliz y haciendo sonreír a Shizune. ― Entonces, ese será tu nombre, Tontón.


 

Fin.



 

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lunes, 14 de septiembre de 2020

Equipo 8



naruto narutoshippuden hinta kiba Image by kaosobito
Kurenai regresaba de la última misión con su esquipo aunque todos escuchaban a Kiba Inuzuka hablar con Akamaru sobre la misión que habían acabado de terminar mientras que Shino Aburame caminaba en silencio y Hinata Hyuga reía de vez en cuando a alguno de los comentarios efusivos de su compañero de aspecto fiero.

― Mañana no tendremos misiones pero podemos ocupar el día para entrenar. Me gustaría que trabajemos más en el trabajo en equipo. ― Interrumpió repentinamente la kunoichi mayor.

― ¿Por qué, Kurenai sensei? Akamaru y yo trabajamos perfectamente en equipo. ― Inquirió con indignación Kiba.

― Kiba… Hinata y Shino también son parte del equipo, no solo Akamaru y aunque entiendo que el clan Inuzuka tiene su apoyo en los perros debes trabajar con tus compañeros en coordinación como shinobi de Konoha. ― Explicó Yuji.

― Pe-pero… Kurenai sensei… quizás no es por Kiba kun que… no-no fuera bien la misión, yo no so-soy tan fuerte como Kiba kun. ― Opinó tímidamente Hinata.

― No estoy de acuerdo. Hinata, tu Byakugan nos ha ayudado más en las misiones que hemos tenido que mis insectos. ― Discrepó Shino mientras se colocaba mejor sus oscuras gafas.

Hinata al escuchar el halago de su compañero no pudo evitar sonrojarse y formar una pequeña sonrisa en sus labios.

― Shino tiene razón, Hinata. Gracias a ti las misiones han sido exitosas. ― Confirmó Kurenai con una sonrisa para animar a la tímida chica para que fuera menos temerosa. ― Pero sería menos complicadas si todos trabajáramos en equipo y confiáramos en nuestros compañeros y siguiéramos el plan sin querer lucirnos. ― Agregó Kurenai mirando a Kiba ya que este no siempre seguía las indicaciones.

Kiba solo desvió la mirada algo avergonzado ya que si sensei tenía razón en lo que decía.

― No se hubieran percatado de nuestra presencia si no hubiera saltado en medio gritando que les darías una paliza. ― Recordó Shino apoyando a su sensei.

― K-Kiba kun no lo hizo intencionalmente. ― Hinata intentó excusar el comportamiento de su compañero.

― Hubiera sido aburrido si los atrapamos sin más. ― Musitó Kiba recordando como habían huido asustados los pequeños jabatos que estaban destrozando las cosechas de los campesinos.

― Permíteme no estar de acuerdo contigo. ― Respondió Aburame.

― Chicos, no discutan. Somos compañeros, ¿recordáis? ― Regaño Kurenai. ― Sin duda alguna, debemos trabajar nuestro trabajo en equipo porque hay muchas cosas que tenemos que mejorar en este equipo. ― Suspiró la kunoichi. ― Las futuras misiones serán más difíciles y complicadas, para que estas sean exitosas se necesita el cien por ciento del trabajo en equipo sea eficiente. ― Explicó  mirando a sus alumnos para que comprendieran la importancia de sus palabras. ― Además, eso asegurará vuestra supervivencia y también  la de vuestros compañeros.

― Tendrás que cambiar y apegarte al plan, Kiba. ― Advirtió Shino mirando a su compañero revoltoso.

― ¡Á-Ánimo, Kiba kun! ― Exclamó Hinata a su compañero.

― Trataré pero es tan aburrido seguir un plan a como se escucha. ― Susurró Kiba cruzándose de brazos con las mejillas hinchadas en un pequeño puchero.

― Yo… también haré lo me-mejor. ― Prometió Hinata sonrojándose mientras picaba sus dedos índices repetidamente de forma nerviosa.

― De esa forma no parece que estés muy segura, Hinata. ― Se quejó Inuzuka siendo secundado por un ladrido de Akamaru, quien había puesto en la cabeza para que el cachorro no se agotara.

― Deberías de no dudar de tus propias palabras, Hinata. ― Aconsejó Aburame observando a su compañera.

― ¿¡EH!? Pe-Per- Pero yo… ― Intentaba hablar Hyuga con la cara roja completamente debido a la atención que sus compañeros tenían en ella en ese instante.

― No te preocupes, Hinata. Todos estaremos apoyándonos. ― Habló Kurenai intentando calmar a la joven kunoichi.

― Eso es parte del trabajo en equipo. ― Afirmó Shino.

― No deberías de ser tan insegura, Hinata. Eres de nuestro equipo y no hay razón para ello. ― Aportó Kiba con una gran sonrisa.

― Parece que solo falta limar el gran potencial que tiene el equipo 8. ― Sonrió Kurenai.

― Entonces, ¿queda olvidado lo de ese entrenamiento especial de trabajo en equipo? ― Preguntó Inuzuka esperando de no tener que hacerlo.

― No he dicho eso, Kiba. Tenéis que reforzar vuestros lazos para reforzar vuestro trabajo en equipo y dejar de actuar sin pensar. ― Insistió la jounnin.

Kiba formó un pequeño puchero al escuchar a su sensei que no se había olvidado del entrenamiento especial, Hinata y Shino solo rieron divertidos por la reacción de Inuzuka.

― Por eso, mañana los quiero temprano en el campo de entrenamiento. ― Exigió Kurenai. ― Tenemos que pulir nuestro trabajo de equipo y de paso sus habilidades como shinobis.

― Haremos nuestro mejor esfuerzo, ¿verdad chicos? ― Inquirió Kiba siendo secundado por sus compañeros que contestaron con un “sí” junto a un ladrido del cachorro.

― Esa es la actitud. ― Alabó Kurenai con una sonrisa.

― Pero sigo pensando que es innecesario, Kurenai sensei. ― Se quejó Inuzuka.

― Puede que lo sientas así pero me lo agradecerás. ― Afirmó la kunoichi mayor con una sonrisa.

― N-No te desanimes, Kiba kun… Yo puedo traer oni-onigiris para todos. ― Habló Hinata con un sonrojo preocupada por sus compañeros de equipo y a pesar de su propuesta, no pudo ver a sus compañeros de equipo porque tenía vergüenza.

― No es necesario. ― Contestó escuetamente Aburame.

― ¿¡DE VERÁS!? Eso sí que me anima, comer onigiris después de hacer un poco de ejercicio. ― Sonrió Kiba emocionado por la comida mientras Akamaru ladraba por la felicidad de su amigo humano.

― Parece que será un entrenamiento divertido. ― Musitó Yuji. ― Podéis marcharos ya, yo me ocuparé de dar el informe. Mañana os esperaré en el capo de entrenamiento seis a las ocho de la mañana. ― Indicó antes de desaparecer en una nube de humo.

― ¡Sí, SENSEI! ― Respondieron al unísono todos los gennins.





Fin.








lunes, 7 de septiembre de 2020

Kakashi - Tenzou III



Tenzou había hecho tanto como pudo para animar a Kakashi cuando ocurrió la tragedia del clan Uchiha que lo había entristecido. También, lo había apoyado cuando decidió dejar el ANBU porque su estado anímico empeoró y pensó, al igual que Hatake, sería mejor continuar como un jounnin de Konoha pero también se alegró por él cuando pareció animarse al querer convertirse en sensei de un grupo de gennins porque deseaba dejar sus enseñanzas en el legado de las futuras  generaciones. Incluso, se había esforzado en celebrar el día que finalmente consiguió a su equipo de gennin porque era consciente de cuán importante era para el shinobi de cabello gris el haberlo logrado, además, de que le ayudaría a que se animara y pudiera salir de aquella melancolía que lo había inundado después de enterarse de la matanza de clan Uchiha.

Sin embargo, Tenzou no imaginó en ese tiempo, donde Kakashi se convirtió en sensei de un equipo de gennins, también sería el inicio de que cambiase su conducta porque él no podía entender lo que estaba ocurriendo y Hatake se estaba distanciando de él.

Motivado por la curiosidad de tal cambio en el comportamiento de su pareja, tomó su día libre para seguirlo y saber si la causa la podía encontrar en lo que fuera que hacía porque no podía entender el por qué se estaba creando una brecha entre ambos. Por ello, necesitaba descubrir si el motivo de tal distanciamiento estaba en algo que lo involucraba como sensei o todo se trataba de su imaginación.

Prácticamente, había sido un día común para cualquier shinobi que fuera sensei de un equipo de gennins.

Kakashi había ido hasta la torre Hokage a tomar las instrucciones de misiones que realizaría su equipo antes de reunirse con los gennins a su cargo. Luego, hicieron algunas misiones del rango más bajo y consideradas adecuadas para que hicieran los gennins recién graduados de la academia shinobi como buscar una mascota perdida o reparar vallas.

Naruto - Kakashi Hayate x Iruka Umino + Yamato (Tenzou) | Anime naruto,  Kakashi sensei, Kakashi
Tenzou había empezado a regañarse a sí mismo cuando el día estaba llegando a su fin y el ninja copia entró en la torre Hokage para dar su último informe y pensó, que quizás debería hacer algo para disculparse con su pareja por estarlo siguiendo durante todo el día pero fue justamente que se percató de todo cuando Kakashi estaba saliendo de la torre.

Kakashi sonreía bajo su máscara mientras charlaba con un shinobi de coleta alta, tez tostada y una cicatriz horizontal que cruzaba su nariz. El misterio ninja parecía sonrojado y disfrutando de la charla que mantenía con Hatake.

Tenzou sintió su corazón latir con fuerza y un dolor que punzaba a cada latido ante la escena que observaba pero no se detuvo ni tampoco apareció frente a los dos ninjas que miraba sino que los siguió sin perder detalle del comportamiento de los dos hombres hasta que ambos entraron a un apartamento con una actitud demasiado afectuosa como para pensar que eran simples amigos. Siendo esta escena lo último que podía soportar, regresó al departamento que compartía con Hatake mientras se decía que todo lo que vio debía de ser un mal entendido, que su mente le estaba creando una ilusión o estaba exagerando las cosas sin percatarse de que el tiempo seguía transcurriendo rápidamente mientras el buscaba una justificación que negara lo que había presenciado.

― ¿Me esperabas despierto? ― Preguntó Kakashi sorprendido al ver a Tenzou sentado en el sofá con el rostro pensativo.

― S-Sí… ― Se limitó a responder ya que no se había percatado de lo concentrado que estaba por sus propios pensamientos hacia lo que había acabado de presenciar que no se percató de la llegada del otro hombre al hogar.

― No debiste, te dije que llegaría tarde. ― Le recordó el hombre de pelo gris para recibir un asentimiento ante sus palabras.

― Se me olvidó. ― Mintió encogiéndose de hombros sin querer mirarlo a la cara.

Kakashi observó en silencio a su compañero, notando su extraña actitud aunque no era la primera vez que veía a Tenzou estar concentrado en alguna misión que tendría próximamente, así que le restó importancia al estado de su pareja.

― Mm… Kakashi. ― Llamó con inseguridad a su pareja. ― ¿Tú me quieres? ― Preguntó esperando la respuesta del otro hombre.

― ¿Por qué preguntas? No es propio de ti hacer ese tipo de preguntas. ― Indicó apreciando el extraño comportamiento de Tenzou. ― Todo este tiempo no he dejado de decírtelo. ― Suspiró mientras se quitaba el chaleco ninja.

― Sé que me lo has dicho pero… me gustaría escuchártelo decir en este momento. ― Apretó los puños sobre sus piernas sin querer mirar al otro hombre.

― Tenzou, estoy agotado como para estar en uno de nuestros jueguitos aunque me encantan, esta noche no es la mejor. Los chicos me dan más trabajo del que pensaba pudieran dar y he venido directamente a casa después de dejar el último informe en la torre Hokage. ― Se excusó Hatake mientras se servía un vaso de agua.

― Lo siento, estoy siendo un poco egoísta y no estoy teniendo en cuenta lo duro que debe ser sensei de gennins. ― Tenzou mordió su labio inferior, sabía que su pareja no le estaba contando toda la verdad.

― Tenzou, no tienes que disculparte, puedo entender eso pero solo puedo pensar en dormir. Aunque es una tontería y deberíamos ir a la cama, mañana tendré otro día desgastante con esos ruidosos chicos. ― Sonrió Kakashi.

― Kakashi… san, yo te amo. ― Aclaró en un intento de que su pareja le respondiera como solía hacerlo cuando era él quien confesaba el amor que sentía.

Kakashi estaba bebiendo el agua que se sirvió cuando escuchó las palabras de su compañero. Elevó una ceja ante el uso del «san» después de su nombre que ya hacía tiempo había quedado atrás. Por otro lado, su boca parecía estar sellada porque se quedó en silencio sin poder responder a Tenzou pero las palabras no parecían salir de su boca porque sentía no saldrían como desea.

El shinobi de cabello castaño miró a Hatake y sonrió con tristeza comprendió el por qué no podía devolver en palabras su amor hacia él porque ya era clara la respuesta ante el silencio, es obvio que ya no sentía lo mismo por él.

― ¿Cuándo pensabas decirme? ― Inquirió tratando que su voz no saliera rota.

― ¿De qué hablas, Tenzou? ― Preguntó Kakashi sin saber a qué se refería el otro hombre después de haber escuchado la fragilidad en la voz de su pareja.

― Sabes perfectamente de lo que hablo, antes no eras así. ― Arrastró las palabras sin poder mirar al contrario, su corazón parecía latir frenéticamente en el interior de su pecho como si queriendo salir y dolía.

― En realidad, no… no estoy entendiendo nada y estoy demasiado agotado para intentar averiguar de qué hablas. ― Respondió molesto mientras dejaba el vaso encima de la encimera. ― Si estás de mal humor no has elegido el mejor momento. Es tarde y solo quiero ir a dormir.

― ¡DEJA DE COMPORTARTE COMO SI NO SUPIERAS! ― Gritó estresado mientras se levantaba para enfrentar y mirar a Kakashi al rostro por primera vez desde que entró al departamento. ― Yo… merezco saber, también soy parte de ello.

― ¿Te das cuenta qué me sigues acusando de algo que ignoro? No sé de qué hablas, Tenzou. ― Repitió el ninja copia empezando a enfadarse por esa discusión que no entendía el por qué estaba ocurriendo.

― ¡YA ESTÁ BIEN, KAKASHI! Ya está bien… Me estás mintiendo y no lo niegues porque lo sé. Pensé que todo podía deberse a que estabas muy agotado pero no tenía sentido el que te alejases de mí solo por estar cansado. Estoy seguro que ni siquiera recuerdas la última vez que me dijiste que me querías o cuando hicimos el amor. ― Replicó Tenzou sin poder soportar el que el hombre de cabello gris no le confesara la realidad de una buena vez.

― ¿Todo se debe a eso? ¿Al sexo? ― Escupió indignado Kakashi frunciendo el ceño para acercarse y agarrar los brazos del otro hombre. ― Entiende que me importas y el sexo solo es algo más porque no cambia que te quiera, deberías ser consciente de ello. Lo sabes, sabes que te quiero y tú mismo me has dicho que no debo decírtelo todos los días y llego demasiado agotado de las misiones como para querer hacer algo más que dormir. ― Explicó mientras agitó levemente a su compañero para intentar hacerle saber que estaba hablando tonterías. ― No sé de qué hablas pero deberías quitarte esas cosas de la cabeza.

― ¡ERES UN CÍNICO! ― Exclamó Tenzou con furia levantándose y empujando al Hatake para que lo soltara ya que le quemaba el contacto. ― Dime, ¿dónde estabas después de la misión con tu equipo de gennins?

― ¿En dónde más iba estar? Ya te dije, terminé algo tarde la misión con los gennins, entregué el reporte y vine hasta aquí. ― Aseguró Kakashi mirando a su pareja aunque estaba algo sorprendido por ser empujado por el otro para separse. ― Vamos a dormir, estoy cansado y tú no estás pensando bien. Pasado mañana será mi día libre y si aún estás libre podemos pasar el día, juntos. Te lo prometo. ― Afirmó intentando tomar la mano del otro hombre.

Tenzou dio un manotazo para que Kakashi no lo tocase mientras fruncia más el ceño debido que había sido suficiente el que no pudiera contarle la verdad.

― Sí, debes estar muy cansado de toda la actividad que hiciste con ese chico. ― Reveló con enojo Tenzou.

― ¡NO! No, hasta que me digas la verdad. Dime el por qué has cambiado, el si ya no es igual o todo se acabó. Solo tienes que decirlo.

― ¿De qué hablas? ― Kakashi empezando a molestarse también por la absurda insistencia de Tenzou.

― ¡DEJA DE MENTIR Y DIME LA VERDAD! ― Gritó TEnzou intentando que el dolor que se intensificaba no lo rompiera frente a Kakashi.

― ¿¡LA VERDAD!? ¿¡ESO QUIERES OIR!? ― Preguntó gritando Kakashi por primera vez a su pareja para ver como el otro hombre asentía con la cabeza un poco sorprendido por el hecho de que le elevara la voz. ― Me desperté temprano, fui a trabajar todo el día que ha sido bastante duro y cuando llego a casa para descansar merecidamente, me encuentro con que tú estás de mal humor y acusándome de algo sin sentido que has imaginado. ― Hatake se acercó a Tenzou para picarle repetidamente el pecho con el dedo índice.

― No lo estoy imaginando. Yo… yo te vi Kakashi. ― Confesó Tenzou con un nudo en la garganta mientras se alejaba hasta chocar con la pared a su espalda. ― Sé que no está bien pero tenía que averiguar porque has cambiado tanto y te vi… te vi con él. ― Giró la cabeza para mirar a otro lugar ya que no podía seguir viviendo el rostro de su compañero.

― ¿¡QUÉ!? ― Exclamó Kakashi que se acercó y golpeó su palma contra la pared haciendo estremecer al otro hombre.

― Solo dime la verdad, yo… yo necesito escucharlo de ti. ― Susurró apretando los puños.

― Tan solo dime la verdad… ― Susurró con la voz rota sintiendo como sus ojos comenzaban a picar por las lágrimas que contenían pero deseaban salir pero haría lo necesario para no hacerlo.

Kakashi nunca se imaginó que Tenzou pusiera aquella cara, ese hecho descompuso al hombre de cabello gris y la culpa de que pudiera haberlo descubierto lo alteraba pero no podía responder  honestamente, siendo el silencio el que hablase por él.

― Vete… ― Murmuró con un nudo en la garganta Tenzou. ― Márchate ya… esto se ha terminado. ― Empujó al Hatake para liberarse ya que este parecía haberse congelado.

― Tenzou… no sé qué viste pero no es lo que piensas. Tú eres el único que… ― Intentaba hablar Kakashi.

― ¡YA BASTA Y VETE DE AQUÍ! ― Gritó apretando Tenzou sus párpados con fuerza.

― Está bien, me marcharé… ― Suspiró Kakashi para ir a la habitación a recoger algunas de sus cosas. ― Mañana vendré por lo demás. Lo lamento, Tenzou. ― Dijo antes de marcharse.

― Espero… haber tomado la decisión correcta. ― Murmuró Tenzou después de varios minutos observar la puerta por la que Kakashi se fue para empezar a llorar a causa del dolor que ya no podía seguir conteniendo y punzaba con fuerza en su interior.


Fin.



Naruto - Sasuke

    Había necesitado de este enfrentamiento para poder sentirse satisfecho, al igual que mostrar sus emociones y sentimientos en cada golp...