Regresó
hasta el improvisado campamento en una pequeña cueva que había acondicionado
junto a Jiraiya, la situación actual para ambos no pintaba bien pero no podían
continuar en activo por más tiempo después de que la misión se hubiera
complicado en medio de la guerra.
―
Terminé de poner trampas, si alguien se aproxima hasta aquí, lo sabremos. ―
Informó mirando a su compañero que estaba sentado sobre una roca acabando de
vendar su muñeca izquierda.
― ¿Qué
pasa si se trata de Tsunade?, no se encontraba mejor que nosotros cuando se
separó. ― Cuestionó con preocupación Jiraiya mirando intensamente al otro
shinobi.
― Es
un riesgo que debemos tomar, el enemigo sabe que estamos aquí, ahora mismo es
prioridad nuestra supervivencia. ― Indicó poniendo una de sus manos a la cintura,
molesto por la obsesión que tenía el otro hombre con la kunoichi rubia.
―
¿¡Cómo puedes ser tan cruel, Orochimaru!? No te perdonaré si es Tsunade la que
cae en unas de tus trampas. ― Aseguró mirando a su compañero.
― No
importa lo que creas, ahora mismo necesitamos descansar para reponer nuestro
chakra y curar las heridas. ― Escupió con sorna Orochimaru, molesto por el
hecho de que Jiraiya solo viera por la mujer de grandes senos, ignorando su
propia seguridad y exponiendo a todos.
―
¡Maldito!, tienes razón pero quizás ella esté buscándonos ahora mismo. ― Habló
intentando convencer a Orochimaru de retirar las trampas.
― El
único capaz de no descansar estando herido y casi sin chakra eres tú, Tsunade
es lo suficientemente inteligente para saber que debe buscar un lugar seguro en
estos momentos para reponerse al ataque que hizo separarnos. ― Afirmó el hombre
de ojos dorados.
―
¡PERO AÚN SEA MUY FUERTE Y TODO, PODRÍA ESTAR EN PELIGRO, OROCHIMARU! ― Gritó
con preocupación por su amiga y compañera de equipo.
― ¡Sí
que eres un idiota, Jiraiya! ― Se lamentó con molestia Orochimaru mirando con
el ceño fruncido al otro shinobi. ― Si tanto te preocupa, sal y vete a
buscarla. ― Sugirió señalando la salida del refugio donde estaban. ― Espero
pises una de las trampas y mueras por idiota… ― Escupió antes de darse la
vuelta y caminar a sentarse lo más lejos posible de su compañero.
Orochimaru
estaba molesto y celoso por el estúpido enamoramiento de su compañero hacia la
rubia kunoichi porque no parecía darse cuenta que ella nunca iba a poder
corresponder a su amor, especialmente cuando Tsunade ya estaba en una relación
amorosa con otro shinobi.
Jiraiya
chasqueó la lengua en respuesta, mostrando su irritación a lo poco considerado
que era Orochimaru hacia su compañera de equipo y preguntándose de cómo podía
ser tan frío e indiferente hacia la vida de su amiga.
― Está
bien, iré a buscarla. Yo no dejo a un compañero atrás. ― Afirmó Jiraiya
caminando a un lado de Orochimaru y haciendo caso omiso a su propio cansancio.
―
Notificaré tu muerte a Sarutobi sensei y
haré hincapié en que deseabas ser un kamikaze idiota por no querer usar tu dura
cabeza. ― Habló con dureza Orochimaru intentando no mostrar su enojo.
― Eres
desagradable a veces, Orochimaru. ― Susurró el shinobi de cabello blanco
mientras detenía sus pasos al escuchar las crueles palabras de su compañero. ―
No comprendo cómo puedes ser tan frío, aun cuando se trata de tus amigos y
camaradas. ― Añadió apretando sus manos hechas puños.
― Y yo
no entiendo cómo puedes arriesgarte sin más, olvidando todas las reglas básicas
de los shinobis e impulsarte sin tener un plan concretado, estando en
deplorables condiciones y en medio de territorio enemigo. No puedes juzgarme si
tomo en cuenta la opción más práctica mientras tú sigues omitiendo el peligro
que tú olvidas al pretender actuar impulsivamente y pensar que Tsunade es tan
ingenua como para arriesgarse en territorio enemigo a mitad de la noche. ―
Argumentó sin querer mirar al otro hombre.
― Sé
que ella es inteligente y una buena shinobi. ― Murmuró Jiraiya como si se
disculpara para volver a caminar y tomar asiento donde se encontraba antes. ―
No puedo evitar preocuparme por ella. Simplemente, no me agrada esta situación.
― Se excusó llevando su mano derecha a la cabeza.
― Si
lo sabes, preocúpate más por reponer tus energías. Mañana nos espera un día
duro mientras buscamos a Tsunade. ― Indicó más tranquilo al percatarse de que
había razonado el hombre de pelo blanco mientras apoyaba una de sus manos en
uno de los hombros de Jiraiya.
Jiraiya
miró a Orochimaru y sonrió, sabiendo que tenía razón pero al mismo tiempo
inquietándose, sabiendo que no estaría Tsunade para detener sus instintos más
precarios que había estado ocultando durante todo ese tiempo.
Orochimaru
se sorprendió cuando su mano, la que había puesto sobre uno de los hombros de
su compañero de equipo para darle ánimos, fue retenida por Jiraiya, quien sin
mirarlo al rostro, tiró con fuerza de él para atraerlo a su regazo.
― Tú
tampoco estás en las mejores condiciones. ― Indicó Jiraiya mientras rodeaba la
cintura del otro shinobi.
― ¿¡QUÉ
HACES!? ― Cuestionó sorprendido el hombre de cabello negro por el inesperado
cambio en su compañero, esperando que con sus palabras lo liberara.
― Si
no supiese que fueras hombre, podría confundirte con facilidad. Incluso, tu
cintura es más estrecha que la de la princesa Tsunade. ― Agregó el ninja de
cabello blanco haciendo sonrojar al otro hombre por el descarado y humillante
comentario.
―
¡IDIOTA! ― Gritó Orochimaru mientras empujaba a Jiraiya para intentar salir del
agarre que lo mantenía, cuando escuchó la risa de su compañero mientras su
corazón latía veloz y el deseo primario de huir le hacía sentirse más débil de
lo que se encontraba.
― Lo
siento, lo siento. ― Se disculpó Jiraiya sonriendo mientras el ninja de ojos
dorados se apartaba y alejaba con el rostro rojo. ― Solo bromeaba. ― Agregó.
― De
verdad eres un idiota. ― Repitió sintiendo sus mejillas arden y un pequeño
dolor al escuchar las palabras del shinobi de cabello blanco que solo estaba
bromeando, se alejó un poco de su compañero. ― Si hubiese sido una mujer, nunca
me habría fijado en ti. ― Añadió de manera mordaz sabiendo que eso era una gran
mentira.
Jiraiya
miró a su compañero con una sonrisa divertida para inclinarse fingiendo el que hubiesen
disparado una flecha en el pecho y estuviese en un insufrible dolor.
― Eres
demasiado cruel, Orochimaru, ¿por qué no te fijarías en mí? Soy guapo, todo un
caballero. Cualquier dama estaría encantada de tenerme a su lado. ― Se elogió
con todo coqueto y se acercó a su amigo mientras le dedicaba una gran sonrisa.
―
Porque eres un idiota y un pervertido que le gusta espiar en los baños públicos.
― Bufó molesto. ― Deja de acercarte, Jiraiya. ― Pidió un poco nervioso al saber
que su amigo iba hacer algo que no sería de su agrado ya que podía intuirlo por
el rostro desagradable que mostraba.
―
Pero… así te gusto… ― Canturreó con una sonrisa divertida, notando lo nervioso
que se ponía el contrario, acercándose un poco más a su compañero para volver a
tomarlo de la cintura.
― ¿¡QUÉ
DICES!? ¡Suéltame, Jiraiya! ― Exigió fingiendo no saber de qué hablaba el otro
hombre mientras peleaba con los brazos del contrario para liberarse. ― Tú no me
gustas y dudo que le gustes a alguien. Estás loco o quizás te diste algún golpe
en la cabeza cuando nos emboscaron. ― Habló con sarcasmo mientras reía sin
querer ver el rostro contrario.
―
Entonces… mírame a los ojos y di que no te gusto ni un poco, Orochimaru. ―
Susurró cerca de una de las orejas de Orochimaru, logrando que se estremeciera
entre sus brazos, haciendo que una sonrisa se volviera a formar.
― No
me gustas, Jiraiya. ― Afirmó mientras se volteaba para mirarlos a los ojos
mientras decía lo que el otro ninja le pidió.
―
Mentiroso. ― Acusó en voz baja antes de inclinarse para juntar sus frentes y
sin borrar su sonrisa.
Orochimaru
estaba seguro de que debía tener el rostro demasiado rojo y aunque apretaba los
desarrollados bíceps de Jiraiya, en un intento de que este comprendiera que
toda esa situación no estaba bien, siendo que lo mejor era que lo liberase.
― No
es divertido y deja de imaginar lo que no es. ― Repitió Orochimaru en un vano
intento de convencer al hombre más musculoso para poder alejarse lo suficiente
y no ser retenido pero Orochimaru no contó que solo ocasionó todo lo contrario
y el agarre de Jiraiya se apretó más, haciendo que su cuerpo se congelara al
estrecharse más al contrario, pudiendo sentir como la entrepierna del otro hombre
picaba su vientre, haciéndolo estremecer.
― Deja
de mentirte a ti mismo, Orochimaru. ― Murmuró Jiraiya demasiado cerca de los
labios de su compañero que se apretaron al sentir su aliento cálido golpearlo.
―
Jiraiy… ― Orochimaru no tuvo tiempo de replicar cuando el otro shinobi se
precipitó sobre su boca, si en un principio solo intentaba separarse, la lengua
ávida del ninja de los sapos se introdujo en su boca y su intento de hacerla
salir a la lengua intrusa solo estaba teniendo en ambos el efecto contrario,
excitándolos. Convirtiéndose el tosco, violento y sorpresivo beso en uno
demasiado lujurioso.
Sin
embargo, el beso terminó de la misma forma en la que se formó para ser seguido
de otro aún más ansioso y Orochimaru apretó más los músculos del brazo contrario
mientras las manos de Jiraiya no dejaban de moverse, presionando su anatomía y
retirando algunas de las prendas.
― ¡Es…
espeeeer… espera! ― Exclamó el ninja que invoca serpientes al sentir como las
ágiles manos de Jiraiya se habían movido de manera increíblemente veloz para
colarse bajo su ropa.
― No…
― Jadeó en respuesta a Orochimaru cerca de la oreja derecha del moreno. ― Tú
también lo deseas… deja de reprimirte, Orochimaru. ― Dijo antes de volver a
capturar los labios contrarios haciendo que su compañero cediera.
La
mañana llegó con el cantar de los pájaros y dos hombres desnudos dormían
abrazados sin importar lo que ocurría a su alrededor o en donde se encontraban.
―
Creo… que debería regresar más tarde. ― Habló la kunoichi rubia demasiado
sonrojada por la escena protagonizada por los shinobis dormidos ya que ella
había llegado hasta el lugar buscando a sus compañeros de equipo. ― Me preocupé
por nada. ― Musitó Tsunade con molestia mientras se retiraba del lugar.
-Fin-