domingo, 25 de octubre de 2020

Orochimaru - Kabuto - Sasuke

 

 

Sasuke llegó a la entrada de la enorme gruta donde sentía estaba Orochimaru pero el dolor en donde estaba el sello que se le había puesto no había dejado de intensificarse cada vez que se acercaba más y más hasta donde estaba su creador.

 

El Uchiha se detuvo para mirar el camino recorrido, había dejado en aquel valle a Naruto y no pudo evitar apretar los labios y los puños mientras se repetía que el rubio estaría bien y no debía de preocuparse, tenía que centrarse en conseguir el poder necesario para derrotar al asesino de su clan.

 

― ¡Bienvenido, Sasuke kun! ― Saludó una voz ya conocida para Sasuke y que reconoció a quien lo saludaba como Kabuto, el chico que había estado haciendo el examen de ascenso a chunnin.

 

Sasuke no pudo evitar el fruncir el ceño ante la aparición de Kabuto, sabía se trataba de un espía de Orochimaru porque Kakashi se lo había dicho pero no entendía porque había sido Yakushi y no el propio Sannin de las serpientes quien lo recibiera.

 

― Orochimaru sama te ha estado esperando, ha deseado mucho tiempo tu llegada y no estaría bien alargar el momento. ― Continuó hablando el ninja de gafas. ― Orochimaru sama está muy complacido de que por fin hayas venido y podrá reunirse contigo. Por favor, no nos demoremos más y sígueme, te llevaré hasta donde espera Orochimaru sama. ― Pidió Kabuto.

 

Sasuke no se molestó en responder y tan solo caminó detrás del chico mayor al interior de la gruta que no era más que una fachada a las instalaciones de una guarida donde del Sannin de las serpientes se ocultaba de sus perseguidores.

 

Cuando Kabuto llegó a la entrada de una gran sala, se detuvo e hizo una señal al chico para que se adentrara al lugar, lo cual hizo el Uchiha para encontrarse con una habitación iluminada por antorchas y una especie de trono, donde se encontraba alguien sentado.

 

― ¡Bienvenido, Sasuke kun! Me alegra que hayas aceptado mi invitación porque te he estado esperando. ― Siseó con una enorme sonrisa Orochimaru.

 

Sasuke observó en silencio al hombre y toda la sala en la que se encontraba por si todo eso se tratase de una trampa ya que no le inspiraba mucha confianza. Sin embargo, sabía que debía hacerlo y arriesgarse porque necesitaba ser más fuerte para poder cumplir su meta.

 

― Así que tú el famoso Orochimaru del que tanto me han contado, aquella vez… no tenías ese aspecto. ― Se animó a hablar Sasuke sin dejar de mirar al hombre frente a él, apreciando su aspecto similar al de una serpiente. ― ¿Cuándo comenzarás a entrenarme? ― Preguntó sin rodeos para escuchar como el Sannin sonrió aún más.

 

― No comas ansias, Sasuke kun. ― Respondió mirando al chico Uchiha, quien frunció más el ceño. ― Comenzaré a entrenarte cuando nos vayamos de este lugar, ahora mismo es peligroso permanecer en este lugar.

 

― No vine hasta aquí para desperdiciar el tiempo como hacía en Konoha, él sigue por ahí. ― Protestó Sasuke apretando los puños molesto por las palabras del extraño hombre de ojos dorados.

 

― No te precipites, Sasuke kun. Me gusta tu energía pero es importante descansar, especialmente cuando has liberado el sello. ―Se rió Orochimaru. ― Tengo grandes expectativas puestas sobre ti y sé que las cumplirás.

 

― ¿Cuándo se supone comenzaré con mi entrenamiento? ― Cuestionó el adolescente de mala gana.

 

BLOG PUBLICO: INFORMACION VARIADA ― Pronto, Sasuke kun. Ahora, espero seas consciente que te has convertido en un enemigo de Konoha, has abandonado la villa en la que naciste para venir conmigo de forma negligente. ― Indicó Orochimaru necesitando saber que el chico era plenamente consciente de sus acciones y que él tampoco lo iba a dejar marchar de su lado, había esperado durante mucho tiempo para tener a un prodigioso Uchiha cerca.

 

― Se muy bien que ahora soy un desertor a Konoha y por tanto, un enemigo. ― Contestó de mal humor mientras fulminaba con la mirada al hombre mayor por decirle algo que era tan obvio.

 

― Es bueno saber que lo sabes, Sasuke kun. ― Orochimaru soltó una pequeña risa divertida por el comportamiento del adolescente. ― Era necesario que tú mismo confirmaras tu decisión pero te advierto que no te  atrevas a traicionarme porque dudaré en matarte. ― Advirtió el hombre de aspecto serpentino. ― Ahora tienes que descansar como ya te había dicho, Kabuto te acompañará a una habitación para ello. ―  Dijo Orochimaru.

 

Kabuto apareció haciendo una reverencia y Sasuke se acercó a él, todo lo ocurrido no era lo que el Uchiha esperaba y por tanto, no sentía más que inconformidad por toda esa “bienvenida”.

 

― Parece que le has agradado a Orochimaru sama, supongo debe de darte la bienvenida oficialmente, no te arrepentirás de tu elección Sasuke kun. ― Habló Kabuto cuando se había alejado un poco de la sala en la que se encontraba Orochimaru.

 

Sasuke ignoró al chico mayor, todo aquello le parecía una pérdida de tiempo y por tanto, poco le importaba hablar. Tan solo quería ya comenzar con su entrenamiento ya que no era lo suficientemente fuerte para derrotar a Itachi si aún era débil. Incluso Naruto había logrado superarse y desarrollarse como ninja cuando pudo apreciar en esa última batalla como el rubio se había igualado en fuerzas a él y no podía permitir sucediese algo así.

 

― Esta será tu habitación, de momento. Orochimaru sama la preparó expresamente para ti, espero sea de tu agrado, Sasuke kun. ― Indicó Kabuto cuando llegaron a una de las tantas habitaciones que habían en aquel lugar pero el Uchiha no se molestó en responder al chico de cabello gris, solo ingresó a la habitación en silencio. ― Al parecer es cierto los rumores que contaban de lo orgullosos que son los miembros pertenecientes al clan Uchiha. ― Rió Kabuto colocándose sus lentes. ― Será interesante el que estés aquí, Sasuke kun. Muy interesante. ― Murmuró el joven de cabello gris relamiendo sus labios siniestramente antes de alejarse de la puerta que accedía a la habitación en la que estaba Sasuke.

 

Fin.

 

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Sai - Shin

 

Sai se levantó temprano, su compañero aún estaba durmiendo profundamente en el futón al otro lado de la habitación que compartían y debía ser cuidadoso para poder proceder a la idea que había recreado en su mente en la tarde de ayer de ofrecer un regalo a Shin.

 

Sai buscó cuidadosamente las hojas más limpias y menos arrugadas que tenía. Cuando reunión las suficientes hojas las unió para crear un libro que empezaría a dibujar para recrear las aventuras de Shin y él, porque ellos serían los protagonistas.

 

― ¡Buenos días! ― Saludó Shin para percatarse como el otro chico se sorprendía al escuchar su voz mientras una sonrisa enorme se forma en el rostro de Shin, ya que para él, Sai era su hermanito.

 

― ¡Buenos días! ― Respondió intentando esconder el montón de hojas que había pegado para hacer el libro.

 

― Mm… ¿Qué ocurre? ¿Estás escondiendo algo? ― Preguntó el chico de cabello claro observando a su compañero e intentando ver qué era lo que ocultaba Sai.

 

― No estoy escondiendo nada, Shin. ―  Comentó Sai ocultando el libro bajó el a gran velocidad, no podía dejar que Shin lo viera antes de estar terminado.

 

― Mm… Estás actuado raro, no sé si pueda creerte. ― Meditó en voz alta el chico de cabello claro.

 

― No es cierto, solo lo estás imaginando. ― Afirmó el chico de cabello negro tratando de desviar la atención de su compañero.

 

― Está bien, te creeré por el momento pero al final descubriré que estás ocultando. ― Advirtió divertido. ― Pero debemos desayunar antes de que venga él, voy a preparar el desayuno. ― Informó antes de alejarse de Sai.

 

Sai asintió y suspiró para buscar apresuradamente un lugar seguro donde ocultar las hojas que había unido para recrear su libro de aventuras ya que pronto llegaría Danzou para comprobar si su entrenamiento  constante daba frutos.

 

― Ya está el desayuno. ― Llamó Shin.

 

― Ya voy. ― Se apresuró Sai para terminar de esconder su prototipo de libro antes de correr hasta la habitación contigua donde su “hermano” lo esperaba con un plato de arroz y pescado asado.

 

― Espero no sea muy duro el entrenamiento de hoy. Ayer casi pierdo mi pierna derecha debido a que una trampa en el suelo, la pude esquivar a unos centímetros  de activarla porque lancé unos hilos a la rama de un árbol para desviar mi dirección. ― Explicaba Shin su hazaña.

Sai y Shin ♥ | •Naruamino• Amino  

― Eres increíble.

 

Shin no pudo evitar soltar una pequeña risa al escuchar a Sai.

 

― Tú también lo habrías esquivado. Mm… así que no creo sea increíble, es solo que el entrenamiento que tenemos ha hecho que me percate de que estaba ahí. ― Dijo restando importancia a lo que había hecho y dando ánimos a su “hermanito”.

 

― Pero… es cierto, Shin. Pienso que eres increíble, no estoy seguro de si fuese yo quien hubiese estado ahí el poder esquivarlo. Te aseguro que ya no tendría mi pierna. ― Comentó Sai mirando sus piernas mientras fruncía el ceño con preocupación.

 

― Solo debes entrenar un poco más y tener más confianza en ti y nunca debes distraerte por nada del mundo, esos segundos pueden costarte caro pero confío en que estarás alerta.

 

― Cierto. ― Sonrió mientras dejaba sus palillos a un lado después de terminar la comida.

 

― No te preocupes por lavarlos, yo lo haré. ― Aclaró el chico de cabello claro.

 

― ¿Por qué? Me toca hacerlo a mí. ― Discutió sin saber el por qué Shin quería hacer su tarea.

 

Shin se encogió de hombros mientras recogía los pocos tazones vacíos que habían utilizado para la comida.

 

― Shin… Hoy estás muy extraño. ― Murmuró Sai apreciando que su “hermano” se comportaba diferente a otros días.

 

― Siento que hoy cambiará algo y esto es lo único que nos quedará para ambos. Quiero atesorar estos momentos contigo. ― Confesó Shin sin querer mirar al otro chico.

 

― ¿A qué te refieres? ― Preguntó acercándose mientras tocaba uno de los hombros de su compañero, quien le daba la espalda.

 

― No estoy seguro. ― Confesó mientras negaba con la cabeza. ― Es algo que no puedo explicar pero una fuerza en mi interior me lo está diciendo.

 

― Shin…

 

― Espero, solo sea una ilusión o puede se trate de un jutsu pero si es así encontraré el modo de deshacerme de él. ― Sonrió Shin antes de separarse de Sai para ir a fregar los trastes.

 

Sai se quedó mirando, sintiendo una extraña punzada en su pecho que no sabía identificar de que se trataba pero estaba seguro de que era la primera vez que sentía algo así y no parecía tratarse de algo bueno.

 

Fin.


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martes, 13 de octubre de 2020

Equipo de Sunagakure

 

 

Baki miraba a los hijos del Kazekage del País del Viento con discreción, eran unos chicos  que poseían un gran potencial y talento como shinobis para su villa y estaba seguro de que el examen de ascenso a chunnin al que se presentaban, no representaba un problema para su grupo pero sabía que tampoco podía confiarse demasiado. Si bien Temari y Kankurou eran sus kohais desde que se convirtieron en gennins, no podía expresar el mismo apreció hacia Gaara, quien albergaba en su interior un gran poder. Simplemente, podía resumirse en que Baki no confiaba plenamente en Gaara y el jounnin de la Arena era consciente de que los dos hermanos mayores tampoco confiaban en su pequeño hermano, Gaara.

 

Hermanos de la Arena | Naruto Wiki | Fandom Gaara era un chico inestable con sed de sangre pero se trataba del preciado jinchuriki de Sukaku que guardaba con recelo Sunagakure, podía parecer que el menor de los hijos del Kazekage se trataba de un joven tranquilo y taciturno para quien no lo conociera pero no era más que una apariencia, siendo que cualquier ninja de la Arena sabía que no podía predecir el comportamiento o controlar a Gaara con sus brotes psicóticos en lo que no distinguía aliados y enemigos.

 

― Estamos cerca de Konoha. ― Indicó Baki a los gennins.

 

― Pensé que el famoso País del Fuego sería más interesante pero solo hemos venido dando un paseo sin poder mostrar un poco de nuestra fuerza. ― Habló Kankurou llevando sus manos tras de su nuca con despreocupación.

 

― Se supone que Konohagakure fue la primera aldea shinobi y ha albergado grandes shinobis y clanes poderosos con kekegenkai como el Byakugan. ― Recordó Temari a su hermano con molestia por estar bajando la guardia en un país enemigo. ― Hasta hace poco, nuestra aldea estaba en guerra con Konoha.

 

― No parece que este lugar sea peligroso en absoluto, más bien es como una especie de país de recreo. ― Rezongó Kankurou.

 

― Aunque no parezca peligroso no quiere decir que debas relajarte para bajar la guardia, Kankurou. ― Intervino por primera vez Gaara a la charla. ― Cualquier descuido puede significar tu muerte. ― Agregó fríamente.

 

Kankurou se estremeció al escuchar la voz tétrica y seria con la que hablaba su hermanito e incluso, sintió que un sudor helado estaba exudando su piel porque sabía cuan inestable y peligroso era Gaara, por lo que podía afirmar que el chico de pelo rojo podría ser su propio verdugo en ese viaje si Temari y él se descuidaban o relajaban demasiado.

 

― Sí… No dudo que aún queden ninjas con rencor hacia Tsuna, después de todo el final de la guerra está aún reciente hasta para nosotros. ― Comentó Baki. ― Así que ninguno baje la guardia porque la paz no significa que no nos puedan atacar en cualquier momento a pesar de venir hasta aquí con la aprobación del Hokage.

 

Temari suspiró, podía asegurar que Gaara estaba en su límite de contención y deseaba dejar que Sukaku se mostrara, lo que sería un problema, no solo para un posible enemigo sino para ellos mismos. Por otro lado, era obvio que los tres temían más al descontrol de Gaara que a la posibilidad de combatir con un ninja de la Hoja.

 

― Cuando lleguemos, deberé presentarme ante el Hokage para avisar de nuestra presencia en Konoha. Vosotros podéis descansar en la habitación del hotel que está reservado para nuestra estadía. No es bueno que nos paseemos despreocupadamente por las calles de la aldea en la que somos forasteros, habrá muchos ninjas que no dudarán en atacar a un shinobi que porte una bandana con el símbolo diferente a la Hoja aunque sea porque en breve ser realizarán el examen de ascenso a chunnin. ― Explicó Baki.

 

― Eso es un poco molesto, prácticamente parecerá que estamos prisioneros cuando deberían tratarnos como invitados. ― Escupió Kankurou con desagrado.

 

― Por mí está bien, quiero darme un baño y concentrarme para cumplir nuestra misión. ― Opinó Temari.

 

Eres muy despreocupada para ser una kunoichi al pensar solo en largos baños. ― Se burló el marionetista de su hermana.

 

― A diferencia de ti, algunos nos preocupamos por la higiene y también, deberías de pensar en darte un baño, no hueles a flores, precisamente. ― Acusó la rubia a su hermano con el rostro pintado de violeta.

 

― ¿Y qué le puedo hacer? Hemos tardado tres días en llegar hasta aquí y no ha habido muchos lugares donde descansar o poder asearse un poco. ― Dijo mientras se encogía de hombros el ninja de las marionetas.

 

― Entonces, tú serás el primero en bañarse. ― Señaló Temari con una mueca de asco.

 

― Sí, sí… lo que digas, Temari. ― Le restó importancia Kankurou.

Los ninjas de Tsunagakure no tardaron en llegar a Konoha, donde fueron detenidos por los ninjas que cuidaban la puerta pero al identificarse y decir su propósito en Konoha, los dejaron pasar sin demasiados problemas.

 

― Aquí nos separamos de momento. El hotel no queda muy lejos de este lugar, así que vayan directamente ahí. ― Ordenó Baki señalando el camino que daba hacia el hotel. ― Gaara, procura mantener el control y no asesines a nadie, ya nuestra presencia es bastante delicada y tenemos que ceñirnos al plan. Espera al examen. ― Acotó el jounnin de la Arena antes de irse.

 

― Patético. ― Murmuró Gaara después de que Baki desapareció entre la multitud y observando la montaña de los rostros de Hokages.

 

― Para ser tan poderosa, Konoha no parece un lugar que albergue ninjas fuertes. ― Criticó Kankurou siguiendo a su hermana que se alejaba.

 

― Las apariencias no muestran la realidad y eso ya lo deberías de saber, Kankurou. ― Contestó su chica que tenía cuatro coletas. ― Se supone que el hotel está por esa dirección. ― Indicó Temari mirando el mapa que Baki le había proporcionado antes de entrar a la villa para que se orientaran.

 

― No parece que vaya a tratarse de un gran lugar. ― Intentó burlarse el marionetista al observar lo modesta que era la calle por la que caminaban.

 

― Eso no importa, lo único que interesa es que tenga unos baños limpios y tengan buena comida. ― Respondió Temari.

 

― ¡Qué aburrida! Cada vez te pareces más a una abuela. Podríamos hacer un poco de turismo para inspeccionar el lugar. ― Se quejó Kankurou.

 

― ¡IDIOTA! ― Intentó la kunoichi golpear a Kankurou por llamarla abuela.

 

― Sois muy ruidosos. ― Interrumpió Gaara la riña de sus hermanos mayores mientras llevaba una de sus manos al rostro.

 

Temari y Kankurou se congelaron instantáneamente con preocupación al percatarse de aquel gesto hecho por su hermanitos, ya que era una señal de que Sukaku podría hacer aparición y no pudieron evitar pensar lo peor e incluso temer por sus propias vidas.

 

― Lo sentimos, Gaara. ― Se apresuró a disculparse Kankurou. ― Lo mejor es  apresurarnos a llegar al hotel para descansar, hemos hecho un largo viaje. ― Añadió para mirar a su hermana que solo asintió en confirmación a sus palabras.

 

Ambos chicos mayores respiraron con alivio al ver que Gaara seguí caminando y conteniendo a Sukaku.

 

Los tres gennins no tardaron en llegar al hotel donde fueron recibidos por una anciana recepcionista que los atendió de manera amable y rápida para que ocuparan la habitación rentada.

 

― ¡Qué amplia! Nadie diría que tuviera habitaciones tan grandes con su aspecto exterior. ― Exclamó Temari al entrar. ― Lastima que tengamos que compartirla pero iré a tomar un baño. ― Informó alegremente para tomar sus enseres de aseo y retirarse hasta los baños.

 

Kankurou solo estiró uno de los futones donde se estiró para descansar y espera a que Temari regresara antes de ir con Gaara a tomar un baño, a pesar de que le gustaría holgazanear por la famosa villa y hacer un poco de turismo.

 

Mientras tanto, Gaara permaneció en silencio, poco le importaba a donde fue su hermana o si su hermano solo quería descansar, él  caminó hasta una esquina de la habitación, cerca de una de las dos ventanas que habían y observó por el cristal a las pocas personas que caminaban por ahí, en la tranquila villa de la Hoja que ignoraba lo que ocurriría en ese examen de ascenso a chunnin.

 

Fin.

 

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lunes, 5 de octubre de 2020

Asuma - Kurenai

 

 

Asuma encendía su duodécimo cigarrillo del día mientras observaba el sol ocultándose en espera de que Kurenai llegara, había citado a la kunoichi ahí y no estaba muy seguro de que la mujer aceptara el presentarse a un encuentro informal con él.

 

― Espero no haberte hecho esperar mucho. ― Habló Kurenai Yuji cuando apareció en el lugar acordado.

 

― ¡Oh! No, no… también acabo de llegar. ― Respondió con nerviosismo.

 

― Continuas tan divertido como antaño. ― Sonrió Yuji ante el palpable nerviosismo del hombre que rió a carcajadas al escuchar su comentario.

 

― Supongo que debo parecer gracioso. ― Murmuró Asuma sin poder dejar de admirar a la kunoichi.

 

― Entonces, ¿me pediste que viniera hasta aquí para reír?

 

― No, no… solo pensé que podríamos ir a algún lugar, juntos y disfrutar un poco de tu compañía ya que hace tiempo que no nos veíamos. Llegar a Konoha y ser sensei no había sido mi intensión cuando decidí regresar pero el Hokage insistió. No había forma de negarse y… aún no he podido ver Konoha adecuadamente, desde que regresé. ― Argumentó atropelladamente Sarutobi.

 

― Suena a que deseas que quieres que sea tu guía. ― Resumió divertida Kurenai.

 

― No es eso en verdad. ― Enrojeció Asuma.

 

La kunoichi no pudo evitar el reírse al ver que Asuma volvía a inquietarse por la conclusión a la que llegó después de escuchar sus palabras.

 

― Si te parece bien, ¿me podrías decir qué es? ― Preguntó con curiosidad Kurenai.

 

― Mm… ¿cómo decirlo mejor? ― Se preguntó el hombre en voz baja mientras rascaba su nuca con exasperación mientras exhalaba el humo del cigarrillo.

 

― Nos conocemos desde hace mucho, no debería de ser un problema decirme aunque haya pasado un tiempo que te ausentaras de Konoha al seguir tu camino shinobi. No creo que hayamos cambiado tanto. ― Animó Kurenai intentando animar a Sarutobi después de escuchar lo que susurraba y también se calmase.

 

― Quizás… pero siento como si nos conociéramos desde hace poco tiempo o como si algo haya cambiado en todo este tiempo.

 

― Konoha sigue siendo la misma, al igual que tú y yo, por mucho que crezca sus habitantes no han cambiado demasiado. ― Sonrió Yuji tocando el brazo del shinobi. ― Yo creo que sigues siendo igual a cuando éramos más jóvenes y estábamos en la academia.

 

― Esos días se sienten muy lejanos.

 

― Pero… ¿a qué te refieres con que algo ha cambiado?

 

― Etto… no estoy seguro de cómo explicarlo adecuadamente. ― Respondió Sarutobi llevando una mano a la nuca para frotarla mientras un sonrojo se instalaba en su rostro.

 

― No tienes que explicarlo, tan solo, dilo. ― Indicó mirando que Asuma buscaba como expresar lo que fuera que quería comunicar.

 

Asuma soltó un suspiro de derrota y tomó una pequeña bocanada de aire para tratar de darse valor para lo que iba a decir mientras desechaba el cigarrillo a  medio fumar.

 

― Supongo que si hay cosas que han cambiado e insisto que puedo ver que tú has cambiado mucho. ― Empezó el hombre intentando controlar su voz. ― Ahora estás mucho más linda de lo que recordaba. ― Apreció con un pequeño sonrojo en las mejillas. ― Por eso te pedí que nos reuniéramos, quería pedirte tener una cita en condiciones.

 


Kurenai se sonrojó por las palabras que parecieron ser muy desordenadas pero honestas que había dicho el hombre frente suyo. No estaba segura de las intenciones de Asuma pero no parecía que estuviera ocultando algo sospechoso.

 

― Se supone que ya estamos en una cita. ― Murmuró Kurenai desviando la mirada mientras se decía que estaba mal interpretando las palabras de Asuma.

 

― Sí… pero está siendo muy extraña. No pensé en algo concreto cuando te pedí que nos encontráramos aquí. ― Confesó avergonzado Sarutobi.

 

― ¿Y cómo se suponía fuera a ser? ― Preguntó sin querer mirar a la cara el rostro del shinobi.

 

― Supuse que podríamos dar un paseo por Konoha, visitar algún puesto, ver alguna zona nueva o me mostrarás algún lugar interesante que se haya creado y luego… ― Asuma no pudo seguir, no estaba seguro de si estaba bien estar contando todo aquello a la mujer.

 

― ¿Luego? ― Preguntó Kurenai interesada en lo que estaba contando.

 

― Luego… decirte que te ves aún más hermosa que cuando me fui de aquí y saber si podríamos tener otra cita. ― Confesó para mirar a los ojos de la mujer frente a él.

 

Kurenai observó a Asuma con las mejillas sonrojadas por un instante mientras una sonrisa nueva se dibujaba en sus labios.

 

― Deberíamos comenzar esta cita que aún no hacemos lo que tenías planeado y si tal vez… acepte tener otra cita contigo. ― Comentó sonriendo la mujer.

 

Asuma miró asombrado a la kunoichi y asintió con una sonrisa de emoción por saber que tenía una esperanza, la cual pensó no existía.

 

― Entonces, ¿vamos? ― Inquirió el hombre para comenzar a caminar junto a Kurenai.

 

― Asuma. ― Llamó Yuji al hombre que se había adelantado, logrando que se detuviera. ― Gracias por tu halago pero yo me veo igual que siempre y… también, te ves mejor. ― Habló sonrojándose mientras rascaba su mejilla derecha con su dedo índice.

 Asuma sonrió al mismo tiempo que su corazón latía tan rápido que pensó por un segundo que podría salir de su pecho.

 

― Hacia el Este… Esa parte de Konoha ha crecido en los últimos años y ahora hay algunas tiendas y casas de té. ― Sugirió la mujer comenzando a caminar apresuradamente con el rostro rojo porque aún se avergonzaba de haber podido decir aquellas palabras.

 

Asuma solo pudo asentir mientras seguía a Kurenai, deseando poder tomar una de las manos de la kunoichi entre las suyas para entrelazar los dedos en medio de aquel paseo pero sabía que hacer algo así de precipitado era demasiado pronto, ya habría tiempo para poder disfrutar de ese pequeño deseo.

 

Fin.

 

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Naruto - Sasuke

    Había necesitado de este enfrentamiento para poder sentirse satisfecho, al igual que mostrar sus emociones y sentimientos en cada golp...