lunes, 29 de julio de 2019

Hashirama - Madara II



Madara estaba feliz recordando a su pequeño hermano ese día, demasiados recuerdos felices que calentaban su duro corazón porque el simple hecho de tener un hermano pequeño al que cuidar lo hacía sentirse la persona más afortunada de ese mundo e Izuna había sido un gran hermano.

Si Madara tuviera que hablar de su hermano pequeño con alguien, el orgullo no dejaría de fluir de él describiendo a Izuna con calidez, donde las palabras amable y cariñoso no dejarían de repetirse constantemente en dicha descripción  porque así había sido su pequeño hermano, una persona llena de virtudes que cualquiera podría sentirse jactancioso.

― ¿Por qué pareces tan feliz hoy? ― La voz de Hashirama interrumpió los hermosos pensamientos de Madara para encontrarse con el animado rostro de su mejor amigo que lo miraba con curiosidad.

― Nada de tu interés. ― Musitó el líder Uchiha sonrojándose mientras el Senju se acercaba más hacia él para ver más de cerca su cara sin importar que estuviera invadiendo el espacio personal de la otra persona.

― Tienes ese brillo en los ojos. ― Señaló Hashirama sorprendido mientras se aleja un par de pasos del otro hombre. ― Entiendo que tengas secretos pero no pensé que también los tendrías con… tu mejor amigo. ― Susurró envolviéndose en su estado de ánimo depresivo.

― ¿De qué hablas, idiota? ― Preguntó Madara llevando sus manos al rostro completamente rojo por lo que dijo el otro shinobi, queriendo saber a qué se refería con de “brillo en los ojos”.

― Te ha pasado algo realmente bueno, de eso hablo pero está bien si no quieres contarme. ― Afirmó mirando a su amigo aún deprimido.

―Ve a que un médico te miren la vista y la cabeza, no me ha pasado nada excesivamente bueno en las últimas semanas que merezca alardear. ― Aclaró Madara cruzándose de brazos. ― De hecho,  vengo de honrar a mi ototo. ― Reveló mientras evitaba mirar a la cara del Senju.

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― ¡Oh…! Izuna-kun. ― Pronunció el nombre Hashirama mientras recuerdos de verlo combatiendo en las guerras asaltaron su mente pero a duras penas conocía al hermano menor de Madara más allá de verlo pelear aunque mayormente, Izuna solía enfrentarse con Tobirama. ― Me hubiera gustado conocerlo fuera de la guerra que sostenía nuestros clanes.

― Me hubiese gustado estuviese aquí, que viera todo esto. Él no merecía morir un día como hoy. ― Memoró con tristeza Madara, apretando sus puños por la impotencia que aún le perseguía al no poder salvar la vida de Izuna. ― Todo sucedió por culpa de tu maldito hermano, Hashirama. ― Acusó irritado.

Hashirama hizo una pequeña mueca de culpa al escuchar lo último que dijo su amigo, sabía que por causa del ataque de su hermano, el hermano pequeño de Madara ahora estaba muerto.

― Sé que “un lo siento” no arreglará nada, Madara pero te recuerdo que yo igual perdí hermanos a causa de tu clan y la guerra de clanes. ― Hashirama dijo mirando a su amigo con arrepentimiento y tristeza. ― No te ando acusando ni a ti, ni a ningún Uchiha a cada rato por lo sucedido. Yo sé que Tobirama fue el autor de la herida que causó la muerte a tu hermano pero eran tiempos de guerra donde los fuertes son los que sobrevivían y hasta después de que pasó eso, no aceptaste el trato de paz.  No trato de justificar a Tobirama y tampoco trato de llamar a Izuna débil porque sé que era un gran shinobi, tan fuerte como tú pero no puedes continuar así, Madara. ― Comentó el Senju esperando la reacción de su amigo, ya que intuía no sería nada agradable a cada que se hablaba de Izuna, Madara reaccionaba mal aunque Hashirama sabía lo que es  pasar y asimilar el dolor de perder a un ser querido como un hermano menor.

― Siempre dices lo mismo pero no lo es. Ninguno de mis hermanos fue el que asesinó a alguno de los tuyos y yo perdí cuatro hermanos siendo que tres de mis hermanos fueron asesinados por Senju. Además, ya podías haber vigilado al idiota que tienes de hermano o lo hubieras  dejado castigado en la casa ese día. Él siempre buscaba pelear con Izuna cada vez que nuestros clanes se enfrentaban. ― Argumentó Madara picando el pecho del hombre más alto con su dedo índice. ― Tu hermano parecía estar obsesionado con Izuna y no se quedó conforme hasta que me lo arrebató, apagando su vida. ― Añadió con furia a causa del dolor.

― Madara, eso es excesivo. Estábamos en guerra y Tobirama no es esa clase de persona perniciosa, tiene sus fallas como cualquiera pero no es un acosador que estuviera encaprichado con Izuna - kun. ― Respondió el primer Hokage frunciendo el ceño con molestia, aquellas palabras atacando a su hermano le habían dolido, especialmente que señalara a Tobirama como si pareciera un enfermo. ― Eres mi amigo y te aprecio pero no puedo permitir que digas ese tipo de acusaciones tan graves hacia Tobirama, él es una buena persona y un gran shinobi aunque su fachada sea fría, mi hermano es alguien cortés y sensible. ― Aseguró tomando la muñeca derecha de su compañero para retenerlo y escuchara sus palabras.

― No tengo que disculparme por decir lo que considero. ― Afirmó Madara encarando a Hashirama con el sharingan como amenaza por tocarlo de manera tan ruda. ― Sé que es tu hermano pero deja de defenderlo. Tobirama no es ningún inocente corderito al que proteger, es un lobo que no duda en mostrar sus colmillos cada vez que tiene la oportunidad. ― Advirtió.

― Madara… te estás sobrepasando. ― Hashirama bajó el tono de su voz en una clara señal de que la discusión no iba a terminar bien si continuaban de esa forma.

Madara gruñó, él no quería entrar en una pelea con Hashirama, la última vez habían estado sin hablarse por una semana y lo había pasado realmente mal teniendo que comunicarse con Tobirama quien estaba tan irritado por ser usado de mediador. Además, Hashirama es la única persona importante que continuaba a su lado ya que hasta su propio clan lo relegaba más a cada segundo y lo señalaban como un incompetente para ser líder del clan.

― No me disculparé de lo que pienso. Izuna era una gran persona, un excelente shinobi y merecía estar aquí pero tampoco quiero estar contigo de malas formas, Hashirama… yo, ya no sé qué hacer para demostrar que busco lo mejor para  que la villa crezca y la convivencia de sus habitantes sea tranquila y feliz. ― Cambió Madara de tema con frustración de la posibilidad de que haya logrado enfadar al hombre más alto como había sucedido meses atrás.

― Está bien, no te disculpes. ― Aceptó Hashirama mirando a su amigo, no quería discutir con Madara, aprecia al Uchiha y era consciente de cuanto sufría por la ausencia de su hermano pequeño.

Por ello que Hashirama se sintió mal al escuchar al hombre más bajo con aquel tono de voz frustrada porque conocía cuanto Madara se esforzaba en mejorar y aportar para que Konoha prospere pero muchas personas aún tenían reparo con el clan Uchiha a causa del pasado de las guerras. Sin poder evitarlo, el Senju se acercó lo suficiente a su compañero y lo rodeó con sus brazos para intentar confortarlo con un simple pero cálido abrazo.

― Sé cuánto te esfuerzas, Madara. ― Susurró Hashirama palmeando levemente la espalda del Uchiha para animarlo. ―  No debes demostrarle nada a nadie, ellos se darán cuenta con el tiempo al ver tus acciones. ― Añadió con una pequeña sonrisa.

Madara estaba sorprendido por el repentino abrazo de su amigo pero no hizo nada para separarse y solo correspondió al abrazo, sintiéndose bien, protegido por los brazos de Hashirama e incluso, deseando permanecer así para siempre.



- Fin -





lunes, 22 de julio de 2019

Tobirama - Izuna



Desde el día que partió desde el campo de batalla gravemente herido para no verlo nunca más, Tobirama no había podido descansar bien, se arrepentía cada segundo de su vida por lo que había sucedido y ahora que la guerra entre Uchiha y Senju había acabado para que su hermano lograse hacer su fantasía  de paz, el recuerdo lo torturaba.

La soledad solo ocasionaba que recordase más al hombre que no volvería a ver, al hombre que intentó ignorar durante tanto tiempo, al hombre que gritó detestar, así como al clan que pertenecía y del que su corazón lo hacía sentir vivo cada vez que lo veía.

En un comienzo pensó que solo se trataba de medir fuerzas en el campo de batallas y los años transcurridos lo hizo razonar como un oponente divertido pero sabía que no era así.

Al principio sus propios sentimientos lo molestaban, por ello cuando ocurrió el incidente sintió un poco de alegría, creyendo que había extirpado aquella emoción impropia pero el paso del tiempo solo demostraba lo contrario, que estaba equivocado, que había cometido el peor de todos sus errores y no se contuvo en intentar recrear un jutsu que le permitiera hacer lo que años atrás no hizo, había obtenido hace mucho tiempo células de Izuna Uchiha y ahora buscaba con desespero la forma utilizarlas para traerlo a la vida.

Tobirama había estudiado tanto pergamino que apareció frente a él, había experimentado jutsus pero ninguno hasta el momento había resultado, Hashirama había intentado persuadirlo, quería que dejara y olvidase la idea de traer a la vida a fantasmas del pasado pero él era obstinado y finalmente, sus estudios estaban dando frutos porque hasta ese día había terminado de recrear una técnica secreta con la que evocaría traer de regreso al hombre que amaba para poder disculparse.

Sin embargo, Tobirama se había lamentado al saber para que su jutsu funcionara tenía que ofrecer un sacrificio y aunque no le agradaba la idea, el intercambio sería equivalente para poder llevarse a cabo, ofrecería a un enemigo a cambio de ver una vez más en el mundo a Izuna.

Tobirama concentró su chackra, realizó los sellos y por primera vez, el Edo Tenshei funcionó porque frente al Senju, el cuerpo moribundo del desconocido cambiaba su aspecto horrorizado y adolorido por el calmado de Izuna Uchiha.

― Izuna… ― Vaciló el hombre de cabello blanco en llamar al ninja frente a él.

Izuna escuchó una voz lejana llamarle, alguien le hablaba, con esfuerzo, abrió los ojos sintiendo sus párpados más cansado y por ello lo hizo lentamente para encontrarse con la figura humana, podía deducir que era un hombre por la voz gruesa pero sus ropas le indicaron que se trataba de un shinobi. Izuna fue elevando su mirada hasta detener su visión en los ojos rojos que lo observaban con felicidad retenida y el arrepentimiento que Tobirama sentía.

Lo último que Izuna recordaba era estar hablando a Madara, rogándole que tomara sus ojos como un regalo mientras podía apreciar que estaba muriendo por la herida en la batalla ocasionada por el hombre parado delante de él y no dejaba de analizarlo con la mirada.

― ¿Qué has hecho, Tobirama? ― Preguntó Izuna con asombro al comprender sin poder creer que estuviera vivo de nueva cuenta cuando su vida habría finalizado en mitad de la noche después de una de las tantas batallas contra los Senju.

Izuna había hablado sintiendo que su voz abandonó la garganta con desgana mientras miraba sus manos y luego, su alrededor para percatarse que estaba en una especie de habitación oculta bajo tierra por el fuerte olor a barro y polvo en suspensión.

Izuna sentía que toda la situación era extraña pero si el Senju estaba frene a él, quizás, indicaba que su clan había desaparecido, aun cuando había dejado sus ojos a Madara como la última oportunidad de que la gloria regresara al clan Uchiha pero la pregunta de qué estaba haciendo frente al Senju de cabello blanco lo intrigaba. No podía pensar el por qué fue traído ante el hombre que lo había herido mortalmente, el shinobi que había gritado su odio hacia él y al clan Uchiha en cada encuentro bélico.

― ¿Qué…?― Intento preguntar nuevamente Izuna cuando Tobirama lo detuvo con un leve movimiento de su mano para que guardara silencio.

― Estás muerto, por si has comenzado a dudar de tu situación. ― Inició a informar Tobirama, sin mostrar aún sus reales intensiones de haberlo invocado. ― La guerra entre nuestros clanes terminó pocos meses después de tu muerte y la estrafalaria idea de Hashirama-aniya se ha hecho realidad. Tú hermano aceptó la paz. Ahora, vivimos en una aldea donde Senju y Uchiha son aliados. ― Bufó en un intento de no mostrar su molestia de  que dicha paz no llegase antes del  incidente de Izuna. ― Nuestros hermanos se unieron en paz y debo admitir que la aldea ha sido un gran acontecimiento revolucionario que ha cambiado el mundo shinobi. ― Confesó.

― Nii-san… él, ¿por qué aceptó? ¡Seguro lo has asesinado junto a tu hermano como lo hiciste conmigo!, yo no puedo permitir que su esfuerzo sea desechado y me hayas llamado al mundo de los vivos para burlarte de mí. ― Las palabras abandonaron la boca de Izuna con dolor, no podía creer que su hermano mayor hubiese aceptado la trampa que ofrecía como un paraíso el líder Senju porque Hashirama siempre engañó a su hermano. Había engañado a Madara cuando era niño, le mentía cada vez que se encontraban ofreciendo la paz y estaba convencido de que Tobirama estaba maquillando la realidad para continuar mofándose de su clan.

― Izuna, Madara está vivo. Él y aniya han creado la aldea, trabajan junto en la paz y otros clanes se han unido a nosotros. ― Agregó Tobirama mientras caminaba para poner una de sus manos sobre el hombro de Izuna. ― No te estoy insultando ni mintiendo, es la realidad. ― Sujetó la cintura del Uchiha con su otra mano para pegarlo a su cuerpo. ― Lamento no estés aquí para poder presenciarlo por ti mismo, lamento hayas muerto antes de que la aldea se creara, Izuna. ― Murmuró sin importar mostrar puntos vitales abiertamente que el otro shinobi podría tomar como oportunidad para atacarlo y acabar con su vida, si así lo deseaba.

El Uchiha sintió la mano del Senju sujetar su cintura y ser apegado a su cuerpo mientras Izuna asimilaba en su estado de shock lo revelado pero la sorpresa de estar siendo sostenido por Tobirama Senju lo llevó abrir tanto como le fue posible los ojos sin dejar de escuchar lo que hablaba el otro hombre. Izuna no sabía cómo reaccionar en la situación que se encontraba.

― ¿Lamentar? ― Inquirió Izuna y soltó una pequeña risa irónica sin creerse que el Senju de cabello blanco se lamentase de su muerte. ― De seguro, fuiste de los primero en celebrar mi muerte, Tobirama. ― Susurró a la altura de la oreja de Tobirama para luego, hacer amago de separarse del otro hombre, al recobrar el sentido.

Tobirama sintió como Izuna quería separarse de él pero no dejó que lo hiciera, el ninja albino afianzó más el agarre en la estrecha cintura del Uchiha.

― Podría decirse que si lo hice al principio. ― Murmuró el Senju sintiéndose culpable por haber ignorado sus sentimiento por bastante tiempo, vivía con el arrepentimiento de que si no los hubiese omitido, estaría con aquel hombre que sostenía compartiendo su vida en la aldea creada por sus hermanos mayores. ― Pero después de un tiempo no fue así, Izuna.  He estado viviendo con el arrepentimiento de haberle causado daño y llevarte a la muerte. ― Expuso mirando con arrepentimiento a los ojos de Izuna.


El shinobi más bajo se extrañó de que el otro apretara el agarre en su cintura y observo en silencio, notando que estaba siendo sincero con sus palabras, además de notar la tristeza que lo embargaba.

El silencio había inundado la habitación y ninguno parecía querer moverse. Tobirama continuaba expuesto, especialmente, se sentía más vulnerable con la disculpa dada al Uchiha, sin mencionar que había hablado de más, lo que dejaba en una extraña atmósfera entre ambos pero no quería separar del Uchiha aunque sabía que ese hombre ya había finalizado su vida años atrás.

― Te sigues riendo de mí porque ignoro todo lo que pasó después de mi muerte. ― Izuna aún no podía creer que el Senju hubiera dicho tales palabras pero de alguna manera se encontraba conmocionado, dejando libre lo que su conciencia conocía mientras intentaba procesar que era cierto lo que estaba sucediendo. ― La última vez que nos vimos, acusaste a mi clan de ser los que generaban maldad y me calificaste como un demonio que buscaba el caos. ― Murmuró sin poner resistencia, sintiendo que su tiempo se estaba terminando.

―Ahora, siento haber dicho todo eso, Izuna. Sé en estos momentos que el sueño de aniya era posible y es real. Debí apoyarlo para convenceros, a Madara, a ti y todo tu clan para que tú siguieras vivo. Jamás hubiera terminado tu vida después de aquel combate en la que te herí gravemente. ― Tobirama apoyó su frente en la cabeza contraria, sintiendo que su jutsu estaba llegando a su fin e Izuna volvería a desaparecer. ― Perdona mi ignorancia, mi obstinación, mi ceguera. Perdona el no haberme percatado antes y evitar tu muerte. Tú… tú también merecías ser parte de formar esta aldea. ― Aseguró.

― No se puede cambiar el pasado. ― Farfulló Izuna con una sonrisa triste al asimilar las palabras y lo que estaba sucediendo. Sabía que Tobirama era un hombre demasiado serio como para caer tan bajo e inventar un teatro tan molesto, especialmente cuando estaba muerto y sus palabras no cambiarían nada. ― No considero que un shinobi deba disculparse por seguir su camino o las ordenes. Los ninjas estamos acostumbrados a combatir por nuestras supervivencias y recibir heridas. Ese día tú  y tu clan venció mientras mi clan perdió, al igual que yo. No hay nada que perdonar. ― Aclaró para devolver el abrazo, por primera vez, a Tobirama. ― Nii-san también me contó cuando era un niño pequeño que le gustaría un lugar donde las personas fueran felices y las guerras cesaran. Cuida de la aldea que nuestros hermanos han construido. ― Pidió.

―No tienes que decirlo, sé que esta aldea será grande y pacífica. ― Respondió Tobirama sintiendo como el cuerpo de Izuna se desmoronaba.

― Gracias. ― Izuna sonrió antes de que el jutsu terminase.

Tobirama sintió como se desvanecía y el cuerpo del desconocido yacía en el suelo cubierto de papeles con sellos que habían permitido que Izuna estuviera frente a él, una vez más.

Esa noche, Tobirama se permitió liberar sus emociones y lloró agradecido, había sido curado de su dolor y logrado un nuevo camino como shinobi, proteger la aldea que formaron los dos clanes más poderosos que existían en el mundo shinobi, Senju y Uchiha, porque así se lo prometió a Izuna.




lunes, 15 de julio de 2019

Hashirama - Madara - Tobirama



Madara aún estaba molesto, él y Hashirama ya habían decidido el nombre de la aldea que fundaron e inmediatamente, se había decidido quién sería el diligente de la misma de forma unánime por votación ya que Tobirama así lo decidió, callando al permisivo de su mejor amigo de que Madara fuera quien tomara el mando de la villa.

Aunque el problema que tenía irritado a Madara no era la forma o quien se decidió como jefe de la pequeña aldea recién creada ya que no le afectaba en ese instante, pues a primera hora de la mañana había ocurrido una disputa entre dos de los nuevos clanes que estaban integrándose en la aldea, teniendo Madara que inmiscuirse o comenzaría una guerra dentro de Konoha. Por ello, Madara iba apresurando su paso para encontrarse con Hashirama y contarle el inconveniente en busca de llegar a una solución ante las trifulcas de clanes que le costaba aceptarse por los años de enemistad.

Aún le dolía demasiado la cabeza al líder Uchiha después de escuchar las insulsas acusaciones donde se pedía la expulsión del clan contrario.

Tan sumido en sus pensamientos estaba Madara, y sin aminorar el paso, que no escuchó las pisadas de alguien que se aproximaba hacia él porque debía estar buscando a Hashirama con prisa e igual a cómo iba el jefe del clan Uchiha, la otra persona estaba ocupado en sus asuntos para propiciarse el extraño, molesto y desastroso suceso.

Madara sintió como su cuerpo chocó con fuerza con otro cuerpo más grande que el suyo y caía por el duro golpe. En un intento de mantener su equilibrio, alcanzó a agarrar la ropa de la otra persona con el que tropezó pero ese acto, solo ocasionó que ambos terminaran en el suelo.

La mala suerte parecía estar persiguiendo esa mañana al jefe del clan Uchiha porque con la persona que colisionó, no solo cayó sobre él sino que un beso fortuito se produjo para que al reconocer a la persona como Tobirama Senju, su estómago se revolviera de desagrado.

En un acto reflejo de defesa y rechazo hacia el hombre albino, Madara empujó con fuerza de los hombros y luego, pateó a Tobirama para alejarlo de él mientras limpiaba bruscamente sus labios con el antebrazo, volviendo a levantarse sin dejar de maldecir su fortuna por tan repugnante situación.

Tobirama no estaba en mejores condiciones que Madara, había ido hasta ahí para encontrarse con Hashirama y tratar algunos asuntos respecto a los líderes de los clanes que deseaban unirse a Konohagakure pero necesitaban normas generales que equilibrara la convivencia de todos los distintos clanes para detener las viejas rivalidades y enemistades que evitara que la aldea se convirtiera en un campo de batalla.

El hombre de cabello blanco aún no estaba de acuerdo con el hecho de tener que tratar y trabajar con personas pertenecientes a otros clanes que hasta hace poco tiempo habían sido enemigos pero si había un clan en especial que le desagradaba, era el Uchiha. Tobirama no soportaba el tener que convivir con ellos y sobretodo, odiaba al líder que no dejaba de distraer de los deberes a Hashirama.

Sin embargo, Tobirama que había relegado a un lado de sus pensamientos los asuntos que lo llevaron hasta ese lugar mientras se dedicaba a maldecir mentalmente a cada uno de los Uchiha que no se dio cuenta del hombre al cual iba todos sus insultos, siendo con el cual chocó. Aunque el Senju logró mantener el equilibrio después del fuerte tropiezo pero el cuerpo contrario que caía irremediablemente, jaló de las ropas de Tobirama en busca de no golpear el suelo pero provocó que ambos terminaran en el piso, quedando Tobirama sobre el otro hombre mientras maldecía con más intensidad al comprender que era Madara, no solo con quien tropezó sino que lo había obligado acompañarlo en su caída, uniendo sus labios accidental y desagradablemente pero el Uchiha no tardó en alejarlo con una dolorosa patada.

― ¡MALDITO UCHIHA! ― Exclamó Tobirama con molestia ocultando el dolor que le había causado la patada, se acercó al hombre de estatura más baja y lo tomó por el cuello de las características ropas del clan Uchiha de forma amenazante. ― ¡ESTA ME LA PAGAS! ― Gritó mirando directamente a los ojos negros que ocultaban el sharingan.

Madara estaba escupiendo, ya que había una pequeña probabilidad de que la saliva del otro hombre se hubiera colado en su boca aunque no estaba seguro de sí ocurrió porque el simple pensamiento le daba nauseas pero no tuvo tiempo de replicar a las ofensas de Tobirama, cuando el hermano menor de Hashirama, lo agarró del cuello de su ropa para encararlo.

― ¡Suéltame! ― Madara gruñó la palabra mientras llevaba sus manos a las muñecas de Tobirama para presionarlas en señal de que no le temía.

― Discúlpate primer. ― Exigió el Senju.

― Eres tú quien me debes una disculpa. ― Repuso Madara.

― Habla quien no mira por dónde camina. ― Indicó Tobirama con el ceño fruncido.

― ¡FUISTE TÚ QUIEN TROPEZÓ CONMIGO! ― Gritó el jefe del clan Uchiha comenzando a enfadarse cada vez más por seguir siendo retenido por el hombre más alto y con quien no deseaba hablar.

― ¡MADARA! ― Exclamó Tobirama soltando una de sus manos del agarre para volverla un puño con exasperación por el desagradable carácter del Uchiha y deseando golpearlo hasta el agotamiento.

― Imbécil, no tengo todo el día para jugar contigo. ― Dijo Madara mientras se liberaba, logrando  enfurecer más al otro hombre.

― ¡MALDITO UCHIHA! NO TE VAS A NINGÚN LUGAR HASTA QUE TE DISCULPES. ― Gritó Tobirama lanzando el puño hacia el hombre de estatura más baja para evitar que se escabullera de la discusión y sin darle una disculpa.

Ninguno de los dos hombres enzarzados se percató de que se acercaba la persona que en un comienzo buscaban, ahora estaba caminando hacia ellos.

― ¿Qué está ocurriendo? ― Cuestionó Hashirama interponiéndose en medio de los dos hombres en un intento de detener la discusión cuando sintió como el puño de su hermano menor lo golpeaba en la mejilla izquierda con fuerza.

Fue demasiado tarde para Tobirama detener el golpe, siendo que terminara dañando la mejilla de su hermano mayor.

― ¡ANIYA! ― Tobirama exclamó asustado, sorprendido y preocupado por el golpe que accidentalmente le propinó a Hashirama. ― ¡VES LO QUE OCASIONAS, UCHIHA! ― Volvió  tomar a Madara del cuello de la ropa para darle un golpe siendo detenido su puño por su hermano mayor, quien los sostuvo por la muñeca para evitar la agresión.

― ¡Basta, Tobirama! ― Ordenó Hashirama observando a su hermano de manera reprobatoria.

― Él tiene toda la culpa, Hashirama. ― Acusó Madara mirando con molestia y burla al hermano menor. ― Se tropezó conmigo, hasta me tiró al suelo y ahora quiere que cargue con toda la culpa. ― Explicó cruzando sus brazos sin deseos de recordar el accidente que le ponía enfermo del estómago.

― ¿¡Qué dijiste, maldito!? ― Tobirama jaló de la ropa para atraer al jefe de clan Uchiha hacia su rostro. ― Tú has sido el responsable por estar en las nubes y no aceptar que tienes que disculparte. ― Ladró.

― ¡HE DICHO QUE SE DETENGAN! ― Gritó Hashirama mientras separaba a los dos hombres, nuevamente, e interfiriendo con su cuerpo en forma de barrera para detener la riña.

― Pero aniya… ― Intentó hablar Tobirama.

― Hashirama, yo… ― Al mismo tiempo intentaba hablar Madara.

― ¡NO!, ya basta. Ambos son ejemplos importantes en esta aldea y con discutir, culpándose por nimiedades de lo que pasase entre vosotros no ayudará a los problemas importantes que aún hay. ― Recordó Hashirama desanimado por el comportamiento de las dos personas en las cuales confiaba para dirigir Konohagakure.

― Hashirama… ― Susurró Madara acercándose al mayor de los hermano Senju para abrazarlo por uno de los brazos. ― Lo entiendo y me dirigía para hablar contigo sobre un problema que ha ocurrido entre unos clanes cuando tu hermano tropezó conmigo y me exige disculpas. Él es el responsable de lo sucedido. ― Explicó en un intento de que su amigo se percatara de la situación y el por qué había sido el más afectado en el accidente sin querer deprimir más a Hashirama.

Resultado de imagen de hashirama - madara - tobirama― ¡Maldito Uchiha! ― Exclamó el Senju albino, quien se molestó más por el comportamiento que estaba ocupando Madara hacia su hermano mayor, parecía que Hashirama no se molesta de que el hombre más bajo se abrazara a su brazo como si se tratase de una doncella. ― Has sido tú quien chocó conmigo y no conforme con ello, me has arrojado al suelo pateándome. ― Contradijo la versión dada para agarrar del brazo que seguía libre de Hashirama y tierar levemente de su hermano mayor, en un intento de separarlo de Madara. ― Suelta a mi aniya, Uchiha. ― Ordenó.

― Tú no me dices qué hacer. ― Escupió Madara tirando más de Hashirama hacia su él.

Hashirama suspiró sintiendo como era tironeado por ambos hombres como si fuese un juguete cambiando el motivo de la discusión de aquellos dos en cada jalón. Ambos hombres lograron que Hashirama terminara riendo al sentirse como si estuviera entre dos niños caprichosos que buscaban su atención en un principio pero a cada segundo aquella escena dejó de ser divertida a molesta.

― Ya basta, no soy un juguete. ― Pidió Hashirama.

― Te dije que lo sueltes Uchiha. ― Repitió Tobirama ignorando la queja de su hermano mayor mientras continuaba tirando del brazo del hombre más alto.

― No quiero… ― Contestó Madara e igualmente, ignorando a su amigo. ― Tú no tienes nada de qué hablar con Hashirama, así que regrésate por donde llegaste. ― Señaló el camino por donde debió venir Tobirama.

― Tú eres el que debería irse, Uchiha, solo vienes a ocupar el tiempo de aniya y retrasar su trabajo como dirigente de la aldea. ― Dijo el Senju de pelo blanco para empujar a Madara y atraer a Hashirama hacia él, en un intento de separarlo.

― No, eres tú el que está molestando y debe irse. ― Contestó el jefe Uchiha empujando de igual forma al hermano de Hashirama mientras afianzaba más su cuerpo al brazo del shinobi más alto. ― ¡Márchate, Tobirama!, no eres necesario de momento. ― Rezongó aun forcejeando por no ser separado del Senju mayor.

Los dos hombres enfrascados en su infantil pelea, no dejaban de ignorar los ruegos y quejidos del hombre más alto mientras que Hashirama los veía y escuchaba pelear sintiendo como se estaba irritando por la situación.

Tobirama no deseaba escuchar las mentiras de Madara y Madara quería que Tobirama desapareciera de allí ya que le molestaba su presencia, siendo que no dejaban de jalonear al Hokage y empujarse rudamente entre ellos para separar al contrario.

― ¡HE DICHO QUE BASTA LOS DOS! ― Gritó molesto Hashirama, usando su propia fuerza para liberarse de ser el centro de la disputa. ― Ya están muy grandes para estar dando estos espectáculos de peleas sin sentido. Madara te estás poniendo a la altura de Tobirama y Tobirama… no esperaba tuvieras un comportamiento así de infantil. ― Regañó sabiendo que aquellas palabras le dolería ambos hombres pero no encontraba mejor manera de que ambos pensaran y se avergonzaran de su comportamiento infantil, así como que ya debían dejar de discutir por nimiedades. ― Compórtense y respétense mutuamente, somos los que tenemos que dar ejemplo de convivencia a los habitantes porque ambos son shinobis importante de Konohagakure y dar espectáculos así, no deja nada bueno que decir de ustedes dos. ― Argumentó con irritación mientras cruzaba sus brazos sin apartar la mirada reprobatoria de su hermano y el otro fundador de Konoha.

Ambos hombres gruñeron en respuesta a Hashirama por ser reprendidos como si se tratasen de niños pequeños, especialmente por el hombre que poseía una personalidad en la que su estado anímico variaba constantemente.

― ¿Por qué no podéis llevaros bien? Ya no somos enemigos. ― Murmuró deprimido el actual y recién nombrado Hokage de Konohagakure.

Ambos hombres miraron al líder del clan Senju con fastidio ante su tendencia a deprimirse rápida y constantemente. Además, ninguno de los dos podía llevarse bien, ya era suficiente con el hecho de no haberse matado aún, pues Tobirama odia a Madara y Madara detesta a Tobirama por asesinar a Izuna.

― ¿Tobirama? ― Llamó dudoso Hashirama, al percatarse que su hermano menor se marchaba del lugar pero que no respondió, ni se volteó hacia el Senju mayor.

― Espero pise una mierda de perro en el camino como mínimo, por ser tan desconsiderado. ― Farfulló con enfado Madara mirando la espalda de Tobirama alejarse por el pasillo del edificio en el que se encontraban.

― Él no es tan malo, Madara, solo que aún está adaptándose a la paz que hemos forjado. ― Intento excusar Hashirama a su hermano menor. ― Ahora… ¿podemos ir a mi despacho mientras me hablas del percance entre clanes que te ha traído hasta aquí? ― Preguntó con una sonrisa mientras memorizaba el hecho de a que había venido el jefe Uchiha.

― Sí, eso va a ser un problema para la convivencia de todos los habitantes si continua ocurriendo este tipo de eventualidades. ― Afirmó Madara para acercarse a Hashirama y caminar a su lado con una sonrisa hasta el interior de la oficina en la que tendría que tratar la tensión que aún sentían algunos clanes debido al haber vivido tantos años como enemigos declarados.



- Fin -






domingo, 14 de julio de 2019

Las historias no contadas del mundo Shinobi

Resumen:
Todos conocen la historia de Naruto pero en el mundo shinobi en el que vive, se esconde pequeñas historias que solo conocen unos pocos o solo quienes lo protagonizan, ¿te gustaría conocerla?



- Las advertencias pertinente se mostrarán al lado del título, no omitir para un mejor disfrute. -


  • Los personajes de Naruto/Naruto Shippuden no son de nuestra propiedad, pertenecen a a Masashi Kishimoto y nadie recibe dinero al escribir esta porque son historias fantasiosas hecha por fans para fans. ¡Mejor vean el manga y anime original!
  • Publicamos estos fanfic en Wattpad y el blog de Kelpies Arios.
  • Hay contenido + 18, YAOI, YURI, HETERO.
  • Los personajes pueden variar su personalidad.
  • Géneros: Drama, romance, amor platónico.
  • Advertencia: Incesto, muerte de personaje, AU (universo alterno)
  • Puede contener Spoiler
  • El título de cada historia indica los personajes que la protagonizan.


1.- Asura - Indra (YAOI)
2.- Zetsu negro - Indra
3.- Asura - Indra II
4.- Butsuma - Tajima (YAOI) (+18)
5.- Hashirama - Madara (YAOI)
6.- Hashirama - Madara - Tobirama (YAOI) (CELOS)
7.- Tobirama - Izuna (YAOI)
8.- Hashirama - Madara II
9.- Hashirama - Mito (HETERO)
10.- Hashirama - Madara III (YAOI)
11.- Mito - Hashirama - Madara (HETERO) (YAOI)
12.- Hashirama - Madara IV (YAOI)
13.- Tobirama - Madara (YAOI)
14.- Hashirama - Mito II (HETERO)
15.- Hashirama - Madara V (YAOI) (MUERTE DE PERSONAJE) (MENCIÓN DE MPREG)
16.- Hashirama - Tobirama
17.- Hiruzen - Danzou
18.- Hashirama - Tsunade - Tobirama
19.- Tobirama - Chunnin
20.- Tobirama - Tsunade (MENCIÓN DE MUERTE DE PERSONAJE)
21.- Tobirama - Kagami (YAOI)
22.- Hiruzen - Danzou II (YAOI) (+18)
23.- Tsunade - Dan (HETERO)
24.- Jiraiya - Orochimaru (YAOI)
25.- Jiraiya - Yahiko - Konan - Nagato
26.- Mito - Kushina - Minato
27.- Yahiko - Nagato (YAOI)
28.- Danzou - Kagami (YAOI) (+18)
29.- Minato - Gennins
30.- Kushina - Mikoto
31.- Madara - Obito (LEVE MENCIÓN YAOI)
32.- Minato - Kakashi
33.- Zetsu - Obito
34.- Kakashi - Tenzou
35.- Obito - Nagato
36.- Shisui - Itachi - Sasuke (YAOI)
37.- Kakashi - Itachi
38.- Hiruzen - Naruto
39.- Shisui - Itachi (YAOI) (LEVE MENCIÓN MPREG)
40.- Mizuki - Iruka
41.- Kakashi - Tenzou - Itachi
42.- Kakashi - Tenzou II (YAOI)
43.- Itachi - ¿Madara?
44.- Ibiki - Aoba - Genma - Raidou - Anko - Hayate
45.- Kakashi - Gai
46.- Jiraiya - Orochimaru II (LEVE MENCIÓN YAOI)
47.- Zabusa - Haku
48.- Gai - Gennins
49.- Orochimaru - Kabuto
50.- Akatsuki
51.- Juugo - Kimimarou
52.- Iruka - Naruto - Sasuke
53.- Gai - Kakashi - Kurenai - Asuma
54.- Equipo 10
55.- Kakashi - Tenzou III (YAOI)
56.- Equipo 8
57.- Tsunade - Shizune
58.- Kakashi - Iruka (YAOI)
59.- Asuma - Kurenai (HETERO)
60.- Equipo de Sunagakure
61.- Sai - Shin
62.- Orochimaru - Kabuto - Sasuke
63.- Jiraiya - Naruto
64.- Akatsuki II
65.- Kotetsu - Izumo (LEVE MENCIÓN YAOI)
66.- Equipo 7
67.- Asuma - Kakashi - Gai
68.- Suigetsu - Karin
93.- Hashirama - Madara VI (LEVE YAOI) (SPOILER) (MUERTE DE PERSONAJE)
95.-











domingo, 7 de julio de 2019

Hashirama - Madara


Madara tosió con fuerza mientras sentía como el caliente y vital líquido escurría de su boca. Se limpió bruscamente con el dorso de su mano para comprobar que efectivamente era su sangre y maldijo una vez más su mala suerte en ese combate donde era el perdedor.

El dolor en el cuerpo de Madara no lo detuvo a que intentara levantarse pero sus fuerzas no era lo suficiente para lograr esquivar la madera que se elevó sobre él con el único fin de capturarlo y siendo que su propio chakra lo había gastado en la intensa batalla, ese día el líder de uno de los tantos clanes shinobis que existen, Madara Uchiha, fue capturado. El shinobi se encontraba agotado y herido, además de estar en el interior de una jaula de madera creada por el clan enemigo.

Hashirama no estaba en las mejores condiciones, podía degustar en su boca el característico sabor metálico de la sangre y el agotamiento de su cuerpo por la batalla que no parecía llegar a su fin, como tantas veces había disputado esos enfrentamientos con el clan de su viejo amigo.

Hashirama logró ver la oportunidad presentada cuando su adversario cayó en una distracción, obteniendo apresar al agotado líder Uchiha dentro de una jaula de madera que creó con su escaso chakra de mokuton.

― ¡Madara, paremos esto! ¡Hemos llegado a nuestro límite! ― Exclamó el líder del clan Senju con seriedad, sintiendo como sus piernas comenzaban a desfallecer.

― ¡CÁLLATE! Esto no habrá terminado hasta que uno de los dos muera. ― Escupió Madara intentando levantarse sin éxito porque ya no le quedaba chakra suficiente para poder estar en una posición menos humillante.

Madara había tenido que utilizar un jutsu que requería bastante chakra para poder bloquear al de su rival y contratacar.

― Esto no nos está llevando a ninguna parte, solo es dolor. Estamos ocupando el mismo ciclo del que tantas veces acordamos desapareciera. ― Hashirama sintió como sus rodillas deseaban ceder por el cansancio pero su voluntad no lo haría, seguiría hablando, tratando de convencer a su antiguo amigo porque no quería perderlo. No quería vivir un mundo con el dolor de ver morir a la persona con la que había compartido tantos sueños y esperanzas de cambiar la crueldad del mundo en el que están viviendo y evitar que niños fueran llevados a la guerra. ― Sé que no puedo devolverte a Izuna ni cambiar lo ocurrido. No es posible regresar al pasado para evitar su muerte y comprendo tu dolor porque yo también he experimentado el perder hermanos…

― ¡Ja…! Deja de hablar. Tú no puedes saber lo que se siente al perder todos tus hermanos, a tu padre, el presenciar como morían sin poder hacer algo para evitarlo y terminar solo. Tengo el deber de vengarlos y cuidar mi clan que cada noche se reúne bañado en sangre, sudor y el dolor de los que han desaparecido en estas guerras.― Interrumpió Madara, logrando girarse para ver entre las rendijas de madera el cielo nocturno. ― No hay elección para mí. ― Susurró cerrando los ojos con enfado al recordar que pronto aparecerían más Senju que gozarían de ver su derrota.

― Te recuerdo bien, Madara, que si vi morir a la mayoría de mis familiares y estaba presente cuando mi padre murió, comparto el dolor de la pérdida. ― Hashirama le recordó a Madara sin abandonar la seriedad en su forma de hablar. ― Tal vez… parezca no ser igual porque aún Tobirama está vivo pero perdí hermanos que no lograron llegar a ser adultos, al menos Izuna creció y no desapareció como un niño inocente que no merecía morir ni estar en medio de una pelea shinobi. Aún así, ambos sabemos que en esta vida si eres débil mueres…― Murmuró con dolor al recordar al más pequeño de sus hermanos, Itama. ― Si tan solo no fueras tan terco y dejaras atrás la venganza y el dolor… No quiero seguir repitiendo este ciclo lleno de sangre y sufrimiento, esto solo trae más muertes y dolor. ― Recordó llevando una de sus manos a la frente para mostrar su frustración a la realidad que viven.

Los dos líderes de clan estaban exhaustos pero aunque no le quedaba casi nada de chakra y el sobre esfuerzo los llevaría al colapso en algún momento pero ninguno de los dos hombres quería rendirse en hacer entender al contrario que el camino que seguía y sus palabras solo lo estaban llevando a su propia destrucción.

Madara frunció el ceño, queriendo gritar mil improperios a Hashirama por atreverse a compararlo porque no era lo mismo y Hashirama era un idiota, un idiota que aún soñaba con cuentos de hadas que solo niños tontos e ingenuos podrían pensar en que había una oportunidad de que fueran posibles.

El hombre perteneciente al clan Uchiha sabía que la paz era una palabra demasiado añorada pero inalcanzable en la realidad de las guerras shinobis y creer en la posibilidad de paz solo era alimentar una ensoñación ingenua que podría llevarte a la tumba. No obstante, aparentaba que no importaba cuantas veces la realidad los golpearas, cuantas veces se enfrentaran en batalla, Hashirama seguía hablando y hablando de una utopía pacifica que alguna vez soñaron de niños que desconocían si el contrario era un shinobi de un clan enemigo.

― ¡Deja de pretender entenderme! No eres yo para saber. ― Acusó Madara molesto por la perorata. ― No me garantizas nada de lo que deseo, no me beneficia nada de lo que dices, Seguiré solo y tú… tú tienes a Tobirama, quien odia a los Uchiha porque todo este tiempo solo le ha servido para alimentarse contra el clan enemigo con el que más ha debido combatir, ¿crees qué una tregua extinguirá el odio que se tiene nuestros clanes? Si lo piensas eres más idiota de lo que ya pensaba, Hashirama. ― Su voz cansada hicieron que sus palabras salieran más amargas de lo esperado.

El líder Senju observó a su amigo con tristeza, él sabía que su sueño no se podría cumplir fácilmente pero quería pensar que había una leve esperanza para lograr un lugar seguro, donde los niños pudieran disfrutar de su infancia antes de tener que conocer la crueldad de una guerra, antes de tener que sostener un arma en sus manos que lo identificaría como un ninja.

― Sí, tienes razón, Madara. Soy un idiota con un sueño tonto. ― Dijo Hashirama y se movió con cuidado de no empeorar sus heridas para recargar su espalda en la jaula que tenía prisionero al hombre que consideraba su amigo y permanecieron en silencio unos minutos mientras el Senju cavilaba la mejor manera de proseguir con la conversación porque comprendía que sus frases podían empeorar la situación. ― Entonces… dime, ¿qué deseas, Madara? ― Preguntó con curiosidad y ansias de saber que quería el líder Uchiha pero el recuerdo de que el otro shinobi habló de lo solitaria que se había vuelto su vida, le disgustó. ― Tú no estás solo, me tienes a mí pero no quieres ver. Yo nunca he dejado de pensar y preocuparme por ti, Madara. ― Afirmó Hashirama con una pequeña sonrisa al escuchar el chasquido de lengua del hombre que permanecía dentro de la prisión de madera. ― Tal vez… la tregua no acabe con el odio que hay entre nuestros clanes solo por aliarnos pero podríamos trabajar en ello para que las futuras generaciones no se odien entre sí, si le mostramos que las heridas pueden cicatrizar.

― Deja de mentirte, de querer ser lo que otros quieren que seas. Deja de hablar como si se pudiera desvanecer todo. Tú no puedes hacer nada con respecto a lo que hay en las personas. ― Madara bajó el tono de su voz mientras el enrejado de madera desaparecía pero no importaba si estaba o no cautivo en ese instante, no podría mover su cuerpo durante bastante tiempo. ― El odio aparecerá una y otra vez mientras se arrebaten vidas.

Hashirama cerró los ojos con fuerza, sabía que era cierto pero quería cambiar el odio que causaba el dolor, la venganza y la muerte que alimentaba a más odio y sufrimiento en los corazones.

― Lo que deseo… no lo puedo tener. ― Murmuró el líder Uchiha, como si no fuera consciente de estar respondiendo a la pregunta del líder Senju que en un comienzo había ignorado.

― ¡Madara! ― Exclamó el Senju acercándose con esfuerzo hasta el otro hombre. ― Déjame intentar hacer nuestros sueños de infancia y haré lo que me pidas. Yo… no quiero seguir viviendo en un mundo donde los niños no tienen futuro, donde nuestros clanes sean enemigos, donde ambos buscamos acabar la vida del otro. Eres importante para poder hacer realidad lo que planeamos cuando nos encontrábamos en el río. ― Habló con desesperación contenida al otro shinobi.

― Eres un verdadero idiota, Hashirama. ― Masculló divertido Madara y sin esperanza de poder volver a enfrentarlo a un combate porque ya no le quedaba nada. Incluso, su hermano pequeño había desaparecido con la guerra, hacía tiempo que sabía estaba solo en el clan Uchiha porque nadie lo apoyaba debido a la cantidad de derrotas en sus enfrentamientos con los Senju y la cantidad de Uchiha que se entregaban voluntariamente al clan enemigo descontentos por el liderazgo de Madara. ― Haré lo que me estás pidiendo desde que nos volvimos jefe de clan; aceptaré la tregua con el clan Senju pero si antes… acabas con el hombre que mató a Izuna. ― Sabía que su petición era un jarro de agua fría para Hashirama porque estaba seguro que así desistiría de sus delirios de paz y en el caso de cumplir su promesa, Hashirama tenía que acabar con la vida de su propio hermano, Tobirama.

Madara dudaba de que el actual líder Senju hiciera tal eventualidad aberrante que le proponía para obtener la paz que tanto clamaba.

Hashirama soltó una pequeña risa divertida al escuchar que volvía a insultarlo en esa condición exhausta pero Madara tenía razón, Hashirama era un grandísimo idiota y no desistiría de su sueño de paz.

El jefe Senju escuchó atentamente las palabras del Uchiha y un pequeño estremecimiento, tan frío como el hielo, recorrió su cuerpo porque Hashirama no era capaz de matar al único hermano que quedaba a su lado.

― Sabes… lo que me pides es imposible de cumplir, Madara. ― Murmuró Hashirama para soltar un pequeño suspiro pesado. ― Podría dar mi vida a cambio de Tobirama, sería un intercambio equivalente, una vida por otra para cumplir la propuesta que me pides para poder obtener la paz de nuestros clanes. ― Dijo seriamente. ― Solo tendría que dejar instrucciones para que Tobirama no tome venganza contra tu clan y la alianza sea llevada a cabo como mi última petición como líder del clan Senju. ― Aseguró.

Hashirama se había acercado, quedando arrodillado frente al rostro de Madara, aún afligido por la petición del Uchiha y con la esperanza de que su trato ofreciera una vida mejor a las futuras generaciones.

― No es lo mismo y me aseguraste que pidiera lo que quisiera y lo que quiero es la muerte de Tobirama. ― Insistió el líder Uchiha porque Hashirama no valía dar su ida por Tobirama, aún fuera el hermano, sabía que ese Senju de cabello blanco detestaba a los Uchiha y no dudaría en tomar la oportunidad para buscar engrandecer el odio hacia el clan Uchiha. Encontraría la forma de que los Uchiha fueran atormentados y los Senju alabados. ― Yo… yo no podría permitir que murieras por él. ― Le costó decir aquellas palabras mientras se arrastró hasta donde estaba el Senju y elevaba una de sus manos para tocar el rostro de Hashirama. ― Tú… no, no puedes optar en el suicidio, es demasiado miserable para ti. Yo… no estoy de acuerdo con algo así. ― Afirmó en un intento de que su viejo amigo desistiera de tomar dicho acto.

El jefe Senju miró con sorpresa al Uchiha después de escuchar sus últimas palabras, lo habían tomado desprevenido nunca se imaginó que el hombre de cabello azabache dijera aquellas palabras, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios y cerró los ojos al sentir la mano enguantada del Uchiha en su rostro.

― Se lo que te dije pero he de declinar esa petición, Madara. Por ello, daré mi vida a cambio de la  de Tobirama. ― Comentó Hashirama de manera afligida porque sabía que su hermano se negaría a su petición pero también sabía que cumpliría con lo que dejara encargado, aunque tenía miedo y dudas de que Tobirama tomara represalias contra los Uchiha olvidando cumplir su última voluntad. Al líder Senju, lo atormentaba esa posibilidad de Tobirama no pudiese aceptar su pedio porque no estaría ahí para enfrentar y evitar esas intenciones que causarían su muerte en su hermano menor. ― Pero si es la única solución para obtener una alianza entre nuestros clanes, no me importaría morir, Madara. ―  Dijo abriendo los ojos que había mantenido cerrado para disfrutar del cálido contacto y mirando de manera decidida al contrario mientras retiraba la mano del rostro y la toma para entrelazando sus dedos y dando un leve apretón.

Madara suspiró con pesadez y dejar aflorar una sonrisa agotada en sus labios mientras sus pensamientos le recordaba que lo único que le quedaba era el haber legado su clan como líder, ya no era considerado un buen jefe de clan entre los Uchiha pero tampoco podría obtener su deseo de vengar a su hermano, mínimo debería acceder a la frágil oferta de Hashirama como su última opción para que su clan tuviera un lugar. Todo esto no eludía que no confiaba en Tobirama pero si confiaba en Hashirama, si él se ocupaba de gestionar a los Uchiha en su ausencia, su clan no tendría que soportar el declive en el que parecía estar destinado a caer.

Resultado de imagen de hashimada― Tú ganas. No tienes que hacer nada, acepto tu propuesta de paz y nuestros dos clanes se unan en uno solo. ― Afirmó Madara sintiendo que el sabor de la sangre en su boca se volvía más amargo. ― Ya te lo dije, no me queda nada y no puedo permitir que mueras de una manera tan degradante pero prométeme que cuidarás de mi clan. Tratarás a los Uchiha de la misma forma que tratas a tu hermano, a tu clan. ― Solicitó.

― Eso no tienes que pedirlo, sabes que lo haré. ― Sonrió Hashirama sintiendo que Madara mostraba su faceta más entrañable en aquel momento y ocasionando que viera al gran líder Uchiha más afable de lo que haya podido presenciar en los últimos años de batallas continuadas.

― ¡Solo promételo, Hashirama! ― Exigió el shinobi de cabello negro.

― Lo prometo, Madara. ― Respondió el jefe Senju comprendiendo que la simple frase era muy importante de ser escuchada por el otro hombre.

― Gracias. ― Agradeció el líder Uchiha mostrando una leve sonrisa.

― No tienes que… ― Hashirama no pudo seguir hablando cuando la mano de Madara se soltó de su agarre para deslizarse hasta la nuca del Senju y tirar con fuerza del cuello, ocasionando que sus labios quedaran unidos en un sorpresivo y brusco beso superficial.

El hombre conocido como “Dios shinobi” tenía los ojos abiertos por la sorpresa del acto, nunca se hubiese imaginado compartir un beso con el Uchiha.

Hacía mucho tiempo que Hashirama se había dado cuenta de sus sentimientos hacia su amigo mas nunca esperó que estos fueran correspondidos, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

Cuando sintió que los labios del hombre de cabello azabache comenzaban a separarse de los suyos, Hashirama tomó la barbilla contraria para volver a unir sus labios en un beso suave y lleno de sentimientos.

Si ese era su final, a Madara no podía importarle menos, se marcharía de ese mundo llevándose el mejor recuerdo que hubiese podido suceder en su vida y por tantos tiempo había deseado que ocurriese.

― No digas nada. ― Pidió Madara cuando el beso iniciado por el Senju terminó, era mejor que nadie supiese que habían cruzado el límite de lo que se define la amistad porque tan solo necesitaba estar con Hashirama así, a su lado, sabiendo que cuidaría de su clan, que no le era indiferente los Uchiha y como si no existiera más preocupación que sentir al contrario. ― Firmaré el acuerdo, haremos esa aldea que imaginas. ― Indicó acurrucándose en los brazos de Hashirama. ―  Pero ahora mismo, solo quiero ser nosotros mientras estamos solos. Sin clanes, sin recuerdos o nombres de personas y sin falsas promesas. Solo tú y yo. ― Susurró sabiendo que ese instante sería efímero pero eterno, al menos para él.

― Madara… ― Estrechó Hashirama un poco más contra su pecho al Uchiha entre sus brazos, no queriendo comprender a que se refería mientras el sentimiento de felicidad no dejaba de brotar a su interior porque todo había terminado y Hashirama no solo se sentía vencedor al saber que Madara aceptaba la alianza sino también de tenerlo en su regazo de esa manera. Hashirama estaba dichoso de saber que no era indiferente para la persona que amaba. ― Yo quiero estar así, siempre. ― Pronunció en voz baja.





Naruto - Sasuke

    Había necesitado de este enfrentamiento para poder sentirse satisfecho, al igual que mostrar sus emociones y sentimientos en cada golp...